lunes, 29 de febrero de 2016

Entrevistas a Natalia Ferrari

"La gente que habla sobre prostitución, no tiene ni puta idea de lo que dice (...) Cuando reúno en mi cabeza a todas las putas que conozco encuentro en común dos cosas: fuerza e inconformismo. Frente a las adversidades ninguna se quedó paralizada. De nuestros propios errores, hemos sido capaces de construir la realidad que consideramos justa. Para nosotras y por nosotras. No quisimos lo que otros nos daban porque no era suficiente. Tampoco nos creímos lo que se supone que nos merecemos. Aprendimos a seleccionar clientes, y a educarlos para tener con ellos las relaciones que queremos. A decir que no y a tomar decisiones más inteligentes. A empoderarnos con nuestros cuerpos y seguir nuestros instintos".

"Creo que se comete un atentado contra nuestros derechos cuando se pone en duda el poder de decisión de las mujeres sobre nosotras mismas".

"La sociedad estigmatiza a las putas por unos valores enfermizos y yo no voy a adaptarme a una sociedad enferma. Quiero que mi ejemplo forme parte de un cambio hacia el progreso. Que se normalice la profesión y que nosotras empecemos a ser vistas como mujeres con los mismos derechos y estatus social que cualquiera que no es puta".

"Cuando las putas empezamos a hablar por nosotras mismas invalidamos el discurso de todos aquellos que creen que pueden hablar en nuestro nombre. Esos falsos rescatistas con mensajes paternalistas y salvadores de nuestras almas muy preocupados por el uso que hacemos de nuestras vaginas. Si yo, y todo un colectivo de prostitutas, te decimos mirándote a los ojos y con voz firme que estamos orgullosas de ser putas, tus teorías abolicionistas se van al carajo".

Natalia Ferrari Diaz, "prostituta independiente que no vive una doble vida"



Esta entrada es una continuación de la anterior, de hecho pensaba incluir una de las entrevistas en ella pero como tienen mucha miga he preferido tratarlas aparte. Como tantas y tantas veces digo, tenemos -como sociedad- asumidas una serie de creencias y conceptos sobre la prostitución que difícilmente cuestionamos sencillamente porque resulta muy, ¡pero MUY! difícil que algún medio se digne a entrevistar a alguien involucrado directamente en este fenómeno. Es algo así como, ¡qué atrevidos, entrevistan a una puta! (ni me planteo que entrevisten a un cliente, eso a día de hoy es impensable).

He reconocido, y no me avergüenza decirlo, que si no hubiese accedido a la prostitución como cliente (lo que me permitió ir conociendo a muchas de estas mujeres) es muy probable que compartiese los prejuicios que tanta gente tiene sobre la prostitución. De hecho, todas esas ideas que los periodistas manifiestan a Natalia como que el cliente hace lo que quiere, que ellas detestan su trabajo y que es imposible que puedan disfrutar con sus clientes yo las creía a pies juntillas. A ver, que ni las putas ni los puteros somos marcianos. Hemos nacido y crecido en una sociedad en la que desde pequeñitos se nos educa en una aversión hacia la prostitución. Por eso mismo entiendo que la gente no nos crea en un primer momento, hace falta un tiempo (y una buena dosis de voluntad y humildad) para que nuestras manipuladas mentes llenas de ficción comiencen a ver la realidad.

Sin embargo la realidad es tozuda y a fuerza de andar con putas tuve que ir dejando de lado mis prejuicios. No es un proceso rápido ni sencillo, a nadie nos gusta reconocer que hemos estado equivocados. Así que tómense su tiempo, lean, pregunten, repregunten e investiguen por su cuenta. Desde este blog sólo pretendo ofrecerles instrumentos e información para que, QUIEN QUIERA, pueda conocer mejor este fenómeno. Y lo que les traigo en esta ocasión no es una, ni dos, sino TRES entrevistas a Natalia Ferrari, una auténtica revelación que les va a contar de primera mano qué es "ser puta". Luego piensen lo que quieran, pero escúchenla (o léanla) porque mucha gente se IMAGINA lo que es la prostitución y opina en base a esa ficción en vez de molestarse en conocerla. Y no, lo siento mucho pero desconocer un tema no te autoriza a inventártelo. Un fuerte aplauso para Natalia que lo está haciendo fenomenal.

Natalia nos ofrece, a lo largo de estas entrevistas, una visión muy interesante y totalmente contracorriente de la prostitución. Para ella la prostitución es sinónimo de libertad, es la actividad que le permite satisfacer no sólo sus necesidades económicas sino también hacerlo con la autonomía que necesita a la vez que la permite disponer del tiempo para desarrollar sus proyectos personales. Este hecho, que constaté a lo largo de los años con muchas chicas que conocí, fue el que me llevó a subtitular el blog como "espacio sexual liberado". La prostitución para muchas personas supone una liberación tanto sexual como económica y laboral. Y no os lo digo yo, os lo dicen las propias chicas que trabajan de putas. No hago más que contar lo que las escucho a ellas.



Escribe: Gabriela Wiener

Vive en Barcelona hace una década, tiene una web personal con su nombre y publica textos para acabar con los estigmas que rodean a la prostitución. Es prostituta y feminista.

Hace unos días leí una entrevista a una joven prostituta que podía ser una entrevista más a una trabajadora sexual  anónima más pero no lo era. Devoré sus respuestas y le compré casi todo lo que decía, entre otras cosas que era “puta y feminista”, que estaba mejor trabajando  como puta que en un McDonalds y algún brillante descargo al periodista: “¿Tú vendes tu culo porque estás sentado en tu silla de la oficina? Todo el mundo usa su cuerpo para trabajar, el problema es santificar el coño”. No solo era lo que decía, sino cómo lo decía.

Hace mucho que no veía hablar con semejante contundencia no ya a una puta sino a nadie en lo absoluto. Natalia Ferrari (23) es una prostituta independiente que trabaja en Barcelona, acaba de ser portada en Interviú y dice sentirse parte de una nueva generación de trabajadoras del sexo, que habla claro (el problema no es la prostitución sino la trata, por ejemplo), utilizan las redes para hacer activismo por los derechos femeninos y están a favor de la regulación y de que se reconozca también la realidad de quienes, como ellas, trabajan en esto por elección y hasta por placer. También es la autora de 10 consejos para ser un buen putero. En su web www.nataliaferrari.com ofrece una “girlfiend experience”, como la película de Soderbergh, por 350 euros por dos horas y 1,200 toda la noche. Me quedo con una parte del apartado “Dudas habituales”: Cliente: Quiero que me hagas el sexo oral sin preservativos. Natalia: Qué bien. Yo quiero ser dueña de una fábrica de chocolate blanco vegano y que no me produzca gastos. El mundo es cruel”.

¿Cuándo decides que no vas a ser una puta cualquiera y articulas un discurso político?
Cuando me doy cuenta de que tengo que tomar decisiones para crear mi marca personal. Sé que cada acción comunica algo distinto y como vengo de un pasado en el activismo –a los 18 años empecé a hacer activismo por los derechos animales y eso marcó un antes y un después para mí– sentí que era importante tomar decisiones que aporten un valor a lo que me importa y ayuden a marcar una diferencia. Cuando me hago puta me toca directamente toda la problemática social relacionada con la profesión y me parece necesario hacer algo al respecto.

Hay la idea de que nadie es vocacionalmente puta y de que se hace por dinero.
Esto es algo que solo se le cuestiona a las putas, el resto de trabajadores del mundo, al parecer, no lo hacen por  necesidades económicas. Todos en algún momento de nuestra vida aceptamos y mantenemos un trabajo que no nos interesa solo por el dinero. Sí, las putas también. Si llevas  tiempo y sigues siendo puta, quizá es porque lo estás eligiendo activamente. Yo necesitaba un trabajo porque, lamentablemente, me cobran por la comida, el agua y el techo. La prostitución fue el que mejor se adaptó a mis intereses y el que más facilidades me daba para mantener el estilo de vida que deseo.

¿Cómo son las nuevas putas?
Existen putas en la historia que han hablado con orgullo de su profesión. Ahora hay más facilidad para visibilizarnos como individuos. Con las redes sociales hoy las putas tienen Twitter o incluso blogs. Siento que hay muchas prostitutas jóvenes que eligen prostituirse porque es la mejor opción, tienen entornos abiertos en su vida y no cargan con vergüenza su trabajo.

¿Hay que ser clase media y tener un nivel cultural para empoderarse como puta?
Hay que saber lo que una quiere. En occidente, no supone una condena para el resto de tu vida no tener estudios o ser pobre. En mi caso, dejé el instituto a los 13 años, y aún así no he parado de aprender sobre aquello que me interesaba o que creía necesario para alcanzar mis objetivos. Si quieres tener éxito, fórmate. Si no puedes sola, pide ayuda.

Cartel que forma parte de una campaña para la normalización o aceptación social de la prostitución. Al igual que Natalia, muchas de sus compañeras y colectivos que las apoyan recalcan las bondades del trabajo sexual e indican que se compara muy ventajosamente (tanto en términos de ganancia económica como autonomía personal) con respecto a otras actividades.



Te reivindicas como feminista pero supongo que hay feministas que no te tragan.
No entro en esos debates. La crítica de cierto sector feminista mantiene que la prostitución es un sistema de explotación del hombre sobre la mujer. Eso es muy simplista. Invisibiliza a los hombres que se prostituyen, ignora la existencia de clientes mujeres y parejas, arrebata el poder de decisión de las prostitutas, demoniza a los clientes. Niega la capacidad del ser humano para evolucionar. El matrimonio también  fue históricamente una institución desigualitaria y en muchos lugares aún lo es. ¿Abolimos el matrimonio o educamos a la gente a que se relacione de una forma sana?

¿Por qué una chica joven querría ser una prostituta orgullosa?
¿Por qué no? Estás en contacto con tu sexualidad y tienes pleno control del uso de tu energía y tiempo. Es un trabajo con el que puedes vivir perfectamente trabajando poco y te permite desarrollar otros proyectos paralelamente.

¿Qué es lo primero que debe aceptar un cliente?
El principio básico del respeto es aceptar que ella tiene el control. Por otra parte, el componente emocional es muy variado y depende de la conexión mutua que se cree en el encuentro.

Tienes un filtro tan riguroso con los clientes que la prostitución contigo se parece más a ligar que a pagar. ¿Qué opinas?
No estoy de acuerdo. Mis filtros no buscan que el cliente me seduzca. Simplemente me interesa tener la seguridad de que esa persona entiende y acepta mis condiciones básicas. Si siento que cualquiera de esas premisas no se cumplen, ese  humano y yo no nos vamos a entender. Esto es mejor saberlo antes de que él esté dentro de mi habitación.

¿Qué más se puede hacer para que las reinvidicaciones no caigan en saco roto? ¿Un partido político de putas?
No creo que sea efectivo crear un partido político de putas, pero sí crear grupos que influencien a los partidos que ya existen. Organizarse y hacer demandas claras  según las necesidades determinadas. Pero parece que antes hay que perder el miedo a ser reconocida socialmente como una trabajadora sexual.

Para Natalia tiene mucha importancia "perder el miedo a ser reconocida como puta", lo que se conoce como "salir del armario". Alabo su valentía, aunque pienso que todavía pocas personas pueden hacer lo mismo ya que las consecuencias de hacerlo son muy negativas. No es una cuestión de vergüenza sino de supervivencia social.



por Alberto Gayo

Natalia es puta y es feminista. No sufra, ahora lo explicará. No le gustan las prisas y sí los mordiscos en el cuello. Habla de una profesión que ha elegido libremente, de sus clientes, de sus tarifas… y también de la trata y la explotación de mujeres.

