La prostitución es un tema muy controvertido, no sólo debido a su condición de tabú (lo que conlleva su ocultación a la luz pública) sino porque además refleja de manera meridiana valores y principios contrapuestos. Es por ello que los diversos enfoques existentes sobre la misma son absolutamente irreconciliables.
Soy un cliente y amigo de prostitutas que, preocupado ante el debate social generado, ha decidido romper su silencio y aportar su novedoso punto de vista.
"Cuando yo me planteé por primera vez trabajar como prostituta, no podía imaginar cuán distinto era porque yo partía de una base falsa, la que siempre nos enseñan los medios de comunicación".
Paula VIP, mujer que trabaja de "eso", digo de prostituta
"The prostitute
does not look upon the sale of sex as demeaning". "La prostituta no considera la venta de sexo como degradante".
Walter Block, economista y escritor estadounidense
La prostitución es una actividad sobre la que pesa un importante estigma social, creo que ésta es una de las pocas afirmaciones tajantes que pueden hacerse sobre esta realidad y que cualquier persona puede asumir.
En algunos casos la discriminación se expone abiertamente, como cuando una maruja grita ante las cámaras que no quiere ver a esas "guarras" delante de su portal. En muchos casos los problemas de "convivencia" que se esgrimen para acometer medidas represivas contra la prostitución no se fundamentan en hechos concretos que generen un problema real sino en su simple presencia. Lo que molesta no es lo que las putas hagan o dejen de hacer. Lo que no se quiere es ver putas. El problema no se puede evitar porque se considera que ellas mismas son el problema.
Existe un discurso dominante que pretende controlar la sexualidad (particularmente la femenina, aunque no sólo) recurriendo a términos tan rimbombantes como vacíos: "dignidad", "valor", "moral"... Se busca que aceptemos sin discusión ni razonamiento alguno el hecho de que ciertos comportamientos o actividades, como la prostitución, son necesaria y connaturalmente vergonzosos. Pues no me vale, no creo en dogmas sino en argumentos.
Pero en otras ocasiones se hace de manera más velada. Probablemente sin mala intención, tratando con seguridad de tener tacto y no molestarnos, se cae en actitudes y expresiones que reflejan una predisposición negativa hacia las prostitutas y su actividad. No sean mojigatos y llamen a las cosas por su nombre: si asumimos que la prostitución es algo humillante y que no se puede ni nombrar estaremos apoyando -aunque no lo pretendamos- a quienes desean perpetuar esta situación. Me hago cargo de que nos enseñan desde pequeñitos a interiorizar una serie de creencias, pero créanme, si desean agradarnos contribuyan a la normalización de la prostitución no empleando ni eufemismos ni rodeos. Tranquilos que no nos ofenden, como dice Paula entendemos que lo vergonzoso de la prostitución es meramente una construcción cultural que puede deshacerse como se ha hecho con otras atávicas creencias antaño muy arraigadas: en nuestra sociedad se consideró "indigno" ser homosexual, no llegar virgen al matrimonio, dedicarse a oficios manuales... A mí mismo me pueden llamar "putero" con toda naturalidad, no me molesta en absoluto.
De todo esto y más habló Paula VIP, reconocida prostituta y activista a favor de la normalización social de la prostitución, en el artículo que reproduzco a continuación:
Hace mucho que recibo mails de mujeres que, en algún momento y de manera más o menos firme, están pensando en dedicarse al mundo de la prostitución como profesionales del sexo de pago. Sigo pensando que puta es una palabra más limpia y clara. Pero no quiero ofender a nadie con ella.
Lo que no deja de sorprenderme es, cómo se refieren a nuestro trabajo:
-Estaba pensando en meterme en esto-…
-No sé cómo puede irme en este mundillo-…
-De este ambiente no sé nada-…
Yo defiendo mi trabajo porque es mi manera de ganarme el sueldo, de pagar facturas y de salir adelante sin la ayuda de nadie. Lo defiendo porque, en su momento me salvó de una vida que no quería seguir viviendo y que más pronto que tarde, hubiese terminado conmigo y con mi hijo. Defiendo este trabajo porque me gusta, porque aprendo a diario, porque he conocido a hombres y mujeres excepcionales, porque he podido ver cuántas mentiras encierran los titulares de los periódicos y los programas de tv sensacionalistas y aprovechados.
La imagen que suelen trasladar los medios sobre la prostitución es de abuso, humillación y sometimiento hacia la mujer. Entregar "lo más íntimo de su ser" a cambio de unas monedas sería algo intrínsecamente degradante e indigno, de lo que habría que avergonzarse.
No me gusta que nadie llame “eso” a mi trabajo. Nadie llama “eso” al ejercicio de la medicina, a la arquitectura, al derecho o a la limpieza doméstica.
No trabajo “en eso”. Soy prostituta, puta, trabajadora sexual. No soy “ésa”, y no trabajo en “eso”.
No estoy enfadada, aunque quizá por el tono, pudiera parecerlo, en realidad, estoy aturdida.
Intentas hacer llegar mil mensajes, mil consignas, mil verdades. En este blog, en GuiaGeisha, en el Facebook, en cada entrevista, en cada conversación, en cada mail, en cada llamada. Y sólo consigues que el resto del mundo siga refiriéndose a mi trabajo, como “eso”.
Yo no trabajo en un mundillo, ni en un ambiente, ni en “eso”. ¿Tan difícil resulta para la sociedad en general, llamar a las cosas por su nombre?
Con lo mucho que gusta ahora etiquetarlo todo, hay dos términos que la gente no usa. Uno es la palabra cáncer, -ahora se le llama larga y penosa enfermedad-, y a mi trabajo se lo denomina , “eso”.
Quizá haya algún tipo de lazo que se me escapa, entre ambos términos. Entre cáncer y puta, quiero decir. Lo mismo que aún se asocian las ITS a las profesionales del sexo de pago que, somos las únicas que nos cuidamos y hacemos exámenes con meticulosa regularidad.
Soy puta y trabajo como puta. Si no les gusta, acepto meretriz, ramera, prostituta o trabajadora del sexo de pago. Pero ni “esa” ni “eso”. Las profesiones tienen nombre y el de la mía es muy claro.
En contra de lo que suele creer cuando no se conoce este mundo, resulta que muchas prostitutas declaran encontrarse a gusto ejerciendo su oficio. Normalmente los mayores inconvenientes que encuentran no se derivan del ejercicio propio de la prostitución sino de la minusvaloración social asociada a la misma.
Y siguiendo con el principio de esta entrada, me pregunto cómo una mujer, piensa en trabajar en algo a lo que ella misma denomina “eso”. Hace algún tiempo en este blog una chica nos hablaba de la vergüenza que experimentaba al trabajar como limpiadora y cómo le mentía a su propia familia, sobre su verdadera ocupación. Pero no la llamaba “eso”.
No me pregunto de dónde viene esa vergüenza porque... es simple. Es aprendida, adquirida. Nada nuevo. Pero sí me pregunto cómo te puedes imaginar trabajando como puta, si ni siquiera puedes nombrar a tu próximo oficio.
Cuando yo me planteé por primera vez trabajar como prostituta, cerré los ojos y me vi. No podía imaginar cuán distinto era porque yo partía de una base falsa, la que siempre nos enseñan los medios de comunicación. Pero, sí me veía intercambiando sexo por dinero con un desconocido. Luego, simplemente, adapté mi trabajo a mi manera de ser y le di mi toque. Como hacemos todos en nuestro puesto de trabajo.
Pero, pido por favor, a todas aquellas mujeres, jóvenes o maduras que, si no pueden autodenominarse puta, prostituta o trabajadora sexual y no pueden admitir que van a trabajar en el mundo del sexo de pago, en lugar de hacerlo en “eso”; que ni siquiera sigan imaginando, fabulando o pensando en entrar en esta profesión.
¿Cómo es una prostituta? ¿La podrías diferenciar de cualquier otra mujer? Paula se muestra muy crítica hacia esa doble vara de medir que establece que quienes ejercen el trabajo sexual deben sufrir una consideración diferente: si son como cualquier otra persona, han de ser tratadas como cualquier otra persona.
Porque, no todo el mundo sirve para trabajar en cualquier ramo. Y no todas las mujeres, sirven para ser profesionales del sexo de pago. Putas, al fin y al cabo.
Somos muchas las que trabajamos para exigir nuestros derechos y nuestras obligaciones, para hacer que la sociedad conozca de primera mano lo que pensamos, sentimos y cómo trabajamos en nuestro día a día, sin permitir que otros lo hagan por nosotras de oídas.
Dignificamos nuestro trabajo, lo mismo que él nos ha devuelto nuestra dignidad a nosotras. Seguimos en él porque nos gusta y nos aporta mucho a nuestra vida. Porque, además podemos ayudar a otras personas y ser ayudadas a la par.
