jueves, 5 de marzo de 2015

La prostitució en el matí de Catalunya ràdio

Nuevo programa sobre prostitución en la radio, y nueva oportunidad desperdiciada. Han realizado lo que era mi sueño, una serie de tres programas conexos entre sí abordando distintos aspectos de este fenómeno. Los activistas debemos tener claro nuestros objetivos, comenzando por informarnos cómo se ha abordado el tema de la prostitución en un determinado medio ANTES de participar y no dejar que sólo nos pidan, también pedirles nosotros a ellos. Tanto la Paula, como Marien y Rafa apenas aportan testimonios muy puntuales cuando son personas que están en contacto. Bien, dijeron lo que tenían que decir, pero lo que echo en falta es que contasen con su voz al menos del mismo modo que trataron al jefe de policía.

No sé si nos damos cuenta, pero estamos permitiendo que nos falten al respeto. Ponen dos programas que trasladan una imagen terrible, siniestra, delincuencial de la prostitución. Y luego nos sacan casi como si fuésemos monos de feria, para darle un toque colorido al asunto. Hablo en plural porque somos ACTIVISTAS, porque nuestro discurso es muy similar y nuestras propuestas sino van siempre en el mismo sentido al menos comparten idéntica finalidad.

Pongo los enlaces a los programas, y paso a comentarlos. Aunque están en catalán se entienden en su mayor parte. Es curioso que los testimonios de los clientes y de las chicas de la calle estén todos en castellano. Nadie más habla en esa lengua. No digo más, saquen ustedes sus conclusiones.

Què has esbrinat Rebeca? "La prostitució I: la treballadora independent i l'esclava sexual"
Què has esbrinat Rebeca? "La prostitució II: els proxenetes i l'actuació policial"
Què has esbrinat Rebeca? "La prostitució III: el negoci, el client i la prostituta"

En la primera parte ya anuncian que el espacio va a tener continuidad, que hablarán de los distintos actores. Pero el espacio que les conceden es totalmente desproporcionado. Sobre proxenetas y mafias ocupan la inmensa mayoría del tiempo, de las chicas apenas tratan un poquito a la vez que justifican que los testimonios obtenidos sean contrarios a lo que se ha venido diciendo, y el tiempo destinado a los clientes es de apenas unos segundos a pesar de expresar su inmenso deseo por conocernos. Bien, esto es lo que NO se debe hacer. Rafa me pidió consejo, y desde el respeto y la crítica constructiva le digo, ¿por qué no pediste participar en directo? Luego dice que de una hora de conversación sólo sacaron una frase, lo de los motivos. ¿No ves que ese es el trabajo del periodista? ÉL HACE BIEN SU TRABAJO. ÉL SABE LO QUE ESTÁ BUSCANDO. ¿Y tú? "No, a mí es que me llamaron y me pidieron mi opinión, me dejaron que me explayase..." Que no, macho, que no. Si el resultado que has obtenido el que deseas, sigue haciendo las cosas así. Pero si quieres que te tomen en serio, que sepan si te interesas por la situación de las chicas con las que estás, si ellas te cuentan los problemas que afrontan incluyendo lo de las mafias... Tienes que hacerte oír. Porque yo, como oyente, escucho el programa y la idea que me queda es que salen dos puteros: el primero es un ASOCIAL que no folla si no es pagando y el segundo un VIEJO VERDE PERVERTIDO. Y como esa es la idea preconcebida que tengo de quienes van de putas, me voy muy feliz a la cama. Lo sé, sé que jode mucho lo que estoy diciendo, pero es lo que van a pensar no pocas personas aunque no te lo digan.

Habiendo escuchado el segundo programa, en el que el policía asegura que nos interesamos por qué les pasa a las chicas lo MÍNIMO que tendrían que haber hecho los clientes era exigir que se dijese algo al respecto. Eso es que no tiene perdón. Cuando salí en "Diario de..." no dije ni una palabra sobre la esclavitud sexual, pero fue porque no me dijeron en ningún momento que ese fuese el tema del programa. Me aseguraron que iba sobre los foros de prostitución y la información que compartíamos los clientes en la red. ME ENGAÑARON. Así que para evitarlo sólo hay dos soluciones, o salimos en DIRECTO o exigimos que nos muestren íntegramente el programa ya editado antes de emitirlo. O bueno, también está la opción de darle la espalda a los medios, pero creo que todavía entendemos que nos pueden beneficiar más que perjudicar. Los medios de comunicación son un instrumento que debemos saber aprovechar.