Decir que es puta, vegana y feminista  suena fuerte. Explíquese, por favor.
Soy feminista por sentido común. No se debería discriminar a nadie según su sexo, género u orientación sexual; y reconozco que la lucha feminista ha construido un mundo más justo para todos. Soy vegana desde que me di cuenta de que no es necesario comer animales para estar sanos y que hacerlo supone hacer daño a otros. Y la prostitución también es una cuestión de tener más información. Trabajar para otros me hacía muy infeliz. La prostitución salió como una opción natural. Me apetecía probarlo y las condiciones eran atractivas. Soy muy crítica, cuestiono lo establecido y no me gusta seguir a la manada.

A muchos las palabras puta y feminista les provoca rechazo.
Es que hay que usarlas con naturalidad y orgullo. La gente no se escandaliza cuando hablo de prostitución porque lo hago con cercanía y con el mismo tono que usaría si fuera recepcionista. El componente negativo se origina de la desinformación y cuando se permite que otros hablen en nuestro nombre desde los prejuicios y la moralidad. Si te digo que soy puta, sin vergüenza, te hablo de lo genial que es para mí, todo el lado dramático que la sociedad tiene asumido sobre este trabajo empieza a ponerse en duda. Es igual con el feminismo: el rechazo social se debe a no entender cómo nos beneficia a todos.

¿Es mejor este oficio que otros? 
Trabajé en un McDonald’s cuando cumplí 16 años y solo duré tres días. Me quedé horrorizada por la cantidad de comida que tiraban a la basura y el ritmo brutal que había. Mi sueldo era bastante menos de 1.000 euros.

¿Recuerda su primer trabajo de puta?
Fue una cita de una hora por 100 euros. Antes de llegar el cliente yo estaba nerviosa y todas mis inseguridades se multiplicaron por mil. Pero todo sucedió con muchísima cercanía y respeto. Sentí como el cliente demostraba en todo momento que yo tenía la posición de control en la relación. 

Si la oyesen los comensales de  al lado, podrían pensar que vende su cuerpo... 
Decir eso es un mal uso de la lengua. Cuando compras algo eso se vuelve tu propiedad, lo adquieres. Las putas no cedemos los derechos de nuestro cuerpo. ¿Tú vendes tus manos cuando tecleas un artículo para interviú? ¿Vendes tu culo porque estás sentado en una silla de su oficina? Todo el mundo usa su cuerpo para trabajar, el problema es cuando creemos que el cuerpo hace referencia solo a los genitales y hay una tendencia de santificar los coños. Como si fuera algo que solo debe tocar nuestro príncipe azul. Yo puedo disfrutar teniendo sexo con desconocidos que me respetan. Incluso si no disfrutara, no es asunto de nadie. Mi cuerpo es exclusivamente mío. 

El problema es que muchas mujeres son obligadas a ejercer la prostitución explotadas por mafias.
Si hay amenazas, violencia, retención de la documentación forzando a alguien a una actividad comercial, esa persona es víctima de trata. La explotación sexual no es la única que existe, aunque sí sea la más visible. Existe trata en el sector textil, hostelero o rural. La trata de personas es una forma de esclavitud no necesariamente sexual. La diferencia con mi trabajo está en el consenso. Si accede libremente, sin coacción ni amenazas, a cambio de sus propias condiciones, esa persona está trabajando. Lo otro es trata.

¿Dar su identidad es un signo de desafío, de valentía, de ingenuidad...?
¿Por qué las putas tenemos que crearnos una realidad paralela y no compartir lo que vivimos? Lo único que se consigue así es que otros hablen por nosotras y reafirmar la teoría de que estamos haciendo algo malo. 

¿Cuántas prostitutas independientes como usted trabajan en España? 
A diferencia del sector abolicionista, yo no me veo capaz de soltar cifras sin un resguardo de organismos oficiales. Desde luego que conozco a muchas prostitutas independientes y putas que trabajan en agencias que también se lo montan muy bien y están contentas.

¿Encuentra fácilmente el placer con desconocidos?
A menudo sí, en diferentes intensidades y conexiones. Cuanto más follas, más te conoces y resulta sencillo encontrar placer. Siempre he sido muy sexual, si no lo fuera no podría aguantar este trabajo. 

Ha escrito que “se comete un atentado contra nuestros derechos cuando se pone en duda el poder de decisión de las mujeres sobre nosotras mismas. (…)  Si estoy cometiendo un atentado es contra el amor romántico y la Iglesia”. ¿Quién se enfada más cuando habla usted así, la Iglesia o algunas feministas?
Quien ha mostrado más rechazo ha sido cierto sector feminista. No por mi crítica al amor romántico. Lo que molesta es cuando me declaro empoderada con mi trabajo.  Algunas personas no pueden entender que el hombre no es siempre quien marca las reglas. Tienen demasiado interiorizado que la mujer es un ser débil al uso del macho, y las putas estamos demostrando que no es así. Por alguna razón sus cerebros entran en cortocircuito cuando escuchan esas cosas. Hay mujeres que disfrutamos follando, que nos gusta exhibirnos y que llevamos el control. No quiero que la imagen de la prostitución la creen otros. Y hay una nueva generación de prostitutas que se siente cansada del estigma.

En vez de ocultarse, algunas putas se muestran a cara descubierta y reivindican su derecho a expresar por ellas mismas lo que es la prostitución. Su actitud resulta excepcional, pero no su mensaje: al igual que Natalia he encontrado a cientos de prostitutas que vivían el trabajo sexual con comodidad aunque preferían vivir tranquilas en vez de tratar de cambiar una sociedad que bien saben que no las comprende.



De ese empoderamiento habla también la periodista Samanta Villar, que ha escrito un libro sobre prostitutas voluntarias.  ¿Cuál es su contribución?
Hablar a cara descubierta. Poco tiempo después de empezar a prostituirme leí lo que decían medios sobre cómo funciona mi trabajo y la clase de individuos que somos las putas y los clientes. Quedé alarmada y me sentí muy triste. Mi realidad no estaba para nada representada y eso no me pareció justo. 

¿Qué le diría a los colectivos y partidos que quieren abolir la prostitución o castigar al cliente?
Qué no es una estrategia efectiva. Hay personas que quieren prostituirse y otras quieren consumir prostitución. Esto puede suceder sin hacer daño a otros. Reuníos con putas, escuchad cuáles son sus inquietudes y atendedlas desde el marco social y legal. El discurso abolicionista contribuye a marginar la prostitución, hay estudios que demuestran que penalizarla lo único que hace es invisibilizarla y poner a sus protagonistas en más riesgos. Lo que se debería hacer es aceptar que este trabajo es una buena opción para mucha gente. Podemos crear sistemas de apoyo y ayudar para que los más vulnerables tomen decisiones inteligentes, pero no desde el paternalismo.

¿Que le guste follar es premisa indispensable para ser puta independiente?
No, para ser puta independiente tienes que saber qué es lo quieres y cómo vas a conseguirlo. Luego, que te guste lo que haces es fundamental si lo quieres mantener a largo plazo.

Sus tarifas están en la web. Desde  250 euros por 90 minutos a  1.200 por una noche entera. ¿Son precios de mercado?
Son precios neutros. Hay un gran sector que cobra menos y otro que cobra mucho más.

Es autora del Decálogo para ser un buen putero. ¿Qué clientes tiene?
Las sociedades cambian. Muchísimas personas se imaginan a un putero y les viene a la mente Torrente, en referencia al machismo y la objetivación, a alguien que solo busca un par de tetas bonitas. Desde luego que hay personas así, pero yo jamás he tenido un cliente con ese perfil. Alguien que busca una mamada rápida no vendrá conmigo y tampoco quien quiere pasar una velada con una mujer del catálogo de Victoria’s Secret.

Confiesa que empezó a masturbarse muy pronto, que alucinaba con Fred Astaire, Woody Allen y Tchaikovsky.
También declaro mi amor incondicional por el chocolate blanco vegano. Quiero que las personas que se pongan en contacto conmigo lo hagan por cómo soy y no simplemente porque encuentren que mis tetas son atractivas. Mis tetas no van a determinar la calidad del encuentro, mi personalidad sí.

Además de que le mordisqueen el cuello, ¿tiene algo más que le vuelva loca?
Me gusta el sentido del humor y la gente con discurso de progreso. Lo que más me pone es la gente que detecta fallos y ejecuta soluciones. Este trabajo me ha enseñado que el físico importa poquito. Puedes ser la persona más hermosa del mundo, pero si eres un imbécil, tu belleza física carece de impacto.

Ante las preguntas de los periodistas Natalia ha demostrado no arredarse y tener las ideas muy claras. Ojalá la invitasen a algún programa de TV aunque creo yo que mucha gente hará todo lo posible por boicotearla. No es mi caso, aquí recopilo las tres entrevistas que, hasta donde conozco, le han hecho los medios.




Por CHUCK 

Hoy vamos a entrevistar a una puta, y el uso de este sustantivo no conlleva ningún tipo de descalificativo machista ni irrespetuoso hacia esta milenaria profesión ya que para empezar es así como se define ella misma. Natalia Ferrari Diaz no es es un pseudónimo sino el nombre que figura en el pasaporte de esta prostituta de 23 años que ejerce en Barcelona desde hace solo dos años. Natalia rebosa sensualidad e inteligencia pero si hemos querido hablar con ella es sobre todo porque es de las pocas prostitutas de su edad que no oculta su identidad. Para defender la profesión que ha elegido libremente, allá donde vaya ella se presenta como puta, hablando claro, sin tapujos y a mucha honra. Y es que hablar con ella supone todo un desafío intelectual, en el cual vas a tener que desaprender muchos de los conceptos y prejuicios con los que te han educado.

Nos citamos con esta valiente muchacha a las 19:00 en una vinoteca del barrio del Born para compartir una botella de vino blanco. La conversación resulta tan interesante que cuando consultamos el reloj, hemos pasado cuatro horas charlando de putiferio, activismo y pornofilia. Invita esta casa porque además de extraordinariamente seductora resulta que es admiradora de Orgasmatrix. Me convence tanto su discurso que me planteo si sacar 250€ del cajero, su tarifa mínima, y pegarnos un revolcón de hora y media para probar en primera persona su servicio de girlfriend experience. Pero una vez valorado el estado de mi economía, acabo decantándome por dirigirme a casa y repasar los nuevos posts de Pinjed.

Vamos a empezar por el principio, en el momento de tu vida decides dedicarte a esto y el porqué.
Un día me doy cuenta que estoy gastando mi vida en un trabajo que no aporta nada a las temáticas sociales que me preocupan y tampoco ayuda en mi crecimiento personal. Cobro el salario mínimo trabajando 6 días a la semana casi a tiempo completo. Después de esta revelación analicé el mercado laboral y noté que lo único que tenía para ofrecerme era más de lo mismo. No me daba la gana resignarme a que ese fuera mi estilo de vida. No sé muy bien cuando empecé a considerar la prostitución como una alternativa mejor, recuerdo sentirlo como una opción muy natural. Siempre he tenido una admiración por todo lo que se sale de la normativa y por las mujeres que se empoderan de su vida y su sexualidad. Desde muy pequeña identificaba a las putas o actrices porno como mujeres fuertes e independientes, y de alguna forma, sentí que pertenecía a ese grupo. Estuve un tiempo pensando sobre ello, sobre cómo hacerlo de la mejor forma posible. Tenía mis inseguridades pero todo se aclaró cuando descubro que una amiga lleva un año trabajando como puta. Conocer su experiencia y cómo se siente me reafirma mis ideas sobre autonomía y empoderamiento. En ese momento queda claro que puedo montármelo como yo quiero y eso es lo que más me atrae.

