Carla Corso, prostituta italiana
El pasado sábado, una de las entradas de este blog se convirtió en una de las páginas más recomendadas en Menéame. El número de visitas se multiplicó por 130: de unas 300 diarias a 39.000. Y claro, estas personas mostraron mayoritariamente desconocer el mundo de la prostitución lo que me llevó a escribir varias respuestas a los comentarios que mi artículo suscitó.
Todas las prostitutas con las que hablado han coincido en que una de sus mayores preocupaciones es que su entorno (familiar, laboral, amistades...) conozca su doble vida. Saben que el menosprecio y castigo social se abatiría sobre ellas inmediata e inmisericordemente, como yo mismo he podido experimentar. ¿Pero por qué tiene que seguir sucediendo esto? ¿Por qué hemos de escondernos y continuar sufriendo una situación a todas luces injusta? Hagamos entender que somos iguales y tan respetables como cualquier otra persona, porque la dignidad no se lleva en la entrepierna. El problema no es nuestro por putear, es de quienes no toleran al diferente. ¿Por qué resulta inadmisible en una sociedad avanzada la discriminación al inmigrante, al discapacitado o al homosexual pero son los propios poderes públicos los que alientan la persecución a putas y puteros?
En primer lugar comencé aclarando los malentendidos. Nunca pensé que tendría tantísima repercusión, por lo que escribí mi entrada pensando en una audiencia más limitada. Si lo llego a saber no habría metido ciertas “puyas” como mi (desafortunada) comparación de las chulas con los sindicalistas que tantas ampollas ha levantado. Pero oigan, en el tramo más alto del IRPF se paga el 52%, con lo cual “papá” (¿o diría mejor “padrote-chulo-proxeneta”?) Estado se lleva más de la mitad de tu salario. Añade IVA, IBI, tasas como la de basuras, impuestos especiales (tabaco, alcohol, hidrocarburos)… Otro punto que resultó molesto fue lo de declarar que había sido de izquierdas equiparándolo a ser ingenuo. Con eso no pretendía ofender a nadie sino añadir que tenía un argumento añadido para no ir de putas, el considerarlo un gasto superfluo. Así veía las cosas en esa época, ahora creo que con tu dinero puedes hacer lo que quieras y que mejor gastarlo en algo que te dé una alegría. Punto final, no rasquéis más. Y por cierto, puteros hay de todas las tendencias: izdas, derechas, de centro, mediopensionistas, de fanta limón y de kas naranja.
Por otra parte, se me acusó de tener remordimientos por lo que hago. Nada más alejado de la realidad. Otro lector le contestó muy bien, que lo que sucede es que uno acaba sintiéndose “harto” de ver que quienes tienen unos prejuicios y un desconocimiento tan grande sobre este tema pretenden sentar cátedra. En el blog pretendo dar a conocer el fenómeno de la prostitución desde mi punto de vista, complementándolo con cualquier tipo de material que pueda ser de utilidad: desde documentales de TV a entrevistas de prostitutas, pasando por noticias que comento o testimonios de otras personas próximas a esta realidad (trabajadores sociales, “madames” o dueños de negocios, y por supuesto otros clientes). Está abierto a cualquier comentario, incluso a los anónimos y ofensivos, porque no deseo imponer mi versión de las cosas sino discutirla y entender por qué es tan complicado que una parte de esta sociedad abandone los prejuicios, mitos y estereotipos que tan fuertemente tiene arraigados.
Se dice que en la prostitución el placer no puede ser mutuo y que los clientes sólo buscamos nuestro desahogo. ¿Sabéis la satisfacción que proporciona el dar placer a la otra persona? Las putas no dejan de ser mujeres que pueden sentir como las demás, y al igual que cualquiera si están a gusto contigo te van a “recompensar”. Trata a las putas bien y besarás el cielo. Sé un cabrón desconsiderado y ni te atenderán.