Una clara muestra de que la prostitución es una realidad profundamente arraigada en nuestra sociedad es la enorme presencia que tiene este fenómeno en expresiones culturales de todo tipo: canciones, películas, obras de arte... A eso es a lo que nos referimos cuando afirmamos que "es el oficio más antiguo del mundo": no se trata tanto de legitimarla por su antigüedad como de mostrar que como hecho social persistente ha dejado su huella en prácticamente cualquier comunidad humana y que, si está siempre presente en la historia de la humanidad, es debido a su demostrada utilidad social. No podemos cerrar los ojos a la evidencia, muchas personas deciden dedicarse a esta actividad y muchas más la demandan. La sociedad quiere prostitución.
Pero a la vez que la desea, la desconoce en gran medida y en ocasiones también la desprecia. Tampoco podemos negar que la figura de la prostituta generalmente es rechazada, mal vista, estigmatizada. Unas veces porque se la ve como una fracasada que no ha podido dedicarse a otra cosa, otras como una delincuente que "degrada" el entorno y atrae indeseables, otras como la víctima que ha sido llevada a esta vida en contra de su voluntad... Pero en todo caso vendría a ser una mujer "sin dignidad" porque estaría entregando algo tan personal y "sagrado" (en nuestra sociedad sigue siendo visto así) como su sexo de una manera totalmente discrecional, a unos y otros. Estaría "pervirtiendo" la naturaleza de la sexualidad, que en vez de ser plena y gratificante vendría a mutarse en vacía y fingida debido a su mercantilización.
Para los moralistas de todo signo la prostitución no sería un oficio deseable: las niñas no soñarían con mamar pollas pero sí en convertirse en buenas amas de casa que sepan cocinar, coser, atender a sus hijos... Tales deseos no son naturales, intrínsecos, sino inculcados de manera artificial mediante nuestra educación. ¿Por qué no puede ser tan deseable ser puta como maestra? ¿Quién decide lo que una mujer puede o no puede hacer, ella o la sociedad? ¿Por qué en la generación de mis abuelos no podían ser militares o políticas y hoy sí? ¿Querían un determinado tipo de vida o se las socializaba para quererlo? De pequeño yo tampoco hubiese deseado ser putero, de hecho aborrecía todo este mundo... afortunadamente pude irme des-educando. Me podrían haber mentido, pero yo no podía seguir autoengañándome ignorando las evidencias que iba hallando.
Esta concepción tan negativa sobre la prostituta es la que fuerza a la inmensa mayoría de ellas a ocultar su condición, a la "doble vida" de la que tanto he hablado en el blog. Estas mujeres saben que semejantes ideas, tan equivocadas como extendidas, no son ciertas pero... a ver quién es la guapa que da la cara exponiéndose al escarnio público. No, es algo que nadie va a aceptar. Así que por mucha razón que tengamos es mejor quedarse calladita sin buscarse problemas, que ya se tienen bastantes. El resultado es que generación tras generación va transmitiéndose la misma visión victimizadora de la prostitución pues casi nadie es capaz de desafiar al discurso dominante.
Y eso lo recogen las canciones, fiel reflejo de los sentimientos populares. La melodía que he escogido en esta ocasión habla de los remordimientos que sufre una mujer que ejerce la prostitución, viéndose obligada a dar su "cuerpo sin alma" mientras se arrepiente por no haber conseguido las metas que se propuso de pequeña. Esta imagen sobre la prostituta y el tipo de relación impersonal e insatisfactoria que mantiene con sus clientes es ampliamente aceptada por quienes no conocen el mundo de la prostitución por dentro (yo mismo la compartía, ¿cómo iba a pensar otra cosa si no había escuchado más que eso?), pero que se vendría abajo si quienes nos juzgan tuviesen suficiente interés en conocernos y escucharnos.
DALILA - UN CUERPO SIN ALMA
Le ofrezco, señor, este cuerpo sin alma,
en él quiero que usted se quite las ganas.
Le ofrezco un amor bien fingido si usted me paga,
un lindo momento que espera le brindo en su cama.
Le ofrezco, señor, este cuerpo, lo vendo.
Es ésta la vida que llevo y que tengo, salir por las noches, buscar quien te mire y te pague, buscar quien te compre un momento, quien te ame.
Y perdone, señor,
si me pongo a llorar.
Es que a veces me nace vergüenza
y una bronca a la vez,
de no ser la mujer
que soñaba cuando era pequeña.
(bis)
Le ofrezco, señor, divertirse conmigo. Jugar un instante a querer lo prohibido, le ofrezco pasar por dinero toda la noche, mentir que me siento feliz sin reproches.
Le ofrezco, señor, este cuerpo, lo vendo.
Es ésta la vida que llevo y que tengo,
salir por las noches, buscar quien te mire y te pague,
buscar quien te compre un momento, quien te ame.
Y perdone, señor,
si me pongo a llorar.
Es que a veces me nace vergüenza
y una bronca a la vez,
de no ser la mujer
que soñaba cuando era pequeña.
"La prostitución, que por definición es libre y voluntaria, no es condenable. Forma parte de la libertad individual de las personas el decidir practicar sexo a cambio de dinero. No viola los derechos de nadie, por lo que nadie tiene el derecho de inmiscuirse y prohibir un acuerdo voluntario y libre entre dos personas. Ninguna opción moral concreta justifica la prohibición y la ilegalización de la prostitución. En este sentido, la posibilidad de prostituirse es un derecho humano. La prostituta tiene todo el derecho de explotar su cuerpo como quiera (...) Una prostituta no es ninguna víctima. Lo es cuando el Estado ilegaliza la prostitución y la deja sin cobertura ni derechos legales. (...)
¿Cómo puede el Estado decidir si se tiene que reducir una determinar profesión? ¿En base a qué? ¿En base a que a los políticos les parece una actividad denigrante? ¿Intrínsecamente perversa? ¿Deshumanizante? Quizá debieran entonces reflexionar un poco sobre su propia profesión".
Juan Morillo Bentué, seguidor de la Escuela Austriaca de Economía
Además de tratar aspectos prácticos sobre la prostitución, no rehuyo el debate teórico. Es cierto que le dedico menos tiempo pues soy un hombre muy pragmático y pegado a la calle, sin embargo parece como si quienes nos preocupamos por los problemas concretos e inmediatos de esta realidad no quisiéramos entrar a valorar su significado de fondo o consecuencias a largo plazo. O al menos eso es lo que se nos achaca desde los círculos abolicionistas que, frecuentemente, no hacen más que filosofar sobre la prostitución desde sus despachos y salas de conferencias.
No trato la prostitución como un hobby intrascendente, sino que la concibo como un asunto político de primer orden tanto por el constante interés que despierta en la sociedad como por la incapacidad de nuestros representantes para hallar una "solución" a este "problema". Además es un tema que cada vez va tomando mayor relevancia en el debate ideológico ya que refleja como pocos otros las convicciones, valores y principios de las personas: por ejemplo, en las pasadas elecciones autonómicas en Madrid enfrentó a Tomás Gómez con Esperanza Aguirre. En España, como en el resto del mundo, partidarios y detractores de la prostitución han enfrentado sus discursos encarnizadamente mostrando que no comparten ni los presupuestos, ni el análisis ni mucho menos las valoraciones finales sobre esta polémica cuestión.
Los argumentos contrarios a la prostitución suelen sostenerse en la demagogia más chabacana. En este cartel se supone, en primer lugar, que las mujeres son propiedad de los varones (sólo se puede comprar/vender lo que se tiene... bueno, menos los Estados que parece que pueden endeudarse ad eternum) y, en segundo, que la prostitución no es algo que desearíamos para nadie a quien quiésemos . Oiga, que todo individuo -sea familiar mío o no- es dueño de su cuerpo y de su tiempo. Que haga con ellos lo que quiera, no es asunto mío. Mire, precisamente si quiero a una persona con mayor motivo respetaré sus decisiones por mucho que me contrarien. Hoy Dragó dice en su blog "no es buen padre ni buena madre quien se entromete en la vida de sus hijos torciendo su vocación o forzando sus apetencias".
Pues bien, mientras a los críticos de la prostitución se les da espacio en los medios no sucede lo mismo con quienes la apoyan (repito que hablo de este debate teórico, al cual la inmensísima mayoría de prostitutas, clientes y empresarios son totalmente ajenos). El respaldo ideológico a la prostitución ha venido fundamentalmente por parte de un pequeño, pero combativo, sector de la sociedad: los liberales (que vendriamos a ser un reducto similar al de la aldea gala de Astérix). Y si existe algo casi tan estigmatizado en nuestra sociedad como un putero es un liberal: se nos ve peor que a los taurinos, los controladores aéreos o los dentistas.