¿Cómo consiguiste tu primer cliente?
Mi primer cliente lo consigo publicando un anuncio en internet en una página cualquiera de contactos. Recuerdo estar muy nerviosa esos días y agobiarme por la cantidad de llamadas que recibía así que decidí apagar el teléfono. La primera cita la concreté por correo. Sobre el encuentro lo más importante a destacar es mi sentimiento final de “joder, ¿por qué no he empezado a trabajar de puta antes?”

Pues las feministas abolicionistas y algunos políticos dicen que nadie elige prostituirse libremente y que se trata de un tipo de represión machista.
Decir que nadie lo elige libremente es una estrategia comunicativa. Tienen que decir que estamos coaccionadas por fuerzas malignas, porque si no fuera así, se estarían poniendo en contra de un grupo de mujeres que eligen sobre su propio cuerpo, diciéndoles lo que pueden y no pueden hacer y hacer eso, no es muy feminista. Pese a que empatizo con las preocupaciones sobre la prostitución no estoy de acuerdo con sus estrategias y creo que fallan, y mucho, al negar realidades como la mía y las de todo un colectivo de prostitutas que hablan en primera persona de lo mucho que disfrutamos con nuestro trabajo. Como ejemplos están las organizaciones APROSEX o Prostitutas Indignadas, ambas en Barcelona y con portavoces prostitutas que dan la cara por sus derechos.

Hablar de la prostitución como un “tipo de represión machista” es seguir con el tan cansino discurso de que todos los clientes son monstruos y que todas las putas somos víctimas. Las relaciones desigualitarias entre hombres y mujeres existen en parejas, matrimonios, polvos de una noche, y sí, también entre putas y clientes pero bajo ninguna circunstancia es algo intrínseco de la prostitución. Solo un reflejo de la sociedad y las identidades de cada participante en la relación. Si tienes una postura abolicionista y no quieres ver relaciones de poder injustas lo mejor que puedes hacer es educar a la gente. Yo misma y la mayoría de putas que conozco tenemos un claro mensaje feminista y no aceptamos faltas de respeto de ningún hombre. Se deja claro desde el primer momento que las condiciones las marcamos nosotras y solo serán nuestros clientes quienes están de acuerdo con ellas.

La fortaleza del mensaje de Natalia es que dice que es puta es con la frente bien alta. Su valentía se ve subrayada por su juventud y la contundencia de sus palabras. Creo que hasta la persona más contraria a la prostitución debe plantearse tras leer estas entrevistas si el problema está en sí en esta actividad... o en los prejuicios sobre ella.



Se dice que estás cometiendo un atentado contra los derechos de la mujer ya que fomentas la trata y el patriarcado.
Creo que se comete un atentado contra nuestros derechos cuando se pone en duda el poder de decisión de las mujeres sobre nosotras mismas. Las putas decidimos sobre nuestros cuerpos y experimentamos con nuestra sexualidad según intereses propios y no culturales. Parece que molesta que las mujeres (y hablo de mujeres excluyendo a los hombres porque la prostitución masculina no genera ni de lejos la misma controversia) ya no nos creemos el cuento de que debemos entregar la vagina solo al “amor de nuestras vidas”. Las putas cobramos por algo que socialmente se entiende que debería ser gratis. Si estoy cometiendo un atentado contra alguien es contra el amor romántico y la iglesia.

Muy interesante pero, ¿no preferías cambiar de oficio si ganaras lo mismo trabajando como camarera?
Me encanta mi trabajo, y la principal razón no es el dinero que gano sino la autonomía. No podría trabajar para intereses de terceros aceptando las condiciones que establece otro sobre el uso de mi tiempo y energía. La principal ventaja de ser prostituta independiente es ser tu propia jefa y hacer verdaderamente lo que tú quieres. Claro que si tuviera la opción de no trabajar de nada, lo haría. Seguro que cualquiera que me lee estará de acuerdo conmigo que en lugar de trabajar preferiría gastar su tiempo en otras cosas, pero vivimos en un sistema que nos demanda dinero para acceder a ciertas comodidades. Resulta que si trabajas siendo puta puedes conseguir dinero rápido e invertir tu tiempo de forma hedonista.

¿Aceptas a cualquier cliente, por feo, sucio y desagradable que sea? ¿Qué metodología aplicas para saber si te interesa aceptar al cliente?
Es muy importante para mí que la persona que esté interesada en una cita conmigo sepa quién y cómo soy. Así me aseguro que existe una compatibilidad de carácter y que queremos experimentar el mismo tipo de encuentro. Eso es lo que determina o no si acepto a un cliente y se suele ver con facilidad mediante correos o una llamada de teléfono. Nunca voy a juzgar a una persona por su apariencia física. Puedes tener la belleza de un Adonis, pero si te comportas como un gilipollas, eso es todo lo que serás y tu atractivo disminuirá a cero. En cuanto a la higiene personal, es de protocolo que el clientes se ducha antes, aunque los seres humanos, antes de un encuentro sexual y siempre que tengamos oportunidad de hacerlo, solemos procurar estar limpitos por esto de las normativas sociales y el respeto hacia el otro. Los puteros no son una subespecie aparte.

Pero vamos a ver, ¿no se ha de tener mucho estómago para meterte en la boca la polla de según quién?
Cuando alguien hace preguntas de este tipo siempre le animo a que analice qué carajo visualiza como hombre que va de putas y por qué tiene esa imagen. Dicho eso, mis clientes son personas que pueden ser más o menos guapos, igual que yo y que tú. La belleza es muy subjetiva y a mi personalmente lo que más me pone de mi trabajo es el contexto y no un par de ojos bonitos. Hago muchos filtros para asegurarme que no estoy con personas que tienen una identidad que encuentro desagradable. Creo que en esos casos debería tener estómago y mucha paciencia, y realmente, no quiero que mi trabajo se convierta en algo que me cueste hacer. Quiero que se mantenga como algo divertido, con relaciones humanas cercanas. Si siento que tengo que poner muchos esfuerzo mental para que la cita sea placentera para ambos, es un claro indicador de que esa persona y yo no nos vamos a entender, y en esos casos, no acepto la cita.

Lejos de lo que se cree, las prostitutas no se encuentran inermes ante sus clientes sino que como señala Natalia imponen sus condiciones. ¿Y pagamos por estar con una tía así, segura de sí misma y que sabe lo que quiere? Pues claro, porque lo que a ella le gusta es también lo que a nosotros nos gusta. Para disfrutar de la prostitución uno debe cambiar el chip con el que hemos educado, el contexto de prostitución no significa que tengas que decir, hacer ni actuar de manera diferente a como lo harías con cualquier persona. Y has de dejarte llevar, si haces lo posible por agradar a la chica y ella hará lo mismo para que tú también te encuentres genial. Pero si vas como un cafre tendrás también lo que te mereces...



¿O sea que disfrutas cada una de tus relaciones sexuales?
A distintos niveles, claro, pero sí. Para mantener este trabajo tienes que tener un deseo sexual alto y a mi me gusta mucho follar. Por otro lado me apetece puntualizar que en 1:30h no solo hay sexo. Una parte muy grande del encuentro se ocupa conectando con la otra persona y compartiendo un espacio de tranquilidad y cariño. Dado que como dije antes, mis clientes son personas que verdaderamente quieren estar conmigo, nos solemos entender con facilidad y “disfrutar” suele surgir de forma natural. Normalmente mucho rato de la cita se centra en compartir historias y opiniones con alguien que te comprende o que al menos tiene una gran predisposición para hacerlo. En cuanto al sexo, para sorpresa de muchos, los puteros tienen una sensibilidad y respeto máximo por mi cuerpo. Les importa qué cosas me gustan y cuales no.

Se supone que una prostituta está a la merced de los deseos y caprichos del cliente. ¿Tu sexualidad no debería ser irrelevante para tus clientes?
La sociedad supone muchas estupideces con respecto a las putas. La experiencia que yo ofrezco está definida según mis preferencias. Si un ser humano quiere algo distinto, busca a una puta distinta. El hombre no impone sus deseos a las putas, elige a una que puede aportarle lo que él quiere. Desde luego que existen personas que no tienen en consideración los gustos de sus parejas sexuales. Estos especímenes están en cualquier tipo de relación íntima posible y es un problema de educación sexual/emocional por parte de todos los implicados. Con las relaciones entre putas y clientes todo es más fácil. Existe una jerarquía de poder en donde somos nosotras las que tenemos el control de la situación. Esto se da por hecho, no es muy difícil, sólo se trata de ser amable con tu pareja. Las prostitutas no somos una categoría inferior de mujeres. Tenemos tanta sensibilidad y derecho a disfrutar como cualquiera que no sea puta. Sólo hace falta tener un poco de sentido común para darte cuenta de esto. Los individuos autoritarios y dominantes que creen que tienen derecho sobre mí por su dinero o por la posesión de un pene se identifican con facilidad y no entran a mi cama.

Veamos, defiendes que la prostitución no es más que una transacción comercial como cualquier otra y que lo que diferencia a una masajista de una puta es básicamente el contacto con los genitales. Si es así, ¿cómo justificas ganar 300€ la hora? ¿No está sobrevalorado?
No, creo que está infravalorado. Las putas ejercemos un trabajo fundamental para la paz mental de muchos. Guardamos muchos secretos porque prometemos un grado de discreción que en otros entornos quizás no tendrían. Por otro lado, hay que valorar los riesgos a los que nos exponemos. Hay muchas mujeres que llevan muy mal el estigma y sienten que si su entorno se enterara se les arruinaría la vida. También hay que tener en cuenta el riesgo de ETS. Aquí nadie viene con una analítica hecha en un máximo de 21 días.

Personalmente yo con esos precios sería muy exigente en cuanto a prácticas sexuales. ¿Ofreces servicios deliciosos como por ejemplo la lluvia dorada o el sexo anal?
Realizo prácticas que son deliciosas bajo mi criterio. Recuerdo que hace tiempo un hombre me preguntó si durante el sexo podría darle puñetazos en los huevos. Física y mentalmente podría haberlo hecho. Podría haberle dicho que sí, pero no disfruto en absoluto con eso y aunque humanamente me resultaría posible hacerlo, no me parece justo prometer una calidad de servicio que quizás no puedo entregar porque debería estar fingiendo. Esto es aplicable a los ejemplos que señalas.

Entonces ¿qué aportas que no pueda ofrecer la pareja sexual de tu cliente?
Un espacio de tranquilidad y cariño para que disfrute sin presiones. Nadie espera que seas un amante maravilloso y me enamores con tu habilidoso pene. No hay compromisos y el momento que pasamos juntos es sólo nuestro. No interfiere en la vida del otro. Las putas no juzgamos, somos cercanas y empáticas. Es un contacto humano que no tiene por donde amargarte. Siempre lo defino como un chute de dopamina. No defino el servicio mediante las prácticas sexuales.

¿Realmente disfrutas follando con tus clientes, o la gran suma de dinero que obtienes es lo que te hace olvidar y compensar lo que estás haciendo?
Cuando estoy mucho tiempo sin trabajar lo echo de menos. Follar con desconocidos de esta manera es una preferencia sexual. Desde que tengo 11 años tengo impulsos sexuales pero follé por primera vez a los 18 con quien era mi pareja. No me gusta ligar, no me apasiona la idea de ser la novia de alguien, no quiero tener relaciones a largo plazo. Al menos no en este momento de mi vida. Las relaciones con mis clientes me aportan mucho a diferentes niveles. Es el trabajo ideal para mí.
Sobre el comentario de “la gran suma de dinero que obtienes”: Otra de las estupideces que asume la sociedad sobre las putas es que estamos forradas y que con eso compensamos y justificamos todo. Muchas putas somos mileuristas y estamos conformes con eso porque nos permite acceder a las comodidades que consideramos justas para nosotras y además, al trabajar poco, tenemos mucho tiempo para dedicarnos a proyectos personales sin rendirle cuentas a nadie.

