jueves, 31 de julio de 2014

Un cliente excepcional

No es raro escuchar que los clientes no podemos conocer verdaderamente la situación de las prostitutas, que no nos interesa qué las pasa y, además, tampoco van a contarnos nada porque ni confían en nosotros ni tampoco sus "chulos" se lo permitirían. Por eso, a quienes habría que hacer caso es a aquellos iluminados que debido a una desconocida ciencia infusa sí conocen su realidad.

Esto no es así, en absoluto. Precisamente quienes pueden conocer mejor  la prostitución son aquellas personas que están en contacto directo con ella, que saben moverse por este mundo, que gracias al tiempo que pasan con las chicas pueden ganarse su confianza... Sí, nosotros, los clientes.

La relación que se entabla entre una prostituta y su cliente puede ir más allá de lo meramente comercial, permitiendo al cliente ir profundizando en el conocimiento de esta realidad a un nivel que pocas personas pueden alcanzar.



Pero claro, que esto se lo diga yo no tiene mérito alguno. No, no se lo voy a decir yo. Se lo va a contar Marta de Lago. ¿Quién es esta mujer? Pues una escort y periodista que ha escrito una breve pero interesante entrada relatando su relación especial con un cliente. En este caso no creo que puedan tener dudas sobre su autoría, pues deja su correo electrónico E INCLUSO SU TELÉFONO PERSONAL (algo muy poco prudente, por cierto) para que la contacten.

No digo que sea la situación corriente porque lo cierto es que no lo es. Resulta excepcional. Como que un cliente tenga tanto interés (casi apasionamiento, diría yo) como para abrir un blog y continuarlo durante los cinco años que lleva cumplidos éste. Pero sucede. Lo mismo que le ha pasado a Marta con uno de sus clientes, me ha ido sucediendo a lo largo de los años con varias chicas. Se requiere dedicación, paciencia, estar ahí cuando se requiere, SABER ESCUCHAR (con lo fácil que es, y qué poco se hace), demostrar ser un tío legal, íntegro, honrado, con quien se pueda contar. Y el "milagro", que no es tal sino fruto del trabajo constante, acaba sucediendo. Las chicas te abren sus puertas y vas accediendo a aquello que muchos otros tienen vetado. Ya no eres alguien de fuera, sino que conformas su grupo de pares. Eso es lo que los periodistas que salen por la tele o conferenciantes que dan charlas sobre este tema no han conseguido y ni tan siquiera parecen intentar.

Creo que ése es el aspecto que le da un mayor valor a este blog, como dice Marta, "haber pasado la línea". ¿Están dispuestos a cruzarla conmigo?



11 abril, 2014 por amantemarta


Lo reconozco, tengo un cliente diferente, alguien que ha pasado esa línea.

No sé muy bien por qué es él y no otro. Quizá por sus ojos, que invitan a confiar, por el tiempo que hemos pasado juntos, porque también confía en mí, por la empatía, por el cariño, por la escritura y la lectura, porque la vida es así.

Ese cliente conoce mi nombre y mi realidad en general… sabe quién soy y eso, no tiene precio. Nadie puede poner precio a sobrepasar esa línea entre la escort y la información de la persona que hay detrás. Eso no cuesta equis euros la hora, no se puede medir en euros, realmente, el sistema de medida sería en emociones.

Ese cliente es la excepción que me permito, es el bombón hipercalórico en plena dieta, la “K” que resume el “qué” en un informal mensaje de Whatsapp, o la llamada a un ex por Navidad. Es una excepción no buscada, que simplemente ha llegado así, porque sí y porque me gusta que así sea.

Desde que comencé a ser escort, supe que existía un más allá a la sordidez que nos venden (y compramos) de este mundo. Que detrás del sexo de pago hay personas, con sus vidas, con su cotidianidad, con sus emociones, con… todo lo que tenemos tú y yo. Es por eso, que no es difícil encontrarte con personas que te interesan, a las que interesas y que se vaya formando un vínculo especial.

Supongo que habrá gente a la que le pueda horrorizar la idea de “pasar la línea”, lo respeto, pero sigo siendo fiel a mi sexto sentido y él ha marcado que se dé esta situación.



Para continuar leyendo:
· Las relaciones cliente-prostituta, una visión personal desde dentro
· Una perspectiva contracorriente del cliente de prostitución

martes, 29 de julio de 2014

Un servicio típico

"People who have not engaged in prostitution themselves ought not be telling someone who has- what their life is like"
"La gente que no se ha involucrado en la prostitución por sí misma no debería estar diciéndole a quien sí lo ha hecho cómo es su vida"
Norma Jean Almodovar, ex prostituta



Quienes no conocen el mundo de la prostitución por dentro suelen tener una imagen de él que no se corresponde con la realidad. Es normal, por eso hemos pasado todos. Incluso los más acérrimos defensores de la llamada "normalización social" de la prostitución reconocen cómo, en su día, mantenían un concepto de lo más negativo sobre este fenómeno.

Probablemente lo que atrae más la atención de los curiosos es la prestación del servicio en sí, aspecto del que casi no he hablado. Y eso que, cuando la gente se entera de que llevo un blog sobre prostitución, lo primero que se imaginan es que voy contando mis batallitas sobre si me he acostado con ésta o con aquella, qué me han hecho y que me han dejado de hacer. No, a mí eso es lo que me parece más intrascendente. En primer lugar, porque es un tema privado y en segundo, si quieren que les cuente qué es lo que pasa... lo encontrarán decepcionante. Se echa un polvo, básicamente. Así, sin más. Una canita al aire. Y a veces pues charlas con la chica, o escucháis música, os ducháis, veis la tele, miráis internet en el móvil, os enseñáis fotos... pasáis el rato, vamos. Ya está, fin de la película.

El interés que despierta en mí la prostitución no se limita a la mera prestación de servicios sexuales, pero si es de lo que toca hablar entonces hablemos de ello. Lo cierto es que este tema en concreto se agota rápidamente: es sota, caballo y no llega a rey. 



Realmente los aspectos más interesantes no tienen lugar dentro de la habitación sino fuera de ella. Hay vida más allá de la cama. Esto es... como una pareja. Sí, desde luego la atracción sexual juega un papel innegablemente relevante en una relación, pero como cualquier mujer una prostituta tiene mucho más que ofrecer que su sexo. Obviamente es posible limitarse al puro "mete-saca", buena parte lo hacen... y se pierden muchas cosas. No crean que es que me las esté dando del tipo super-profundo, no, es que es así: uno va de "putas" para disfrutar, ¿no? Correcto. Pero no sólo lo pasa bien follando, ¿o sí? No olvidemos que son personas que ejercen una actividad, cuya vida tampoco se circunscribe al 100% a su trabajo. Y al igual que cualquier otra persona tienen sus hobbys, sus gustos, sus intereses... puede gustarles la cocina, los juegos de azar, las compras (eso sí, a casi todas jajaja), la música, salir a bailar, beber... lo mismo que a todo el mundo. Son putas, no marcianas. Y en mi caso pues me han aportado algo que absolutamente nadie más podía darme. ¿Qué creen ustedes que puede ser? ¿Sexo? ¿Compañía? Jeje. No sólo, eso puedes conseguirlo de muchas maneras. Lo que nadie más tiene que una puta es INFORMACIÓN. Conocimiento directo, profundo y real de su situación.

Ese conocimiento es el que he querido transmitirles desde que comencé el blog. Pero claro, las palabras tienen un alcance limitado. Hoy en día lo que triunfa es el formato audiovisual, es el consabido "más vale una imagen que mil palabras" y por eso les traigo el vídeo realizado por una de estas chicas contando a través de muñequitos en qué consiste y cómo se desarrolla un servicio. Nada más simple, hoy se lo explicamos con plastilina:




Ahí lo tienen. El aspecto que suelen subrayar es que ELLAS TIENEN EL CONTROL, no el cliente. Y joder, ¡es que es así! Siempre lo he dicho, si quieres que la chica te trate bien es sencillo: compórtate bien con ella. Y al revés, si quieres que sea un asco contigo pues también sabes qué hacer. De hecho, por eso nos encontramos con que las referencias de una misma chica pueden ser tan diversas de un cliente a otro. Uno dirá que le ha ido genial con ella, y otro de pena. Seguramente ninguno haya mentido, y es que la actitud de la chica habrá sido un reflejo de la que haya mostrado el cliente. Al tío que es un imbécil ya desde el primer momento, ni le atienden. Y es que lo último que las interesa es tener problemas. Luego cada chica marca sus límites: hay chicas que besan y otras no, que chupan y que no lo hacen, o las que las gusta que las chupen y las que jamás te lo permitirían. Cada chica te dice hasta dónde llegar, y si quieres ir más allá ella es quien debe darte permiso. Normalmente lo que no toleran, como muestra el vídeo, son ciertas prácticas (principalmente sexo anal... a no ser que expresamente anuncien que lo hacen) o la falta de respeto y el comportamiento rudo. Y el tema de la higiene, eso por descontado, el que vaya oliendo a chota ya se puede olvidar de que le hagan nada.

En mi caso particular, lo que me gusta es que la chica se moje, que se desinhiba, que se la vea cómoda. Si ella lo pasa bien, tu también vas a disfrutar. Y si la gustas y te coge confianza entonces esas barreras que pone ante el cliente van a irse desdibujando según te vaya considerando más su amiguito. A lo mejor ya no es tan rígida con el tiempo, o no te pone goma... o aún mejor, se va abriendo y contándote sus cosas. He oído muchas veces eso de que las chicas no van a ser sinceras con nosotros, por el tipo de relación que mantenemos. Muy al contrario. Precisamente debido a la confianza y proximidad los clientes somos aquellas personas con quienes pueden contar.

Pero bueno, prosigamos porque esto tiene más miga. Cuando la chica comenta que en la misma llamada discrimina a los clientes y no atiende a los idiotas (jerks), ¿saben a qué se refiere? Vamos a verlo:




Este PAR DE PAYASOS son el ejemplo más claro del tipo de tíos a los que cualquier prostituta DETESTA. La verdad es que he tenido que poner mucha fuerza de voluntad para ver el vídeo, de la vergüenza ajena que he pasado. A pesar de lo impresentable que resulta, hay algunos aspectos muy llamativos como las respuestas que les dan... si pretenden vacilar a las chicas, no saben con quién se meten. Encima es que parecen orgullosos de lo que están haciendo. Evidentemente estos dos no tienen la menor intención de contratar un servicio, pero sí puede hacerlo gente que parezca muy maleducada, que se crea superior a las chicas o perturbados. Bueno, pues son a los que ni dan una oportunidad y me parece que todos haríamos como ellas.