Así es, los liberales concebimos que el asunto de fondo de la prostitución es de libertades. No reprobamos la esencia de la prostitución ni la vemos como algo moralmente condenable per se, en cambio entendemos que este rechazo es fruto de prejuicios irracionales que son los realmente causantes de muchos de los problemas asociados a la prostitución (de convivencia, de auto aceptación, la "doble vida" que ha de llevarse...).
Otro torpe intento de manipulación mediante preguntas retóricas. Careciendo de cualquier argumento racional, como los que enarbola Juan Morillo, los abolicionistas se aferran desesperadamente al sensacionalismo y al engaño. Vamos a ver, entendamos que no todos tenemos la misma valoración de la sexualidad: empleando esta estrategia podríamos igualmente oponernos a la homosexualidad ya que, personalmente, es algo que no nos va ¿cierto? No podemos imponer nuestra forma de vida a nadie, respetemos y seamos respetados.
De esta manera aborda la defensa de la prostitución el autor que quiero darles a conocer en esta ocasión, el austriaco Juan Morillo Bentué. No, es de Barna, pero es así como llamamos en el mundillo a quienes compartimos una determinada visión filosófico-político-económica. Verdaderamente he disfrutado sus artículos, que les enlazo a continuación, ya que están trufados de referencias a varios de los más grandes pensadores liberales (Coase, Bastiat, Mises...).
Ya sabéis, tengo perversiones aún más sucias que la prostitución, jejeje.
En el primero, titulado "la ética de la prostitución", critica la campaña que emprendió el Ayuntamiento de Madrid (con Gallardón de Alcalde y la Botella de Teniente, es decir, gobernando el PP) contra la prostitución ya que la considera demagógica hasta la naúsea por mezclar la prostitución con auténticos delitos (la trata de mujeres y el tráfico de armas) y por la intromisión que supone en la vida privada de las personas. A pesar de toda la propaganda acerca del PP, no son demasiado liberales en ese partido -honrosas excepciones aparte- como declaró en su día Rajoy y hemos podido comprobar en las medidas que ha ido tomando en los primeros meses de gobierno (sí, las considero INSUFICIENTES).
Famosa campaña lanzada por el consistorio madrileño para tratar de desincentivar la demanda de prostitución. Si valoramos esta iniciativa por su efecto social fue un auténtico fracaso, pero en términos politicos resulto un éxito completo porque permitió al alcalde dar la imagen de que se preocupaba por la situación de las prostitutas mientras, en realidad, las machacaba. Señor Gallardón, el problema de las prostitutas no es que nosotros las paguemos. El problema es que como usted miró para otro lado durante su largo periodo al frente del Ayto, ellas tenían que pagar (eran "explotadas") a los agentes municipales de quienes usted es jefe y por tanto responsable directo.
Continuó realizando un impecable razonamiento aduciendo "las diez consecuencias de ilegalizar la prostitución", tratando lo que me gusta: los aspectos prácticos de arrojar a un grupo de personas a la clandestinidad. Habla del refuerzo del estigma social, de la desprotección frente a los poderes públicos, de la distorsión que se produce en el mercado empeorando y encareciendo el servicio, del favorecimiento del crimen y la corrupción, del despilfarro que supone orientar los escasos recursos a perseguir esta práctica en vez de destinarlos a combatir auténticos delitos... realmente muy recomendable. Asimismo vuelve a tocar el asunto de principios, la existencia de un poder coactivo que determine lo que resulta deseable o no (aquellos a quienes denominamos dirigistas, "iluminados" o -término de Mario de Noya que me encanta- "enteraos").
Nos ofrece una propuesta muy interesante ante la problemática de "la prostitución en las calles". En vez de los parches que se vienen poniendo en forma de ordenanzas municipales, aboga por legalizar la prostitución de una vez por todas y privatizar las vías públicas. Razona que mediante unas calles de titularidad privada serían "los propietarios de la calle quienes podrán decidir si se puede ejercer la
prostitución, si no se puede ejercer en absoluto, o si solamente se
puede ejercer en unas determinadas zonas". Lógicamente los actuales propietarios, que son los diferentes ayuntamientos, no van a permitirlo y no por una cuestión moral sino económica. La prostitución, como vengo diciendo, no se halla en esta situación de desprotección legal (en una "habitación sin Estado de Derecho" empleando el término popularizado por Maximiliano Correal) por meras convicciones personales como nos pretenden hacer creer, sino que bajo estas justificaciones subyacen intereses económicos y es que la Administración Pública resulta la principal beneficiaria del estado de alegalidad actual.
Esta imagen muestra claramente el concepto que tienen las colectivistas de las prostitutas: de mujeres-escoba, de peleles sin voz ni voluntad propia. No resulta extraño que las mayores enemigas de las abolicionistas sean precisamente las propias prostitutas a quienes supuestamente estarían ayudando. Obviamente ninguna mujer (ni persona) nace para puta como tampoco nace para programadora, ingeniera o astronauta. Pero puede llegar a serlo, puede decidirlo y estar satisfecha con esa vida. ¿Lo entienden, aceptan ustedes que una mujer puede ELEGIR ser prostituta? Como siempre la verdad no las importa nada, les es suficiente con sus eslóganes vacíos y doctrinarios.
Nuevamente trata el aspecto de la libertad del pacto y de la plena legitimidad que para él merece un acuerdo entre dos partes cuando rechazó la "idea liberticida" de Zapatero de prohibir "la prostitución en los periódicos". La clara prueba de la aceptación social de esta actividad se hallaría precisamente en la proliferación de los clasificados, puesto que "si ese servicio no estuviese tan solicitado no existirían tantos
anuncios, ya que los anunciantes no encontrarían rentables las
inversiones realizadas en publicidad". Entiende que en vez de la represión deberíamos practicar el respeto, la comprensión y tolerancia pues no resulta aceptable pisotear de esa manera la libertad del prójimo. Por supuesto eso no significa que renunciemos a nuestras convicciones, quien desee inculcar a sus hijos una visión negativa de la prostitución está en su total derecho. No debería cerrarles los ojos a la realidad, pero ése ya es su problema.
Para finalizar denuncia la engañosa equiparación que se hace entre "prostituticón y trata de personas". Al relacionarlas se buscaría generar un rechazo a la prostitución en su totalidad cuando ésta sería un fenómeno bien diferenciado de la trata con fines de explotación sexual. Explica que no podemos coger una parte por el todo, que es preciso separar -ya sea en la prostitución o en cualquier otra actividad- el trabajo voluntario del forzado. A pesar de lo llamativo de algunas noticias, deberíamos evitar caer en el alarmismo y juzgar la prostitución desde la lógica y el sentido común en vez de desde el sensacionalismo y los prejuicios.
Otras entradas de liberales próximos al Instituto Juan de Mariana:
"Conocemos un gran número de profesionales y ninguno/a de ellos/as ejerce obligado/a".
Juan B. Larráyoz P., abogado y Secretario de AIPPEL (ASOCIACIÓN INTERNACIONAL PROSTITUCION PROFESIONAL EN LIBERTAD)
"En mi experiencia, rodando el Epígrafe API, he comprobado que hay muchas mujeres, obligadas a mantener relaciones sexuales a diario".
Salvador Cuevas, director de cine
Continuemos con la serie de entradas dedicadas a tratar de desmontar las ideas más extendidas sobre la prostitución, esta vez sobre uno de los asuntos que siempre levantan una enorme polémica en el blog: la TSHES o trata de seres humanos con fines de explotación sexual, muchas veces enfocada únicamente en un sexo (trata de mujeres) e incluso en un sector dentro del mismo (trata de blancas). ¿Por qué he escogido como título el término menos inclusivo de los tres? Bien, por una parte porque precisamente soy cliente de "blancas" (rumanas básicamente, aunque alguna búlgara, rusa y turca también cae de vez en cuando) y es la realidad que mejor conozco.Según la fiscal de extranjería de la Comunidad de Madrid, Doña Beatriz Sánchez, el 73% de las "víctimas de trata" serían rumanas(no genéricamente del "Este", sino rumanas en concreto) mientras después vendrían las latinas, tras ellas las africanas y muy por detrás las asiáticas. Los colectivos que mejor conozco son precisamente los dos que, según esta experta, se verían más afectados por este fenómeno. Lo que creía es que, de llegar a existir alguna mujer forzada a prostituirse, tendría que estar entre el colectivo de africanas o asiáticas ya que son las que tienen un mayor desconocimiento de nuestro idioma y se mezclan menos con las demás. Justo lo contrario de lo que ella afirma, vaya. El otro motivo para emplear la expresión "trata de blancas" es simplemente comercial, de marketing, para recibir más visitas... y es que vengo comprobando que el morbo "vende" en Internet. Tengo que dar a la gente lo que la gente quiere.
