En varios de los últimos mensajes
ha salido a relucir el delicado tema de las relaciones sexuales con menores (por aquellas declaraciones de Dragó y Sostres). He de reconocer un cierto grado de cobardía por mi parte al no haber tratado este asunto con anterioridad, pero como comprenderéis
soy consciente de la cantidad de incomodidades y malentendidos que puede ocasionar. Comenzaré despacito, comentando una conocida canción y contando generalidades, si veo que la entrada tiene buen recibimiento continuaré y si no pues lo dejamos aquí.
"12 años" trata de dar voz a una pobre y desvalida niña, víctima de un entorno de pobreza, unos padres desaprensivos y unas instituciones que miran para otro lado. Ante una situación como la que se describe supongo que ni el ser más desalmado quedará impasible: ¿cómo vamos a permitir unos abusos así?, ¿es que nadie va a ayudarla, como pide?, ¿no podremos "salvarla" de ese infierno que vive, de los maltratos a los que la someterán esos malvados "turistas trastornados"?
El discurso abolicionista asegura que la respuesta más adecuada frente a la intrínseca perversidad masculina sería una dura legislación: responder a la fuerza con fuerza. De acuerdo a esta visión, los hombres formaríamos un grupo necesariamente delicitivo, de maltratadores y violadores (aprecien el jeto del tipo y sus garras de alimaña) mientras las mujeres serían seres dulces y frágiles necesitados de protección. Es que no se me ocurre nada más machista.La posición a tomar, de repudio social y persecución legal, sería muy clara si las cosas fuesen así de evidentes... ¿no lo son? Pues qué quieren que les diga, sé que me lloverán huevos y tomates podridos pero... no lo veo yo tan claro. He de empezar reconociendo con humildad que,
dentro de lo que es el amplísimo mundillo de la prostitución, éste es un aspecto al que le he dedicado relativamente poco estudio. Para empezar en España es un fenómeno marginal, según varias informantes sí habría un par de chicas rozando la mayoría de edad en una conocida zona de Madrid pero no he podido confirmar nada. Ciertamente las chicas parecen muy jóvenes, aunque no unas niñas. ¿Qué puedo contar a ciencia cierta? Pues que una chica rumana, con la que hace unos 3 o 4 años trabé amistad, me contó que cuando llegó a España a ejercer la prostitución lo hizo con 17 años y medio. Eso me lo creo, y considero que puede seguir dándose. Ahora, chicas de 12 años... en España NI DE COÑA.
Me dirán ustedes, con razón, que
el que yo no lo vea o que en España no exista no significa que no pueda darse en otros países. Es que ahora viene la enjundia. Existen destinos de turismo sexual mundialmente re-conocidos como Cuba, Filipinas o Tailandia (del que por cierto
hablaron recientemente en EsRadio). No he pisado ninguno de ellos hasta la fecha, pero sí oido varias historias del tipo "el amigo de un amigo..." según las cuales serían los paraísos (o los infiernos, según se mire) de la prostitución infantil. Como siempre digo yo sólo hablaré de lo que conozca, no voy a dedicarme a elucubrar sobre lo que suceda en esos países con la escasa y seguramente sesgada información que poseo.
El problema de acercarse superficialmente a un fenómeno es que muchas veces uno va predispuesto a ver sólo lo que quiere ver y a ignorar aquello que no cuadra con visión predeterminada de la realidad.Eso fue lo que me sucedió hace unos seis años, cuando visité Bogotá (Colombia). Ya había comenzado a "ir de putas", pero la prostitución infantil era algo que ni conocía ni buscaba. Y sin embargo la encontré, porque este fenómeno es endémico en la mayoría de latinoamérica (como podrán observar en una serie de videos que les tengo preparados). ¿Cómo dí con ella? Pues por pura chiripa, porque para ahorrar me fui a vivir de la zona de Chapinero (donde pagaba unos 80 mil pesos semanales en una residencia) al centro (35 mil... en una habitación sin agua caliente e infestada de pulgas). Ahí sí lo ví,
por la zona de la TELECOM había varias crías visiblemente menores de edad esnifando pegante. Muy "jevy" la cosa, por aquel entonces ni se me habría ocurrido estar con una callejera como para meterme con una menor drogadicta... Por lo tanto no llegué a conocer nada,
sólo tenía la degradante imagen de esas chicas "vendiéndose" en la calle y pensaba que menuda pena con ellas. De aquí es de donde no pasa muchísima gente: ni hablan con ellas, ni averiguan donde y cómo viven, ni conocen sus familias o aficiones. Son las "otras", las putas, las que todos quieren sacar de las calles, unos a las buenas y otros a las bravas.