¿En alguna ocasión no han querido atenderme? La respuesta es SÍ. Sobre todas las cosas, hay una que las prostitutas abominan como si fuese el mismísimo diablo. Y es que aúna todos los males anteriormente descritos: maltratarlas, abusar de ellas, no pagarlas... Lo peor que puede encontrarse una prostituta en su puerta es lo siguiente, esto cambia las reglas ya que PIERDE TOTALMENTE EL CONTROL y se ve sometida a una voluntad ajena:




La policía. Este vídeo ha sido realizado por la ex prostituta y activista Norma Jean Almodovar para denunciar las extorsiones policiales que tan frecuentemente padecen (no es la primera vez que lo pongo). Pueden comprobar qué enorme diferencia existe entre el cliente y el policía. El cliente hace lo que la prostituta diga, y la prostituta lo que diga el policía. De hecho es muy común ver cómo en la TV suelen salir portavoces de la policía contando las penalidades y vejaciones que sufren las prostitutas, y yo alucino con la jeta que le echan al asunto porque si lo saben es porque son ellos mismos quienes lo hacen. ¿Recordáis el caso de Coslada? Llegó a salir a la luz pública que las chicas eran objeto de "extorsiones", "violaciones" y "brutales palizas" por parte de la policía. Policía que organizaba charlas sobre la "trata" y se apresuraba en condenar la prostitución como "violencia contra las mujeres". Coño, no va a serlo, ¡bien lo sabéis porque sois los causantes! Mira que hay que ser sinvergüenza, canalla y gentuza. Pues volviendo al punto anterior, debido a esto una prostituta también puede rechazar a su cliente: bien porque la policía se lo ha ordenado, bien porque se sabe vigilada y no quiere meterse en problemas. Y sucede cuando el cliente mete las narices donde no debe y "se implica mucho y sabe demasiado". Como dicen las chicas, "la curiosidad mató al gato".

En fin, creo que gracias a estos vídeos y mis comentarios podréis haberos formado una imagen más fidedigna de cómo prestan sus servicios las chicas y afrontan las diferentes situaciones que se pueden encontrar (un cliente corriente, un anormal o un policía). Si todavía os habéis quedado con hambre y lo que queréis es ver en sí cómo es la prestación del servicio os dejo con el enlace a un vídeo que os podéis descargar DE CONTENIDO CLARAMENTE PORNOGRÁFICO (el aviso está hecho). Trata sobre una joven que usa Internet para anunciarse, concierta una cita con un tipo y hacen lo que tienen que hacer: Greta - Perky Teen Tries Sex Dating for Cash



También podéis ver, en este mismo blog:

· ¿Cómo es con una puta?
· Cómo (no) tratar con prostitutas (con vídeo de humor)

lunes, 21 de julio de 2014

La historia de Fernanda

Se habla mucho de la prostitución, pero es infrecuente que quienes lo hagan sean las propias prostitutas. Creo que ellas deberían tener un papel preponderante en el debate existente sobre esta materia, y por eso en este blog les acerco tantas historias, testimonios y relatos contados por ellas mismas. Muchas, como Fernanda (y Marien, Paula VIP, Alejandra, etc...), crecieron y fueron educadas en un ambiente muy alejado de la prostitución. La ventaja de esto es que no han perdido esa conciencia de cuando "no eran putas" y por ello pueden hacerles comprender mejor su situación y vivencias a aquellas personas ajenas a este mundo.

Cuando comencé a escribir sobre prostitución decía, como tantas otras personas vinculadas a esta realidad, "hablen con las chicas". Era lo que yo había hecho, y lo que me había ayudado a ir desprendiéndome de las equivocadas creencias que arrastraba. Pero pasaban los años y veía que las posiciones de ciertas personas no cambiaban. Y es que este ejercicio, que me resultaba sencillo, para otros se presentaba como una dificultad insalvable. Acabé dándome cuenta y aceptando la realidad: no a todo el mundo le resulta tan fácil hablar de una manera distendida y natural con las prostitutas. Es más, cuando fui investigando más y conociendo las "investigaciones" de determinados periodistas y académicos no pude sino alarmarme ante lo que me parecían enormes errores. Efectivamente, algunos sí que llegaban a tratar con prostitutas... pero lo hacían de una manera tan torpe, tan forzada, tan intrusiva y carente de todo tacto que resultaba contraproducente. De hecho, a veces más que conversaciones parecían estar sometiéndolas a un interrogatorio. Las chicas detectaban inmediatamente que no eran "de su mundo" y, por decirlo de forma que no ofenda a nadie, no respondían con total sinceridad a sus cuestiones.

Y casi peor era cuando contaban la verdad, pues para llegar a ver las cosas como ellas las ven tuvieron que pasar un largo y complejo proceso de adaptación. Eso es algo que hay que vivir, que por mucho que se explique no se puede entender si no se experimenta. Fue algo que me pasó, lo que ellas me decían con total naturalidad me parecía inconcebible. Sencillamente no estaba preparado para escucharlas. Yo no podía ACEPTAR que una prostituta estuviese contenta con su trabajo, que no encontrase una particular dificultad en acostarse con distintas personas a las que no conocía de nada, que se sintiese bien consigo mismo. En mi mente, eso NO PODÍA SUCEDER. ¿No era acaso lo que me habían enseñado desde pequeño? Así pues mi reacción inmediata era negar la evidencia y buscar alguna explicación que permitiese invalidar sus afirmaciones, como que estaban "trastornadas" o eran "irrecuperables" (que es lo que sostienen los sectores abolicionistas), más aún cuando me revelaban situaciones aún más perturbadoras como las ilegalidades cometidas por las autoridades policiales. Eso tiraba abajo mi Mundo, construido sobre pilares tan maniqueos como incuestionables.

No es lo mismo ver la prostitución desde dentro que desde fuera.  Las prostitutas y otras personas de su entorno vamos dando nuestros testimonios porque creemos que la imagen estereotipada que se tiene sobre este fenómeno cambiaría muchísimo cuando se vaya conociendo a fondo.



Por lo dicho, no puedo en realidad culpar a quienes rechazan la prostitución. SON VÍCTIMAS. Víctimas de la ignorancia, de una educación deficiente, de la socialización en la cultura de la intolerancia. No podemos pedirles sin más que hablen con las prostitutas cuando ni las respetan ni las consideran iguales. En tales condiciones es impensable. Del mismo modo que las prostitutas no les ven como gente "de los suyos", la aversión que sienten estas personas hacia las prostitutas les bloquea por completo. 

Entendiendo que si la sociedad no hacía el esfuerzo por acercarse a la prostitución entonces tendrían que ser las prostitutas quienes diesen el paso para darse a conocer, surgieron varias iniciativas por parte de estas mujeres. Por ejemplo, el año pasado hablé de la campaña "soy feliz siendo prostituta". Se trataba de hacer ver la realidad de la prostitución para combatir el rechazo que padecen. Sin embargo no consiguieron nada porque las separaciones sociales entre ellas y quienes las desprecian son abismales. No hace falta más que miren la lista de "expertos" que nos presentan los abolicionistas en sus charlas: altos cargos políticos, representantes de organizaciones internacionales, portavoces de ONGs generosamente subvencionadas... esa "gente de bien (vivir)" que Fernanda llama "parásitos". ¿Qué son para ella trabajadoras sexuales como Angélica Villón, Margarita Carreras o Herminda González? NADA. O menos que eso, mierda que se queda pegada a los zapatos. Da igual digan lo que digan, porque para ellos es "chusma" a la que no se escucha. Son personas pobres, de clase trabajadora, en su mayoría inmigrantes. No las pueden considerar como interlocutoras válidas.

Ahí reside la ventaja de mujeres como Paula VIP, Samantha Mar o Natalia Cervantes. Ya no hablamos de "putas de toda la vida", de calle, que jamás han tenido derechos ni esperanza de verlos algún día reconocidos. No, ahora son mujeres DE SU CLASE SOCIAL, que les hablan en un lenguaje que entienden. Por supuesto que no me gusta esta situación, pero si así es como están las cosas hay que reconocer la realidad. Es más, personalmente siento más simpatía y me encuentro más identificado con las chicas de la calle. Es mi gente. Pero no somos nosotros quienes gobernamos, si queremos llegar a "los que mandan" tenemos que ponerles delante a gente que consideren "aceptable". Así es como está montado el mundo en que vivimos.

La última (y única, por el momento) Ministra de Igualdad del gobierno de España, la Ilma. Dña. Bibiana Aído Almagro, en una visita a los talleres de costura de la ONG APRAMP hace varios años. Representa el paradigma de autoridad pública cuyas decisiones afectan de manera directa a quienes ejercen la prostitución en este país. Con sólo verla (y si la escuchan ya para qué contarles) ya se pueden hacer una idea de qué tipo de persona es y lo que la preocupa la suerte que corran las prostitutas.



Las prostitutas más acomodadas o "escorts", como Fernanda, nos posibilitan salvar este hándicap que tradicionalmente nos viene lastrando. He de reconocer que al ver a estas "fresas" ("pijas", en España) tan alejadas de la realidad de la calle mi primera impresión no fue particularmente positiva. Pero tras ir conociéndolas he aprendido a valorarlas, ciertamente yo glorificaba la prostitución de calle frente a la de "alto standing" porque son necesarios unos conocimientos y habilidades específicos. Sin embargo, lo mismo puede decirse al revés. Eso es lo bueno, que podemos complementarnos. Por ese mismo motivo también debemos buscar aliados entre aquellos profesionales ajenos al mundo de la prostitución, pero que gozan de reconocimiento social y proyección mediática (abogados, académicos, trabajadores sociales...) Únicamente con nuestras propias fuerzas no tenemos capacidad para influir en la clase dirigente.

Lo que nos cuenta Fernanda no es en sí nada novedoso. Sin embargo el suyo es uno de los relatos mejor redactados y más ilustrativos que conozco. Como con tantas otras historias, la motivación INICIAL comienza siendo puramente económica. Es lo que los abolicionistas llaman "situación de vulnerabilidad", y les lleva a establecer una relación de causalidad directa entre pobreza y prostitución. Desde luego no voy a negar que casi siempre hace falta un elemento que actúe como revulsivo para entrar en este Mundo. Pero lo que no podemos dejar de preguntarnos es, ¿cómo vive hoy esa decisión? ¿Se arrepiente de haberla tomado? ¿Por qué no tomó antes este camino? Y es que hay un elemento muy importante que se omite al tratar el trabajo sexual, y es que si no fuese por los MIEDOS Y PREJUICIOS existentes muchas más personas estarían puteando. 

Ella reconoce que, gracias a ser mujer ("poniendo nalgas"), ha tenido más posibilidades que de haber nacido varón (como dice el viejo refrán castellano, "quien tiene un coño, tiene un tesoro"). ¿Qué hubiese sido de su vida de llamarse Fernando? Pues lo más seguro es que tuviese que trabajar de la mañana a la noche para simplemente poder subsistir. Yo al menos considero que en nuestra sociedad las "desigualdades de género" benefician -y mucho- a las mujeres, aunque existen muchos otros factores de diferenciación social más relevantes (por ejemplo la nacionalidad, la familia, o la lealtad política). Por otra parte, relata cómo la "captación" fue llevada a cabo por una amiga (cuidado, esto en algunos países es delito) y dio el paso voluntariamente. En su trabajo como escort independiente la seguridad siempre es un asunto importante, y debe guardarse las espaldas. Vamos, como se haría en cualquier negocio. Pero en muchos países no puede contratar legalmente protección privada, con lo que se precarizan sus condiciones. Hay que entender que NO toda persona que se beneficie económicamente de una prostituta la está perjudicando, ella puede desear contratar una larga serie de servicios (transporte, fotografía y marketing, seguridad...) que considera necesarios para el ejercicio de su labor. Catalogar estas prestaciones como "explotación de la prostitución ajena" y castigarlas penalmente significa precarizar las condiciones laborales de la prostituta.

Finalmente nos hace una de las declaraciones más reveladoras que espero que algún día lleguen a asumir los críticos con el trabajo sexual. Que la prostitución puede permitir la autorrealización personal, que no todas las personas que la practican se sienten mal consigo mismas, es más, pueden sentirse muy valoradas y queridas. Y es que, como vengo diciendo, el deleite sexual no se logra a costa de otra persona sino con ella. Sexualmente hablando, uno lo pasa bien cuando su compañero/a también está disfrutando. Está en el INTERÉS PROPIO de prostitutas y clientes tratarse bien mutuamente.