Muchos deben pensar que dices disfrutar porque es lo que todos tus clientes quieren oír.
Su incredibilidad es un reflejo de sus prejuicios sobre las putas. Hay mujeres a las que nos gusta follar con desconocidos que nos pagan, que aceptan nuestras condiciones y luego no se involucran de forma activa en nuestra vida.

Por desgracia hay quienes consideran que el que estemos involucrados en la prostitución nos hace merecedores de su desprecio. Al igual que Natalia también deseo acabar con esta discriminación tan injusta como inaguantable que sufrimos.



Entonces también te debes dejar llevar, es decir, que si surge en medio de la relación podemos acabar haciendo algo que no hayamos acordado de antemano o alargar el fornicio.
Claro, pueden crearse momentos con clientes en donde las cosas se vuelven tan intensas que nos dejamos llevar y sucedan situaciones que no teníamos previstas. No somos máquinas y cuesta frenar el deseo. Pero esto no es la norma y queda entre mis clientes y yo.

Respeto tu opción sexual pero opino que cuando se establece una relación sentimental profunda con una persona, en la cama se alcanza un clímax inalcanzable mediante la relación esporádica o la prostitución. ¿No te interesan este tipo de relaciones sexuales?
Estoy de acuerdo en que pueden nacer vínculos dentro de relaciones afectivas que intensifiquen el placer durante el sexo. La cuestión es que alcanzar eso requiere mucho trabajo. No descarto la posibilidad de intimar a ese nivel con alguien si lo creo oportuno, pero no tengo el deseo o la predisposición en este momento de mi vida. Por otro lado siento que el escenario que planteas y la prostitución son completamente compatibles y pueden convivir entre sí en armonía. Todo depende del momento de mi vida en el que me encuentre.

¿Las altas tarifas de las prostitutas de lujo suponen un filtro de calidad en los clientes? Es decir, para que solo aparezca gente selecta, que se lo pueda permitir.
Muchas veces el estatus económico de alguien nos ayuda a hacernos una idea del tipo de cultura y educación al que ha sido expuesto. Otras veces esto no te dice realmente nada y solo pone en evidencia tus prejuicios. La prostitución de lujo no es simplemente una forma de filtrar personalidades, también experiencias. Hay putas que solo quieren follar con hombres que las saquen a cenar, les regalen cosas bonitas y con quienes puedan tener conversaciones interesantísimas y por eso determinan que su tarifa mínima es 1.500 euros por pasar toda una noche juntos. No les da la gana hacerlo por menos y saben que existen hombres que lo pueden pagar así que van a por ellos.

¿No es esa una postura clasista?
Ser clasista es discriminar a alguien en función de su clase. Reconocer que las clases existen y que hay diferencias entre unas y otras no supone una discriminación. No se las defiende ni se considera justo mantenerlas, solo se puntualiza que están ahí. Hay personas que pueden comprarse un iPhone y hay otras que no. Dentro de las clases están los individuos y cada uno se hace a sí mismo como mejor puede. En mi caso, tengo muchos clientes que son empresarios y muchos otros que son empleados con un salario básico. Lo que determina que prefieran ir con una puta que cobra 300€ en lugar de ir con una que cobra 70€ es su identidad y no necesariamente sus posibilidades económicas.

Tengo entendido que la chupas con condón. ¿No te exigen tus clientes una felación a pelo?
Un cliente no me exige absolutamente nada. Los señores con una actitud prepotente que insisten en que haga algo que yo no quiero hacer no llegan a ser mis clientes. Estas cosas se informan antes de concretar la cita. Todo hombre que considere que las mamadas a pelo son importantes para él se va a molestar lo suficiente en averiguar si la puta lo hace o no. Como he dicho antes, es más fácil encontrar a alguien que ofrezca lo que tú buscas que intentar convencer a una persona que claramente te comunica que no lo hace.

Las chicas siempre nos ofrecen alternativas, y creedme, como profesionales que son es buena idea hacerles caso. Cuando uno va de putas lo que quiere es disfrutar, pasarlo bien, y cada chica tiene sus preferencias o gustos así que la labor del cliente es descubrirlos e ir probando chicas hasta encontrar aquella/s con la/s que esté a gusto. Personalmente, nunca hablo de prácticas sexuales y me ha dado muy buen resultado. Cuando la chica está a gusto y sin presiones y hace lo que quiere te encuentras con que sus gustos y los tuyos suelen coincidir... y hasta aquí puedo contar, jeje.



Y para prevenir el contagio del cliente, ¿también utilizáis campo de latex en el cunilingus?
Si me lo piden, claro. Nunca nadie lo ha hecho. Hacer mamadas con condón no es únicamente por una cuestión de seguridad, también es preferencia sexual. Fuera de mi trabajo hace tiempo que no hago felaciones a pelo en relaciones esporádicas. Por la misma regla creo que quienes hacen cunnilingus sin protección es porque ellos también disfrutan con la experiencia y lo prefieren así y quien no, no lo hace. No existe ninguna obligación en ese sentido, la idea es que estemos todos cómodos.

¿Recibes chicas?
Lamentablemente demasiado pocas y quienes se animan a hacerlo por primera vez suelen hacerlo acompañadas por sus parejas.

Y en cuanto al riesgo de ser agredida por un cliente, ¿no es éste un oficio peligroso?
Las putas tenemos medidas de seguridad. Conozco chicas que tienen instalado sistema de cámaras en el piso donde trabajan. Puede ser un trabajo peligroso si no tienes cuidado. Hay situaciones de riesgo que se pueden evitar con mucha facilidad. Jamás acudo a domicilios, no trabajo en la calle ni subo a coches de desconocidos. Si alguien me transmite un mínimo de inseguridad, no quedo con esa persona. El piso donde recibo es un edificio de viviendas y es muy iluso asumir que estoy completamente sola.

Recuerdo que hace unos años había una escort que tenía una cuenta de Twitter muy interesante, en la cual explicaba sus anécdotas, a la vez que defendía su oficio, como bien haces tú. De repente dejó de tuitear y dijo que un cliente le había arreado tal paliza, que estaba viva de milagro. Después de eso dijo que abandonaba la prostitución y regresaba a sus estudios universitarios. Y es que hay mucho tarado por ahí. ¿No tienes miedo de eso?
Tengo más miedo cuando voy en el el metro que cuando estoy con un cliente. Desde luego no hay herramientas mágicas para evitar una situación como la que describes, pero es que no las hay para ningún contexto. Se toman todas las precauciones que vemos posibles en cada cita y honestamente, las únicas veces que me he sentido violentada por hombres ha sido por parejas afectivas, jamás con un cliente. Soy consciente de que existen personas que son basura y que quieren hacer daño pero mientras te escribo esto pienso en mis clientes y el aprecio que les tengo a tantos de ellos que es impensable para mi que alguno me lastimara de esa manera. ¿Puede pasar? Cierto. También puede que mañana en el metro alguien te de una patada en la boca porque no le gusta tu cara.

¿No sería más cómodo para ti utilizar un pseudónimo y no dar la cara?
Sería algo completamente contrario a mi identidad y ahí caería en una incomodidad y amargura infinita. Desde el primer momento supe que no iba a tener una doble vida. La sociedad estigmatiza a las putas por unos valores enfermizos y yo no voy a adaptarme a una sociedad enferma. Quiero que mi ejemplo forme parte de un cambio hacia el progreso. Que se normalice la profesión y que nosotras empecemos a ser vistas como mujeres con los mismos derechos y estatus social que cualquiera que no es puta.

¿Crees que con ello están aportando tu granito de arena para corregir una injusticia social?
Desde luego. Cuando las putas empezamos a hablar por nosotras mismas invalidamos el discurso de todos aquellos que creen que pueden hablar en nuestro nombre. Esos falsos rescatistas con mensajes paternalistas y salvadores de nuestras almas muy preocupados por el uso que hacemos de nuestras vaginas. Si yo, y todo un colectivo de prostitutas, te decimos mirándote a los ojos y con voz firme que estamos orgullosas de ser putas, tus teorías abolicionistas se van al carajo y pasan a ser aplicables solo a algunos casos puntuales y no a toda una profesión.

Creo que es todo un acierto apropiarse del término puta (bitch) y darle un significado positivo. Para mí una puta no es nada malo, no es un insulto. Me gustan las putas. Quiero a las putas. ¡Vivan las putas, cagoendié!



Pues a pesar ser también trabajadoras sexuales, las pornostars que ejercen la prostitución suelen ocultarlo. Y las que no ejercen quieren dejar muy claro que son oficios distintos y que ellas no se prostituyen, dando la impresión de que un oficio es más digno que otro. ¿Crees que socialmente está más respetado el trabajo de pornostar? ¿Por qué?
Creo que trabajar en el porno está menos estigmatizado que ser prostituta porque lo segundo suele asociarse casi de forma instantánea con un submundo oscuro de abusos y hay pocos casos que demuestran que esto no es así. Si te fijas en reportajes o debates muchas veces ni están presentes prostitutas mientras se habla de ellas. En cambio la pornografía con el tiempo se ha vuelto más transparente gracias a personajes que han hecho públicas sus vivencias. Cuando Sasha Grey, Stoya o, sin ir más lejos Amarna Miller, empiezan a compartir características de sus identidades e inquietudes personales más allá de su trabajo, se alejan inevitablemente del retrato de mujer objeto, sucia y estúpida que no vale para nada más.

Cualquier tipo de trabajo sexual está mal visto porque choca con valores cristianos que representan un uso genital específico y restrictivo. El problema en la prostitución existe cuando las propias putas se creen esa historia, como el ejemplo que pones de actrices que se prostituyen pero lo ocultan porque creen que eso les perjudicará la imagen. Creo que debemos reapropiarnos con orgullo de la palabra puta y desactivar el insulto. Cuando le das una connotación positiva fuerzas a la gente a que se replantee sus ideas.

¿Es cierto que también quieres dedicarte al porno? ¿Por qué? ¿Qué tipo de porno te gustaría hacer?
No diría que quiero dedicarme pero sí explorar. Siento que me permite indagar en un tipo de sexualidad diferente, me apetece exhibirme. Productoras como X-Confessions, Lucie Blush, BlackMind Studios, Abby Winters o Four Chambers son algunas de las que están en mi lista, y si todo sale bien, este Octubre grabo con una de ellas. Quiero formar parte de proyectos que aporten un valor al mundo y provoquen saliéndose de la normativa.

En todo este rato que hemos pasado juntos, tu teléfono no ha parado de sonar. Debes estar amasando una fortuna. ¿Cuántos clientes recibes al mes?
Los justos y necesarios para mantener un estilo de vida cómodo en el que poder dedicarme a mí misma y trabajar en proyectos a largo plazo en los que firmemente creo pero no me dan ni un duro y requieren atención.

¿Aplicarás descuento a los lectores de esta entrevista?
No, les cobraré más :)

jueves, 18 de febrero de 2016

¿Se puede elegir la prostitución?