Uno de los motivos más "humanitarios" para oponerse a
la prostitución es que se asume que ésta se alimenta de la trata de
personas, por consiguiente para acabar con la trata sería preciso terminar con la prostitución. Este cartel en el que se representa a una máquina expendedora de mujeres pertenece a una campaña financiada por la Unión Europea, el Gobierno de España y la Xunta de Galicia. Los diferentes gobiernos emplean nuestro dinero en cuidarnos. ¿A que sí?
La eterna justificación para arremeter contra la
prostitución es que se nutre de mujeres esclavizadas, raptadas o
engañadas por mafias que las fuerzan a prostituirse. La existencia de
redes de “trata” se afirma con gran vehemencia, pero siempre por
personas que nunca las han visto. Las asociaciones abolicionistas (vale,
ya no diré feministas) y ciertos cuerpos policiales como la brigada de
extranjería y la UCRIF (por cierto, el comisario jefe de la UCRIF de
Barna está imputado por lo de los burdeles Riviera y Saratoga, la
fiscalía pide 44 años para este sujeto) coinciden en asegurar que esto
es así. Estiman el procentaje de mujeres esclavizadas entre el 90 y el 100 (sí, el CIEN) por ciento.Mientras las asociaciones pro derechos (que también se consideran
feministas) e informes policiales como los que elabora anualmente el
grupo de la EMUME de la Guardia Civil dicen lo contrario. Sus datos
oscilan entre el 1’22% si no recuerdo mal del Informe sobre la trata de
mujeres y explotación sexual del año 2000 al 0’11% en el 2009 en el
primer informe para el Ministerio de Igualdad tras su aprobación del
Plan contra la Trata. ¿Cómo es posible que los datos sean no diferentes,
sino absolutamente contradictorios? ¿Es que viven en mundos paralelos?
¿O podría ser que lo de la trata no fuese más que una excusa, mala
excusa, para denostar la prostitución en su conjunto, evitar reconocer
derechos laborales a un amplio colectivo y amparar otra serie de abusos
como las mencionadas extorsiones a los clubs? Da que pensar, desde
luego.
¿Qué es lo que me he encontrado yo? Evidentemente no puedo conocer a todas las prostitutas, aunque la "muestra" (hablando en términos estadísticos) considero que es suficientemente significativa: he hablado con miles de prostitutas, he tenido sexo con cientos de ellas y a docenas las he llegado a conocer más o menos en profundidad ganándome la necesaria confianza como para que me hablen abiertamente acerca de su vida tanto laboral como personal. En base a mi contacto directo con prostitutas, en ningún caso he tenido conocimiento de historias como la que nos cuentan los medios de mujeres raptadas, engañadas o amenazadas para prostituirse. Repito, para prostituirse. Hay otros delitos de los que sí he tenido constancia, por ejemplo de mujeres a quienes las exigían dinero para trabajar en una determinada zona. Es decir, que ellas deseaban ejercer la prostitución hasta el punto de estar dispuestas a pagar para poder hacerlo. Curiosamente es algo de lo que casi nunca se habla, y que las ONGs abolicionistas en ningún momento han mencionado.
Marta González, directora de Proyecto Esperanza,
es una de las más reconocidas expertas sobre la trata en España. A pesar de admitir que se desconoce la magnitud real del problema lo califica de "grave", pues a la dificultad de detectar a estas víctimas se añadiría la política seguida por las autoridades. "Sorprendentemente" la acción del poder público en vez de mejorar la situación de estas personas la agravaría.
Pero no se trata únicamente de mi experiencia personal, que podría
resultar dudosa por considerarse limitada o condicionada por mi
perspectiva. Además resulta que a través de sus testimonios tampoco he
tenido noticia de la existencia de otras mujeres en esta situación.
A ver, cuando hay piques entre las chicas y están molestas unas con
otras siempre escuchas historias y acusaciones de esas: que si tiene
chulo, que si está enferma, que si roba... Eso en general es pura mierda
(menos lo de las ladronas, varias de mis amiguitas presumen de su
"habilidad") o menos preocupante de lo que pudiera parecer a simple
vista (que tenga chulo-a no signfiica que esté obligada, sólo que
necesita o cree necesitar a otra persona para ejercer su actividad en
mejores condiciones). O bueno, también puede suceder que recibas
información deliberadamente falsa por parte de chicas que trabajan de
informantes para la policía... precisamente por eso se necesita conocer
bien la calle y saber quién es quién, no te puedes creer lo primero que
cualquiera te dice.
Claro, no faltará quien objete: "ya, pero qué vas a decir siendo un despreciable putero". Mi condición de reconocido cliente sin duda levantará suspicacias, se tratará de invalidar mis afirmaciones por el mero hecho de ser mías. No sé qué deciros, no es una cuestión ya de racionalidad sino de creencias personales (y prejuicios): cada cual piensa lo que quiere y si cualquier cosa que diga va a ser automáticamente tachada de interesada o incluso falsa no sé cómo voy a convenceros de nada. Por mi parte no hago lo mismo, como podéis apreciar incluyo siempre versiones y opiniones contrarias a la mía. Es vuestra decisión la de darme crédito o no, eso sí, os aseguro que no
tengo el menor interés en engañar a nadie ni mucho menos en
justificarme. Si realmente hubiese hallado una sola mujer obligada a prostituirse
contra su voluntad lo hubiera dicho y habría hecho todo lo posible por
ayudarla. No soy un ogro pese a que me pinten así las abolicionistas que de cuando en cuando comentan en el blog.
¿Quienes somos nosotros para hablar de la trata sin la voz de las víctimas de este execrable delito? Oigamos el testimonio de "una de miles", que nos relata las atrocidades que se sufrió. Una inocente niña que soñaba con los cuentos de hadas pero que de un día para otro se vió obligada a prostituirse con hombres asquerosos y perversos, siendo sometida a abominables torturas y contagiada de diversas enfermedades. Escuchen atentamente la narración y si notan ALGO RARO no duden en comentarlo. Yo no digo nada, no quiero influir en la percepción del lector.
De todos modos acepto la crítica, pudiera ser que yo tuviese un interés personal. Siempre es necesario dudar y tener como mínimo una segunda opinión. Hacen muy bien en desconfiar, de verdad se lo digo (sólo que me gustaría que lo hiciesen con todos, no sólo conmigo, y también recelasen de las historias y datos que dan los abolicionistas). Bueno, como pueden apreciar tengo enlazados numerosos blogs de otras prostitutas y clientes y ninguno de ellos, jamás de los jamases, ha visto un solo caso semejante. ¿Casualidad? ¿Buena suerte? Hmmm…¿Conspiramos todos juntos, quizás? ¿Soy yo el autor de todos y cada uno de esos blogs? ¿Les escribo desde los cuarteles generales de una red de proxenetas que tiene a sueldo a varios desalmados para que escriban contra la trata de personas a tiempo completo? Miren, si de algo estoy seguro es que quien quiere autoconvencerse de algo acaba encontrando cualquier justificación para creerse las majaderías más grandes. Hace años creía que la trata era una realidad, porque lo decían los medios y mi propio sentido común me dictaba que una actividad tan poco agradable como la prostitución (así la concebía entonces) no podía ser deseada voluntariamente. Me parecía de cajón de tabla de madera, y si no hubiese sido por los azares de la vida que me llevaron a conocer este "mundo de pecado y depravación" no me habría cuestionado mis creencias. Oigan, siempre tienen la posibilidad de seguir mis mismos pasos y conocer de manera directa y sin intermediarios el mundo de la prostitución, de hecho les animo a que lo hagan.
El despreciable negocio de la trata consistiría en la venta o lucro de personas "engañadas, vendidas y explotadas" como asegura este cartel de la OIM (Organización Internacional de las Migraciones). Se apela al miedo para evitar que los ciudadanos de los países empobrecidos busquen una vida mejor fuera de sus fronteras... con lo cual se estaría aliviando la presión migratoria en los países del primer mundo. ¿Las organizaciones internacionales se estarían ocupando del bienestar de los ciudadanos, previniéndoles sobre un posible abuso, o por el contrario tratarían de preservar los intereses de los Estados? Ya sé que soy demasiado mal pensado, qué le vamos a hacer.