Por Fernanda Siempre, Publicado en el Periódico METRO el 31 de mayo de 2007

Soy mexicana, alegre, relajada y de una familia tan normal o tan loca como muchas. Crecí al sur de la Ciudad de México, en una colonia de esas de clase media pa’ arriba. Estudié en buenos colegios y digamos que estuve rodeada de esos parásitos que se llaman a sí mismos “gente bien”. Viví una infancia agradable, durante la cual nada me hizo falta. En 2002, cuando tenía 18 años, comencé a trabajar de escort anunciándome en Internet. Una no nace profesional, pero lo puta es algo que se lleva dentro. Yo nací con esa vocación. Mi primera relación sexual fue a los catorce, con un tipo casado y que me doblaba en años (y en otras cosas). Fui su amante por un tiempo y mantuve con él las más libertinas relaciones que a esa edad podían vivirse. Pero en este país, la fortuna puede ser sólo una suave línea que separa la farsa de la realidad. A estas alturas no sé si mi papá murió porque nos quedamos en la calle o si nos quedamos en la calle porque mi papá murió, el caso es que de la noche a la mañana pasé de ser una niña consentida a indigente. De pronto me arrebataron todo lo mío y mi mamá comenzó a dar clases de inglés por unos cuantos pesos que no alcanzaban ni para pagar los gastos de la casa. Y no es que me tire de a mártir, porque de entre los muchos papeles que podré jugar en la vida, creo que ese es el que menos me queda. Simplemente son cosas que pasan; pero se siente de la fregada cambiar tan de repente el ritmo de vida.

Lo fuimos perdiendo todo poco a poco. Yo, que siempre había disfrutado tanto los obsequios de la buena vida, tuve que hacerme de un trabajo miserable. Conseguí con un cuate, previa entrega de las nalguitas, una chamba mal pagada como instructora de spin. Toda la vida he hecho ese ejercicio y estoy capacitada de sobra para conducir un grupo. Pronto tuve a mi cargo a varios grupos de viejas regordetas, muchachas anoréxicas, algunas muñequitas fresas y uno que otro maricón.

A la sesión de las 11 de la mañana venía una chica argentina. De unos treinta y pocos añitos, rubia, delgada y de grandes ojos azules. Magnífico cuerpo y bello rostro. Me cagaba verla llegar todos los días con diferentes pants (siempre de marca) y salir vestida del spin como muñeca. Tenía un porte estupendo y arrogante. Casi no hablaba con nadie. Yo estaba segura de que se trataba de una tipa fresa (digo, importadas y todo, pero donde quiera hay niñas fresas) mujercita de un marido rico que le mantenía su holgazanería. Me daban unas ganas locas de ser ella.

Después de todo y pese a lo que cualquiera supondría, la argentina resultó simpática y de repente nos hicimos amigas. Se llamaba Paty y vivía en la colonia Roma, a unas cuantas calles del spin, pero supe a qué se dedicaba sólo después de haberle contado las calamidades que estaba viviendo. Es fácil, me dijo, se gana mucha plata, sólo es cosa de tomarla con calma y podés salir de apuros. 

Me gustaría que fuésemos un poquito más amplios de miras y tratásemos de no quedarnos en las valoraciones e imágenes superficiales. Detrás de cada puta suele haber siempre una muy buena historia, como cliente he podido conocer varias de ellas y deseo compartirlas con ustedes. No se trata de morbo o de cotilleo, sino de humanizar a un colectivo que, por desconocido, ha sido históricamente muy rechazado.



Puedo decir que antes de eso la idea ni siquiera había pasado por mi cabeza. Es más, hasta puedo afirmar que me ofendí. En cualquier caso estaría mintiendo. He llegado a pensar que todas las mujeres en algún momento de la vida soñamos con la idea de tener sexo por dinero. La diferencia es que lo que para la mayoría es sólo fantasía, habemos algunas que lo llevamos a la práctica. Ganándonos, desde luego, la envidia y el rencor de aquellas que nunca se atrevieron. 

Después de todo, pensé, ya había conseguido muchas cosas a lo largo de mi vida poniendo a mis nalgas como intermediarias, siempre con magníficos resultados, pero sin duda inferiores a los que podría obtener tasándoles un arancel razonable. 

También mentiría si les digo que fue fácil. Parece sencillo, ponerle precio al cuerpo como si se tratara de etiquetar papas en el supermercado, pero siempre es difícil hacerse a la idea de que le estás poniendo un importe a tu intimidad. Estoy de acuerdo con que la virginidad, el pudor y la sexualidad están sobrevaluadas, pero siempre pesa la duda sobre hasta dónde llega lo que entregas. 

Luego vienen dos obstáculos a salvar: el miedo y el asco. Siempre se corren riesgos en la vida, pero llegar a un cuarto de hotel a buscar un hombre solo, al que nunca antes has visto, sin más protección que tu buena suerte y muchos condones, no es la mejor idea de seguridad para una muchacha medio fresa y con apenas 18 abriles encima (menos en una ciudad como ésta); y la idea de encontrar tras la puerta un hombre sucio y repugnante al cual tengas que abrirle la piernas y el alma para atenderlo, no es precisamente la imagen de una velada romántica. 

Pero cuando existe vocación, esas cosas se superan sin mayor problema. Claro, creo que como los artistas, que dicen que siempre sienten los mismos nervios antes de entrar al escenario, nosotras también, antes de tocar a la puerta regresa un poco de ese miedo y ese asco que dan la incertidumbre, pero invariablemente el temple te permite salir airosa de cada encuentro. 

Una buena puta, como Fernanda, es la que se siente cómoda con su trabajo. La que ya es "propensa natural" al puterío y se enorgullece de ello. La que hace de su "vocación" su estilo de vida.



Mi anuncio con fotografía apareció en Internet más o menos una semana después de mi charla con Paty, ella me ayudó tomando aquellas fotos. Esa tarde comencé a atender llamadas. Cuando se es propensa natural a las artes de la putería, una se hace experta de la noche a la mañana. Es como un don. Es muy sencillo. Los hombres no quieren simplemente gozar. La fantasía, la madre de todas las quimeras masculinas es, para sorpresa de cualquiera, que la mujer con quien comparten goce. Creo que es el único acto realmente generoso de su sexo. Para que un hombre disfrute realmente de una relación por la cual pagó no es suficiente que tenga el más impresionante de sus orgasmos; es necesario que esté seguro de que su pareja también lo disfrutó. 

En este oficio aprendemos a conocer los ritmos y las reacciones de nuestros clientes. Si un hombre quiere que lo hagamos sentir poderoso, se va creyendo que es dios. Si un cliente espera sentirse amado, aquí encuentra unos pechos donde guarecerse, si lo que quiere es sólo sexo, acá está esta piel que en cada centímetro se entrega con la única intención de complacer. 

A primer cliente lo atendí en el Hotel Revolución. Era mayor de treinta pero menor de treinta y cinco. Entre sus brazos, desde aquella primera vez, aprendí muchos de los secretos del oficio. Cruzar esa puerta fue el paso más difícil que he dado; dejarla abierta como un buen modo para subsistir y recrearme mejoró mi vida. Después de todo, somos un bien necesario. Somos la promesa de que todo es posible. Más que cuerpos tibios con tacones, faldas cortas y escotes, supe que me había convertido en una tregua. Ese tiempo y ese espacio donde un hombre podría abandonarse a su fantasía. Comprendí, entonces, lo que era ser y sentirse mujer, en toda la extensión de la palabra.

miércoles, 16 de julio de 2014

No hablamos el mismo idioma

Muchas veces he tratado este tema y nuevamente he de sacarlo porque siempre caemos en lo mismo. Vamos a ver, me parece perfecto que se opine lo que se quiera e incluso que los diferentes medios decidan a qué personas dar voz y a cuáles ignorar. Con lo que no estoy tan de acuerdo es en que se den datos o se mencionen supuestos hechos o situaciones como indudablemente ciertos sin haberse documentado lo suficiente, sin investigar o contrastar la información. Creo que los periodistas lo llaman rigor, aunque es un término que en la actualidad va a acabar cayendo en desuso.

Todo esto viene a cuento de un artículo publicado ayer en el diario 20 minutos, firmado por la feminista María Pazos. Montse Neira respondió a él negando que las afirmaciones hechas fuesen ciertas, y varios otros lectores mostraron asimismo su desacuerdo. Yo escribí una respuesta (todavía no han autorizado su publicación, he aprovechado para corregirlo levemente y colocar algún enlace) en la que trato de acercar posturas y disipar un poquito las discrepancias existentes. Esto es básicamente porque se aportan cifras que resultan del todo incompatibles. ¿Quién tiene razón? Pues no voy a ser yo quien dirima la disputa, simplemente EXPLICO (que es de lo que va este blog, de que se CONOZCA la realidad de la prostitución) por qué cada parte dice lo que dice y en qué se fundamentan. Que oigan, que yo ese 95% de víctimas de trata lo suscribo, es cierto. No puedo decir que sea falso, no lo es. Sólo que responde a una DETERMINADA definición de trata, distinta a la que otros emplean. ¿Cómo van a coincidir los porcentajes de Montse y de María si cada una habla de una realidad diferente? No mezclemos "peras con manzanas".

Aquí tienen mi comentario, espero que quede aclarado que NINGUNA DE LAS DOS MIENTE. Sencillamente hablan un idioma distinto. Mantienen distintos conceptos sobre los términos (trata como ejercicio de la prostitución en un lugar que no sea el de residencia frente a realizarla en situación administrativa irregular), beben de fuentes diferentes (informes de la guardia civil contra la experiencia personal y el contacto directo y continuado con multitud de prostitutas) y, por supuesto, parten de posicionamientos teóricos que nada tienen que ver (feminismo institucional versus realidad de quien ha tenido que sacarse las castañas del fuego desde jovencita). Para que el lector pueda interpretarlas, yo se lo traduzco:



Hola, muy buenas. Llevo 10 años como cliente de prostitutas y, al igual que Montse, he acabado convirtiéndome en un investigador de esta realidad y en activista por los derechos de los trabajadores sexuales.

Como han señalado algunos comentarios, este texto contiene algunas... inexactitudes. No voy a decir que sean intentos deliberados de engañar, no, por supuesto, estoy seguro de que eso ni se le pasaría por la cabeza a la autora. Seguramente su indignación y el acaloramiento del momento sean las causantes de que cometiese tales errores.

Comenzando con el 95% de víctimas de trata, que además refuerza citando a la GC como fuente. Bien, la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil elaboró una serie de informes sobre el tráfico de mujeres y la explotación sexual centrado en los clubes de carretera desde el año 2000 hasta creo que el 2007 (aquí tenéis el primero). En él hacían un recuento de prostitutas, a las que denominaban siempre víctimas porque los convenios internacionales que ha firmado España prohíben que se hagan censos de prostitutas (así que al llamarlas "víctimas" técnicamente no vulneraban la legalidad... pero que el lector considere si es una práctica honrada o fraudulenta) y establecían que entre el 95-98% eran de ORIGEN EXTRANJERO. Como, para la corriente abolicionista, TODA persona que ejerza la prostitución en un lugar distinto del de residencia INDEPENDIENTEMENTE de que exista o no coacción o haya o no consentimiento (que son dos circunstancias que otras personas consideramos necesarias para hablar de "trata") es "víctima de trata" pues ya tenemos la famosa cifra.

