¿Qué pasa con las trabajadoras del sexo? Debate en La Tuerca (video arreglado)

Con motivo del día de la mujer trabajadora la gente del canal Tele K ha dedidido tratar el el tema de la prostitución en el programa La Tuerca CMI ("Con Mano Izquierda"). Seguramente muchos no conozcáis este canal, pero en ciertos círculos arrasa. Digamos que valoran mucho su "compromiso ideológico", si se animan a echarle un ojo en youtube verán inmediatamente a qué me refiero.

El espacio lo presenta Pablo Iglesias, profesor en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, y para la ocasión han traido a un elenco de mujeres feministas de izquierda. Como todo buen debate ha de estar equilibrado, así que las invitadas han sido por parte del sector abolicionista Marga Ferré (IU) y Sara Porras (PCE), mientras que la postura regulacionista-pro derechos se halla representada por Carolina Hernández (Hetaira-CCOO) y Elvira Villa. Es decir, que ustedes podrán escuchar por una parte la opinión de la izquierda y por otra la de la... extrema izquierda. ¿O qué se creían? Claro, eso es precisamente un debate rico y plural. No me parece mal el hecho en sí, están en su casa e invitan a quien les da la gana, faltaría más; pero veo incoherente que denuncien la falta de imparcialidad de ciertos medios cuando ellos no se distinguen precisamente por su neutralidad. O bueno, sí que es coherente en tanto que responde a una estrategia política de criminalización del pensamiento libre... pero mejor lo dejo aquí, que me estoy desviando del tema que nos ocupa.

Por echar una de cal y otra de arena, he de reconocer que no es usual abordar el tema de la prostitución y mucho menos dando voz a personas que trabajan en la industria del sexo. Así que he de felicitar por ello a esta cadena, no me duele la boca por decirlo. Ojalá cundiera el ejemplo y se contase más con los testimonios de aquellas personas directamente involucradas en el mundillo de la prostitución, especialmente hecho en falta la voz de clientes, trabajadores del sector (tarjeteros, encargados de habitaciones, personal de cocina, "mamis", etc) y policías. Algunas veces han salido las prostitutas, los vecinos, los empresarios... ¿pero los anteriores? Y seguro que tienen mucho que decir.

Como de costumbre, les dejo primero con el video y a continuación expongo mis reflexiones.

La impresión general que me queda es que todo esto no es más que una tremenda CORTINA DE HUMO para ocultar la auténtica realidad de la prostitución y los problemas que conlleva la actual situación de alegalidad. Quizá no lo hayan hecho de manera premeditada, sino que sencillamente necesitaban quitarse de encima un tema incómodo y en 60 minutos tampoco van a arreglar el Mundo.

De todos modos siempre hay algo aprovechable, lo mejor para mí fueron las entrevistas a Silvia Rubí y Anastasia Mayo. A ver, ellas están en el mundo del porno (nunca me ha gustado el término melifluo de "cine para adultos") que no es el de la prostitución. A pesar de que simpatice con las tesis pro derechos que aseguran que hay mujeres que escogen el trabajo sexual voluntariamente y que no las supone un problema acostarse con desconocidos por dinero, no puedo aprobar este descarado intento de manipulación. Ambas actrices son muy majas y me caen genial, pero sus experiencias no son extrapolables al grueso de mujeres que ejercen la prostitución en España. De hecho sus testimonios pueden acabar resultando contraproducentes porque, con toda la razón del mundo, las abolicionistas pueden señalar que provienen de un sector minoritario no representativo (aunque omitan que ellas defienden a una minoría aún más exigua).

Para muchas prostitutas la actividad que realizan debería ser reconocida como un trabajo tan legítimo como cualquier otro. Esto no es meramente un debate teórico, sino que conlleva consecuencias reales como el cese de la persecución y violencia que sufren (especialmente en ciertos países o entornos) y el reconocimiento de derechos que las equiparen legalmente al resto de la ciudadanía. En la imagen vemos a una de las líderes del movimiento pro derechos más conocida, Scarlot Harlot, quien por cierto fue la creadora del término "sexual worker" ("trabajador sexual").



Lo que tienen en común con las trabajadoras sexuales es su ausencia de pudores y prejuicios (su liberación sexual, que como tantas veces he dicho es lo que le da el título a este blog) y la capacidad para escoger qué quieren hacer, con quién y cómo. En el porno y la prostitución, como en la vida real, el factor humano es clave: no todos valemos para todo. Para que salga bien un polvito hay que tener complicidad, feeling, duende. Por eso suelo repetir con las mismas chicas y mantener una relación que va más allá de lo sexual.