¿Que no quieren? ¿No hay ni tiempo ni ganas? Bien, entonces veamos cómo podemos informarnos. Si no vamos a conoceder el menor crédito a las indecentes putas, a los asquerosos puteros y a los desaprensivos proxenetas, entonces ¿qué otras personas pueden hablarnos sobre la prostitución? Aaaah, las oenejetas. Nosotros somos el demonio, el azufre, mister danger. Pero las asociaciones que trabajan para reinsertar y rehabilitar prostitutas son lo opuesto, el bien personificado. Desinteresadas y sacrificadas mujeres que han dedicado su vida a redimir almas perdidas, sin compensación alguna a cambio (aparte de las espléndidas subvenciones que se embaulan, claro). Además, en vez de ser rameras iletradas o machistas cuya cabeza está bajo el ombligo, son profesionales titulados. "Gente de bien", respetable, a quienes se puede invitar a casa. ¿Y qué nos dicen? Pues como mencioné al principio de la entrada resulta que no hay consenso. Es más, sus relatos y vivencias no podrían ser más contradictorios. En el margen tengo enlazadas varias de estas asociaciones como CATS, AIPPEL, HETAIRA, ACLAD, GENERA... que cuentan lo que yo vengo diciendo. Pero existen otras como APRAMP, AMUNOD, ACCEM, MDM, AFESIP... ¡cuya versión de los hechos es diametralmente opuesta! ¿Pero esto qué es? ¿Cómo puede ser que dos asociaciones, pongamos APRAMP y HETAIRA, que trabajan en las mismas zonas y contactan con las mismas prostitutas nos digan cosas tan dispares? A ver, o trabajan por su propia voluntad o no, ahí no hay término medio. Bueno, no, es cierto que hay interpretaciones. Todo depende de la definición que hagamos de voluntariedad y obligatoriedad, porque podemos considerar que una persona que se prostituye porque no la queda más remedio para sobrevivir no ejerce realmente con libertad. Hablemos entonces de mujeres obligadas no por la necesidad sino por el uso directo de la fuerza: la puta secuestrada o engañada que tiene al chulo vigilándola y que la arrea si no hace una cantidad X de dinero. Coño, para APRAMP son la inmensa mayoría mientras que para HETAIRA la realidad predominante es la de las mujeres que ejercen la prostitución de manera autónoma por decisión propia. ¿Y esto? ¿Cómo nos lo explicamos? Ah, es que las de HETAIRA estarían a sueldo de los proxenetas de ANELA. Un momento... si los de ANELA son completamente contrarios a la prostitución de calle (que es su "competencia") y además las de HETAIRA no les pueden ni ver porque como buenas rojillas los empresarios les caen como el culo. Claro, sugerir la hipótesis contraria, que son las de APRAMP quienes amparan a las mafias sería totalmente impensable. Mafias que efectivamente secuestrarían y trasladarían a las prostitutas en contra de su voluntad, pero no trayéndolas a nuestro país sino deportándolas al suyo de origen. Mafias que aprovecharían el limbo legal en el que se halla la prostitución, situación a la que APRAMP contribuye, para extorsionar a las prostitutas. Tenebrosa situación que además serviría para que las ONGs abolicionistas se diesen la vida muelle a costa del contribuyente, pudiendo meter en las mismas a un buen número de feministas con carnet de partido que de otro modo estarían comiéndose los mocos. Quita, quita, qué va a ser así.
También existe el testimonio, en este caso bastante más dinámico, de prostitutas que cuentan que haber sido "liberadas" contra su voluntad y que denuncian que lo dicho en los medios sobre su situación es "un montón de mentiras". Es curioso que se dé por sentado que las ilegales están obligadas y que, según relatan, no parecen sentirse muy satisfechas con la "ayuda" que las prestaron las autoridades llevándose esos siete mil pavos... lo cual, también curiosamente, no aparece en la noticia. Jajaja.
Y finalmente, ¿qué otra vía nos queda? Pues los medios de (des)información. Para qué hablar de la visión tan terrible que suelen dar de la prostitución: todo el día, todos los días dando la tabarra con que si mafias por aquí y trata por allá. Que si una banda que tatuaba códigos de barras a las prostitutas y luego resultó ser un caso de violencia doméstica pues se lo hizo su novio a una (y no varias) chica que jamás había ejercido la prostitución, impactante noticia que todos nos creímos obviando el hecho de que una chica con semejante marca y además sin pelo y cejas -como se nos ha dicho- no podría trabajar en ninguna parte, menos en medio abierto (se afirmó que se prostituía en la Montera) donde la presencia policial es constante. Que si el tal "Cabeza de cerdo" era el mayor capo rumano que había traído a "cientos" de mujeres a la Casa de Campo y luego van y le pillan tan fácilmente (aunque hay versiones diferentes, la más difundida afirma que se entregó por su propio pié), condenándole rápidamente a una pena ejemplar (la mayor impuesta hasta la fecha) por unos delitos ya prescritos y sin más prueba que el testimonio de dos chicas que el propio juez tuvo que reconocer que contenían "contradicciones". Pero curiosamente sigue habiendo prostitución en Villaverde y su supuesta mafia, ya desarticulada con anterioridad otras dos veces, sigue operando. Vaya, qué proxenetas tan valientes... o tan reincidentes... o tan tontos... o tan inexistentes. Que si tras los anuncios de contactos existen mafias de trata, demostrado con brillantes operaciones policiales como la que desarticuló la "mayor mafia de España" que esclavizaba a no menos de 350 mujeres. Tremendo el impacto mediático que tuvo el asunto, se puso como prueba palmaria de la existencia de estas redes. Hasta que el periódico el Mundo destapó la verdad y le sacó los colores a Rubalcabra, pero no importa porque la repercusión de esta información fue mucho menor y además no tardarían en fabricar nuevas e igualmente resonantes mentiras que permitiesen la pervivencia de uno de los mayores mitos de la prostitución: el camelo de la trata.
Como hay tantos videos sobre la trata, los cuales dicho sea de paso me hacen pasar tan buenos momentos, les dejo con varios para que se formen una opinión sobre el tema:
Este impagable video representa de la liberación de una menor explotada por una red. Vaya colección de topicazos, la verdad es que agradezco que los abolicionistas sean tannn torpes porque con el material que ellos mismos difunden nos hacen un favor. Este blog lo visitan muchos clientes, prostitutas y trabajadores sociales; porfavor díganme si han visto alguna situación que remotamente se pueda parecer a la aquí recreada.
Nos explican la trata advirtiéndonos desde el principio que "las personas que aparecen en el video no necesariamente se relacionan con el tema". Nuevamente no hay imágenes, graban a cualquier mujer mostrando los enormes prejuicios que albergan. Vamos, que en vez de trata podrían haber hablado de irse a cazar GAMUSINOS.
Magnífico, espectacular, soberbio video de Mabel Lozano. Cada vez que lo veo me retuerzo de la risa, para los abolicionistas puede sonar como las duras palabras de mujeres prostituidas, pero para mí lo que realmente refleja son sus descarados intentos de manipulación. No hay pruebas, sólo demagogia y mentira. Comparen el video de las paraguayas, prostitutas que hablan con voz propia, con éste en el que una progre subvencionada las arrebata la palabra. Todo es tan falso, tan artificial, tan nauseabundo... que retrata a la perfección lo sinvergüenzas que son las abolicionistas.
Si hay algo que rivalice con la pasión que profesamos los puteros por las lumis, es el asco que les tenemos a las feministas radicales. Son figuras completamente contrarias, representan lo opuesto: por una parte la alegría y la liberación sexual, por el otro la amargura y la represión. Que nadie se lleve a engaño, cuando hablamos de estas "feminazis" no pretendemos menospreciar el feminismo como movimiento favorable a la igualdad entre hombre y mujeres. Eso lo suscribimos, faltaría más. A lo que nos oponemos es a esa perversión del mismo que, tomando su nombre y bajo la bandera de la igualdad, lo que realmente pretende es reabrir heridas, crear conflictos donde ya no los hay y jodernos la vida tanto a hombres como a mujeres. Así es, en muchas ocasiones las principales perjudicadas por el feminismo son otras mujeres... que a estas "femilistas" las importan una higa puesto que las catalogan de "locas", "vendidas al patriarcado" o "víctimas del síndrome de Estocolmo".
Mientras un feminismo bien entendido es igualitario, su desviación -que llamamos "feminazismo", "hembrismo" o "feminismo radical"- cae en los mismos excesos y actitudes propios del machismo más primitivo.
Mucho se ha discutido en este blog sobre este feminismo deformado, así que aprovechando que mi hamijo Torbe ha escrito una entrada al respecto quiero dejaros con su profunda reflexión (ya sabéis, sin acentos ni demás chorradas). En su opinión estas tías vendrían a ser lo que toda la vida de Dios se han llamado "MALFOLLÁS", debido a su fealdad que rivalizaría con los fetos de Torrelvega y los Orcos del Señor de los Anillos. Es una teoría que no ha de desestimarse, en ocasiones la explicación más sencilla suele ser la correcta (la famosa "Navaja de Occam") así que me he puesto a buscar imágenes de varias de las figuras más significativas de esta tendencia para ver si podríamos encontrar alguna semejanza entre ellas y el resultado es... bueno, a la vista está. Juzguen ustedes mismos, se dice que una imagen vale más que mil palabras así que en vez de mis habituales y extensas reflexiones (que estoy convencido que no lee ni el Tato) he decidido ilustrar profusamente esta entrada. Les advierto que las imágenes que vienen a continuación del artículo torbellinesco no son aptas para todos los públicos, así que si las ven es por su cuenta y riesgo.