No digo que ese dato sea falso, simplemente cómo se ha obtenido. Porque según empleemos una u otra definición de trata obtendremos un porcentaje distinto. Por ejemplo, para Montse Neira o Hetaira toda prostituta que se halle en situación irregular (al igual que establece la Unión Europea, por cierto) sería también víctima de "trata". Y después hay autores como José Luis Solana que equiparan trata con prostitución coactiva, que es digamos la percepción social existente. Entonces podríamos estar hablando de un porcentaje mucho menor.

Al respecto, lo que en esos informes la GC nos dice es que a pesar de "animar" a las víctimas a denunciar (es decir, que si no lo hacían las deportaban... miles de prostitutas "liberadas" han sido deportadas, a la fuerza y contra su voluntad, a sus países... y de eso no se habla) y a pesar de haberse reunido con ellas equipos especializados de la EMUME fuera de los clubes (nos están diciendo que se las llevaron a los calabozos, os hago yo la traducción) el porcentaje de denuncias que obtuvieron de las chicas fue ínfimo, en torno al 1%. Y hablamos de denuncias por cualquier delito, no que estuvieran retenidas allí contra su voluntad. Como dice María, el lucrarse de la prostitución es delito en España. Si la policía averiguaba que la prostituta convivía con alguien o enviaba remesas a su país, eso es considerado delito. Si la chica había entrado en España de manera irregular o había agotado el periodo que la Ley la otorgaba eso también es delito (por eso muchas se quedaban 3 meses, marchaban y volvían).

Por consiguiente, incluso ese porcentaje marginal de denuncias está HINCHADO. Asociaciones como CATS, que llevan muchísimos años trabajando con prostitutas han reportado que los casos de prostitución forzada son anecdóticos (han hallado uno sólo a lo largo de su historia). Personalmente, he conocido a miles de prostitutas y apenas dos de ellas podrían considerarse "víctimas de trata" por haber sido inducidas a ejercerla bajo engaño (las dijeron una cosa en su país y luego aquí se encontraron con otra diferente). Pero en ningún momento se ejerció violencia física o amenaza contra ellas, y de hecho una sigue ejerciendo la prostitución 7 años después de llegar a España y otra lleva como 30 (es decir, que continuaron en ella por decisión propia). Si las escuchaseis como proponen las de Hetaira, sabríais que normalmente denuncian que la violencia, agresiones y abusos que padecen provienen de... sus autoproclamados "liberadores": las fuerzas y cuerpos de seguridad, los políticos y las feministas. Si queréis que hablemos de porcentajes, el 99% de prostitutas que he conocido me han relatado episodios de violencia ejercidos por los CYFSE o las policías locales y autonómicas. El Colectivo Hetaira, que ha contestado a esta noticia y tiene contacto con muchas mujeres en situación de prostitución, podrá respaldar esta afirmación. De hecho, existen informes oficiales elaborados por organizaciones tan prestigiosas como la Contraloría de Bogotá o el Open Society Institute que avalan mis palabras situando estos abusos como la principal preocupación de las meretrices (hay que matizar que se centran en el colectivo de prostitutas que ejercen en el medio abierto, en la calle).

Para terminar, y en lo que respecta a los anuncios de contactos, pues igualmente podemos hacer caso a la Versión Oficial que nos cuentan nuestras autoridades o a periodistas de investigación de amplia trayectoria y reconocido prestigio como EDUARDO INDA Y ESTEBAN URREIZTIETA, quienes destaparon el famoso montaje de la Operación Afrodita, presentado como "el mayor golpe a las redes de prostitución en España". Nuevamente, el Colectivo Hetaira aquí presente puede tener algo que decir ya que en su día emitió un comunicado calificando tal operativo como "un montaje político" (¿político? ¿qué ganarían nuestras autoridades públicas con ello? Por favor, "Hetairas", explicadlo abiertamente). Lo que hicieron este famoso par de periodistas que como sabéis han destapado notorios casos de corrupción, fue sencillamente escuchar a las chicas. Eso es lo que pide Hetaira. Y lo que yo os digo es que, dependiendo de a quién escuchéis vais a oír un cuento distinto. Ustedes eligen si escuchar a las prostitutas o a nuestras autoridades. Mejor atiendan a lo que dicen todas las partes y luego saquen sus conclusiones, que es la opción que he tomado yo.

Espero haber arrojado un poquito más de luz sobre este tema, quedo a su entera disposición y si tienen cualquier pregunta no duden en formulármela e intentaré responderla lo mejor que pueda.

Luz y taquígrafos, María Pazos, luz y taquígrafos :-)

sábado, 12 de julio de 2014

Cuatro putas

Hoy les traigo la entrevista que Dña. Hibai Arbide Aza, periodista de Diagonal, realizó a cuatro mujeres que ejercen la prostitución sobre aspectos concernientes a su trabajo, a los problemas del día a día que confrontan, a la percepción social de la prostitución y al posible abordaje legal que podría tener.

Como comenta al comienzo, considero que nadie puede explicar su situación y deseos mejor que ellas mismas. Ya sabéis que la política de este blog ha sido siempre dar voz a todas las partes, independientemente de sus planteamientos, pero particularmente centrándose en las prostitutas y su entorno más inmediato debido a dos motivos fundamentales. En primer lugar, porque entiendo que el conocimiento que puedan tener de esta realidad va a resultar con una alta probabilidad mucho más completo y preciso que el de autoproclamados "expertos" que no han salido de sus despachos. Que si queremos saber qué es y cómo funciona la prostitución lo que hay que hacer es acercarse a quienes la viven. Puede parecer una obviedad pero creedme, no es así. Determinados posicionamientos hacen precisamente lo contrario.

En uno de los carteles en esta concentración de prostitutas podemos leer "Las voces de las prostitutas no serán silenciadas". Constantemente somos testigos de los esfuerzos que se hacen para prescindir de las perspectivas que puedan aportar los actores principales de la prostitución. Nos dicen que las putas están "alienadas" y enfermas, que los empresarios son unos cabrones que ocultan oscuros intereses y que los clientes no podemos pensar en otra cosa que en satisfacer nuestras más primarias pasiones. Yo creo que hay mucha gente que habla sobre este tema y no tiene NI IDEA, pero no por eso les censuro ni les difamo, antes al contrario deseo que abran la bocaza para que evidencien su ignorancia. Sólo pido que antes de opinar hagan el favor de escuchar a unas cuantas prostitutas, si es posible mejor en vivo y en directo. No es una exigencia ni descabellada ni demasiado difícil de satisfacer como puede atestiguar la autora de la entrevista que les traigo en esta ocasión.



En segundo lugar, y esto es algo derivado del anterior punto, porque han usurpado la voz de quienes se encuentran en contextos de prostitución. El problema no es que quienes aparezcan en los medios sean políticos, portavoces de la policía, periodistas, feministas, académicos o juristas y monjas como en el programa que Arbide menciona. Si eso está muy bien, lo aplaudo, esas personas también inciden en esta realidad y por supuesto que han de ser tenidas en cuenta... pero no SÓLO ellas. Porque no está ahí alguna prostituta para que podamos contrastar el discurso de los invitados de la SER, o si por alguna razón no pueden (espero que no sea que no quieran) coincidir con ellas no se hace otro programa en el que cuenten con sus testimonios. No, es que no aparecen. Y no es que no quieran dar su opinión, sino que muy poca gente parece verdaderamente interesada en conocerla. Algunos medios, de hecho, parecen principalmente preocupados por excluirlas del debate.

Pero además este texto tiene un valor añadido extra, algo que soy incapaz de aportar: su autoría. Viene firmado por una mujer, de conocida trayectoria feminista y políticamente de izquierdas. De hecho es periodista de Diagonal, periódico sucesor del extinto "Molo" y de tendencia anarka. Vamos a decir las cosas claras: no creo que una persona por el hecho de ser mujer tenga mayor credibilidad que un hombre al tratar temas "de género", ni opino que por ser ella periodista necesariamente aborde el tema con mayor objetividad que un "putero" y, por supuesto, me cisco en esa supuesta superioridad moral de las izquierdas de acuerdo a la cual se arrogan en exclusiva la sensibilidad social. Sin embargo existe un importante número de personas que no piensan así. Soy totalmente consciente de que, ante determinado público, arrastro un enorme déficit de credibilidad y probablemente desestimen de plano todo lo que diga. Aunque pienso que "la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero" muchos no comparten esta afirmación y creen en los argumentos "ad hominem". Está bien, ¿pasan de mí? Bueno, entonces les traigo a alguien a quien hagan más caso. 

Por supuesto pueden Y DEBEN dudar de todo lo que les digan. Pero al menos háganlo teniendo testimonios de primera mano como los que Hibai y yo tratamos de acercarles.



Hablamos con cuatro putas sobre trabajo sexual, estigma, trata y legalización de la prostitución.

Por: Hibai Arbide Aza, martes 10 de junio de 2014

“El único problema real que hay hoy es que el ayuntamiento se ha empeñado en hacer políticas que favorecen la especulación. Aquí encontró una mina de oro para especular y por eso nos quieren sacar de aquí. Realmente no es porque nosotras seamos problemáticas. La prostitución no es lo que degrada el barrio, a diferencia de lo que tratan de hacernos creer.”

Pongo la radio mientras desayuno. El presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco Juan Luis Ibarra y la monja María Luisa del Pozo hablan sobre la reinserción (sic) de prostitutas en la SER. Reinserción. Al parecer, las putas están fuera de la sociedad y hay que facilitarles su re-entrada. Escucho al juez decir que la mayoría vienen voluntariamente pero los intereses de la deuda contraída son tan altos que no los pueden pagar y se ven obligadas prostituirse. Eso es trata de mujeres”.

El simplismo del magistrado me crispa. Eso no es trata, pienso mientras apuro el café, eso es capitalismo; es la economía de la deuda de la que habla Silvia Federici. Todas trabajamos para pagar las deudas que nos vemos obligadas a contraer para vivir. Entonces me acuerdo de mi libro de cabecera respecto al trabajo sexual, Los pasos (in)visibles de la prostitución: estigma, persecución y vulneración de derechos de las trabajadoras sexuales, de la editorial Virus.

Tengo la tentación de escribir un artículo para explicar que, en realidad, puta es como se califica a cualquier mujer que no se pliega a las imposiciones del patriarcado. La promiscua, la libre, la divorciada, la madre soltera, la lesbiana, la segura de sí misma, la que aborta, la que se apoya más en sus amigas que su marido, la que decide criar a sus hijos según su criterio… Y, por supuesto, la profesional del sexo.

Luego me doy cuenta de que ese artículo es banal; es mucho más interesante que hablen ellas. Así que entrevisto a Sandra, Janet, Verónika y Paula. 

Lo repito y seguiré haciéndolo hasta que queden claras las cosas. ¿Queremos hablar sobre prostitución? Perfecto. Paso número uno: escuchen a las prostitutas. Después de ahí ya vendrá lo que quieran. ¿Pero creen que los invitados que la autora menciona, del programa de la SER, lo han hecho? Las instituciones y asociaciones que "ayudan" a estas mujeres suelen indicar, alucinadas, cómo "no se reconocen víctimas". Y es que en ninguna cabeza normal, menos en la de las prostitutas que suelen gozar de un envidiable sentido común, cabe catalogar como "víctima" a quien ejerce una actividad voluntariamente deseando obtener una ganancia económica por ello como afirmó el presidente del TSJ del País Vasco. Eso es hacerse trampas en el solitario, si a la prostitución voluntaria la llamamos "trata" claro que nos salen unos porcentajes espeluznantes. Pero esa definición es engañosa, distorsiona la percepción social y lo peor de todo es que no resulta útil para localizar el delito y perseguirlo. Lo que yo digo es lo que también sostienen las asociaciones de trabajadoras sexuales como la argentina AMMAR (en la imagen).