La percepción social sobre la prostitución infantil es especialmente negativa, lo que provoca que resulte aún más complicado poder explicar y acceder a esta realidad. Pude ir conociendo las historias de vida de unas pocas de estas niñas que ejercían la prostitución en Colombia, y al menos mi percepción fue que no evidenciaban efectos nocivos como consecuencia de practicarla. Al contrario, se podía apreciar en ellas una desenvoltura excepcional, una sensatez encomiable y una madurez fuera de toda duda.Pasaron varios años antes de que regresase a Colombia (fui en Agosto del año pasado, de ahí el parón en el blog). Las cosas habían cambiado mucho, ahora ya no era un niñato al que le picaban los huevos sino todo un putero curtido que no se amilanaba ante nada. Esta vez llegué a Bucaramanga, y
tardé menos de 24 horas en hallar a una menor con quien por cierto acabé trabando una entrañable amistad hasta que (según averigué) los servicios sociales la retiraron. En "la ciudad bonita" -como también se la conoce-
puede hallarse bastante prostitución infantil, y con esto NO quiero decir que la apruebe ni trato de fomentar el turismo sexual, sino que me limito a describir la realidad tal y como la pude apreciar. Yo ya no soy de pisos y clubes, visité algunos por ver como iba la cosa, pero casi siempre estuve en la calle. Con mi querida, agridulce e incomprendida calle. Me encanta estar rodeado de estas chicas e ir conociendo su vida poco a poco, según ellas mismas te la van contando. Porque como en todo en la vida uno aprende escuchando y observando. Había desde quinceañeras hasta cincuentonas (qué feo suena), la gran mayoría muy simpáticas. ¿Y qué decir de las transexuales? Varias de mis mejores amigas lo eran allí y lo son aquí.
Contar todo lo que viví y aprendí allí me llevaría mucho más tiempo del que dispongo, así que me centraré en
la prostitución infantil. No era mayoritaria pero como he señalado sí podía encontrarse sin dificultades, tanto durante el día como durante la noche. Las chicas que conocí tenían 15-16 años, si bien me contaron que en otras zonas había chicas todavía menores (de 12-13) y una de ellas me dijo que había empezado a "putiar" con 12, "cuando todavía ni tenía pelos en la cuca" (sic).
Básicamente se concentraban en los parques Antonia Santos y Centenario, y en algunas ocasiones cerca del Hotel Chicamocha. Pero todo era muy irregular, no es como aquí que sabes que más o menos tienen unos horarios y tal. Allí era prostitución callejera en estado puro, con las chicas echando a correr cuando llegaba el camión de los "tombos" (policía), cada una armada con una navaja automática (que aquí están prohibdas) para defenderse, "metiéndose vicio" (drogándose) en plena vía pública. Buah, yo estaba en mi salsa. Y las chicas flipaban conmigo, decían que jamás en la vida habían conocido a un europeo como yo... con deciros que los propios colombianos tenían miedo a esas zonas... jajaja. Soy un costra y cómo me gusta.