Ellos tienen sus intereses e inclinaciones ideológicas, desde luego. Como todo el mundo. Y nosotros podemos plantear los nuestros NEGOCIANDO COLECTIVAMENTE. Pongamos que nos llaman, y los que hacemos no es decirles que sí a todo sino consultarlo entre nosotros. Y les respondemos: "miren, estamos encantados de participar en su programa. Les podemos responder a todas las dudas que tienen, incluso ponerles en contacto con personas que ustedes no han podido hallar". Yo conozco a chicas que han sido chuleadas, que han sido engañadas, incluso que han sido "rescatadas" en operativos policiales. Eso no sale y, si tienen interés en conocer esa parte de la prostitución, yo no lo oculto. Conozco personalmente a personas condenadas por proxenetismo, a miembros de esas "redes" o "clanes familiares" de los que habla la policía, a chicas que han estado pagando ese "canon" por trabajar en la calle. De todo eso ya he hablado en profundidad en el blog. Sé perfectamente que cualquiera de quienes intervinieron pueden hacer un magnífico papel ante el micrófono. ¿Entonces por qué no les ponemos como CONDICIÓN que en el tercer programa estemos presente alguno de nosotros? Es que de otra forma no se va a aportar una visión equilibrada de la prostitución. Es una simple cuestión de números de tiempo, ellos no han podido confirmar en la calle las tesis que sostuvieron en el estudio: proclaman que el 90% de chicas están obligadas pero encuentran un 0%. Hay que explicar esta discordancia.

También tiene que estar alguien ahí para que, respetando en todo momento el punto de vista de la policía (o de cualquier participante), les señale el fuerte contraste existente con lo que dicen las chicas sobre la policía y el hecho de que si consideran a sus familiares proxenetas pues como que va a ser normal que no les tengan un especial aprecio. Que ellas no están locas y que si defienden "proactivamente" a los que la policía llama sus "chulos" sea quizá porque ellas consideran que sus chulos son los propios policías, que las amenazan con enviar a sus parientes a prisión si no les pagan. Que hay que ser muy crédulo (por no decir imbécil) para tragarse que una chica se dejó atropellar por no distinguir entre los agentes de un cuerpo policial y otro, o no saber cuándo la iban a multar y cuándo a proteger (multar y proteger, lo mismo que nos dicen que hacen "las mafias"... caray). ¿Cómo pueden saber que les confundió si murió y no pueden preguntárselo? ¿Y si estaba en lo correcto y escapaba de quienes la venían a "multar" (léase extorsionar)? Pero es que para saber eso hay que bajar a la calle. Hay que chupar asfalto. O el caso de Adriana, con la que habían hablado agentes de policía y trabajadores sociales, y va y se tira solita. O que si a ellas las hace falta dinero y perseguimos a los clientes, flaco favor las hacemos como indica muy correctamente Paula VIP. O qué tipo de políticas públicas deberían implementarse, a ver si resultan útiles los MILLONES DE EUROS que se (mal)gastan en oenejetas, policía, campañas de sensibilización, conferencias de pijas y demás mamandurrias o resultarían más provechosos para las chicas si se empleasen de otra manera. Propongo una medida clara, ¿que a Trías no le gusta que se empleen domicilios particulares de picaderos? Vale. Pongamos una solución. Rehabilitemos un edificio (siempre hay alguno abandonado) para que las chicas puedan subir allí con sus clientes en las mejores condiciones de seguridad y salubridad posibles. Eso es lo que haría una administración pública responsable. Pero eso NADIE LO VA A DECIR SI NO SOMOS NOSOTROS.