Sandra es un pibón que arrasa en Twitter gracias a su afilada lengua, que no se suele morder a menudo. Transfeminista insurrecta, no te va a gustar cruzarte con ella si eres abolicionista o si tienes la costumbre de decirles a las mujeres qué es lo que tienen que hacer con su cuerpo. Ejerce en un piso compartido con otra chica, aunque también realiza salidas a hoteles. Anuncia sus servicios y contacta con los clientes a través de la red.

A Janet la vi por primera vez en el escrache a Mercé Homs de hace unos meses. Me impresionó aquel discurso sobre vulneración de derechos de las trabajadoras del sexo y urbanismo, tan suave en las formas y cañero en el fondo, que dejó callada a la regidora. Empezó en un club, siguió en un topless, luego en un apartamento y más tarde, casi por casualidad, encontró lo que le gusta: la calle.

Verónika Arauzo, La Vero, es activista independiente, transfeminista y presidenta en funciones de la asociación de Profesionales del Sexo de Catalunya [1]. Ha trabajado de todo: scort, dómina, en casas a porcentaje, de puta de calle…

Paula es una coqueta rubia de treinta y tantos a la que conozco hace años. Siempre me ha parecido una persona extremadamente sensata, divertida y agradable. Después de esta entrevista, me parece aún más interesante. Ha trabajado en la calle, en cabaret, clubs, saunas, de encargada de pisos, alto standing, en bajo standing, clase bajísima… Ya no es prostituta y no lo echa de menos.



Prostituta, trabajadora sexual, puta, acompañante, scort, call girl… ¿Cómo prefieres que te llame? 

SANDRA: Prefiero y suelo definirme como puta. Lo veo como una forma de reapropiarnos del término, de darle la vuelta, haciendo así que las acepciones negativas que arrastra pierdan su fuerza.

JANET: Por regla general, no me gusta ponerme etiquetas. En nuestra profesión no hacen falta; quien es abogado no va con un cartel que diga que es abogado. Pero no me ofende si me dicen puta o trabajadora sexual, no tengo problemas respecto a mi profesión. Sé lo que soy, sé que esto me permite mi subsistencia y no reniego de la mano que me da de comer.

VERO: La cuestión clave es que somos profesionales del sexo. Esto incluye a mucha gente, sin distinción de género: desde quien trabaja en el teléfono erótico a la puta de calle, pasando por las variables en Internet, la pornografía… Es decir, cualquier ejercicio profesional cuyo fin sea la excitación sexual destinada al consumo, ya sea mediante la interacción física o no.

PAULA: Para mí no es importante. Una etiqueta sólo es una etiqueta. Sé que a otra gente le parece relevante, pero a mí no.

Existen muchas formas de referirse a las prostitutas, generalmente muy despectivas (furcia, lumi, guarra...) Pero la peor de todas es también la más conocida: PUTA. Desde un feminismo heterodoxo y reivindicativo se propone rescatar el término, no tomarlo como algo humillante que hay que evitar sino como una palabra de la que sentir orgullo. Convertir el insulto en elogio. Y al menos para mí lo es: como afirma Hibai la puta es la mujer libre que hace lo que quiere, cuando quiere, como quiere, con quien quiere y donde quiere.



¿Has sentido el estigma de ser puta? 

PAULA: Yo siempre me he sentido empoderada y haber trabajado como prostituta ha forjado mi autoestima. Estoy muy segura de mí misma. Pero al mismo tiempo, he vivido muchos años el estigma de ser puta. Yo me eduqué en una escuela católica privada… Siempre me incomodó explicar a mi entorno social que era trabajadora sexual, pero nunca lo oculté porque me di cuenta de que me empoderaba decirlo. También ha influido en mis parejas, a las que nunca se lo he ocultado. A la mayoría de los hombres les da miedo. A los tíos les cuesta aceptar que su pareja sea prostituta.

SANDRA: Al principio me sentía muy sola. Llevé una doble vida durante unos meses, hasta que decidí contarles a mis amigas más cercanas y a algunas de mis familiares que ejercía. Aún hoy, algunas personas de mi entorno no lo saben. Las personas más cercanas me respetaron pero las demás intentaron hacerme creer que estaba haciendo algo terrible cuando en realidad sólo estoy teniendo relaciones sexuales consensuadas con otras personas adultas a cambio de dinero. Eso es lo peor de ejercer la prostitución: el estigma.

JANET: Tenemos un cliché marcado. Se creen que somos personas viciosas, con problemas de drogas, con problemas en el ámbito familiar… Creen que somos lacras sociales. Yo reniego de ese cliché y de otros: tampoco tenemos que ir con lápiz de labios rojo, los pechos fuera y minifalda. Yo llevo trabajando en esta profesión y en otras 30 años. Siempre he trabajado como prostituta. Tengo cotizados 28 años a la seguridad social y ha sido un complemento. Otro estereotipo que hay que romper es el de los clientes: los señores que vienen a nosotras no son pervertidos.

VERO: El estigma puta es alimentado por numerosas instituciones y convenciones sociales. Parte de no querer reconocer el derecho de autodeterminación de cada individuo y, en concreto, el derecho a disponer del propio cuerpo de la mujer. Porque el estigma se da en las mujeres, del estigma masculino no se habla, es una gran realidad silenciada. Cuando un hombre insulta llamando “puta” no insulta a la mujer que cobra sino a la que él considera una mujer degradada, fácil, follable, sin valores… Ahora bien, en mi caso el estigma que me ha marcado ha sido el de ser trans. Cuando fui capaz de superar aquel, el estigma de ser puta me dio bastante igual. Creo que esto es algo habitual en las trans. A las trans se les presupone automáticamente que son trabajadoras sexuales; nadie piensa que una pueda trabajar en un banco… porque de hecho en España no hay ninguna trans trabajando en un banco. Hay muy pocas excepciones, la mayoría no desempeñan puestos de responsabilidad, trabajan como putas. Si al ser trans le sumas ser emigrante, no hay duda: es puta. A la mayoría de las compañeras trans que entran legalmente en Europa como turistas las paran en el aeropuerto porque son putas. Las trans, al parecer, no tenemos el derecho de viajar para ir de vacaciones.

Todas las prostitutas coinciden en este punto: una de las peores consecuencias de ejercer la prostitución es el estigma, es decir, el menosprecio social que automáticamente recae sobre ellas (y su entorno, Janet también habla de los prejuicios ante los clientes). Suelo decir que "otra prostitución es posible", que podemos conseguir ir eliminando poco a poco este rechazo hacia el trabajo sexual (lo que denominamos "la normalización social de la prostitución") acabando así con la fuente del malestar de muchas personas. A pesar de que no se produzcan cambios legales, me parece que un poquito más de tolerancia no le vendría nada mal a nuestra sociedad. 



¿Has elegido libremente tu oficio? ¿Qué opinas de quienes equiparan prostitución y esclavitud sexual? 

JANET: Evidentemente, me siento libre. Nadie empieza a ser prostituta como quien dice “voy a la universidad a hacer tal carrera”. Se entra por necesidades lógicas, que son económicas, y yo he tenido la suerte de vivir en un ambiente amable, nada hostil. En la prostitución, para entendernos, tú eres tu propia empresa. La mayoría de la gente, cuando entra en una empresa con 20 años, es becaria… Nosotras con 20 años somos directivas de una empresa que gana muchísimo dinero. Cuando llegamos a los 50 nos convertimos en el felpudo de la empresa… Es lo inverso al proceso de la mayoría de la gente. Pero eso no significa que a mí no me dé una libertad económica que no tendría si trabajara en otra cosa con un sueldo de 700€. El alcalde, Señor Trias, dijo que la prostitución es la esclavitud del siglo XXI… Yo digo que la mayor lacra del siglo XXI es la ignorancia y él es un ignorante.

SANDRA: Sí, es un oficio que he elegido libremente, que me ha aportado muchas cosas buenas y que me gusta. Si no, no lo ejercería. Soy yo la que elige cuándo, dónde, con quién y por cuánto. Al contrario de lo que muchas personas creen, soy yo quien pone las reglas y quien controla la situación. Decir que todas las prostitutas somos víctimas de trata es una mentira que invisibiliza a quienes ejercemos libremente y es un gran error si realmente quieren detectar y ayudar a las verdaderas víctimas.

PAULA: A mí nunca me gustó ser prostituta; en mi caso ha sido una imposición cultural que tiene que ver con el machismo, el patriarcado y la construcción social. Aunque eso sí: en mi trabajo el poder lo he tenido yo, la que les ha dicho a los hombres qué hacer y qué no hacer, la que cobra… siempre he sido yo. He intentado crecer dentro de mi trabajo. Ser una buena prostituta y ser una buena persona. Mi trabajo me ha dado mucho, he aprendido un montón de la vida y de los hombres que han estado conmigo. Siempre he intentado que sea bonito y he tenido la suerte de encontrar a gente bonita. No me refiero a gente guapa, ya me entiendes… ¡Aunque también me he tirado a cada tío… y he disfrutado como una cerda! ¿Si he trabajado libremente? La libertad que esta sociedad te da. Nadie trabaja libremente en un contexto capitalista. En el contexto laboral, cultural y social en el que vivimos, a casi nadie le gusta el trabajo que hace. Yo no es que me viera obligada, sino que fue la salida que tuve para vivir una vida holgada. Estos últimos años no, porque estoy cansada, pero he tenido una vida preciosa y el trabajo sexual me ha dado todo: viajes, vivir en barrios caros… He conocido a muchas mujeres muy inteligentes que han elegido libremente ser prostitutas.

VERO: Yo siempre he trabajado como autónoma. Todos los trabajadores que estamos en la APSCat somos independientes y tenemos la finalidad de que el trabajo se desarrolle como autónomos o en forma de cooperativa bajo contrato mercantil. Nuestra finalidad es confrontar a la industria del sexo, para acabar con su explotación. Cuando hablo de “la industria del sexo” me refiero a la industria pornográfica, a locales, burdeles, casas… A cualquier estructura creada para que un empresario se enriquezca mediante los servicios sexuales que presta otra persona. La pornografía mainstream es la gran educadora sexual de nuestro tiempo; cada vez consiste menos en “nos corremos” y cada vez más en “me corro yo, hombre, y si hace falta se corren 80 coleguitas más al mismo tiempo y tú, mujer, debes conformarte y ser feliz con que te caiga en la cara y en la boca”. La industria del sexo es un legado del patriarcado que debemos destruir.

Una de las estrategias que contribuyen a fomentar el estigma y a mantener el mundo de la prostitución en los márgenes de la sociedad es la asunción de que buena parte de quienes ofertan servicios sexuales son, en realidad, "esclavas sexuales" empujadas a prostituirse contra su voluntad. Afortunadamente cada vez más gente se va dando cuenta de que esto no es cierto. Ahora hace falta que den un paso más y vean el interés que tienen quienes nos cuentan semejantes historias en que nos las creamos. Si es una milonga... ¿por qué nos la cuentan? ¿Es ignorancia, como afirma Janet? ¿Podemos creernos que una persona con tantas posibilidades para saber cómo son las cosas de verdad siga manteniendo una opinión equivocada? ¿Creen que cuando los políticos nos engañan lo hacen porque desconocen la realidad? ¿O cabría la posibilidad de que estuviesen mintiéndonos con pleno conocimiento de lo que hacen?