Esas señoras que van de feministas por la vida, de unos 40-40 años, que salen en TV hablando de las pobrecitas prostitutas, poniendo a parir al putero y a la sociedad entera, me tocan bastante las pelotas. En el fondo son unas pobres amargadas, feas, viejas, que ven que aunque se operen el jeto o las tetas mil millones de veces, no tienen nada que hacer contra las bellas putillas que hay en cualquier puticlub. Si, esas que se follan sus mariditos, hartos de meterla en el mismo agujero, o ni siquiera eso, hartos de follar una vez al año. Pero quien se puede follar esas señoronas? hay que estar borracho perdido o muy desesperado, no me jodas!
Las feministas entonces se convierten en feminazis, en una rama violenta y desesperada de la mujer esa de Kill Bill buscando venganza. Si, quieren vengarse de esas bellas jovencitas que ofrecen su cuerpo por unos cuantos leuros a sus queridos maridos y padres de sus hijos. Esto no lo vamos a tolerar, y como tenemos una pequeña parcela de poder en los medios de comunicacion y en la politica, vamos a joder un poco la marrana, prohibiendo lo que se lleva haciendo desde hace milenios, el sexo a cambio de dinero. Ellas continuamente lo confunden con trata de esclavas y maltrato, cuando no es asi, pero les conviene mezclar, son asi de mezquinas, quieren llevarlo siempre a su terreno, por eso vemos todo el rato el mismo tipo de reportaje, debate o documental en tv. Y yo me digo, si llevan la moral y el maltrato tan lejos, por que no hablan del maltrato animal? por que no se meten ahi a ayudar a que los animales no sufran tanto?.
Las autodenominadas feministas se han ganado a pulso el desprecio de una parte muy significativa de la población, pues su proyecto de sociedad totalitaria es completamente excluyente y únicamente podría implantarse vulnerando los derechos más elementales del grueso de la población. El término feminazi se acuñó tanto para mostrar el carácter abiertamente tiránico de estas personas como para desligarlo del auténtico y, desgraciadamente, cada vez más minoritario feminismo democrático.
No, ellas hablan de la prostitucion porque odian las putas, no soportan que sus maridos lleguen tarde a casa con la excusa de que han estado trabajando, cuando luego llegan con esa cara de felicidad oliendo a pachuli. Todo es una farsa, y cuando salen en tv hablando de las putas solo se oye una opinion, la de ellas, si salen putas solo sacan a desgraciadas que se han aprovechado de ellas, cuando eso es lo raro, lo normal es que ellas se aprovechen de los puteros, sino de que habrian tantas putas trabajando? o es que las tias son tontas?. Pero lo que mas me toca las pelotas de estas idiotas es que hablen sin haber ido nunca a un puticlub, sin haberse follado putas, y ya se creen como funciona este mundo, ya saben mas que nadie. Venga ya!
Sois pateticas, y aburris con el mismo discursito, y lo que es peor, no vais a erradicar el mundo de las putas, porque a todo el mundo le gusta, y es un bien social. Pero quien se os va a follar, monstruos!
Torbe las llama MONSTRUOS. ¿En realidad lo son? Pasen y vean:
Las feministas del PSOE-PSC Ángeles Álvarez, Montserrat Boix y Berta Ojea "sonriendo" a la cámara. Los socialistas se destacaron en la pasada legislatura por su rechazo frontal a la prostitución... al menos en los discursos, porque luego la pasta de los ayuntamientos, las subvenciones y los EREs falsos bien que se la gastaban en pilinguis.
Probablemente la mujer que más mentiras ha vertido sobre la prostitución en este país es la señora Rocío Nieto, presidenta de APRAMP. Gracias a ello se embolsa generosas subvenciones, mientras les regatea condones a las prostitutas y paga unos salarios de hambre a sus "mediadoras sociales". Dándoselas de feminista solidaria de izquierdas sí que se puede explotar al personal.
Pero no sólo los socialistas amparan a estas feministas de la peor calaña, también tenemos a las comunistas de toda la vida como la señora Paloma Martín Torpedo, del PCE.
O la incombustible Lidia Falcón O'Neill, una "roja" de raigambre que llegó a fundar su partido político propio pues consideraba que ningún otro era suficientemente "feminista". Su marido, Carlos París, es otro declarado abolicionista muy conocido en los círculos de izquierda.
Los malpensantes dicen (decimos) que muchas de estas feminazis tienen una pinta de BOLLERAS que tira p'atrás. Bonito corte de pelo el que lucen Maria José Barahona Gomariz (ahora mucho más gorda, esta foto es de hace varios años... se vé que viven bien) y Rosario Carracedo Bullido, portavoz de la "Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución".
Crucemos nuestras fronteras, que ya hemos tenido suficiente con el producto nacional. La abuelita de la imagen es Janice G. Raymond, feroz activista ampliamente conocida no sólo por su rechazo a la prostitución sino también por su visceral fobia a los transexuales.
¿Es ella o él? La reconocida tortillera Sheila Jeffreys ha llegado a afirmar que el mero hecho de que una mujer mantenga relaciones sexuales con un hombre refuerza al patriarcado y la hace colaborar con los opresores de todo el género femenino. Por lo cual las mujeres heterosexuales son unas traidoras, las únicas feministas "verdaderas" serían las lesbianas como ella. ¿Pero cómo se puede desbarrar de tal manera? ¿La han puesto algo en la bebida o qué?
No les estoy tomando el pelo, no es un camionero de la M-30 de los que violaba Bartolo. Es Andrea Dworkin, furiosa feminista abolicionista que no se sabe bien si debido a su obesidad mórbida o a un arranque de mala leche la palmó hace unos años. Una de sus grandes aportaciones a la teoría feminista fue afirmar que la penetración era un acto humillante para la mujer, que la denigraba y simbolizaba su sumisión frente al varón por lo que debería prohibirse. Además de como una foca, también estaba como una puta regadera. Y va la ogro esta y dice que fue violada por un par de tipos más o menos en la época en la que se tomó esta imagen. En sus SUEÑOS será. ¿Quién coño va a follarse semejante BISCHO?
No digan que no se lo advertí. Desde hoy ya no van a asustar a sus hijos ni con el Tío Camuñas ni con el hombre del saco, sino con las femi-monstruos. BUUUUH!
"Me gusta la prostitución. Disfruto haciendo mi trabajo".
C.G., prostituta brasileña
Pues a mí lo que me gusta es sumar a la serie de testimonios que vengo publicando el de personas completamente neutrales y ajenas al mundo de la
prostitución, ya que supongo que muchos de los lectores tendrán un perfil
similar. Así que hoy os traigo la entrevista que realizó el periodista Juan Ramos en el 2006 a una mujer brasileña de 37 años, con 10 de estancia en España ejerciendo la prostitución, dos años después de que el consistorio madrileño aprobase el "Plan contra la esclavitud sexual" que pretendía acabar con el comercio sexual callejero a base de presión policial. Al igual que la "Ordenança de mesures per fomentar i garantir la convivència ciutadana a la ciutat de Barcelona"del 2005, al cabo del tiempo comprobamos su total ineficacia a la hora de abordar un problema que nuestros responsables políticos no pueden ni podrán solucionar porque lo desconocen. Es imposible incidir de manera efectiva sobre una realidad social que se ignora, es como el que trata de operar sin saber medicina: pues el resultado más probable es que no sólo no mejore las cosas sino que encima las empeore.
En muchos casos el principal problema que tenemos quienes conocemos este fenómeno en profundidad es eliminar los miedos y prejuicios existentes para que simplemente se nos escuche. Hay una parte nada desdeñable de la sociedad que "se bloquea" con este tema, a la cual no podemos llegar. Y si nosotros no podemos hacerlo tendremos que buscar a quien sí lo haga. Ahí es donde entran periodistas como el señor Ramos que sirven para enlazar el mundo de la prostitución con la sociedad.
Dentro
del estigmatizado mundo de la prostitución, las meretrices que trabajan
en medio abierto (calle, polígono o carretera) son particularmente mal
vistas. ¿Pero qué daño, qué perjuicio, qué incordio le causan a nadie?
Como apreciamos en esta hermosa foto de tres chicas de la Montera, ellas
simplemente esperan a sus clientes. En su artículo, Ramos habla con
varios comerciantes y puede comprobar como varios de ellos afirman que
"no las molesta la prostitución" puesto que saben perfectamente que las
chicas van a lo suyo y no se meten con nadie, que atraen mucho turismo
(uno dice "pasa más gente porque están ellas"), y que dejan dinero en la
zona (la dueña de una zapatería manifiesta que "ellas también son mis
clientas").
