domingo, 23 de octubre de 2011

El epígrafe API, ¿qué conllevaría la regulación de la prostitución?

Pienso que una persona no es nunca un producto, y por lo tanto no debería tener precio. Por otra parte, lo que una persona libre haga en su intimidad con otras personas libres, mientras no dañen a nadie, no deberia tener porque ser regulado.

Salvador Cuevas, director de "El epígrafe API"


¿Por qué motivo no se permite a las profesionales de la prostitución su encuadramiento en el régimen especial de trabajadores autónomos del sistema de la Seguridad Social español?, ¿Por qué no se les permite cotizar a la Tesorería General de la Seguridad Social como trabajadoras autónomas cuya actividad económica es la prestación de servicios sexuales?

Glòria Poyatos i Matas, Abogada y profesora universitaria



El epígrafe Api es un cortometraje producido en España con ayuda del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) en el año 2008. Ha sido proyectado en una veintena de festivales internacionales. Cuenta la historia de Andrea (Sonia Torrijos), una chica espñola que se ve enfrentada al dilema de aceptar un trabajo como prostituta, que no desea, o perder el subsidio de desempleo que está percibiendo como "inmigrante retornada". El suceso está basado en hechos reales y dio lugar a un debate sobre si el Estado debería regular el ejercicio de la prostitución, ofreciendo este trabajo a través de las oficinas públicas de empleo. Quiero invitarles a todos ustedes a sumarse a este interesante debate, así como agradecerle al director Salvador Cuevas la gentileza de desbloquear durante unos días el video para que ustedes puedan verlo:





Miren, en cualquier asunto vamos a encontrarnos con quienes mantengan opiniones en uno u otro sentido. Es algo normal, legítimo y hasta saludable en una democracia. Sin embargo, esas opiniones han de sustentarse en hechos probados o al menos en hipótesis verosímiles si es que pretenden ser enriquecedoras. Vamos, que hay que argumentarlas. No me valen diálogos de besugos. Y lo que hallo muy frecuentemente es a personas que más que debatir para contraponer argumentos y tratar de conocer mejor cualquier tema lo que parecen buscar es quedar por encima de los demás.

La prostitución es uno de estos temas que particularmente se presta con más facilidad al uso de tópicos, dogmas de fé o argumentos demagógicos. Y estamos ante uno de esos casos, este corto emplea la situación de una persona (además muy manipulada, como les explicaré a continuación) para trasladarnos las fobias personales de su autor y evitar el debate serio, sereno y argumentado.

El epígrafe API pretende mostrar por qué no sería conveniente una regulación de la prostitución. Entre los abolicionistas es corriente recurrir al prejuicio y a las aversiones personales para justificar tal postura.



Hace unos días les dejaba con una extensa entrada acerca de si la prostitución debería ser reconocida como una actividad laboral legítima. Les ofrecí textos a favor y en contra, con la esperanza de que viesen por sí mismos qué razonamientos emplean partidarios y detractores del reconocimiento laboral de la prostitución. Aquí lo que encontramos es la más descarnada demagogia, que precisamente es lo contrario a la argumentación, el más bajo recurso al sentimentalismo y al sensacionalismo. ¿Cuáles son las motivaciones auténticas que, según el corto, puedan justificar la no regulación de la prostitución? Todo lo que vemos es:
a) un servicio público de empleo que se dedica a tirar el dinero público (le arrean a la pija casi 400 pavos así, sin más) y que, sorprendentemente, encuentra trabajo;
b) un malvado empresario que se atiene a derecho, aunque eso sí, se dedica a acosar sexualmente a la protagonista y
c) una estúpida que en vez de rechazar de manera normal el trabajo o explicar que no estaba cualificada para el mismo actúa como una auténtica neurótica.

Es corriente mezclar la prostitución con las condiciones en las que a veces se ejerce para dar una mala imagen de ella. El filme nos muestra a un empresario acosador, ¿cuál creen que habría sido la reacción de Andrea si la hubiesen explicado las condiciones tranquila y amablemente? ¿Qué sucedería si la hubiesen llamado de una tasca cuartelera, llena de mierda y cucarachas, y donde el dueño la diese azotitos en el culo? ¿entonces tendríamos que inferir que el sector de la hostelería no puede regularse?