¿Qué ventajas e inconvenientes ves a trabajar en la calle, en casa o en un club? 

VERO: La cuestión no es tanto si trabajas en la calle, en un piso o en un club como si eres independiente o hay un empresario que te explota y enriquece con tu trabajo. Cuando estás contratada por un empresario, no tienes libertad para decidir respecto a prácticas y clientes. La diferencia además es que, cuando trabajas para un tercero, al no existir una legislación a tal efecto, la realidad es que estamos en una situación de ausencia de derechos respecto a la empresa y, por ende, de explotación a la trabajadora sin derechos.

JANET: La diferencia es la libertad. En la calle yo decido cómo, cuándo y dónde, mientras que en un piso tú estás obligada a ciertas cosas. Cada casa, cada empresa, impone sus normas y tú las tienes que acatar. En la calle no; yo voy y vengo cuando quiero… Aunque antes tenía mayor libertad, ahora es el acoso policial el que me la coarta. Me veo obligada a hacer de 10 a 12 horas diarias para tener un sustento, pero no es por la falta de clientes, sino por el acoso policial que sufrimos desde la aprobación de la ordenanza del civismo hace 8 años. Antes trabajaba dos horas por la mañana y dos horas por la tarde y los fines de semana no aparecía. Ahora nos obligan a concentrarnos a todas las chicas en 100 metros (antes estábamos repartidas por las calles San Ramón, Sant Pau, Ronda Sant Pau…), lo que dificulta enormemente nuestro trabajo. Esta parte de la calle Robadors es como una gran familia. Nos conocemos desde hace tiempo, todos interactuamos entre nosotros —clientes, vecinos, nosotras…—. El único problema real que hay hoy es que el ayuntamiento se ha empeñado en hacer políticas que favorecen la especulación. Aquí encontró una mina de oro para especular y por eso nos quieren sacar de aquí. Realmente no es porque nosotras seamos problemáticas. Los vecinos se quejan del ruido y de la suciedad… como en cualquier otro barrio de Barcelona, eso no lo causamos nosotras. La prostitución no es lo que degrada el barrio, a diferencia de lo que tratan de hacernos creer.

SANDRA: La ventaja de trabajar en la calle es que, si vas por libre, eres tú quién decide cómo trabajar y con quién, pero tiene bastantes inconvenientes: la policía, la violencia institucional que llevan a cabo las administraciones a través de las ordenanzas municipales que han puesto en marcha en todo el estado español, la falta de espacios donde poder trabajar tranquilas y más seguras, limpias, con sitios en los que puedan descansar, correctamente alumbradas, con buenos accesos, etc. Los inconvenientes de trabajar en un club son que no eres tú quien decide, sino el dueño del club, y él es quien te dice cuánto trabajar, por cuánto, qué hacer, cómo, etc.

PAULA: Cada una tiene sus ventajas. La calle es la parte más dura, más difícil, pero más autónoma, más independiente y, desde mi perspectiva, también más revolucionaria. Trabajar en pisos es un poco más elitista, más bonito. No te tratan mejor que en la calle pero te sueles sentir más glamurosa, es un poco más pijo todo. Aunque toda prostitución tiene su parte de glamour y su parte de tristeza, también la calle. El tiempo que he trabajado en la prostitución siempre he encontrado clientes muy amables, en todas partes.

Otra de las cuestiones que también resultan recurrentes es la del ejercicio callejero de la prostitución. Como nos cuentan las chicas, es una manera de no depender de ningún intermediario lo que conlleva un ejercicio más libre, independiente y autónomo del trabajo sexual. Por eso me declaro un decidido partidario de esta modalidad. Sin embargo es la que también, por su visibilidad, llama más la atención y de la que se dice que origina más inconvenientes. Pero la mayoría de los problemas no provienen en sí de las prostitutas, sino de la falta de tolerancia de un ínfimo sector de vecinos que son quienes dificultan la convivencia.



Un tópico muy extendido es considerar a las escorts o “prostitutas de lujo” trabajadoras libres, pero asociar a las trabajadoras que ofrecen sus servicios en la calle al proxenetismo y las “mafias”. ¿Qué opinas de ello? 

SANDRA: Estos tópicos tienden a perseguir y estigmatizar a las trabajadoras sexuales que hacen la calle y tienen un claro tufo xenófobo, ya que la mayoría de quienes ejercen la prostitución en la calle son inmigrantes.

PAULA: Lo que yo he visto es que cuantos menos derechos reconocidos tiene una persona, más fácil es explotarla. La prostitución no es delito pero hay multas a clientes y trabajadoras sexuales. Además, si eres inmigrante te pueden expulsar del país. Así que cuanto más vulnerable seas, más fácil será que seas víctima de la trata. Lo que yo he visto es que es en los clubes, donde las chicas están encerradas, es donde están más tratadas. En la calle se pueden dar casos, pero menos. Hay una asociación de empresarios de clubes de alterne que obviamente no va a decir públicamente que está a favor, pero todo el mundo sabe que han trabajado con mujeres en situación de trata.

JANET: Lamentablemente, ni todas las escorts, ni todas las que están en un club son libres. En España no había grandes mafias que se dedicaran a explotar la prostitución; es un fenómeno de las últimas dos décadas. El barrio chino (El Raval) era el lugar en el que ejercían las prostitutas mayores. Llegabas aquí cuando cumplías 40 años, no con 20. Yo empecé en la calle con 42 años al constatar que ya no podía ejercer en ningún otro lado, con la carga de tener dos hijos a los que mantener. Cuando se abrieron las fronteras dentro de la UE, el barrio chino se convirtió en un foco de mujeres víctimas de trata, pero hoy en día, aunque lamentablemente no podemos decir que se haya eliminado, no es como en esa época. Hoy hay cuatro familias que tienen explotadas a varias mujeres, que son sus parejas.

VERO: Muchas de las trabajadoras de calle son gente que funciona de manera independiente. No tienen jefe ni nadie que les explote y han elegido ejercer libremente. A diferencia de las escorts, que todas tienen un agente que es el que les consigue los clientes a cambio de un porcentaje. Depende de los países: en los que está legalizado, el máximo que se puede llevar una agencia es un 30%, aquí el mínimo habitual es el 50%. Así que cuando oigas esos precios tan fantásticos de la llamada prostitución de lujo, ten en cuenta que, de 500 euros, la trabajadora sólo se lleva 250. Por un lado se proyecta una imagen fantástica, pero te están chuleando viva.

Las prostitutas y sus aliados denuncian que las campañas antitrata perjudican a las trabajadoras sexuales precarizando sus condiciones laborales y privándolas de derechos. De hecho, algunos nos estamos preguntando si esta insistencia en vincular la prostitución con la trata y las mafias (que las hay, pero de forma muy distinta a cómo nos cuentan) no responderá más al interés de encubrir los ataques contra TODA prostitución, y por tanto las personas que la ejercen, que a un sincero deseo de perseguir el delito o asistir a quienes sufren abusos.



¿Crees que la legislación actual es eficaz para acabar con la trata? 

VERO: La legislación actual tipifica la trata como delito pero, en la medida en que reconoce a la industria como agente económico, no puede hacer efectiva la persecución de la trata. Sólo se persigue el ejercicio en la calle. Además, los clubes pagan impuestos… Y quien paga, manda.

SANDRA: Las ordenanzas que acosan, persiguen y criminalizan a las putas que trabajan en la calle y que a la par espantan a sus clientes a base de multas no ayudan; todo lo contrario. Si multan a los clientes, multan a la trabajadora sexual. Ellas son las más perjudicadas, ya que se ven obligadas a esconderse más y, por ello, a trabajar en situaciones de mayor vulnerabilidad.

PAULA: Es evidente que policías y políticos hacen la vista gorda la mayoría de las ocasiones. Lo que yo me pregunto es por qué los clientes no dicen nada. Ellos saben que una chica que está en situación de trata no proporciona las mismas sensaciones que una chica que es autónoma. A una chica explotada se le nota, tiene miedo, está asustada… ¿Por qué los clientes siguen yendo a lugares donde se explota así a las mujeres? ¿Cómo puedes ir a un sitio en el que sabes que hay chicas esclavas? Esos clientes son cómplices de estas situaciones.

JANET: La legislación actual no es eficaz para acabar con la trata. El problema de todas las mafias es el dinero; si cortas el cauce del dinero, acabas con la mafia. Como sabrás, ha habido tres macro-redadas y juicios aquí, en El Raval, supuestamente contra la trata. El Tribunal Supremo ha ratificado en marzo la sentencia que absuelve a todos los proxenetas sabiendo que maltrataban, vendían mujeres, las obligaban a trabajar 24 horas, las encerraban… Y aquí no pasa nada. Habría que analizar los maletines que se han movido entre despachos en esos tres casos, ver quién se ha enriquecido.

A pesar de que la "lucha contra la trata" parece ser una clara prioridad de nuestras autoridades políticas y policiales, no parece que logren grandes éxitos contra ella (algo que reconocen incluso los abolicionistas). ¿Fallará algo en la legislación? Pues no. Ni lo creo yo ni estas prostitutas del Raval que muestran su rechazo a las medidas que, bajo la excusa de "combatir la trata", ha implementado el hay-untamiento. Como he dicho el fantasma de la "la trata" no es mas que el espantajo creado para justificar la persecución de la prostitución libre y voluntaria.



¿Qué se debería hacer para que las trabajadoras del sexo tuvierais derechos? 

JANET: Lo primero sería hacer visible lo invisible. Reconocer que existimos, que somos un colectivo laboral y que, por muy políticamente incorrecto que les suene, la realidad es que estamos aquí: somos mujeres que hemos decidido, por la razón que sea, ejercer. La única manera lógica de regularizarlo es contando con las trabajadoras, sin intermediarios.

SANDRA: Creo que lo que hay que hacer es reconocer en las leyes laborales que la prostitución es un trabajo y por ende regular los derechos laborales y sociales derivados de ello, igual que sucede con el resto de trabajadoras.

PAULA: Existen tres modelos: el prohibicionismo, el abolicionismo y la regularización. Ninguno de ellos me convence. En realidad, yo lo que quiero es el reconocimiento de la profesión, en tanto que profesión. A partir de ahí, en la medida en que estoy en contra de la explotación laboral en todos los trabajos, también estoy en contra de este. Es un trabajo que tiene una parte emocional, que implica una parte de cuidados hacia otro ser humano, no es un trabajo simple… Habría que crear una estructura que nos reconociera la posibilidad de tener prestaciones sociales, de jubilarnos —la prostitución es una profesión que dura pocos años—, de estar de baja por enfermedad… Deberíamos construir algo nuevo.

VERO: No estoy a favor de la regularización sino de la legalización. Nuestro modelo legalista trata de quitarle el máximo de poder posible a la industria del sexo. Defendemos que se ejerza únicamente como trabajo autónomo o como cooperativa de trabajo asociado bajo contrato mercantil y que se limite la cantidad de personas que pueden asociarse en una cooperativa, eliminando las grandes estructuras. Así, se elimina la posibilidad de fraude y de que, a través de falsas cooperativas, se refuerce a la industria del sexo. Hace unos años, presenté junto a Justine Abellán un proyecto de legalización de trabajo sexual a la Generalitat, nos rompimos la cabeza para que fuera un proyecto viable y práctico. Pues resulta que este proyecto ha desaparecido en algún despacho; se traspapeló y nadie ha vuelto a saber nada de él.