"Yo puedo disfrutar teniendo sexo con desconocidos que me respetan. Incluso si no disfrutara, no es asunto de nadie. Mi cuerpo es exclusivamente mío".
Natalia Ferrari Diaz, "prostituta independiente que no vive una doble vida"

Hay mucha confusión en lo que se refiere a trabajo sexual y trata. Habemos mujeres que decidimos ser trabajadoras sexuales. Pero muchas veces piensan que están salvando a una víctima de trata y lo que terminan por hacer es precarizar nuestro trabajo”.
Portavoces de AMMAR, Organización de prostitutas

"Nosotras no somos obligadas, lo hacemos porque queremos".
Fátima Olivares, prostituta

"Me encanta ser prostituta, me encanta mi trabajo, me siento libre".
Antonella, prostituta

"El debate de la prostitución libremente ejercida es falso, como demuestra que el 95 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución en España lo hagan obligadas por las mafias o los proxenetas y sólo el 5 por ciento de ellas manifiesta su libertad a la hora de prostituirse".
Agrupación de Periodistas de UGT (AGP-UGT)

"Las mujeres no se prostituyen porque quieren".
Francisco Garrido, coordinador de Metges del Món en Balears

"No sé de dónde se sacan que las prostitutas trabajan en tal profesión de forma «voluntaria»".
David Breijo Martinez, abogado

"Tras cada prostituta yo veo una esclava" .
José Eugenio Nieto Barroso, jefe de policía


Hace unos meses hablé de Natalia Ferrari, una prostituta que había concedido una entrevista poniendo en valor la actividad que desempeñaba y en la que aseguraba que prefería la prostitución a otras alternativas laborales. Yo siempre digo que hay que escuchar a las chicas, claro, pero escucharlas no significa creer ciega y acríticamente todo lo que digan como hacen muchos proderechos. También hay quienes aseguran que eso no es posible, repitiendo eslóganes del estilo "ninguna mujer nace para puta", "las mujeres no somos mercancía" y "nadie elige ser esclava". Pues perfecto, vamos a ver un poco que nos cuenta cada parte para formar nuestro propio criterio. Eso es lo que hizo el pasado mes de Enero la revista Interviú al ofrecer por una parte la entrevista a Natalia por Alberto Gayo y, por otra, un reportaje realizado por Inma Muro que -aunque no he podido leer ya que no está disponible para no suscriptores- parece reafirmar las tesis abolicionistas.

Comencemos por el artículo escrito por ella misma titulado “Las mujeres que sí quieren ser putas”. Viene a decir que quien sabe de prostitución es ella, que la ejerce, y que las representaciones tan negativas que se hacen sobre la prostitución no se corresponden en nada a sus vivencias. Confiesa que, como tantos otros (incluido un servidor), cuando empezó tenía MIEDO (siempre se repite lo mismo). Pensaba que en la prostitución la mujer estaba sometida al hombre, que tenía que tragar con todo lo que la pidiesen y que lo pasaría muy mal. Pero... no fue eso lo que se encontró. En su lugar, lo que experimentó fue que ella tenía el control y ponía sus reglas, que no le suponía ningún trastorno "follar con desconocidos" y que la prostitución tiene un componente humano y psicológico fundamental, que no es una venta impersonal del cuerpo como se la suele caricaturizar. Les recomiendo que lo lean completo, pero no puedo reproducir aquí todos los artículos que menciono porque entonces la entrada sería larguísima.

Puede que resulte chocante para algunas personas, seguramente también me sorprendería a mí si no conociese este mundo como lo conozco. Pero resulta que hay prostitutas que no ven la actividad que realizan como algo malo sino, muy al contrario, consideran que se compara muy favorablemente con otras ofertas laborales. De acuerdo a lo que nos manifiestan, el ejercicio de la prostitución vendría a ser el fruto de una elección voluntaria y racional, y por tanto sería una opción legítima.



Coincidente en el mismo periodo de tiempo, tuvo lugar la discusión entre dos profesores de filosofía que comenzó con el artículo "Reflexiones laicistas sobre la prostitución" de Eugenio Piñero Almendros al que contestó su colega Andrés Carmona Campo, y fue contrarreplicado a su vez por el primero. Básicamente lo que centra su debate es la eterna "guerra de cifras" entre la prostitución voluntaria y la trata (lo cual no es incompatible, de hecho una prostituta voluntaria también es casi siempre "víctima de trata"). Cada uno sostiene sus tesis en base a fuentes secundarias, es decir, no en base a un conocimiento directo de la prostitución sino a las afirmaciones de asociaciones, informes, organizaciones internacionales... Y ahí es donde he dicho siempre que está el quid de la cuestión. DEPENDIENDO de cómo sea realmente la prostitución  habrá que tomar uno u otro posicionamiento, pero si DESCONOCEMOS qué es lo que pasa todas las reflexiones que hagamos al respecto serán erróneas. ¿No les parece?

La cuestión sobre la libertad o falta de ella al ejercer la prostitución es absolutamente central y el que se tomen unas políticas u otras impacta gravemente en la vida de muchas personas. Por ejemplo, en un reciente artículo titulado ¿Es la prostitución necesariamente coercitiva? su autora entra en este debate señalando las negativas y muy contraproducentes consecuencias que tiene opinar sobre prostitución "sin tener nada que ver" en esto. Y es que es muy frecuente que sean otras personas, con mayor prestigio y visibilidad, quienes arrebaten la voz a las prostitutas en el debate público. También se aborda este problema en el programa de RNE "Prostitutas: ¿trabajadoras o esclavas?" emitido hace pocos meses. Y nos encontramos una vez más con la misma situación. Chocan de frente las posiciones de quienes "aseguran que el 80% de las mujeres que ofrecen sexo son víctimas de mafias y señalan que el oficio más viejo del mundo es la esclavitud" y quienes lo niegan y reivindican que se ejercen de manera voluntaria y, por consiguiente, debe considerarse un trabajo.

El problema, como apunta muy bien el cartel (pagado con fondos públicos), reside en con qué ojos miramos este fenómeno. ¿Dejamos hablar a las chicas o nos imaginamos cómo debe ser su vida? Por cierto, comparen la imagen anterior con ésta. Es verdaderamente notable la disparidad de medios entre unos y otros, un cartón escrito a rotulador sostenido por una encapuchada (porque resulta peligroso mostrar nuestra identidad) frente a un enorme cartel diseñado profesionalmente en una valla publicitaria en medio de una avenida...  



Entre quienes niegan la prostitución voluntaria tenemos a personas que conocen profundamente esta realidad, como el inspector jefe José Eugenio Nieto Barroso de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental de la Policía Nacional. Sostiene que él ve cada prostituta como una esclava y no puedo menos que agradecerle ese arranque de sinceridad. Efectivamente, no le falta razón, si llegáis a indagar sobre este mundo comprobaréis lo acertado de sus palabras. Para la policía, las prostitutas son esclavas. Otro ejemplo reciente es el artículo del abogado David Breijo Martinez cuestionando la voluntariedad de la prostitución, pues ante un mismo caso el Tribunal Superior de Cataluña y el Supremo (que opera a nivel estatal) sostuvieron opiniones encontradas. Así pues, ya sea porque las chicas se hallan bajo las amenazas constantes de mafias de proxenetas o por su completa situación de vulnerabilidad (extranjeras, pobres, mujeres...), estos caballeros consideran que la prostitución no puede ser ejercida de manera voluntaria. Teniendo en cuenta su preparación, dilatada experiencia e incluso la condición de autoridad pública de uno de ellos creo que de ninguna manera podemos desestimar sus valiosos testimonios.

¿Y quienes nos dicen que las prostitutas se prostituyen "porque quieren"? ¿Quién tiene la desvergüenza, falta de sensibilidad y empatía para hacerlas responsables de su lamentable situación? Pues er... esto... Ellas mismas. Ya, bueno, lo contarán cuatro escorts de lujo espléndidamente pagadas que viven entre Dubai, París y Nueva York. Pues no. Comencé esta entrada con el artículo de Natalia, que ejerce una prostitución que si bien no es de alto standing sí que podemos considerar "acomodada". Si se molestan en bucear por el blog encontrarán las declaraciones de putas callejeras como Margarita Carreras, Tatiana García o Carolina Hernández que han trabajado durante años en barrios chinos y polígonos. Lo que sucede es que, "extrañamente" se silencia a estas mujeres y se hace lo posible e imposible para que nadie sepa no sólo lo que dicen, sino siquiera que existen. En su línea defiende su actividad y la voluntariedad de ejercer la prostitución Fátima Olivares, una mujer que lleva 24 años en el oficio. Ahora bien, es mujer, pobre y sin estudios. ¿Esto invalida su consentimiento? ¿O por el contrario si despreciamos sus palabras la perjudicamos en vez de ayudarla? Es más, si me permiten la pregunta... ¿damos la misma validez a lo que dice una puta que al abogado o al comisario?

Ésta es la representación gráfica de la prostitución para quienes hablan de la ausencia de elección. Efectivamente, la chica no podría consentir de ninguna manera ya que se ha convertido en una mercancía, en un objeto de consumo. Pero... ¿es ésto lo que verdaderamente sucede? ¿O es el delirio de las mentes desquiciadas de una panda de perturbados que reemplazan la realidad con sus perversas invenciones?



Pero no es todo blanco o negro, así nos encontramos con que se menciona habitualmente que lo que se halla tras la prostitución es la pobreza, la vulnerabilidad, la falta de oportunidades. Y ahí surge la cuestión, ¿esa prostitución, nacida de la precariedad, debe considerarse forzada? ¿Empleamos el mismo rasero con millones de trabajadores que desempeñan no el oficio que les gustaría sino el que les permite sobrevivir? ¿Y por qué muchas mujeres permanecen ejerciendo la prostitución aún después de haber satisfecho las necesidades económicas más inmediatas, que fueron las que les abocaron a entrar en este mundo? Así que ya tenemos, para empezar, un problema de planteamiento. ¿Quienes ejercen la prostitución, CON QUÉ GRADO DE LIBERTAD lo hacen? Ninguna o muy condicionada, hasta el punto de que su consentimiento no puede ser aceptado lo que conllevaría buscar la erradicación de la prostitución. Relativa, como "un mal menor" así que habría que trabajar para ofrecer alternativas viables a las que pudiesen acogerse de manera voluntaria. O podemos decir que es una libertad plena con lo cual los poderes públicos no deberían inmiscuirse en las opciones de vida personales de la gente.

Esta confrontación de versiones provocó que en su día me preguntase qué había de verdad y de mentira en cada una pues las historias que escuchaba parecían incompatibles. Creo que a estas alturas todos hemos escuchado tanto a quienes afirman que la mayoría de las prostitutas no ejercen de manera voluntaria (lo que de manera totalmente incorrecta se denomina "trata") y los que, sin negar que puedan darse casos semejantes, aseveran que no es la situación predominante. ¿Qué hacemos, a quiénes creemos? Pues como le dije en su día a Adela Úcar las posibilidades son creerles a unos, creerles a los otros (hasta aquí emitieron, censurando la parte más importante)... o ponernos a investigar. Y es que tengo muy claro que los diferentes posicionamientos son sensatos, son las conclusiones lógicas de haber encontrado una realidad u otra.

La otra cara de la moneda: las prostitutas podrían "poner un precio al amor", echando abajo toda la construcción romántica en la que algunos creen. Frente a la mujer muerta de miedo, "en posición fetal" como señala Natalia Ferrari, con las manos engrilletadas, un código de barras y siendo empujada en un carrito de la compra lo que se nos muestra ahora es una mujer decidida, que toma la iniciativa y ofrece por dinero lo que ciertas personas creen que no tiene precio. ¿Pero que unos no le pongan precio significa que otros no puedan ponérselo?