En cuanto al tema de las mafias, lo primero que habría que advertirles a estos que hablan tanto sin saber es que tengan mucho cuidado porque QUIEN BUSCA, ENCUENTRA. Y no creo que les gustase hallarlas. Es una cosa curiosa, parece una peli de espías, nos dicen que las mafias están por todas pero no las vemos (algo así como el Espíritu Santo). Y tienen razón. Las tenemos en nuestras mismas narices, nos podrían poner a un proxeneta en la cara y no seríamos capaces de saber que lo es. Anda que nos están tomando el pelo a base de bien, se tienen que estar escojonando de la cantidad de bulos que meten y lo gordos que son, y la gente ale, se los come enteritos sin pan ni nada.

Ahí es donde entra un ACTIVISTA (efectivamente, con mayúsculas) y explica que las barreras a la inmigración lo que hacen es empeorar la situación de los migrantes forzándoles a que lo hagan de manera irregular. Si todavía está más comprometido puede decir entonces que las mafias lo que hacen es esperarles aquí, porque son todas nacionales, y les exigen un dinero para no deportarles. Que si se quiere que no sean tan vulnerables la mejor política sería la de practicar una completa apertura de fronteras, apostando por una total libertad de movimiento para personas, mercancías y capitales. Y en otro orden de cosas, que forzar sentencias judiciales declarando irrelevante el testimonio de la víctima es una burrada. Que a ver cuáles son esos indicios, porque se puede perjudicar a esa persona más que ayudarla cuando lo que se hace es meter a sus familiares en prisión y que ella no quiere ver entre rejas porque aunque les mantenga lo hace porque quiere. ¿Escucharon al policía? ¡Pues no ha dicho que quiere que se declare LOCAS a estas chicas para invalidar su declaración y se ha quedado más ancho que largo!

HACE FALTA que haya alguien allí que indique lo preocupante de tales declaraciones, pues viene a decir básicamente que hay que dejar al margen a quienes se supone que se trata de ayudar. Y como he dicho tantas veces, ¿cómo es posible saber qué necesitan las chicas, qué problemas las afectan si no las escuchamos? El mayor peligro del abolicionismo, cuyo discurso ha sido asumido por completo por las distintas administraciones, es que desposee a las chicas de voluntad ("considera irrelevante su consentimiento"). Las silencia e invisibiliza. Uno acaba preguntándose qué interés pueden tener nuestras autoridades en que no se escuche a las prostitutas. Para ayudarlas, nos dicen, hay que rescatarlas de las mafias a las que ellas mismas defienden y llevarlas a centros de acogida de los que quieren escapar. ¿No se las estará perjudicando? Yo he conocido a chicas cuyo novio ha estado preso, y ellas le esperaban y volvían a estar con él. Esos "lover boys" que la policía nos dice que las chulean son quienes viven con ellas, los padres de sus hijos. Eso es un hecho, lo mismo que digo yo es lo que cuenta la policía. Ahora bien, la diferencia está en la explicación. Ellos dicen que tienen una dependencia emocional negativa, que sufren problemas psicológicos que las llevan a amar a sus explotadores, que están "alienadas". Y yo, pues bueno, sencillamente las escucho. Y las veo totalmente normales, como cualquier mujer que tiene su pareja y su trabajo. Y de ellas sale contarme que es la policía la que las amenaza con llevarse a su chico preso si no les pagan una cantidad periódica... porque esa es otra. Si no colaboran con los agentes, ¿cómo saben ellos lo que pagan? Pues según las chicas, porque son ellos quienes las cobran. Que van haciendo la ronda, pidiendo la documentación y ale, hay que darles la pasta. Yo me digo que ambas versiones son muy inquietantes, la de las chicas porque supondría que tenemos unas fuerzas del orden totalmente descontroladas, capaces de extorsionar hasta al mismísimo presidente de la Comunidad de Madrid (según él mismo dice, vaya). Pero incluso aunque nos hagamos los bobos y creamos a las autoridades, eso significa que existen unas mafias a las que a pesar de la cantidad de efectivos policiales empeñados no se logra detener, que son capaces de delinquir en sus mismas narices y además lo hacen de manera reiterada. Según las chicas, la policía es corrupta (y como dice cierto locutor de radio que escucho todas las mañanas, necesita una limpieza inmediata). Pero es que, de acuerdo a la propia policía, ellos son unos inútiles que son incapaces de contar con la colaboración de esas víctimas que les deberían estar tremendamente agradecidas. En serio, no sé qué opción es peor.