Las abolicionistas critican el modelo de sexualidad del porno, dicen que ese estereotipo de mujer no existe, que es irreal. Oigan, pues para su desgracia cada vez va siendo más real. Es precisamente debido al porno y a la prostitución, entre otras causas, que algunas mujeres van rompiendo los límites que constriñen su sexualidad. Cuando se dice que hay mujeres que también demandan sexo de pago, y cada vez son más, no lo veo tanto como una justificación de la (todavía mayoritaria) demanda masculina sino como la constatación de que una sociedad más libre trae más prostitución (también para la mujer) y la esperanza de que gracias a ella las mujeres vayan dejando atrás sus roles tradicionales. Qué queréis que os diga, a mí una mujer PUTERA me pone.

Las abolicionistas denuncian que la prostitución y la pornografía ofrecen una imagen degradante de la mujer, que la cosifica y la humilla. Eso es cierto para ellas, que ven estos fenómenos desde una óptica completamente machista. En cambio los pro derechos no creemos que el intercambio, voluntario y consensuado, de servicios afectivo-sexuales tenga una carga negativa para la mujer. Y yo incluso llego a afirmar que gracias a este modelo de promiscuidad sexual se promueve la emancipación de la mujer.



Me gustan las mujeres que van perdiendo miedo al control social (ese propio de lo que llaman "el patriarcado") que las ha obligado a comportarse de determinada manera, a ser castas y a reprimir sus impulsos. Pues no, si a usted lo que la pide el cuerpo es meterse una buena verga hágalo, sin mayor problema. Que el porno y la prostitución no tienen nada que ver con eso de ejercer poder sobre el cuerpo de la mujer, sino que responden a una visión más natural y descomplicada de la sexualidad. Es lo que parece que resulta imposible hacerles entender: que si bien ese sexo idílico por amor "como expresión de los sentimientos más sublimes" es muy bonito y placentero, también existe la posibilidad de mantener relaciones sexuales sin implicarte emocionalmente. Que vale, que hacer el amor con aquella persona que te hace perder la cabeza es incomparable, pero ni uno puede estar siempre con ella ni el amor dura toda la vida.

Como siempre, sale el debate de los números. De tan manido que está el tema, Carolina se debía haber sabido mejor la lección, porque da la impresión de que la prostitución voluntaria fuese minoritaria y no es así. Hecho en falta más garra, que en vez de defenderse pase a la ofensiva. La UGT, siguiendo al Instituto de la Mujer, efectivamente aseguró que el 95% de prostitutas en España lo hacen coaccionadas por mafias. Entonces el País reprodujo la cifra y el Colectivo Hetaira exigió que rectificasen en una carta enviada al defensor del lector el 22 de febrero de 2006 (no les pongo el enlace porque la página de Hetaira ahora está caida). Humildemente tuvieron que RECONOCER que era así, que no había ningún estudio que avalase esos datos. En cambio Cristina Garaizábal sí ha declarado que, en el ámbito de la prostitución de calle de la zona centro (que es con el que están en mayor contacto), tan sólo un 5% de mujeres se encontraban en clara situación de dependencia de un tercero. Lo que afirmó una Comisión parlamentaria (que no estudio o informe) es que no existen suficientes datos sobre la prostitución en España, a eso es a lo que se refiere Carol.

Una cuestión clave que planteó el presentador fue la de qué impacto real tienen ambos modelos y a quiénes les favorece que la prostitución permanezca en la clandestinidad. Resulta obvio que la falta de regulación, y peor aún la ilegalidad, beneficia a las redes organizadas que actúan al margen de la Ley.



Cada sector va a arrimar el ascua a su sardina asegurando que LOS RESULTADOS de una línea de acción u otra (abolicionismo o regulación) son más positivos, ayudan a combatir el crimen organizado y reducen la prostitución. Pues la verdad es que depende porque hay diferentes tipos de regulaciones, ahora bien, la tan cacareada "ley sueca" ha constituido un auténtico drama para muchas mujeres tal y como denuncian, causándolas graves problemas. Naturalmente a esas feministas dogmáticas de pensamiento único ("sólo hay un feminismo") la situación real de las prostitutas no las importa lo más mínimo: me habréis oido decir que las feministas defienden a las mujeres del mismo modo que los sindicatos a los trabajadores o los socialistas a los pobres. Dicen estar de su parte pero en la práctica resultan ser sus más enconados enemigos. Es que ni siquiera tienen en cuenta su opinión, algo que con acierto observa Carolina. Buscan "salvarlas a la fuerza" como en su día declaró Pye Jacobsson.

Creo que el presentador acertó de pleno al plantear quién resulta beneficiado con que a las prostitutas no se las reconozcan derechos. Las abolicionistas dicen que "los que defienden el patriarcado", lo cual resulta contradictorio ya que precisamente si estas mujeres contasen con una protección legal y su situación laboral equiparable a la de cualquier trabajador las posibilidades de "ejercer violencia" contra ellas serían mucho menores. Para mí la respuesta a esa cuestión y otras como "¿por qué los gobiernos no hacen nada?" o ¿por qué no combatimos a las mafias?" está muy clara: porque no interesa, porque el status de alegalidad, desproteccuión jurídica y ausencia de todo tipo de garantías es el mejor caldo de cultivo para que se desarrollen estas mafias.