Si la trata es la cruz de la prostitución, la cara es el reconocimiento de derechos. Las políticas que se tomen al respecto sólo pueden ir en una de las dos direcciones, o medidas policiales o sociales. La pancarta que encabeza esta manifestación de prostitutas indias no puede ser más clara y expresa sin ningún género de dudas sus exigencias. En todos los países dicen lo mismo, llevan muchísimos años haciéndolo, pero todavía cuesta mucho que la sociedad las escuche.




martes, 8 de julio de 2014

Encuentro A Desalambrar: II Jornada sobre la explotación sexual

"Una sociedad que tolera la esclavitud sexual es que vive el amor de un modo enfermo"
Aurora Macías, plataforma A Desalambrar

Pocos foros sobre la prostitución tienen continuidad. Por ello resulta muy complicado saber cuándo y dónde se va a producir el siguiente encuentro, a no ser que se mantenga un contacto directo con los organizadores o se tenga mucha potra. Con el interés que al parecer despierta el tema y los medios disponibles hoy en día, sería completamente factible poder anunciarlos todos en un sitio para que así pudieran disfrutar de una mayor difusión (ahí tiro el guante, siempre mando un email de invitación al blog a los participantes de estos eventos a ver si suena la campana).

Sin embargo, hay excepciones (que confirman la norma, lamentablemente). El próximo viernes día 18, desde las 5 de la tarde, tendrá lugar la II Jornada sobre "Explotación sexual" impulsada por el colectivo "A Desalambrar". Si os acordáis, el año pasado ya anuncié la primera y en esta ocasión realizan una aproximación desde una perspectiva relativamente poco explorada: la de los vecinos. Como sabéis soy de la opinión de que en cuanto más enfoques se conozcan, tanto mejor. Y sobre todo si son de personas que estén en contacto continuo y directo con esta realidad, como es el caso de determinados vecinos. De todos modos nunca está de más señalar que, al igual que sucede con cualquier grupo, los "vecinos" distan mucho de formar un ente homogéneo y mantienen diferencias muy significativas (por ejemplo, hay quienes se llevan bien con las chicas y quienes las detestan o quienes afirman que están por voluntad propia y quienes dicen lo contrario).

En muchas ocasiones se identifica la prostitución con la explotación sexual. ¿Pero qué significa este concepto tan impactante? ¿Que quien ejerce la prostitución lo hace en contra de su voluntad, que es un esclavo/a sexual? ¿Que realiza esta actividad en condiciones precarias, de "explotación laboral" (largas jornadas, ausencia de protecciones sociales, ingresos variables y no garantizados...)? ¿Que se obtiene un lucro, un beneficio económico, al "explotar" la sexualidad? Antes de tratar cualquier materia conviene aclarar los conceptos.



Aquí tenéis la convocatoria, espero que sea un éxito y que asista todavía más gente que la vez pasada:


Tendremos un encuentro con un miembro de una asociación de vecinos que lucha desde hace años contra la prostitución en un barrio de Madrid. Nos va a contar su experiencia de ver cómo un barrio se llena de esclavas sexuales, cómo opera la mafia y de qué manera los vecinos pueden responder a esto organizándose y dialogando con los responsables políticos de los barrios y las ciudades donde esto sucede.

Saldremos a la calle para recoger octavillas de publicidad de prostitución en el barrio y dialogando con los vecinos sobre el tema, como lo venimos haciendo todos los meses.

Y por la noche habrá una obra de teatro sobre prostitución creada con la técnica de microteatro.

Para más información e inscripciones escribid a: adlaexplotacionsexual@gmail.com o llamad al 650723867.

¿Cómo Llegar? 
El encuentro tendrá lugar en el “Centro Sociocultural Mariano Muñoz – La Cornisa” , situado en C/ Cristo de Lepanto, nº11 (Madrid).
Metro: Almendrales (Línea 3) Renfe: 12 de Octube (Línea C-5) Autobuses: 78, 6, 47 y 147.

sábado, 5 de julio de 2014

¿La prostitución es una profesión? Gloria Poyatos contra el CAC

"Ahora mismo prostitutas, prostitutos, travestis, etcétera, son infrasujetos y por eso son carne de abuso y carne de explotación (...) Creo que hay que buscar aquella fórmula que proteja al mayor número posible, y que saque de la clandestinidad a todos los que sea posible. Los que están en contra de la regulación se refieren a ella en términos francamente despectivos y ofensivos. Pero lo cierto es que únicamente se apoyan en argumentos, desde mi punto de vista, ideológicos. Estos argumentos creo que son muy peligrosos porque ahondan en esa situación de aislamiento y marginación y de estigma que siempre ha rodeado a la prostitución (...) Ellas lo que quieren es ser ciudadanas de primera con derechos y obligaciones (personales, sociales, laborales, fiscales, de seguridad social, de sindicación, de jubilación, etcétera)".
Doña María Luisa Maqueda Abreu, Catedrática de Derecho Penal de la UGR

"Una regularización de este sector (la prostitución) que se afirma ejercer de manera consentida y libre, sería un obstáculo en el avance hacia la materialización de los derechos fundamentales (...) Regularizar ese sector que se denomina autónomo provocaría indudablemente un aumento y provocaría una facilidad adicional en el ejercicio de la prostitución, pero no sólo de la prostitución autónoma, sino de todo tipo (...) eso es un señuelo para practicar la prostitución (...) Si normalizamos esto estamos dando el mensaje a las nuevas generaciones de que las personas somos objetos consumibles sexualmente (...) Una normativa regularizadora será un obstáculo añadido para combatir las mafias y para combatir los grupos organizados".
Doña Inmaculada Montalbán Huertas, Jueces para la Democracia

"Creo que hay una auténtica guerra de trincheras conceptual entre quienes defienden la perspectiva de la prostitución como un trabajo cualquiera, aún con peculiaridades, y los que catalogan como explotación de la mujer en todo caso (...) Mientras no estemos de acuerdo sobre el significado de la prostitución va a ser muy difícil encontrar remedios (...) El Estado social y democrático de derecho español se está deteniendo a las puertas de los burdeles, hay una zona oscura a la que no llega (...) El derecho de la prostitución en España se ha construido de modo incoherente (...), al margen de las personas que ejercen la prostitución".
Don Fernando Rey Martínez, Catedrático de Derecho Constitucional de la UVA



Y vamos con la tercera entrega de la serie, nuevamente presumiendo (porque puedo hacerlo) de traerles contenidos en EXCLUSIVA que no pueden encontrar en ninguna otra parte de la web por mucho que busquen. En esta ocasión es un artículo escrito por la magistrada Gloria Poyatos defendiendo la consideración de la prostitución como una PROFESIÓN, desde una óptica estrictamente jurídica, frente a la posición tomada por el Comité Audiovisual Catalán. ¿Se acuerdan de la polémica que levantaron los cursos de prostitución de APROSEX? Unos trataron, como es habitual, el tema desde el morbo y casi puede decirse que con descarado desprecio llamándolas "fulanas de postín" y otras, nuestras "amigas" las feminazis, llegaron incluso a protestar formalmente ante el Parlament por considerar que se hacía "apología de la prostitución" atacándose con ello la dignidad, la igualdad y los derechos de las mujeres.

El asunto podría haberse quedado ahí si no fuese porque entre quienes manifestaron su desacuerdo se hallaban altos cargos políticos y de la administración (como siempre) aunque no hubiese ni una sola prostituta (también como es la norma). Entonces lo que sucedió es que la maquinaria gubernamental se puso en funcionamiento y consiguieron que un organismo público, cuya finalidad declarada es -como hace notar con ironía Doña Gloria- "la defensa de la libertad de expresión y de información, del pluralismo y de la neutralidad y la honestidad informativa", pidiese "que no se abordase la prostitución como si fuera una profesión". Y la señora Poyatos lo que responde en su estupendamente argumentado artículo es que sí lo es, en base a sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal Supremo de España. En concreto, "Tv3 usó una calificación técnicamente intachable para referirse a la actividad de la prostitución, de conformidad con la normativa española y de nuestro entorno europeo".

Protesta de prostitutas en la que piden su reconocimiento laboral. Una consecuencia de que la prostitución no sea catalogada como profesión es que se alimenta el rechazo social que estas personas padecen, hasta el punto de ser el único colectivo que conozco que se ve obligado a protestar enmascarado.



Este aspecto conceptual resulta de suma importancia por las implicaciones que conlleva. Cuando hablamos de la consideración de la prostitución como "trabajo" o "profesión" no se trata de hacernos pajas mentales. Esta polémica no va de dar una mejor o peor imagen de la prostitución, sino que según empleemos un concepto u otro orientaremos la actitud de la sociedad, las políticas públicas que adopten las autoridades y el tratamiento que dan los medios de comunicación. No es lo mismo, entenderán ustedes, hablar de "trabajo sexual" que de "explotación de la mujer". En principio, para quien es ajeno a este debate, parece como si ambas posturas estuviesen interesadas en luchar por los derechos de las prostitutas y mejorar su situación. Eso, como digo, si miramos únicamente su discurso... ¿pero qué sucede si juzgamos por los resultados, por los medios empleados y por el respaldo o rechazo que obtienen de las propias interesadas? Entonces se descubre el pastel.

El abolicionismo se opone a la consideración de la prostitución como un trabajo/profesión con difusas razones: que si atenta contra la dignidad de la mujer (¿lo indigno no sería trabajar sin derechos y bajo un tremendo estigma social?), que si favorecería la prostitución (efectivamente, ejercerla en unas condiciones óptimas... ¿deducimos entonces que lo que ellos desean es que se practique en la más absoluta precariedad? Por lo que vemos, así es), que es un "regalo" para chulos y proxenetas (me lo expliquen: pasarían a tener unas responsabilidades con sus trabajadores, a cotizar y pagar impuestos legales, a someterse a derecho en fin... ¿el regalo no sería precisamente la clandestinidad y ausencia de regulación?), que se mandaría el mensaje a la sociedad de que la prostitución es aceptable (ergo ahora el que se está enviando es que NO lo es... con lo cual quienes se dedican a esta actividad tienen que cargar con la pesada losa del repudio y la minusvaloración social). Su resultado último es la desprotección más absoluta de quienes declaran defender, y por consiguiente su vulnerabilidad ante los abusos y atropellos que se cometan en su contra. Hay quienes consideran que los abolicionistas desconocen las consecuencias finales de sus propuestas y por eso están convencidos de que mostrándoselas cambiarían de opinión, y quienes pensamos que muy al contrario lo que están consiguiendo es exactamente lo que deseaban desde un principio y sus palabras sólo son una expresión del más descarado cinismo.

En esta pancarta reivindicativa pueden leer uno de los lemas más publicitados por los pro-derechos: "sólo los derechos pueden detener los errores". Suelo decir que estoy únicamente en parte de acuerdo con este movimiento. Si bien es cierto que apoyo sus reivindicaciones pues me parecen justas, considero que la persecución que han sufrido las prostitutas no es un "error" sino una política perfectamente planificada llevada a cabo por nuestras autoridades con total conocimiento de sus últimas consecuencias (al igual que las actuaciones en materia de inmigración, como comento a continuación).



Los llamados pro derechos o regulacionistas se centran en la vulneración de derechos que resulta del no reconocimiento de la prostitución como tal trabajo/profesión y su situación legal. Han tardado mucho tiempo en poner el dedo en la llaga y señalar que el verdadero causante de los males de la prostitución no es ni la actividad en sí misma, ni ese vilipendiado cliente, ni el empleador caracterizado siempre como un perverso proxeneta. Han visto que las protestas de las prostitutas invariablemente apuntan a las autoridades, a las administraciones públicas... al legislador. Y que el cuento que siempre hemos escuchado, la "versión oficial", muy poco o nada tiene que ver con la realidad.