Para terminar, en la última parte nos tienen en vilo con lo del cliente pero a pesar del interés que manifiestan casi no les sacan. Como tampoco podemos comprobar eso de que las chicas que no pueden hablar y están vigiladas, pero claro... ¡por eso mismo no aparecen! Pero oye, resulta que sí que pueden hablar con unas cuantas y qué curioso que TODAS dicen ejercer libremente a pesar de que no pintan esto de color de rosa. Claro que la prostitución no se elige, pero lo curioso es que después de ejercerla te dice que sí la elegiría y que la va bien. Y es que existen unos fortísimos condicionamientos sociales que nos hacen ver la prostitución como lo peor, pero que como todo PREJUICIO se viene abajo cuando se confronta con la realidad. ¿Y no es eso lo que queremos, como ACTVISTAS? Dar a conocer este mundo para que se acabe normalizando. Pues si es lo que deseamos, tenemos que explicarlo. No lo van a hacer los presentadores por nosotros. Tendremos que ir allí, dar el callo y enfrentarnos a sus ideas preconcebidas y a toneladas de desinformación.

Quien hace un mejor papel es una de las chicas de la calle, al señalar que sus clientes son personas de escasos recursos económicos como inmigrantes o pensionistas. Es a ellos a quienes se pretende perseguir, a quienes se penaliza. Se castiga al pobre y no al rico, porque si interesase verdaderamente velar por la libertad de las prostitutas... ¿no es obvio que habría que buscar a las "mafias" en los sitios más ocultos, menos accesibles, como los célebres "pisos de chinas" o chalets del extrarradio? Otra cosa que se podría haber dicho, a ver si aunque sea alguien me copia. Hay que ir con la lección bien sabida y no soltar bobadas como que los empresarios no pagan impuestos (lamentablemente el movimiento pro-derechos está impregnado de un izquierdismo infantil) porque haremos el ridículo más espantoso. Acto seguido sacan al empresario diciendo, como es cierto, que el sector está hiperregulado, que le crujen a inspecciones, que le someten a una presión fiscal insoportable y a toda una serie de obligaciones que le suponen desembolsar un buen dinero... y a pesar de todo, la legislación es tan extensa y retorcida "que siempre le pueden pillar por cualquier detalle". Que la vida del empresario no es sentarse a fumar un habano o a jugar con los fajos de billetes a lo Tío Gilito. Hay casos y casos, pero muchos empresarios están tan puteados o más que los currantes. Y eso por no hablar de los extraoficiales... ¿No pagaban sus "impuestos" los del Saratoga y el Riviera? Joder, en sobres de tres mil pavos. Si eso no es pagar, que baje Dios y lo vea. Y si extorsionan a empresarios y a altos cargos políticos... ¿qué no podrán hacerles a las putas callejeras?

Termino con las dos ideas clave que deberíamos haber transmitido, por fortuna la primera la dijo un periodista casi de pasada: que las chicas exigen su reconocimiento laboral, su condición de "trabajadoras del sexo". Tan sencillo como eso, que las traten IGUAL que a los demás. Que por ser putas no son menos ni merecen un peor trato. Y la segunda continúa en este sentido, pero ya habla no del aspecto legal sino de la pesada carga social que supone ejercer la prostitución, el estigma. Ese mal que no es intrínseco a la prostitución, sino una construcción cultural y por tanto evitable. La chica nos dice "toda mi vida me sentí culpable de ser trabajadora sexual, me dí cuenta de que el problema no es en sí el trabajo sino la carga moral que tiene ser trabajadora sexual, cómo una misma se sienta mal durante toda una vida porque los demás te miran mal, porque tú no puedes decir en qué estás trabajando". Hemos sido discriminados hasta el punto de que lo llegamos a interiorizar, nos sentíamos una mierda pero no porque lo fuésemos sino por oírlo día tras día. Para eso están las ondas, para hacerle llegar a la gente el mensaje de que el problema no está en la prostitución sino en la intolerancia.

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