domingo, 20 de noviembre de 2011

Los liberales y la prostitución VIII: El P-Lib

"La prostitución es una profesión más. La explotación se debe a su alegalidad".

Partido de la Libertad Individual

"La prostitución es un oficio que por su degradación casi debería prohibirse"

Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE

"Al Estado le da igual la situación de las personas que ejercen la prostitución, lo que le interesa es controlar económicamente a los medios de comunicación privados".

Juan Pina, presidente del Partido de la Libertad Individual



Entre todos los partidos que hoy se presentan a las elecciones, únicamente el Partido de la Libertad Individual apuesta por la normalización de la prostitución de una manera abierta y valiente. Es la primera vez que esta formación concurre a una cita electoral, haciéndolo únicamente en las circunscripciones de Zaragoza y Madrid, y a pesar de que no se espera que obtenga representación parlamentaria supone una novedad muy interesante en el panorama político español. Obviamente a mí no sólo me llama la atención por su postura frente a la prostitución, sino que como vengo sosteniendo desde que abrí el blog la actitud que se tenga frente a la prostitución "refleja de manera meridiana valores y principios contrapuestos". En cambio, el PSOE, en la página 102 de su programa electoral (106 en el .pdf) califica este fenómeno de "lacra social" y se compromete "a trabajar para eliminar la prostitución" a través de "una línea clara de tolerancia cero". IU sigue su misma línea, declarándose abolicionista puesto que la prostitución "convierte a la mujer en mercancía, facilita la proliferación de mafias y degrada la imagen de la mujer" (pág 56 del programa).

Ambos partidos de izquierda coinciden en PROHIBIR (palabra que suena como música en los oídos de cualquier dirgista) los anuncios de contactos en la prensa, mientras que el P-Lib es la única formación que denuncia el auténtico propósito de semejante medida: quitar a los medios de comunicación "una de las pocas fuentes importantes de ingresos privados plurales, sin influencia alguna en la línea editorial" para hacerles más dependientes de las subvenciones y de la publicidad estatal. Es decir, que el objetivo real e inconfesable es de índole política, se busca domesticar a los medios aumentando su sometimiento al sector público. Las izquierdas no dan nunca puntada sin hilo.

Me ha sorprendido, muy favorablemente por cierto, que un partido tan joven y pequeño haya decidido mojarse de tal manera como lo ha hecho el P-Lib frente a un tema tan polémico. Como pueden apreciar, su discurso concuerda palabra por palabra con el de los colectivos pro derechos si bien emplea una retórica marcadamente liberal al calificar de "colectivista" la línea editorial de ciertos periódicos o de "liberticida" la mencionada política de prohibir los anuncios en la prensa. Son numerosos los artículos y comunicados que han escrito respecto a la prostitución, y además firmados por el presidente y el coordinador general de Madrid. Les adjunto los que han publicado hasta la fecha:

Los liberales (de libertarians, no de liberals) se declaran partidarios de una intervención mínima en la vida personal por parte de los poderes públicos o la sociedad. En ciertos países, como los EE.UU. o Suecia, son los principales -y a veces únicos- aliados de las prostitutas. En España son minoría, pero ya han comenzado a organizarse en proyectos tan esperanzadores como el P-lib.




6 de Septiembre de 2009


El P-Lib manifiesta su desacuerdo con la propuesta del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, de criminalizar en el Código Penal la prostitución callejera. Consideramos que es necesario normalizar esta actividad y considerarla como un negocio y una profesión más. Esto ampara a las personas que ejercen la prostitución y también a las empresas y particulares que legítimamente intermedien en el negocio.

Es imprescindible y urgente acabar con las mafias y liberar a las personas obligadas a prostituirse contra su voluntad. Al mismo tiempo, una vez normalizado el sector será necesario alcanzar acuerdos y consensos con las organizaciones del gremio para evitar el ejercicio de la actividad en lugares públicos de forma molesta y desagradable para los vecinos. Esto se consigue con la autorregulación y la acotación de zonas, como en Amsterdam, no con el código penal en la mano como propone el alcalde socialista de Barcelona.




17 de Septiembre de 2009


El P-Lib lamenta las declaraciones del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha afirmado que sería deseable prohibir la prostitución. Consideramos que es la visión típica de un intervencionista, un ingeniero social que quiere moldear la realidad a su capricho ideológico, sin reparo alguno a la hora de pisotear para ello las libertades. El P-Lib considera imprescindible combatir la explotación brutal a la que están sometidas muchas personas que ejercen de forma forzosa la prostitución. Para ello consideramos necesario legalizar la actividad como cualquier otro negocio. Esto eliminará las mafias del proxenetismo y las sustituirá por negocios legítimos de intermediación, además de acabar con los diversos vacíos legales del sector. La profesión debe ser ejercida solamente por quienes deseen ejercerla, en condiciones de legalidad y bajo las mismas reglas que amparan cualquier otra actividad de prestación de servicios. El P-Lib recomienda al Sr. Rubalcaba que estudie el modelo holandés en vez de proponer, como siempre hacen los socialistas, medidas restrictivas y represivas ante los problemas sociales.