Vamos a analizar cada punto detenidamente.
a) Los Servicios Públicos de Empleo (antes INEM) no sólo no "no sirven para encontrar trabajo" como tuvo que reconocer el ex ministro socialista Carlos Solchaga, sino que además ciertos trabajos, como el de camarera, no suelen encontrarse por esta vía. Ya sé que esto no está relacionado directamente con la prostitución pero me cabrea que se idealice un sector público que es HORRIBLEMENTE INEFICIENTE. Si la chica necesitase trabajo no creo que se quedase en casa tocándose la... guitarra.
b) La deformada imagen que dan del empresario parece más propia de un vídeo de la UGT. Me recuerda a esa parodia del chikilicutre en la que contrata de manera abusiva a una chica que le llega del INEM. Mira que he tenido jefes malnacidos, pero la caricatura que hacen de ellos los progres resulta totalmente inverosímil. Habrá de todo, pero desde luego el baboseo y los insultos no van en el sueldo. ¿Y eso qué más le da a la progre-hez? Si de lo que se trata es de montar su mundo de fantasía como vimos en el corto "Escúchame".
c) Vayamos al corazón del asunto, su contratación como "camarera" o "asistente personal íntima". ¿No ven la burda manipulación que supone mezclar dos categorías laborales que no tienen nada que ver? Bueno, a no ser que consideres a las camareras unas putas, lo cual sería propio de un buen progre. Eso es como si lo que sabes hacer es conducir camiones y te ofrecen trabajo para arreglar instalaciones eléctricas: "oiga, esto no es de lo mío". Son empleos que requieren cualificaciones muy distintas. Pues claro, si se regula la prostitución habrá que hacerlo sin ambages ni eufemismos. ¿Por qué entonces se mezcla el trabajo de camarera con el de puta? Como siempre, por la necesidad que tienen de retorcer la realidad. El "hecho real" en el que se basa el corto es el de una camarera alemana que efectivamente fue contratada por un burdel... PARA PONER COPAS. No para putear. Ya veis que el dueño lo que hacía era ofrecerle una forma de complementar los ingresos (y si me permiten el atrevimiento, 200 pavos por el "porrazo completo" es una muy buena pasta). Cualquiera que simplemente haya pisado uno de estos sitios habrá visto que no todo el mundo que trabaja allí lo hace como puta. Hay camareras/os QUE GENERALMENTE NO SE PROSTITUYEN, señoras de la limpieza, administradores o gerentes y, en ocasiones, personal de seguridad. Pero claro, ¿qué es lo que sí puede suceder? Que la chica en cuestión tenga una serie de convicciones que la impidan trabajar en uno de esos locales, aunque sea sin prostituirse. Oiga, lo mismito que le puede pasar a un colchonero a quien llamen para trabajar en una peña merengue, a un guarro que le ofrezcan poner cañas en un bar de zerdos, o a un reggaetonero en un antro jevy. Es que hay cosas que son de sentido común, si yo tengo una peletería no voy a meter allí a currar a un activista de liberación animal, o si soy vegano difícilmente aceptaré trabajar de carnicero.

Curiosamente no se nos muestran las consecuencias que podría tener "el epígrafe API" para las chicas que ya están trabajando en la prostitución o que desean hacerlo. ¿Habrán pensado en ellas o les importan un pimiento?



En tal caso el error estaría, cómo no, en el servicio público de empleo que engañó a la chica apuntándola en un puesto para el cual ella no estaba capacitada, voy a repetirlo de nuevo porque me interesa que esto quede bien claro: ella se apuntó como camarera e informática, ¿cierto? Pues pongamos que la ofrecen un puesto informática y cuando llega a la empresa resulta que precisan a una economista. ¿Creen que en tal caso la chica saldría corriendo horrorizada? ¿No? ¿Por qué aquí sí? No hace falta más que ver cómo se caricaturiza a las chicas y al dueño del burdel, quienes estamos vinculados en este mundo somos para ellos una especie de parias que vivimos en una realidad paralela. No quieren ni mezclarse con nosotros porque les damos ASCO. Eso es lo que veo en el corto, clasismo y snobismo progre.
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Como me gusta hacer referencia a los testimonios de las personas directamente implicadas en la prostitución voy a tratar de zanjar el tema con las preguntas que hace una reconocida abolicionista, la concejala Ángeles Álvarez, y la contestación a tales cuestiones por parte de una famosa activista, la trabajadora sexual Mónica Blanco:




La señora Álvarez se pregunta: “Cuando se habla de ‘demos derechos a las mujeres prostituidas’. ¿Pero qué derechos no tienen? ¿Qué no se pueden inscribir en un registro de profesiones? Porque, que yo sepa, tienen acceso a la sanidad como cualquier ciudadano/a en este país. ¿Cuál es exactamente el derecho que no tienen las mujeres prostituidas? A mí me gustaría que me lo explicaran. ¿Qué no pueden cotizar a la Seguridad Social? Hmm… voy a decir una ordinariez, pero en fin… ¿se pueden dar de alta como masajistas? Pregunto. Que yo sepa sí. ¿Pueden cotizar como autónomas? Que yo sepa sí".



Bueno, pues se lo va a explicar la señora Blanco:

¿Por qué queremos que haya una regularización? En primer lugar, por estabilidad laboral, porque somos trabajadoras del sexo, y como cualquier tipo de trabajo así lo entendemos y, en segundo lugar, porque es inadmisible que hoy por hoy nos retienen de los contactos sexuales en una casa, la mitad se la lleva el de la casa. Yo creo que ustedes no tienen esa retención fiscal ahora mismo, ¿no? A ustedes de lo que cobran no le quitan la mitad del sueldo el Estado, pues nosotras, por el hecho de ejercer ese trabajo nos quitan la mitad.