La prostituta con la que contacta es extranjera, brasileña para más señas, que en su país no se dedicaba al trabajo sexual pero sí lo hizo al llegar a España. Comenzó ya a una edad prudencial (27 años) y trabaja de manera independiente en su propio apartamento. Una situación muy común, que también nos sirve para comprender su visión del fenómeno de la prostitución cuando asegura que las chicas de la calle "deberían trabajar en casas", que "hay que acabar" con unas mafias cuya única existencia conoce por las noticias que dan los medios de comunicación, o que no la gustaría que se legalizase esta actividad ya que únicamente ve inconvenientes (pagar impuestos y ser reconocida). Por muy prostituta que sea, ignora por completo el mundo de la calle. La prostitución es un universo muy diverso y complejo, que contiene realidades muy distintas y que muchas veces casi no tienen nada que ver unas con otras.
Precisamente esa inocencia y candidez que detecto tanto en el entrevistador como en la entrevistada son los que me han llevado a escoger esta entrevista. Él formula las clásicas preguntas, y ella le responde con sinceridad pero con el desconocimiento de quien no ha trabajado nunca en la calle y por tanto no ha tenido que enfrentar las adversidades que padecen sus compañeras. Como ambos, muchos clientes y prostitutas con quienes trato (sobre todo en internet, en foros y blogs) tienen una visión de este fenómeno muy limitada a una tipología de prostitución muy concreta (hay escorts o independientes que no han hablado con una callejera en la vida). De todos modos las palabras de "C.G." vienen, una vez más, a desmontar los mitos tan frecuentes sobre esta actividad: la chica declara que vino voluntariamente, que su trabajo la gusta y que no lo cambiaría, y que los clientes no la dan problemas. Qué casualidad que SIEMPRE encontremos a las mujeres que no están obligadas y que sus clientes SIEMPRE sean respetuosos y educados con ellas. Menuda suerte, oigan (los testimonios de las que se han visto forzadas, también es casualidad, nos los proporcionan invariablemente las ONGs abolicionistas).
Pasan los años y el tema de la prostitución continúa de actualidad, y los ayuntamientos siguen empleando las medidas que han demostrado una vez tras otra ser un fiasco. ¿Hasta cuándo seguiremos igual? Pues hasta que comencemos a hacer las cosas de manera DIFERENTE. Ahí les dejo la entrevista, disfrútenla y que pasen un buen fin de semana. Yo marcho ahora mismo a la Montera que se me ha abierto el apetito...
El oficio más viejo del mundo está de actualidad por el debate sobre su posible legalización. En las calles de Madrid podemos encontrarnos a muchas mujeres ejerciendo la prostitución, muchas de ellas son inmigrantes sin papeles que trabajan obligadas por diferentes mafias, otras lo hacen por propia voluntad. C.G es una chica brasileña de 37 años que lleva en España 10 años.
Pregunta: ¿Cómo llegaste a España?
C.G.: Vine por voluntad propia, en mi país trabajaba de peluquera.
P. ¿Qué opinas de las chicas que trabajan en Montera?
C.G.: Lo veo fatal, deberían trabajar en casas.
P. ¿Y de las chicas africanas que trabajan en la Casa de Campo?
C.G.: Veo lógico que las lleven a otra parte, para que no estén en la calle y tengan más seguridad.
P. Trabajar en la prostitución debería ser una elección libre y no obligada como ocurre con muchas mujeres, ¿qué te parece que haya mafias que las secuestren y las lleven a otros países a trabajar obligadas?
C.G.: Es un horror, hay que acabar con ellas. Si yo estuviera en esa situación intentaría salir de esa mafia, escaparme.
P. ¿Lo denunciarías a la policía?
C.G.: Mira, hace poco una chica denunció a la policía, ellos le prometieron que la protegerían como testigo; pero que pasó, que dieron con ella y le pegaron una paliza. Tenemos mucho miedo, no quisiera que me matasen.
P. ¿Estás de acuerdo con la legalización de la prostitución?
C.G.: No, no estoy de acuerdo. Que se quede como está y que castiguen a las mafias.
P. ¿Por qué crees que hay muchas chicas que no quieren que se regule la prostitución?
C.G.: Hay muchas mujeres que no quieren legalizarse porque ganan mucho dinero. También, porque trabajando en casas nadie sabe que eres puta, y si nos legalizamos la gente si va a saber de que trabajamos.
A diferencia de "C.G.", otras prostitutas si que creen que una "legalización" (¡regulación!) de la prostitución podría mejorar sus condiciones laborales. Por ejemplo, el colectivo Hetaira/CC.OO. denuncia que el desamparo legal actual facilita que se tomen medidas represivas contra las prostitutas (persecución y acoso policial) y considera que en vez de una prohibición taxativa de la prostitución callejera lo que debería hacerse es negociar zonas en las cuales se permita su ejercicio (las conocidas como "zonas de tolerancia" o "barrios rojos").
P. ¿Tienes miedo?
C.G.: No, estoy tranquila. Además, yo trabajo en mi apartamento sola y lo que gano es para mí, no trabajo para ninguna mafia. Si trabajase para ellas, no denunciaría por miedo pero intentaría buscar ayuda y que no peligrase mi vida.
P. ¿Por qué te dedicas a este trabajo?
C.G.: Me gusta la prostitución. Disfruto haciendo mi trabajo.
P. Si te ofrecieran un trabajo por ejemplo de secretaria, ganando 900 euros, ¿dejarías la prostitución?
C.G.: No, no dejaría mi trabajo por ser secretaria. Me gusta mi trabajo, conversar con los clientes…
P. ¿Cual es tu horario de trabajo?
C.G.: Trabajo de lunes a viernes en dos turnos, de 9 a 13h y de 16h a 20h. También trabajo los sábados por la mañana. El resto de tiempo libre lo dedico a estar con mi hija que paso muy poco tiempo con ella.
P. ¿Alguna vez has tenido algún problema con algún cliente?
C.G.: No, jamás, toco madera (se levanta, se acerca a una mesa para tocarla). De los clientes me gusta hablar con ellos, su sentido del humor, son personas abiertas, educadas. Nunca he tenido ningún problema con ellos en mis 10 años de trabajo en España.
P. ¿Qué edades, nivel económico, trabajos tienen las personas que vienen a ti?
C.G.: Hay de todo, jóvenes, viejos, médicos, etc. Hay algunos clientes que se gastan mucho dinero, a veces no tienen suficiente porque se lo han gastado todo, y bajan a un cajero y vuelven a subir con más dinero.
P. ¿Tienes pareja?
C.G.: No, ahora no, hace un tiempo tuve un novio. Tengo una hija de 7 años que no sabe que me dedico a ejercer la prostitución.
P. ¿Qué harás cuando sea mayor, se lo comentarás?
C.G.: No, nunca se lo voy a decir, me da vergüenza que sepa que me dedico a acostarme con hombres.
P. ¿Cuánto dinero ganas al mes?
C.G.: Aproximadamente unos 3000 euros, aunque este mes con la Semana Santa la cosa va peor.
P. ¿Hay alguna anécdota curiosa que quieras contar?
C.G.: No, pero hay algunos clientes que me piden cosas muy raras. Que me mee sobre ellos, etc. Yo creo que esa gente está mal de la cabeza, ¿no crees?
"No puedo estar a favor de la legalización de la prostitución, sería convertir en profesión lo que es una esclavitud".
Rocío Nieto, presidenta de APRAMP
"Ante el deterioro de la convivencia que se está produciendo en numerosas zonas de la ciudad es necesario prohibir el ejercicio de la prostitución en las calles y asegurar la salubridad y seguridad de las personas que ejerzan esta actividad en locales."
Oscar Iglesias, concejal del PSM
"La prostitución siempre ha existido y probablemente siempre existirá, como tantos otros fenómenos generalmente considerados indeseables, pero propios de la condición humana. Los intentos de erradicarla por completo siempre han sido vanos y contraproducentes, por lo que, a ciertos niveles, es probable que cumpla una función social equilibradora".
Pío Moa, escritor e historiador
"El Estado tiene la obligación de legislar sobre todo aquello que forma parte de la realidad social del país. Por supuesto siempre habrá quien no transija en un asunto en el que tienen tanto peso las convicciones personales, pero el deber del Gobierno es legislar con el mayor consenso social posible".
Pedro José Ramírez, director de El Mundo
El tema de la prostitución parece no agotarse nunca. En esta ocasión la excusa que permite abordarlo es el debate sobre su posible legalización (por regulación) a raíz de la publicitada noticia de las reformas legislativas que han emprendido tanto la Generalitat de Catalunya como varios Ayuntamientos (entre ellos el de Barcelona) con el fin de prohibir la prostitución en la vía pública.