Así que, ni corto ni perezoso, lo que hice durante varios años fue ir conociendo el fenómeno de la prostitución de primera mano. Eso me dio una visión bastante profunda de esta realidad, aunque no amplia puesto que invariablemente lo que encontré fueron prostitutas voluntarias. Pero yo quería llegar a las "otras"... Y para eso tuve que hacer lo que estoy haciendo hoy en día, que es acudir a charlas, estudiar informes y hablar con aquellas personas que sí las han detectado. Acabé por darme cuenta de que hablábamos exactamente de las mismas personas, no es que existiesen dos realidades diferentes sino lo que había eran esos dos "miradas" contrapuestas. Donde unos ven libertad, otros ven violencia. 

Creo que nada puede reflejar mejor la dicotomía de planteamientos existente que estos dos vídeos: en el primero, Antonella asegura que es puta porque le encanta y explica, sosegadamente, en qué le beneficiaría un reconocimiento laboral de su trabajo. En el segundo, Sonia Sánchez manifiesta que NADIE es puta elección y por tanto hay que conseguir que deje de haber putas para terminar con la prostitución y así erradicar la trata. Creo que ambos testimonios se expresan con claridad meridiana, yo se los muestro y luego ya que cada cual saque sus conclusiones. No puedo menos que agradecer a Sonia que diga de manera tan abierta que lo que quiere es un mundo sin prostitutas, oiga, yo valoro la sinceridad ante todo. Me recuerda a un tipo que leí hace tiempo que decía que como no le gustaba la pobreza deberían morirse todos los pobres. Dí que sí, que hay que quedarse a gusto.




Por supuesto todo esto viene con unas CONSECUENCIAS, y es que el abordaje legal que se establezca afectará a TODAS las personas vinculadas a este mundo. Así, en otro artículo reciente, un grupo de prostitutas argentinas de las que putean "por elección" piden una ley que regule FORMALMENTE esta actividad con el objetivo de "evitar el proxenetismo y combatir la trata". Esa nueva Ley debería venir acompañada por la supresión de los artículos 54, 55 y 56 del Código de Contravenciones ya que afirman que su resultado práctico es el de clandestinizar su actividad, persiguiendo y estigmatizando a las trabajadoras. Supongo que Sonia Sánchez debe estar orgullosa de tales artículos, pues consiguen que efectivamente haya menos prostitutas al elevar enormemente el coste de dedicarse a la prostitución ya que a las dificultades propias de la actividad se suman los abusos policiales que constantemente denuncian sufrir las trabajadoras.

Fíjense en lo que declaran desde el sindicato AMMAR, que quieren una Ley "para sacarse de encima" a la Policía dado que “los artículos de las contravenciones que estamos pidiendo que se deroguen otorgan un poder de arbitrariedad a la policía. Entonces llevan a las chicas a la comisaría por portación de rostro o les quitan el dinero impunemente”, dicen que son precisamente las leyes antitrata las que favorecen el proxenetismo. Lo cual le hace pensar a uno... si sucede esto, ¿quiénes pueden estar alentando las leyes antitrata, las prohibiciones, el endurecimiento de una legislación que conceda mayor poder y arbitrariedad a la policía? Vaya, los abolicionistas. Los que no escuchan a las prostitutas y proclaman que la prostitución es violencia. Cierto, la prostitución que ellos desean es una prostitución con violencia. Así que ambos grupos tienen razón. Las chicas eligen la prostitución. Pero la violencia, que no es consustancial a esta actividad, la imponen las autoridades consiguiendo así que este trabajo sea mucho menos deseable de lo que sería en otras circunstancias.

sábado, 13 de febrero de 2016

El mal nombre de las putas

"La prostituta es el prototipo de la mujer estigmatizada. Se la nombra y a la vez se la deshonra con el apelativo “puta” con carácter despectivo, negativo y humillante (...) Desde la perspectiva de las personas estigmatizadoras, la estigmatización provoca su deshumanización, la amenaza y aversión al otro y la despersonalización de los demás a través de caricaturas estereotipadas".
María Luisa del Pozo, monja Oblata del Santísimo Redentor

"Lo que me llama la atención es cómo la gente, sobre todo los trolls de internet, meten cera a todas estas bellas mujeres que lo que quieren es pasárselo bien. Si quieren follar, que follen. ¡Déjalas, déjalas que follen! Es que no entiendo esto, que el hombre pueda follar a quien quiera y la mujer no por el qué dirán".
Ignacio Allende "Torbe", cliente de prostitutas

"Hay mujeres que disfrutamos follando, que nos gusta exhibirnos y que llevamos el control. No quiero que la imagen de la prostitución la creen otros. Y hay una nueva generación de prostitutas que se siente cansada del estigma".
Natalia Ferrari Díaz, prostituta y bloguera

"Una prostituta que ejerce libremente el acto sexual con las personas que ella elige, no es que esté bajo el yugo opresor del machismo, sino más bien al contrario: lo que ha hecho ha sido LIBERARSE de los cánones podridos y censuradores de esta sociedad machista para por fin poder decidir sobre sí misma y sobre su cuerpo qué forma considera más adecuada para ganarse la vida y a la vez vivir su sexualidad".
Roco Escort, prostituta y bloguera

"Las prostitutas que se degradan a sí mismas ejerciendo ese triste oficio. Quiero proponer a aquellos a quienes no les importe que  la zona en que viven sea la antesala de un prostíbulo que nos hagan el favor de llevarse a las fulanas a sus barrios (...) Lo mejor será trasladarlas a zonas donde su presencia no sea ofensiva para los vecinos".
Elena García, vecina de la Ronda Sant Antoni

"Vivo en Rda. Sant Antoni, veía a las chicas cada día... no 10 o 15, pero si unas seis en la zona de mi portal... fui a vivir allí sabiendo que estaban, y personalmente no me han molestado nunca".
Otra vecina, de la misma zona



Uno de los escasísimos puntos en los que PARECE haber consenso entre todos los sectores involucrados en el fenómeno de la prostitución es el que nadie debería ser discriminado, repudiado, minusvalorado (a eso nos referimos con "estigmatizar" a una persona o grupo de ellas) por el hecho de ejercer la prostitución. No lo quieren las feministas que tanto discuten sobre el tema (o eso dicen). No lo queremos los clientes. Y, por supuesto, tampoco lo quieren las chicas. Entonces... ¿quién nos ve así?

Pues aún muchísima gente, amigos. Personas con una educación tradicional según la cual al ejercer la prostitución (o tener el mínimo contacto con ella, ya sea beneficiándose, requiriéndola o tan siquiera tratando de entenderla) perderías cualquier atisbo de humanidad, con muy bajo nivel cultural para quienes todo lo desconocido sea motivo de burla y jamás se hayan cuestionado las ideas predominantes en la sociedad o, lo que más me preocupa, aquellos a quienes les beneficia materialmente que las prostitutas y su entorno se encuentren en los márgenes de la sociedad.

Concentración de vecinos exigiendo que echen a las chicas de su barrio. A pesar de la imagen conflictiva que suelen trasladar los medios, lo cierto es que la inmensa mayoría de los vecinos en las zonas donde existe prostitución callejera conviven con este fenómeno sin que les suponga problema alguno (de hecho, muchos se benefician ya que las chicas gastan en sus negocios). Observen que no critican lo que hacen las prostitutas, sino lo que SON.



En el caso de determinados vecinos, siempre han sido una minoría (eso sí, muy ruidosa) mientras que otros muchos tratan con respeto y a veces incluso con cariño a las chicas. Los dueños de los locales donde no son bien recibidas se lo dejan bien claro, y los clientes comprometidos como un servidor boicoteamos tales establecimientos (por ejemplo la cafetería Iowa, el bar Cien Montaditos y el salón de juegos Sol Park en la zona de Montera). Yo hablé con varios de ellos en tono amistoso (incluido Don César Toquemada de la zona centro y Mabel Díaz de Villaverde) y lo que me quedó claro es que consideraban a las chicas como una especie de bolsas de basura apestosas cuya mera PRESENCIA les incomodaba. Imaginen por un segundo que un grupo de cavernícolas se reúnen en una calle y dicen "NEGROS fuera", "SUDACAS fuera", "MOROS fuera", "MARICONES fuera"... ¿cómo quedarían? Se retratarían ellos mismos como unos fachas del quince a quienes, en mi humilde opinión, deberían echar del barrio si son incapaces de convivir con el resto de la gente. Pues no, en pleno siglo XXI se puede tratar a las chicas (que es como llamo a las "putas", ya sabéis) de un modo totalmente intolerable.

Sobre este estigma reflexiona nuestro gran hamijo Torbe. Razona que no es sensato que se recrimine a las mujeres por algo que, de hacerlo los hombres, no está mal visto o incluso es aplaudido, que debería darse el mismo trato tanto a hombres como a mujeres y que nadie es ni mejor ni peor por llevar una vida sexual promiscua. Particular valor tiene este vídeo porque no viene de una de estas personas que se suponen comprometidas con la igualdad, una feminista o un sociólogo de estos que andan en las nubes. No, señores, hablamos de un tío que hace PORNO, que ha follado con MILES de mujeres y que hace vídeos de bukkakes, gang-bangs y gloryholes.


No somos los clientes quienes "estigmatizamos" a las chicas, sino de hecho su más firme apoyo para combatir esta discriminación. Quede este vídeo como fehaciente muestra de ello.

miércoles, 10 de febrero de 2016

La trata para la Abogacía Española

Quedaba pendiente hablar del congreso de abogados sobre la trata que anuncié el pasado mes de Diciembre. Algunos lectores me han dicho por privado que deje ya estas charlas, que son un aburrimiento y que no les interesan. Lo que sucede es que como nadie más cuenta estas cosas pues tengo que hacerlo yo, y o lo hago ahora o ya se me pasa y no lo hago nunca. Que ya sucedió con aquellas charlas de Hetaira hace unos años, que comencé a comentar cada una de las mesas por separado y luego me quedé a la mitad. Tranquilos que aquí van todas en una única entrada, además todavía no hay vídeo (ni creo que lo suban nunca, pero por si acaso estad atentos al canal de la asociación que organizó el evento). Además a mí sí que me resultan interesantes y no debo ser el único que piensa así, si hay gente que asiste a estas jornadas. Y sobre todo, que lo que quiero es que en el blog haya de todo y como he manifestado de continuo veo muy necesario que se conozcan los distintos puntos de vista.

En las jornadas sobre trabajo sexual de Barna, Georgina Orellano se pregunta de qué trabajan los que consideran que prostituirse es "vender el cuerpo". Bueno, pues he hecho una recopilación en la que se aprecia que la mayoría provienen del mundo del derecho (abogados, fiscales, jueces...) y el resto son titulados superiores (sociólogos, periodistas, trabajadores sociales) u ostentan altos cargos en asociaciones o en altas instituciones del Estado. Es decir, que tienen un buen empleo pero que lo que es trabajar pues no trabajan en nada. Para los activistas pro derechos el mundo del abolicionismo resulta totalmente desconocido y yo quiero acercárselo un poco, que vean qué dicen y también quiénes son. Y ésto lo tienen fácil porque es "beautiful people" que no desaprovecha la menor oportunidad para fotografiarse ya que están encantados de haberse conocido.

Durante muchos años yo negué la existencia de "la trata". Había conociendo a cientos, cuando no miles, de prostitutas y ni una sola de ellas era "víctima de trata" SEGÚN CREÍA POR AQUEL ENTONCES. Y eso les pasa a muchísimos activistas, que creen que no hay trata. Entonces, ya que yo era incapaz de encontrarlas me dije que habría que aprender de aquellas mentes preclaras y privilegiadas que sí eran capaz de detectarlas... Bueno, pues gracias a jornadas como ésta pueden ustedes comenzar a abrir los ojos y verlas. Porque sí existen y están ahí, sólo hay que saber reconocerlas... aunque ni ellas mismas sepan que lo son.