Otra zona que visité, muy concurrida, era
la plaza de COLSEGUROS. Para mí fue toda una cura de humildad, yo iba de sobrao pensando que ya no podía sorprenderme nada... y me encuentro con
varias chicas, TODAS MENORES, más sucias que el palo de un gallinero, pinta de yonkis desquiciadas y lavándose en fuentes públicas. Puta madre, qué mal rollo me dieron. Eso ya era demasiado hasta para mí. Hablé un par de veces con una señora que al parecer proporcionaba chicas a los hombres que andaban por la zona (se me acercó cuando me puse a mirar a las chicas junto a una fila de tipos que no debían tener nada mejor que hacer que pasarse las tardes de mirones) y con una chica de 13 años (si no los tenía desde luego los aparentaba) que me presentó lista para hacer el trato. La dije que volvería mañana... y hasta hoy.
Para los abolicionistas la prostitución resulta inadmisible en todas y cada una sus modalidades, sin embargo suelen mostrar aquellas tipologías que causan una mayor alarma social (prostitución infantil, callejera, forzada, etc) con el objeto de desgastar la imagen de la prostitución en su conjunto.¿Qué habría detrás de esa chica? ¿Pobreza? ¿Abusos? ¿Falta de alternativas? Me faltaron cojones para seguir averiguando. En cambio de las de la "calle 22" (la calle de putas allá, se halla entre los dos parques que anteriormente mencioné) sí
supe un montón de cosas que fueron desmitificando las ideas preconcebidas sobre estas chicas. Muchas me presentaron a sus parejas, sus hijos, sus padres. Fuimos a comer juntos y me invitaron a sus casas (bueno, a las pensiones donde residían). Algunas de las chicas vivían juntas y otras por su cuenta, la que fue más amiga mía -que la llamaban "la Chinche", por ser la más pequeña de todas- seguía en casa de la madre y a veces pasábamos casi todo el día juntos. Teníamos los mismos gustos: la buena comida, el reggaetón (sí, qué pasa), los paseos, los dibujos animados... jajaja. Pero igual me echaba las tardes con unas u otras chicas, dependiendo de las que estuviesen en la calle en el momento. O con las transexuales, como he dicho, tan locas por entrar conmigo que me lo ofrecían gratis... y no, papá, eso nooooo. "Ni puel putas" como dicen allá.
En su día Marien me preguntó si no me apartaban o se cansaban de mi compañía, a veces olvido que lo que yo doy por sentado le extraña a otras personas. Pues no, el problema de la prostitución callejera muchas veces es la FALTA DE TRABAJO, así que
las chicas agradecen la buena compañía. Lo corriente es que me llamen, bien cuando me ven o incluso por teléfono, para que pase un rato con ellas AUNQUE NO ME VAYA A ATENDER. Porque no soy sólo un cliente sino, además y sobre todo, su AMIGO. Si hay veces que son ellas las que me llegan a aburrir a mí con sus historias... pero lo llevo bien, porque en eso consiste la amistad: en estar pa las buenas y pa las malas, en aguantar y en que te aguanten. ¿Que hay pesaos? Claro, en varias ocasiones las chicas han recurrido a mí para espantarlos, aunque no tienen problemas en mandarles a la mierda directamente. Y además
cada una (como es normal) tiene su manera de llevar esto, unas sólo buscan el trato y hacen una estricta división entre vida personal y laboral. Lo respeto, y ACEPTO SUS REGLAS. Y otras pues son más extrovertidas, sociables y entablan relaciones de amistad con nosotros (no soy el único que anda con ellas, hay otros todavía más puteros que yo).
Pues esto ha sido todo por hoy, no esperaba enrollarme tantísimo y os he soltado un discurso de cagarse. Disfrutad de este relato, que cada vez van a ser menos frecuentes al menos hasta que acabe la carrera. Ostias, y a todo esto os pongo la canción que ya se me pasaba.
12 AÑOS - SEGISMUNDO TOXICÓMANOQue alguien me ayude,
ahora vivo en un burdel.
Nací en una familia que era pobre.Mis padres me vendieron,
siempre los odiaré.
Sólo tengo 12 años.
Soy objeto del deseo
de turistas trastornados,hacen con mi cuerpo...
Que alguien me ayude,
tengo ganas de vivir.
En las calles sólo me enseñaron sexo.
No hay ley,
no hay nadie,
que proteja mis derechos.
Como un animal soy tratada.(Bis x 5)