Permítanme enlazar con una noticia que también se halla sumamente de actualidad. La semana pasada los principales periódicos nacionales denunciaron los excesos que se cometen en la frontera de Melilla. Bueno, no es algo nuevo, el cambio reside en la rotundidad con la que aseguran que se producen las "expulsiones en caliente", aseverando que son ilegales y que son LAS PROPIAS AUTORIDADES quienes perpetran los delitos de coacción y prevaricación. Estos hechos ya venían siendo denunciados desde hace años por numerosas ONGs (las no subvencionadas, otras callaban como muertos), pero no ha sido sino hasta que una serie de académicos han publicado un DEMOLEDOR INFORME sobre estas expulsiones, calificadas como "actuaciones al margen de la Ley" (por cierto, alguno de ellos también se ha interesado en el tema de la prostitución y por el mismo motivo: la indefensión de estas personas ante las autoridades), que el asunto ha saltado a primera plana y cobrado la relevancia que amerita. Lo preocupante no es sólo que se estén produciendo estas actuaciones lesivas de los DD.HH., sino aún más que sean nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad quienes lleven a cabo, AÚN MÁS que los responsables políticos nieguen su existencia sin tan siquiera abrir una investigación en condiciones (con lo cual las estarían respaldando... ¿quizás porque las han ordenado?) y AÚN MUCHÍSIMO MÁS que casi no se hable del tema hasta que un nutrido grupo de catedráticos y profesores universitarios documenta detalladamente este hecho. Pero lo que ya es el acabose es que esto no se produzca hasta el año 2014, cuando todos sabemos que los años de mayor inmigración quedaron atrás. ¿Cuántos años de abusos, cuántas penalidades y dramas humanos se han silenciado? Y durante todo este tipo la historia que nos han contado es que "rescataban" a los inmigrantes (no eran expulsiones ni deportaciones) liberándoles de las "mafias" que les habían traído. A ver si saco tiempo y publico una entrada sobre un inmigrante que ha publicado un libro al respecto, Mamadou Dia, el cual nos revela una versión de los hechos tan atípica como reveladora.

Pues bien, con la prostitución sucede exactamente la misma historia: resulta que mientras la versión oficial es muy bonita y sirve para tranquilizar nuestras conciencias, lo que ocurre en la realidad no tiene nada que ver. Como he escrito en tantas otras entradas, la situación de alegalidad criminalizada en la que se encuentra la prostitución se traduce en que todo el sector (no sólo las chicas, aunque sobre todo ellas) se halle a merced de la arbitrariedad de nuestras autoridades. Y como evidentemente este orden de cosas les beneficia, no tienen el menor interés en cambiarlo.

El tratamiento legal de la prostitución debería ser un asunto político de primer orden, una "prioridad en la agenda política" como se dice. Sin embargo pasan los días y estas personas siguen siendo "infrasujetos" que desarrollan su actividad en una "zona oscura" del Estado de Derecho. No son apreciaciones exclusivamente mías, estos términos han sido empleados por prestigiosos catedráticos (ver frases del encabezado). ¿No es algo que les extrañe? Si el "Estao" está para protegernos, ¿por qué las personas más débiles y vulnerables son también las menos protegidas?



Ése es el trasfondo existente cuando se habla de la prostitución. Por resumirlo, entenderla como un trabajo-profesión significa derechos, respeto, protección legal y seguridad jurídica para quienes ejercen la actividad MIENTRAS caracterizarla como violencia contra la mujer, un peligro o molestia social, o un fenómeno indeseable por el motivo que sea conlleva que el tratamiento sea eminentemente represivo (a menudo disfrazado bajo políticas de "reinserción") y se mire esta realidad desde la óptica penal. El resultado está a la vista: no se reconocen derechos, se fomentan los abusos, se silencia a las prostitutas y su entorno... Y hay que preguntarse, entonces, por qué esta situación aparentemente tan indeseable es buscada expresamente por nuestras autoridades.

Ahora sí, les dejo con el artículo de Dña Gloria Poyatos en el cual he incluido los enlaces a las sentencias y noticias a las que hace referencia para así facilitar su consulta. La única corrección que he de añadir es que existen otras regulaciones además de la catalana, de hecho la normativa precusora en todo el Estado español fue la de Bilbao. Esto me lleva a apuntar que la prostitución resulta un tema muy interesante en cuanto al estudio de los distintos niveles de gobierno y sus atribuciones competenciales. De este particular desde luego que absolutamente nadie habla (en internet únicamente lo hace un servidor... y si no, busquen a ver qué encuentran). A los estudiosos del fenómeno les ha llamado poderosamente la atención que, mientras el Estado central se inhibe por completo de legislar en la materia, hayan proliferado ordenanzas y regulaciones a nivel local y autonómico. Lo auténticamente pasmoso es que hasta un estudiante de primero de derecho sabe que los entes administrativos subordinados no tienen títulos competenciales para abordar una materia en la que se ven afectados títulos sensibles y centrales del Estado. Pero bueno, es otra historia (aunque muy relacionada con ésta, porque también se refiere al respeto a la legalidad por las propias administraciones públicas) que también he tratado en profundidad en el blog.



La prostitución , el CAC* y el concepto de “profesión”
Glòria Poyatos i Matas, Magistrada decana en Lanzarote

Profesión: “Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución.” (Diccionario de la RAE) 

Y qué es el CAC *?
Es la sigla del Consell d’Audiovisual de Catalunya, que es un Ente Público de carácter institucional de Cataluña , que tiene como principios de actuación la defensa de la libertad de expresión y de información, del pluralismo y de la neutralidad y la honestidad informativa , así como la libre concurrencia del sector

Hace unos días fue publicado un artículo en un medio de comunicación nacional con el siguiente titular: El Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) recomienda a Tv3 que no trate la prostitución como una profesión”. 

Con todos los respetos a las diversas posiciones ideológicas que se puedan secundar en relación al espinoso fenómeno de la prostitución, se hace necesario aclarar en relación a la citada “advertencia” pública efectuada a Tv3, algunas cuestiones de importancia, que evidencian el grave error, desde un punto de vista técnico y jurídico, en el que incurre la anterior afirmación.

La prostitución es una actividad económica. 
Esta afirmación que recojo aquí, con todas las consecuencias, no sale de mí, sino de un órgano judicial, cuyas resoluciones me vinculan a mí y a todos/as los /as magistrados/as de este país. Así de claro fue aseverado por El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en su sentencia de 20 de noviembre de 2001 (asunto Jany y otras), con las condiciones marcadas en la propia sentencia.

Y la consideración de la prostitución como una actividad económica volvió a ser reafirmada, indirectamente, en otras dos sentencias dictadas ya en nuestro país por dos Salas diferentes del Tribunal Supremo.

De acuerdo a las tesis sostenidas por esta magistrada y la jurisprudencia que menciona, únicamente la "prostitución autónoma" puede considerarse como una actividad económica susceptible de ser entendida como una profesión. Sólo nos referiríamos a aquellas personas que la ejerciesen independientemente, sin ningún intermediario aunque éste fuese consentido. Por lo tanto, curiosamente, podríamos hablar nada más o de aquellas escorts de alto standing (siempre y cuando no trabajen para ninguna agencia, ni tengan una amistad que las traslade o las cuide) y de las prostitutas callejeras (igualmente, cuando no tengan ese "chulo" que nadie ve pero todos imaginan).



La primera, la Sentencia del Tribunal Supremo, (Sala social ) de 24 de noviembre de 2004, (Sentencia, denominada mediáticamente, Mesalina). En ella se reconoció por el alto tribunal el derecho de la Asociación de empresarios denominada MESALINA a acceder al registro nacional de asociaciones empresariales, siendo su objeto social: “La tenencia o gestión de establecimientos públicos hoteleros destinados a dispensar productos o servicios que tengan como público objetivo terceras personas, ajenas al establecimiento, que ejerzan el alterne y la prostitución por cuenta propia“ (literal).

Y la segunda resolución judicial, y afectando de lleno a la Comunidad Autónoma de Catalunya, fue la dictada por el Tribunal Supremo (Sala contencioso administrativo) de fecha 22 de abril de 2010. En este caso, vino a resolver la demanda planteada por un conjunto de Asociaciones, que impugnaban la legalidad de la Orden 335/2003, dictada por la Generalitat de Catalunya , que en desarrollo del Decreto 217/ 2002 regula, al milímetro, los requisitos administrativos que deben tener los locales de pública concurrencia donde se ejerce la prostitución (denominación literal de la norma). Debe recordarse aquí que Catalunya es la única Comunidad Autónoma de nuestro país que cuenta con una regulación tan explícita en esta materia.

Por si lo anterior no fuese suficiente, y para el caso de existir dudas en torno al concepto “actividad económica”, debe destacarse que esta es la denominación técnica exacta que se da en nuestro país al conjunto de trabajos o profesiones, que pueden ser susceptibles de encuadramiento en nuestro Sistema de la Seguridad Social, y por tanto generar todo el abanico de derechos y obligaciones consecuentes a la citada inclusión (asistencia sanitaria , prestaciones, pensiones , subsidios, etc).

El citado listado de actividades económicas que se incluye en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) es amplísimo, y en el mismo no se incluye ninguna exclusión expresa de la actividad de la prostitución, que de otro lado tampoco es delito ni se halla prohibida por norma alguna , siempre que se lleve a cabo de acuerdo con los requisitos marcados por el Tribunal de Justicia de la Unión europea, en la sentencia antecitada, esto es, por persona adulta, libre y por cuenta propia (autoprostitución).

En cambio las trabajadoras sexuales por cuenta ajena, empleadas en una agencia, piso, burdel, o bajo cualquier tipo de dirección u organización, no tendrían idéntica consideración. A nadie se le escapa que una buena parte (en mi opinión, la mayoría) de personas que ejercen la prostitución en nuestro país lo hacen bajo esta modalidad.



En base a lo expuesto hasta el momento, actualmente cualquier trabajador/a que se dedique a cualquier actividad sexual (baile erótico, pornografía, alterne o prostitución libre y adulta, entre otras), puede darse de alta en el Sistema de la Seguridad social, sin ninguna cortapisa legal.

Y en base a lo anterior, existe una cooperativa de trabajo asociado promovida inicialmente por once mujeres libres y mayores de edad que fueron dadas de alta en el Registro de Cooperativas de las Islas Baleares, mediante una resolución expresa de 2013 (actualmente firme) para dedicarse, entre otras, a la actividad de la prostitución (literalmente, “profesionales del sexo”). Y ello, a su vez, ha permitido a estas mujeres cursar su alta como trabajadoras autónomas en la Seguridad Social.

Creo que los argumentos esgrimidos hasta el momento son suficientes para demostrar al lector/a el error de la manifestación vertida por el CAC respecto a un medio de comunicación (público) como es Tv3, que debe regirse por el principio de libertad de expresión y de información, como derecho fundamental reconocido en nuestra Constitución y no por criterios ideológicos, políticos o morales y en el presente caso, además, Tv3 usó una calificación técnicamente intachable para referirse a la actividad de la prostitución, de conformidad con la normativa española y de nuestro entorno europeo.

Todas y cada una de las resoluciones a las que he referido son de fácil hallazgo en Internet.

Y yo me pregunto, ¿dónde se documentó el CAC para reprender públicamente a Tv3 por calificar la prostitución en idéntica forma a como lo hicieron los magistrados de las resoluciones judiciales a las que he referido?