A pesar de que se habla de las prostitutas como "pobres víctimas" a quienes "hay que ayudar", la realidad es que la intervención pública en esta materia (como en tantas otras) resulta sumamente perversa. Las políticas (policies) que lleva a cabo la administración perjudican gravemente a las prostitutas porque nunca las tienen en cuenta y actúan contra sus intereses.




7 de Diciembre de 2009


El Partido de la Libertad Individual (P-Lib) apoya las declaraciones que realizó ayer la dirigente del Colectivo Hetaira, Cristina Garaizábal, durante unas jornadas celebradas en Granada. Garaizábal pidió “diferenciar la prostitución ejercida como un trabajo voluntario de la que se ejerce bajo la presión de las mafias organizadas” y reivindicó la promulgación de leyes que “permitan mejorar las condiciones laborales de las prostitutas y evitar su explotación”.

El P-Lib considera contraria a los derechos de este colectivo la proliferación de ordenanzas municipales que acosan a estas personas y tan sólo pretenden esconder el problema. Estas medidas generalizadoras no diferencian entre las personas que ejercen la actividad de forma libre y voluntaria y aquellas otras que lo hacen obligadas y deben ser liberadas de las mafias que las explotan. El P-Lib pide la plena legalización de la actividad como una profesión más y la adopción, únicamente, de las medidas necesarias para garantizar la salud pública y la libertad de las personas que ejerzan la prostitución. El P-Lib lamenta la hipocresía generalizada sobre esta cuestión, y culpa a esa hipocresía del actual vacío legal, que favorece tanto la explotación como los demás problemas derivados.

Las manifestaciones de prostitutas, como esta en los Países Bajos, siempre son muy llamativas a pesar de su escasa capacidad de convocatoria. Una de sus primerísimas reclamaciones es que su actividad debe ser considerada como un trabajo más. El P-Lib, tanto desde sus principios respetuosos con los derechos y libertades individuales como tanto desde su declarada voluntad de limitar al poder público, defiende la legalización, regularización y normalización del trabajo sexual.




1 de Abril de 2011


Ante la reciente publicación de un informe sobre anuncios de contenido sexual y prostitución en prensa por parte del Consejo de Estado, el Partido de la Libertad Individual (P-Lib) reitera la posición ya expresada el 20 de mayo de 2010 sobre los anuncios de contactos. El citado informe reconoce el fracaso de la autorregulación o autocensura recomendada a la prensa escrita y otros medios de comunicación para este tipo de anuncios, y propugna otro recorte de libertades en la línea liberticida a la que nos tiene acostumbrados el actual gobierno, el más intervencionista que hemos sufrido desde la dictadura. Curiosamente, sólo han seguido voluntariamente la autocensura aquellos medios con líneas editoriales más cercanas al colectivismo de derecha (La Gaceta, La Razón) o al colectivismo de izquierdas (20minutos, Público, Avui). Ambas posturas, la moralista conservadora y la moralista socialista, ignoran la voluntad de las personas que se dedican a esta actividad profesional. La prostitución en este país se mantiene forzosamente en la alegalidad por culpa de los prejuicios morales desfasados y del paternalismo de nuestros poderes políticos, que avasallan el derecho a la propiedad del cuerpo de los individuos, así como su derecho a establecer cualesquiera contratos comerciales entre adultos libres y en sus plenas facultades. La prohibición sólo precariza más a los trabajadores de este sector de servicios, que quedan a merced de mafias extorsionadoras que se lucran en el mercado negro con esta actividad que tiene, independientemente de los valores morales de cada uno, una legítima oferta y demanda en la sociedad actual. La legalización de la prostitución permitiría la dignificación de los clientes y de los trabajadores que se dedican a esta actividad, dotándoles de todos los derechos laborales, así como de la seguridad jurídica y personal necesaria.

Siguiendo la lógica prohibicionista, el Consejo de Estado insta a “prohibir, restringir o condicionar la publicidad de la prostitución” y afirma “la necesidad de que una medida de dicha naturaleza se instrumente mediante el ejercicio de la correspondiente iniciativa legislativa”. Las alternativas que estudia dicha iniciativa legislativa abarcan desde medidas sancionadoras para los medios que no cumplan con el mandato hasta incentivos en forma de subvención a cargo de los maltrechos presupuestos públicos para compensar las pérdidas de ingresos por publicidad calculadas en cuarenta millones de euros. El P-Lib manifiesta su oposición a estos nuevos recortes a la libertad individual, a la libertad de prensa, a la libertad de empresa y al erario público, que no está para pagar a los periódicos por no publicar tal o cual tipo de anuncios en función de los caprichos moralistas del político de turno.