Hemos pedido siempre a la administración soluciones prácticas, una zona. Pero la administración no quiere hablar. Con negarse y obcecarse y decir que no es un trabajo, bueno señores, sea un trabajo o no sea un trabajo, ¿dónde ponemos esto? Eso es cuestión de resolverlo ya, por parte de los ayuntamientos que son quienes tienen la competencia.

Muchas veces los poderes públicos han hecho talleres, han hecho campañas en las cuales nuestra dignidad se ve por los suelos. Se nos ha dicho que somos portadoras de enfermedades físicas y psíquicas y eso con fondos públicos pagados. Eso es indignante. Yo no soy portadora de ninguna enfermedad física ni mental. La única enfermedad física y mental es la que la sociedad me está transmitiendo por mi opresión continua a no tener derecho a mi trabajo. Eso es la realidad.

¿Secuelas psicológicas? Las tenemos, pero no porque yo alquile mi cuerpo. Las tengo porque, por ejemplo, tengo que ejercer en unas condiciones no óptimas, porque la sociedad mira para otro lado cuando reclamo mis derechos, porque recibo agresiones todos los días en donde, a nivel de justicia, no se me cree nada, por supuesto, tiene más credibilidad cualquier delincuente que yo. Las secuelas psicológicas son del desamparo que la administración está ocasionando. Esas son las secuelas psicológicas, porque secuelas psicológicas por alquilar mi cuerpo, me parece fuera de lugar.


La justificación principal para no reconocer la prostitución es que supone un atentado a la dignidad y que el abuso y la explotación son inseparables de ella. Si ustedes piensan así, perfecto, no se metan a putear. Pero nosotros vemos las cosas de diferente manera, no nos impongan sus valores. La imagen se puede ampliar pinchando en ella.



¿Se han enterado ya, progres desorejadas? Queremos que esto se regule en primer lugar porque la cantidad de tributos que se han de pagar en la alegalidad es demencial. La inexistencia de una regulación no significa que nos dejen en paz sino que las autoridades tienen carta blanca para sacarnos hasta los empastes. En segundo lugar para que se nos reconozca como "agentes sociales" en pie de igualdad con los demás, y que tengamos voz y voto. Ya está bien de ningunearnos. En tercero, por el menosprecio social que conlleva el que la actividad a la que te dedicas esté infravalorada. No reconocernos como trabajadores significa no aceptarnos como ciudadanos de pleno derecho. Y finalmente por el desamparo que sufrimos frente a la administración, no es una cuestión de que no nos atiendan en los servicios de salud sino el trato que recibimos por parte de las autoridades públicas. ¿Ya entienden qué es "exactamente" lo que reclamamos?

¿Por qué pedimos que se reconozcan nuestros derechos y nuestro trabajo?
· Primero de Mayo, por el reconocimiento del trabajo sexual
· Un día para conocerlas, un año para quererlas: 2 de Junio, Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales - International Whores Day
· Comunicado de AMMAR contra la discriminación y por el reconocimiento de derechos

2 comentarios:

salvador dijo...

Buena jugarreta, los tienes cuadrados, me pides amablemente el corto y luego lo machacas en tu blog. Un golpe muy bajo. Lo retiro como habiamos quedado.
Saludos y hasta nunca.
Salvador

Cliente X dijo...

Acabo de dejar una respuesta en tu blog, pero escribo aquí para que se vea que apuesto siempre por la máxima trasparencia.

A ver, lo que he hecho ha sido comentar el corto de una manera crítica, señalando que ME PARECE que es un filme que toma claramente posición en el tema de la regulación de la prostitución, además lo hace no apostando por los argumentos sino por el sentimentalismo y la demagogia. También cae en una serie de tópicos y estereotipos que considero muy nocivos.

Creo haberte tratado siempre con respeto e incluso amablidad como reconoces en tu comentario. Y espero seguir haciéndolo, sencillamente entiende que tengo tanto derecho como tú a expresar mis opiniones. ¿Que discrepas delas mismas? Muy bien, podemos discutirlas. Pero creo que no es de recibo ponerse como te pones sólo por criticarlo. Fíjate en este blog, últimamente los lectores no hacen más que arrearme y no me lo tomo mal. Y mira que me llaman de todo menos guapo: misógino, pervertido, degenerado, machista, enfermo, asqueroso...

Me gustaría que entendieses que mis críticas tienen ánimo constructivo, y si no estás de acuerdo con los argumentos que expongo estás en tu derecho de rebatirlos. Por supuesto también puedes tomártelo a mal, pero que bueno, que sepas que mi intención no ha sido "machacarlo" sino "comentarlo".

Un saludo y vuelve cuando quieras