Como sabéis, fui invitado a ese programa. La verdad es que la oportunidad de volver a salir en la tele (tras mis, reconozcámoslo, no demasiado afortunadas intervenciones en "Diario de..." y "La Noria") me tentó. Si pretendemos que nuestro mensaje llegue a la sociedad, necesitamos conceder entrevistas en periódicos, acudir a tertulias en programa de radio y, sobre todo, estar presentes en los debates de TV. Un programa en "prime time" lo ven millones de personas y puede impulsarnos (o hundirnos) como ninguna otra cosa. Pero no asistí, y quiero dejar claro que la responsabilidad ha sido exclusivamente mía.
En principio los intereses de ambas partes parecen coincidentes. No somos muchos los clientes de prostitutas que nos atrevamos a dar la cara públicamente, menos en un programa en directo de difusión nacional. Todavía escasean más los que defiendan la prostitución con un mínimo de rigor y seriedad. Los periodistas buscan alguien "de mi perfil". Y por mi parte, estoy convencido de que en la guerra por la normalización de la prostitución la primera batalla que hemos de librar es la de ganarnos a los medios de comunicación. Por mucha razón que tengamos no llegaremos a ningún sitio si nadie nos escucha.
Pero sucede que tengo una vida aparte de esto, una familia a la que no la hace la menor gracia que me dé a conocer por relacionarme con "putas desdentadas (Marga Carreras) y sifilíticas (Paula VIP)". Como tantos otros, aprovecho para visitarles en Semana Santa y paso de que durante las vacaciones el monotema sea la prostitución. Si por lo menos mostrasen un mínimo interés en escucharme y atender mis argumentos no me importaría, pero no es así. En resumidas cuentas, que ya tengo bastantes problemas como para buscarme más. Ya estoy haciendo mucho manteniendo el blog abierto y actualizado.
Y tras este desahogo personal, pues nadie me pedía explicaciones, veamos el programa:
Las posiciones legales ante el fenómeno de la prostitución difieren sustancialmente de acuerdo a nuestra opinión, a nuestras convicciones, a nuestra IDEOLOGÍA (que la tenemos, lo reconozcamos o no). De ahí las frases que he seleccionado para encabezar esta entrada: si consideramos que la prostitución es una forma de opresión/violencia, entonces abrazaremos las tesis abolicionistas (Rahola y la abogada). Si la vemos como una actividad indeseable, causante de una serie de molestias y perjuicios a la sociedad, adoptaremos medidas prohibicionistas como las que se están aplicando en Cataluña (Francina). Podemos asumirla como un fenómeno socialmente persistente con el cual, aunque nos desagrade, nos vemos obligados a convivir y que habrá que reglamentar (Ramoncín). O, por el contrario, si la concebimos como una actividad más -aunque con sus peculiaridades- aceptaremos a quienes la ejercen como sujetos activos de esta sociedad con la misma dignidad, derechos y obligaciones que cualquier otra persona (Valérie, Dragó).
Pero es que no sólo hablamos de opiniones diferentes, todas las cuales podrían ser igual de legítimas y respetables. Es que tras estas ideas existe un trasfondo. Cuando alguien sostiene un credo de odio, intransigencia y sectarismo no puede defenderlo de manera racional y pacífica sino que necesariamente ha de lanzarse por el camino de la demagogia y la negación de la realidad (lo que denomino "la doctrina Zapatero-Rubalcaba") como apreciamos en el debate. Un sector trata de argumentar y el otro se atrinchera en la repetición constante de dogmas de fé contrarios a toda la evidencia que se presenta. Sé que suena maniqueo, pero es así.
De todos los invitados Paula fue quien dio mejor imagen, con diferencia. El resto... casi parecían salidos de un circo de frikis. Los clientes me dieron una vergüenza ajena indescriptible, menudo par de gañanes. El gigoló no sé de dónde lo sacaron pero también era un rato raro. ¿Y esa vecina toda alarmada e histérica? Joder. Pero lo de la señora sexagenaria ya fue de mal gusto, se la jugaron de mala manera. Al menos espero que se haya llevado su buen dinerito, que falta la hará. Y vean, lo peor no es putear. Es mucho más triste no poder hacerlo. En esto se gastan el dinero público nuestros políticos, en perseguir a mujeres que quieren llevar el pan a casa. Felicidades, así se hace, empleen los escasos recursos en correr detrás de las putas mientras recortan en sanidad.
No voy a comentar todo el programa pues no tengo ni tiempo ni ganas, únicamente voy a puntualizar algunas de las afirmaciones. Los abolicionistas efectivamente se remiten al modelo sueco pues es el máximo exponente de sus aspiraciones, la Ley del 99 considera la prostitución como un acto de violencia contra la mujer y como tal castiga al cliente. Por definición, no puede haber libre acuerdo. Y ustedes dirán, "ya, pero y si la prostituta quiere...". Que no, corcho. Que no puede querer. Que es imposible, lo dice la Ley. "Ya, pero la realidad es que...". ¡Y qué cojones les importa la realidad, las cosas serán como digan y punto pelota! Pues bien, frente a este modelo contraponen el holandés señalando su fracaso: "es que se han dado de alta muy pocas". Oiga, explique la legislación holandesa a la audiencia. Es que no pueden inscribirse las inmigrantes, no es ese tipo de regulación la que deseamos.
También se dijo que la prostitución es una actividad "incompatible con la legislación laboral". ¿En qué se amparan ciertos juristas para realizar semejante afirmación? Pues en que consideran que la prostitución no dignifica (me lo expliquen) o provoca unos devastadores efectos tanto físicos como psicológicos que atentarían contra la salud del trabajador. Así que en vez de tratar de paliarlos, aceptando que existiesen (yo nunca los he visto, pero bueno...), lo que hacemos es cerrar los ojos y permitir que esas personas continúen en la más absoluta desprotección. Pero otros entienden, en cambio, que la prostitución reuniría todas y cada una de las condiciones para ser reconocida como un trabajo (es una actividad retribuida, realizada voluntariamente y que se puede ejercer de manera autónoma o dependiente de un tercero).
Luego están los consabidos mantras que escuchamos reiteradamente, como lo de las mafias o la naturaleza asimétrica de la relación entre cliente y prostituta. No me extiendo sobre estos temas ya que los estoy tratando a fondo en la serie de entradas "mitos sobre la prostitución". Son una especie de argumentos de cierre, que se creen o no, y quien los emplea sabe perfectamente que están destinados a hacer toda discusión estéril. Si la razón de no "legalizar" fuesen esas mafias, pues habría que hacer que se cumpliese la Ley y que se persiguiesen. ¿O es que estamos llamando inútiles a nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad? Sería como rendirse, aceptar que los delincuentes pueden imponerse al Estado de Derecho. Y lo de la supuesta subordinación es otra creencia revelada. ¿Cómo pueden saberlo, se han metido en alguna habitación a espiarnos? Estoy cansado de repetirlo, se tienen que estar riendo de nosotros cuando tratamos de rebatir sus argumentos porque son plenamente conscientes de que no son más que puras patrañas.
Y finalmente lo que más molestó fue la justificación de la concejala con eso de que podían hacer lo que quisiesen porque para eso los ciudadanos les habían votado. No, para empezar -como brillantemente señaló Dragó- los ciudadanos tuvieron que votar en bloque el programa del partido. Ella no sabe realmente qué posición mantiene la ciudadanía en esta materia en concreto, y de hecho las encuestas que se presentaron en el programa la contradicen. Además, para que una democracia sea real han de existir diferencias suficientemente notables entre los distintos proyectos políticos y en el caso de Cataluña todas las formaciones apoyan la prohibición de la prostitución (recordemos que la anterior ordenanza de Barcelona fue aprobada por el tripartito: PSC, ERC e IC-V) a excepción de Ciutadans. Y hombre, este tema ciertamente es un asunto relevante pero no creo yo que sea clave a la hora de determinar el voto de los electores. Pero lo que me parece todavía más importante, un Estado de Derecho se rige por la voluntad de las mayorías pero a la vez es respetuoso con las minorías por lo que existen unos límites, unas "líneas rojas" como les gusta decir, que no pueden traspasarse. Aunque una mayoría fuese contraria a la prostitución y quisiese echar a las prostitutas al mar, como Ahmadineyad quiere hacer con los judíos, no puede hacerlo. Los derechos individuales son inderogables y no están sujetos al voto público, si un país discrimina a un colectivo ya sean los negros, los homosexuales o las mujeres no puede ser una democracia plena. Ya, me dirán ustedes que estamos hablando de Cataluña donde mediante la imposición lingüística y demás presiones nacionalistas se pretende erradicar al diferente, se persigue al español. Pues el ejemplo me viene que ni pintado, es una muestra más de la DERIVA TOTALITARIA que padecemos: castellanohablantes, víctimas del terrorismo, prostitutas... todos sufrimos idéntica persecución. Y por los mismos, mira tú que casualidad.
ACTUALIZACIÓN A 26/04/15: Me informan que ya no se ve, y no puedo subirlo por el formato del vídeo. La única posibilidad es verlo online mientras no lo quiten.