O luego está el hecho de que se asume que sólo podemos estar con putas aquellos a quien nadie más quiere. ¿De dónde coño habéis sacado eso? No tenéis ni idea. Los hechos desmienten este tópico, pues una buena parte (incluso me aventuraría a decir que mayoritaria) de los puteros están casados o tienen pareja. En mi caso sí que estoy soltero y sin compromiso, pero he tenido novias buenísimas, pivones absolutos y tb he rechazo a mujeres. Fuera de la prostitución he tenido muchas relaciones, y tb dentro con prostitutas. Como acabo de deciros son mujeres, no son de piedra. No lo hacen todo por dinero. He estado con muchas sin pagar, como amigos (pq lo somos) y tb he tenido novias en este mundillo. La idea principal que quiero transmitir es que las relaciones con una puta son ante todo con una PERSONA y por lo tanto no necesariamente han de ser frías ni impersonales pq eso tb depende de uno. Como nos sucede a todos, que hay personas que nos parecen encantadoras y otras unas absolutas anormales. Esto no es un “mundo aparte” sino que forma parte de nuestra realidad social. Estas chicas además de “putas” son madres, hijas, hermanas, vecinas, contribuyentes, cinéfilas, clientas del mcdonalds, usuarias del metro… TIENEN UNA VIDA. No son “putas” las 24 hrs. Trabajan de putas.
En próximas entregas trataré los temas que más polémica levantaron: las extorsiones policiales, la trata de mujeres y el tipo de relación que se establece entre el cliente y la prostituta. Todos asuntos sobre los que he escrito extensamente, pero que quizá por eso mismo haga falta una recopilación que permita acceder fácilmente a la vastísima información que contiene este blog. De momento, si queréis saber más, os dejo con:
- Otras entradas acerca de los tópicos y estereotipos más recurrentes:
· La lucha contra el estigma: atreviéndonos a dar la cara
· La prostituta y sus clientes, un texto de Natalia Cervantes
· Contra las mentiras sobre la prostitución
· Desmontando mitos: Riopedre y Marien hablan de prostitución sin pelos en la lengua
· MITES DE LES MITES SOBRE LA PROSTITUCIÓ
· Marga Carreras, "la antiprostituta" (o la antiestereotipos)
· Típicos tópicos, por Alejandra Escort
· Típicos tópicos sobre la prostitución
- Algunas canciones sobre la discriminación hacia las prostitutas y el estigma que padecen:
· Música: we are prostitutes
· Música: la Lola
· Música: víctimas
· Música: no tengo miedo
· Música: escupiendo nuestro asco
· Música: que levante el dedo
· Música: I'm so whore
· Música: la intolerancia
3 comentarios:
En efecto somos mujeres, y luego nos ganamos la vida como prostitutas. Al igual que vosotros sois hombres que pagan estos servicios.
Claro que podemos disfrutar del sexo (¡y lo hacemos!) y claro que podemos ser amigas de vosotros. Es tontería pensar al contrario o, sencillamente, pensar que sólo las mujeres explotadas hacen esto...
Besitos!
¿Verdad que es algo que cae de peso, que es de sentido común? Pues llevamos años y años con lo mismo y no es posible que a ciertas personas les entre en la cabeza.
¿Por qué me gustan las prostitutas? Pues porque son mujeres, y me gustan las mujeres más que las mentiras a Rubalcaba. ¿Que cobran? Pues como dice la publicidad esa de L'oreal (no sé si ya se sigue emitiendo, es q la tele la veo muy poco): "porque ellas lo valen".
Además, si existe alguna diferencia entre "putas" y "mujeres normales" es a favor de las primeras ya que gracias a ejercer esta actividad se produce un proceso (que Natalia Cervantes, escort mexicana, bautizó como "de emputecimiento") que permite irse desprendiendo de prejuicios, miedos y moralinas. Se naturaliza el sexo gracias a lo cual se vive más libremente, haciendo lo que uno desea y no lo que la presión social te obliga a hacer.
Obviamente no hace falta ejercer la prostitución para ser una "rebelde" ni es algo que experimenten todas las prostitutas, pero sí que es un fenómeno curioso y bastante extendido que he podido constatar. De ahí el subtítulo del blog, "espacio sexual liberado", pues la prostitución -en mi opinión- contribuye a romper las cadenas morales y sociales que, en no pocos casos, aprisionan nuestra sexualidad.
Pupics, frumoasa
Vengo a felicitar a Frambuesa, he escuchado en la radio que en Ucrania se están planteando prohibir la postura del misionero.
Parece ser que el motivo, es propiciar la fertidad. Pero vamos que igual podría haber sido salvar a la mujer de lo que a alguien se le hubiera ocurrido que podría ofender su dignidad.
Así que felicidades Frambuesa, no creo que puedas poner objeción a esa posible intervención de un estado en las relaciones sexuales entre dos adultos.
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