En cuanto al congreso en sí, lamentablemente no estuve ni sé nada más que la información que proporcionan los propios organizadores. Pueden complementarla, si así lo desean, con los documentos que elaboraron y que han dejado a disposición pública. En primer lugar, una guía para la "detección y defensa de víctimas de trata" (tranquilos, no me olvido de que prometí escribir una entrada sobre los indicadores claros para detectar a una víctima de trata... la tengo casi acabada desde Noviembre, a ver si en un ratillo la finalizo). Asimismo elaboraron un manifiesto de compromisos y llegaron a una serie de conclusiones, que vienen a ser un resumen de toda la jornada.

Para acabar, y antes de dar paso a la crónica de la jornada, sólo comentarles que las chicas dicen que hablo como periodista o abogado... pero que no puedo serlo porque soy "buena persona". Así que ya saben los periodistas y abogados qué concepto tienen las chicas de ellos...

Frente al discurso de las autoridades, la realidad de la calle: "víctima de trata" siendo liberada por varios agentes. Aprecien el trato exquisito y la delicadeza con la que los uniformados acompañan a la víctima. Algunos investigadores, como Helena Maleno, denuncian "fallos en el sistema" como que las deporten, las quiten la custodia de sus hijos o se las multe. Pero no, amigos, no hay  ningún error. Todo sucede como tiene que suceder.





La Fundación Abogacía Española organizó, los días 9 y 10 de diciembre, el II Congreso de Derechos Humanos de la Abogacía, que este año se ha centrado en la detección y defensa de las víctimas de trata con fines de explotación sexual. Una lacra que fue definida a lo largo del congreso como la “esclavitud del siglo XXI”.

Además de reclamar una Ley Integral contra la Trata, los participantes coincidieron en exigir que la lucha contra la explotación de seres humanos se aborde con un enfoque de derechos humanos, que se creen turnos de oficio específicos de trata y que exista mayor coordinación institucional y formación especializada para quienes trabajan en este ámbito.

Para inaugurar tan magno evento se contó con la presencia del presidente de la Abogacía Española, el vocal del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), y la defensora del pueblo. No se me ocurren personas más indicadas para hablar sobre prostitución, sin duda están curtidos en la calle y hartos de pisar asfalto y tratar con las chicas.



INAUGURACIÓN

En la inauguración, el presidente de la Abogacía Española, Carlos Carnicer, resaltó los esfuerzos de la Abogacía por sensibilizar y formar a los letrados en la detección de víctimas de trata. Carnicer puso como ejemplo el Aula Derechos Humanos, un proyecto de la Fundación Abogacía para dar herramientas a los letrados que les permitan identificar a las  víctimas, especialmente en los turnos de Oficio de extranjería o violencia de género.

Por su parte, el vocal del CGPJ Fernando Grande-Marlaska, quien también participó en la inauguración, subrayó que la trata es una forma más de violencia de género, como estableció el Convenio de Estambul, puesto que el 95% de las víctimas lo son para explotación sexual y la mayoría son mujeres. El juez insistió en que una víctima debe ser protegida desde el momento de su identificación, con independencia  del procedimiento judicial.

Finalmente, la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, alertó del incremento de las víctimas de trata entre los millones de refugiados que huyen de la guerra, la persecución o el hambre, y la proliferación de redes ”enormemente sofisticadas”. “Europa no puede cerrar sus puertas a las personas que huyen, porque eso es lo que quiere el Estado Islámico”, aseguró, y pidió más generosidad a España a la hora de conceder asilo a víctimas de trata. Becerril criticó que, mientras la persecución de los delitos relacionados con la trata de personas está suficientemente reglada, no es así en la atención y protección a las víctimas.

Primera mesa, formada por un periodista, una presidenta de una ONG, una coordinadora de un proyecto de las monjas Adoratrices para asistir a víctimas de trata y una investigadora. Veamos quienes hablan de prostitución en España.



PANEL 1: TRATA DE PERSONAS CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL. CONCEPTO Y CONTEXTO

En el primer panel, moderado por el periodista de la Cadena SER Nicolás Castellano, se analizó el concepto de trata de personas con fines de explotación sexual y el contexto en el que se produce. Cuatro millones de personas, también españolas, son víctimas de trata cada año, denunció Castellano. La trata, que “no es solo un delito, es la vulneración de los derechos humanos” –en palabras de Marta González, coordinadora del proyecto Esperanza de las Adoratrices- debe ser abordada con un enfoque de derechos humanos, como coincidieron en reclamar las participantes del panel. Las ponentes denunciaron que no existe una protección real de las víctimas, algo que según Helena Maleno –investigadora experta en migraciones y trata de seres humanos- y Viviana Waisman – presidenta de Women’s Link  Worldwide- es responsabilidad del Estado. Y subrayaron la importancia de la formación de todas las personas que intervienen en casos de trata.

En cuanto al concepto de víctima de trata, Marta González explicó que se debe manejar el del Convenio del Consejo de Europa de 2005, que no condiciona el reconocimiento de la condición de víctima a la interposición de denuncia. Además, reclamó que “los profesionales que están en primera a línea, como los abogados, aprendan a detectar los casos, a tener claves para intervenir sin añadir sufrimiento a las víctimas”, que en un 70-80% son mujeres de perfiles muy diversos y no son víctimas de trata exclusivamente con fines de explotación sexual.

Helena Maleno explicó que “hay que entender la trata en un contexto de oferta y demanda” que se produce en una sociedad de “capitalismo brutal” en la que los seres humanos se convierten en mercancía. Y denunció los fallos del sistema, que no es capaz de proteger a las víctimas y ejerce la violencia incluso quitándoles a sus hijos. Por su parte, Viviana Waisman consideró fundamental ser conscientes de los estereotipos que hay en torno a la trata y eliminarlos para hacer un trabajo efectivo de protección de derechos.

La mesa concluyó con la petición de que los hijos de las víctimas también tengan reconocimiento y protección.

Segundo panel: cinco abogados. Porque en la variedad está el gusto. Yo me pregunto, si para saber de derecho es necesario contar con abogados... ¿por qué para conocer la prostitución casi nunca se cuenta con prostitutas?



PANEL 2: EL PAPEL DEL ABOGADO/A ANTE PERSONAS VÍCTIMAS DE TRATA. PRESENTACIÓN DE LA GUÍA PRÁCTICA PARA LA ABOGACÍA

En el marco del Congreso, se presentó una Guía Práctica para la Abogacía, coordinada por el abogado Santiago Yerga, que pretende ser una herramienta eficaz para los letrados en la detección y defensa de las víctimas de trata.

El decano de Pamplona, Alfredo Irujo, moderó esta mesa, en la que participaron Javier Lara, decano de Málaga y presidente de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de la Abogacía Española; Elena Arce, abogada, jefa del área de migraciones del Defensor del Pueblo, y Amparo Díaz, coordinadora del Turno de Oficio de Trata del Colegio de Abogados de Sevilla.

Lara afirmó que es prioritario que los Colegios de Abogados pongan en marcha turnos de oficio especializados en trata como los que ya existen en  Sevilla y Madrid, o en Málaga, donde hay un turno para mujeres que ejercen la prostitución, la mayoría en situación de trata. Lara aseguró que los abogados de oficio son “absolutamente cruciales” para la detección de las víctimas, “especialmente en el periodo de reflexión” e insistió en que deben trabajar de la mano con organizaciones especializadas.

Elena Arce, que ejerció como abogada de oficio más de 15 años, se mostró convencida de que el abogado puede hacer mucho más por las víctimas y criticó que menores mal identificadas acaban en CIEs por una mala asistencia letrada, cuando deberían estar en centros de protección. “En España solo se identifica una de cada 20 víctimas. La policía las ve como víctimas de un delito, pero un abogado tiene que ver una vulneración de DDHH”, aseguró.

La famosa "trata de blancas" ya se anunciaba hace mucho como un crimen atroz. Y lo es. Estas mujeres sufren una serie de abusos, la vulneración de sus derechos humanos más elementales y se las trata como a verdaderos esclavos: sin poder de decisión, sin libertad, sin voz. Lo que los abanderados contra la trata tendrían que clarificar es POR QUIÉN. DE DÓNDE proceden estos abusos. Porque lo que nos dicen es, en puridad, totalmente cierto. Pero es que toda, lo que es toda la película, no acaban de contarla.



Amparo Díaz, señaló que los abogados deben llevar “la voz completa de las víctimas a los tribunales, con aportaciones de ONG, policía, sanitarios, etc”. Acabar con esta esclavitud, según Díaz, exige un cambio: no basarla en redadas para la protección de fronteras, sino darle un enfoque de DDHH; dar una protección adecuada a las víctimas, que no son solo explotadas sexualmente, sino también laboralmente, o en matrimonios forzados.

Es fundamental, según Díaz, saber leer indicadores de todas las formas de violencia que sufren las mujeres a lo largo del proceso de deshumanización que es la trata. Además de las fases de captación, traslado y explotación, “las víctimas son adiestradas para comportarse con los clientes, para saber qué decir a las ONG, a la policía, etc.”, aseguró.

“El abogado no solo debe promover medidas de protección, sino garantizar que se cumplan y preparar a las víctimas para el impacto del juicio”, concluyó.

Finalmente, Santiago Yerga, autor de la Guía, la definió como un “pequeño sherpa jurídico para despertar los sentidos del abogado cuando esté ante posibles situaciones de trata”.  Yerga insistió en que la víctima de trata no es una víctima de un delito más, sino que necesita protección “a lo largo del tiempo y el espacio, ya que hay infracciones de carácter transnacional”. El autor de la Guía exigió que el abogado esté presente en la entrevista policial y consideró imprescindible una Ley integral. Yerga resumió su intervención en una frase “Sin identificación y sin detección, no hay protección”

Tercera charla del día, en la que participan la coordinadora de una ONG de "reinserción a la mujer prostituida", un comisario que combate la trata, un fiscal y otro abogado más. No sé cómo explicarlo, pero como que algo se paladea en el ambiente, como que hay un patrón que se repite de continuo... ¿lo perciben ustedes?



PANEL 3: ACTORES INTERVINIENTES. COORDINACIÓN INSTITUCIONAL

Moderado por Rocío Mora, coordinadora de APRAMP, el último panel de la mañana del primer día abordó la coordinación institucional, algo fundamental para todos los intervinientes en la mesa, que también apostaron por coordinar esfuerzos con todos los implicados en la lucha contra la trata y por ofrecer una atención integral a las víctimas. Rocío Mora también solicitó dar alternativas reales a las víctimas y ser proactivos en su búsqueda.

Para José Ángel González, comisario jefe de la Brigada Central de Trata de Seres Humanos de la Policía Nacional, “la colaboración con la fiscalía y la abogacía es esencial” para detectar a las víctimas de trata, mientras que la concienciación es fundamental para combatir esta “lacra”, una de las prioridades de la Policía Nacional. El fiscal de Sala Coordinador de Extranjería, Joaquín Sánchez-Covisa, destacó la “magnífica coordinación” entre Fiscalía, cuerpos y fuerzas de seguridad, ONGs y colegios de abogados y lamentó que la persecución penal dependa del consentimiento de la víctima. Además, señaló que la prostitución es la causa de que haya víctimas de trata y abogó por la prohibición del proxenetismo, mientras que Rocío Mora indicó que “mientras exista demanda siempre habrá oferta”.

Mariano Calleja, coordinador del Turno de Oficio de Trata del Colegio de Madrid, explicó que en este turno –que responde a la demanda de los protocolos internacionales- los abogados trabajan en coordinación con el resto de personas y organizaciones implicadas, aunque lamentó la falta de coordinación institucional que hasta el momento han vivido. “Es fundamental que las víctimas cuenten con la asistencia de un abogado de oficio desde el primer momento, desde la entrevista policial”, subrayó.

En la última ponencia de la jornada seguimos sin contar con ninguna prostituta pero, a cambio, se pudo disfrutar de las reflexiones de un periodista "de investigación", de un "experto" en género, de una socióloga e "investigadora", y de una abogada "especialista" en trata. Me encanta cuando todos los participantes en estas charlas concuerdan, ¿qué creen ustedes, que eso se debe a que las cosas están muy claras o, por el contrario, a que únicamente se escoge para participar a aquellas personas con una tendencia determinada? ¿Se pudo disfrutar de una variedad de perspectivas o existió una unanimidad absoluta?



PANEL 4: CLAVES PARA REACCIONAR ANTE UN PROBLEMA. TRATA Y PROSTITUCIÓN

La relación entre trata y prostitución se abordó en un panel moderado por el periodista jefe de investigación de La Sexta, Manuel Marlasca, en el que participaron Miguel Lázaro, experto en género; Beatriz Ranea, socióloga e investigadora y Ana Magarzo, abogada especialista en trata. Según Lázaro, el acceso al sexo es ahora más fácil que nunca y sin embargo el consumo de prostitución no ha disminuido, incluso es muy elevado en hombres menores de 30 años. Esto es así porque los consumidores “compran plusvalía de género, ilusión de dominio”, aseguró.

“La tensión que viven los hombres entre la masculinidad que han aprendido y la exigencia de igualdad de las mujeres se expresa en muchos casos en la violencia de género o en el consumo de prostitución”, concluyó Lázaro para quien solo la igualdad real entre hombres y mujeres acabará con la prostitución.

Beatriz Ranea, quien ha hecho varios estudios con consumidores de prostitución, aseguró que la trata existe porque se necesita proporcionar mujeres a un mercado que cada vez las necesita más jóvenes y más baratas. “La prostitución es una institución social y como  tal se puede cambiar, si hay voluntad de hacerlo”, aseguró. Aunque no hay un perfil socioeconómico claro entre los consumidores, el 99,7% son hombres, “educados en una sociedad machista, sexista y patriarcal que ocultan a su entorno que son consumidores”. Para los jóvenes es más fácil y barato recurrir a esta práctica, aseguró Ranea, que una relación sexual pactada “que requiere cierto esfuerzo”. La socióloga insistió en que es importante dar voz a las víctimas de trata, pero también a los proxenetas y a los demandantes de prostitución.

Si les gusta tanto sacarse fotos, saquemos alguna de estas víctimas de trata. Tranquilos, no se alarmen. Se las esposa para que ellas mismas no se hagan daño, pues debido al trauma sufrido son propensas a autolesionarse (de ahí que a veces salgan bastante malparadas de las comisarías). Por su propio bien, se invalida su consentimiento y se les decomisan sus pertenencias. Para beneficiarlas, las autoridades se hacen cargo de sus hijos. Pensando en su provecho, se las recluye en "pisos de acogida" en las que se las incomunica, se hallan las 24 horas bajo vigilancia y se las "reinserta" a base de trabajos forzados. Normal que luego ellas estén tan contentas.



La abogada Ana Magarzo denunció la tolerancia con el proxenetismo y la poca concreción en el Código Penal de este delito, “lo que pone muy difícil a los abogados perseguirlos”, aseguró. “Si no se desmantela el comercio sexual montado por personas ajenas a las víctimas, será difícil que se acabe la trata”, denunció la abogada quien recordó que hay 1.500 clubes de alterne registrados. A la pregunta planteada por Manuel Marlasca sobre si se debe trasladar la presión policial y social al cliente, Magarzo contestó que sí, “pero sin dejar de mirar a las víctimas, porque eso puede llevar a trasladarlas de lugar, hacerlas aún más invisibles”.

Magarzo señaló que el acortamiento de los plazos para la instrucción establecidos en la reforma de la LECrim va a afectar negativamente en los casos de trata. Marlasca recordó que la investigación que acabó con el desmantelamiento de la red de “Cabeza de cerdo”, la mayor red de trata de Europa, tardó diez años.

En cuanto a la cuestión de regularizar o legalizar la prostitución, que no puede separase de la trata, los participantes en el panel se mostraron contrarios. Beatriz Ranea apostó por el modelo sueco, abolicionista, “porque en otros países que la han regularizado, como Holanda o Alemania, solo se ha favorecido a la industria del sexo y a los proxenetas y se ha perjudicado aún más a las mujeres”.

Mabel Lozano, directora de un documental contra la trata y varios spots televisivos, cerró la sesión del primer día. 



CHICAS NUEVAS 24 HORAS

La sesión del primer día concluyó con la proyección de ‘Chicas nuevas 24 horas’, de Mabel  Lozano, en la que denuncia el negocio de la trata de mujeres con fines de explotación sexual. Tras la proyección, la directora y Sonia Gumpert, patrona de la Fundación Abogacía y decana del Colegio de Abogados de Madrid, mantuvieron un coloquio sobre el documental, que para Gumpert muestra una “realidad descarnada”. Mabel Lozano explicó que las víctimas son cada vez más jóvenes y “aunque hablamos de desnudez de cuerpos, sufren desnudez de derechos y son también “víctimas de la exclusión social, del miedo, del silencio y de la invisibilidad”.

Dos abogados y dos trabajadoras de ONGs nos hablan del delicado tema de las menores víctimas de trata. Yo me pregunto si, entre todos, conocerán a una sola puta.



PANEL 5: MENORES VÍCTIMAS DE TRATA CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL

El primer panel de la segunda jornada abordó la situación de de las niñas y niños víctimas, y también los hijos de víctimas, que, según Unicef, deben ser considerados como tales. Según esta organización, 1,2 millones de niños son víctimas de trata al año.

Milagros Nuñez, de Cruz Roja, Margarita de la Rasilla, de ACNUR, y la abogada Patricia Fernández Vicens, junto con el moderador de la mesa, Carmelo Cascón, decano del Colegio de Abogados de Cáceres y patrono de la Fundación Abogacía, pusieron de manifiesto la extrema vulnerabilidad de estos menores, muchos de los cuales nacen en tránsito migratorio, en el contexto de la propia red de trata, y no se registran.

Nuñez denunció cómo en esos tránsitos se separa a los niños de las madres y cómo las redes utilizan a los menores para coaccionar a las madres o lograr que las mujeres que quieren se queden en el territorio.

Pintada en la que se denuncia la (interesada) confusión entre trabajo sexual y trata a la vez que se exige que cese un determinado abuso. Vaya. ¿Podría existir alguna relación entre esta mala praxis de las autoridades (el abuso policial a las prostitutas) y la intención de crear una imagen delictiva de la prostitución con el discurso trafiquista? No parece que este asunto llamase la atención de los insignes ponentes.



Margarita de la Rasilla trató de los menores víctimas, que además pueden ser refugiados. Hay que evitar que sean devueltos si en su país tienen riesgo de volver a ser captados, o sufran represalias por parte de la mafia que los captó o si el hecho de haber sido víctima los puede estigmatizar en su país. El problema fundamental, según De la Rasilla, es que viajan con documentación falsa que acredita que son mayores de edad. “Los elementos de determinación de la edad llevan a resultados erróneos que impiden que se adopten medidas especiales de  protección. Los menores de 16 o 17 años son tratados como mayores, devueltos y entregados de nuevo a las mafias”, aseguró.

Patricia Fernández Vicens, que calificó la trata de niñas y niños como “la máxima expresión de la barbarie” aseguró que el actual sistema de determinación de la edad está siendo utilizado por las redes para perpetuar la trata de seres humanos. La abogada señaló un grupo de niños que cuesta mucho ver como victimas: los menores rumanos de etnia romaní explotados para la mendicidad, que vemos como victimarios y no como víctimas y que es frecuente encontrar en el turno de oficio tras ser detenidos por pequeños hurtos o estafas. Alertó también sobre el elevado número de menores en los CIE calificados por el fiscal como mayores de edad y, por tanto, sin la especial protección que deberían tener.

Para la última conferencia contamos con un abogado, una trabajadora social, la directora de una ONG y la coordinadora de la "unidad de rescate" de APRAMP. Todavía no han logrado explicarme la extraña paradoja según la cual las mismas familias que venden a sus hijas son a su vez amenazadas. ¿Pero por quién? Si estas familias son tan desalmadas que prostituyen a sus hijas, ¿cómo es posible que luego coaccionen a las chicas amenazando a quienes dicen haberlas vendido?



PANEL 6: LA TRATA DESDE SU ORIGEN

El último panel del Congreso abordó la trata de seres humanos desde su origen, en una mesa moderada por Luis Delgado de Molina, patrono de la Fundación, y en la que participaron Nicoleta Ionescu, trabajadora social; Carmen Miguel, directora legal regional de la oficina de Madrid de Women’s Link, y Ana María Estévez, coordinadora de la unidad de rescate de APRAMP. Una mesa en la que las participantes coincidieron en reclamar la implicación y colaboración de los países de destino en la erradicación de la trata.

El testimonio de Nicoleta Ionescu, que tuvo que dejar su trabajo con víctimas de trata “porque no podía soportarlo, nadie te enseña cómo se gestiona esto”, emocionó al auditorio. Ionescu relató cómo las víctimas de trata son reclutadas en su país natal, Rumanía, “el mayor exportador de carne viva”, un lugar en que las víctimas pueden provenir de familias desestructuradas, pero también de familias que prostituyen o venden a sus hijas. Son mujeres que, en general, tienen muy bajo nivel educativo, poca experiencia de vida, bajísima autoestima y para las que entrar en una red de trata “es lo menos malo que les ha pasado en la vida”. Son seducidas por los “lover boys”, que las hacen sentir especiales y consiguen que acepten prostituirse por amor. Son coaccionadas con violencia física y amenazas a sus familias. Mujeres que no son vistas como personas, sino como máquinas de hacer dinero. Ionescu reclamó la implicación de ciudadanos e instituciones de los países de destino para ayudar a frenar la trata. Es difícil, pero “lo que estas mujeres viven no es normal y hay salida”, concluyó.

Como hemos visto a lo largo de la jornada, la visión que tenemos del fenómeno es la que nos trasladan las instituciones (Gobierno y ONGs subvencionadas con fondos públicos). Curiosamente las chicas no dejan de repetir que la violencia que sufren proviene precisamente de las instituciones... ¿Creen que puede explicarse de alguna manera el que exista este fuerte contraste entre lo que nos dicen las chicas y quienes proclaman actuar en su provecho?



“España no puede devolver a las víctimas de trata sin valorar los riesgos de esta devolución”, subrayó Carmen de Miguel, que explicó la importancia de conocer el contexto de procedencia de las víctimas, algo en lo que trabajan en Women’s Link con las investigaciones que realizan. Por su parte Ana María Estévez consideró imprescindible la existencia de un turno de oficio específico y la creación de una Ley Integral. Y habló de la prostitución, que genera en España cinco millones de euros al día y tiene unas redes muy bien organizadas que van por delante de la policía y la ley. Unas redes en las que las víctimas son cada vez menores –de 14, 15 ó 16 años-, pagan por el lugar que ocupan en las calles y están constantemente vigiladas.

Las intervenciones del público tras este panel fueron especialmente críticas con el papel de los estados en la trata, a los que se consideró responsables por fomentar la desigualdad y no dar protección a las víctimas.

El Congreso concluyó con la lectura de las conclusiones por parte de Carles McCragh, vicepresidente de la Fundación de la Abogacía Española, y la lectura del Manifiesto de Compromisos por parte de la secretaria general del Consejo General de la Abogacía, Victoria Ortega.