Juan Pina, presidente del P-Lib, 27 de Julio de 2011


El Partido de la Libertad Individual (P-Lib) expresa su preocupación por la deriva controladora y liberticida del Estado en lo relacionado con el contenido de los medios de comunicación. Los medios de comunicación deben ser libres de publicar anuncios de cualquier tipo de productos o servicios, sin intromisión alguna del Estado. La reciente prohibición de los anuncios en los que se ofrecen servicios sexuales es un paso más en esa preocupante deriva. La visión moral de los gobernantes o incluso, si fuera el caso, la de la gran mayoría de la población, no puede esgrimirse como justificante para atropellar la libre relación comercial entre quien desea anunciar algo y quien ofrece el medio para hacerlo.

Desde el punto de vista de la lucha contra la explotación y la trata, contra la terrible prostitución forzada de miles de personas en condiciones espantosas, esta medida no sirve más que para ocultar el problema debajo de la alfombra. Lo que hace falta es legalizar por completo el negocio legítimo de la prostitución voluntaria así como los servicios derivados de agencia, de locales, etcétera. El P-Lib señala la hipocresía sin límites de los colectivistas de cualquier signo ideológico, que coinciden en negarse a adoptar esta medida y, al hacerlo, mantienen en la ilegalidad y en la práctica esclavitud a muchas de las personas que ejercen esta actividad profesional. Los políticos, en su ilegítimo afán moralista, resultan ser cómplices involuntarios pero necesarios de las peores redes criminales de trata.

Los medios "colectivistas", como Público, han emprendido una feroz campaña para desprestigiar la prostitución, asegurando que lo que se esconde tras ella son "situaciones de esclavitud y explotación sexual". Los hechos no sólo no les han dado la razón, sino que han demostrado la falsedad de sus afirmaciones. Pueden ampliar la imagen pinchando en ella.



Y desde el punto de vista de la libertad de prensa y de empresa, de información y de opinión, esta medida supone un terrible paso atrás en la ya mermadísima base económica de los medios de comunicación, sobre todo de los pocos periódicos y otros medios que aún sobreviven como independientes frente a los grandes grupos mediáticos. En España tenemos unos medios de comunicación que dependen en un porcentaje altísimo de las subvenciones y de la publicidad estatal. Quitarles ahora, de golpe, una de las pocas fuentes importantes de ingresos privados plurales, sin influencia alguna en la línea editorial, es un golpe más a la independencia y a la libertad de los medios, al pluralismo informativo y a la capacidad de los ciudadanos de formarse opiniones basadas en información veraz y no sesgada por la dependencia económica de los medios respecto a los políticos.

El P-Lib se reitera en su oposición a esta medida que por desgracia ha entrado finalmente en vigor, tal como hizo hace más de un año, cuando fue propuesta, y el pasado mes de abril ante el informe previo del Consejo de Estado. El presidente del P-Lib, Juan Pina, ha manifestado que “al Estado le da igual la situación de las personas que ejercen la prostitución, lo que le interesa es controlar económicamente a los medios de comunicación privados, todavía más de lo que ya venía haciendo”, y ha señalado que “legalizar la prostitución como cualquier otra actividad económica es la única manera de acabar con la esclavitud de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras del sexo”.




Iván Sánchez, Coordinador General del P-Lib en la Comunidad de Madrid, 10 de Noviembre de 2011


A raíz de la manifestación de prostitutas de Madrid que tuvo lugar hace pocos días en la capital, el Partido de la Libertad Individual (P-LIB) madrileño desea precisar su posición respecto a este asunto. La protesta se dirigió contra las políticas municipales cuyas normativas “persiguen, acosan y espantan a los clientes” según afirman las convocantes en el documento aprobado, al tomar los datos y sancionar y multar a dichos clientes por los más variadas y peregrinos motivos.

Los liberales consideramos que cada persona es propietaria de su cuerpo, por lo que no es legítimo que el Estado impida coactivamente a los ciudadanos hacer con él lo que deseen, siempre que lo hagan de manera libre, pacífica y sin vulnerar derechos o libertades de otras personas.

El P-Lib respalda las reivindicaciones del Colectivo Hetaira, convocante de la manifestación del pasado día 6, sin embargo no apareció entre las asociaciones que la apoyaban. ¿Hasta qué punto el sectarismo y los prejuicios de este frente de masas de CC.OO. les cegarán para impedirles ver que estamos en la misma lucha? ¿O su estrategia será similar al resto de la izquierda, que dice unas cosas y hace otras? El hecho es que la desunión de los aliados de las prostitutas nos ha llevado a que mientras uno de los dos principales partidos lleva en su programa la lucha contra la prostitución, su normalización es defendida por un minúsculo partido extraparlamentario. Sin unidad no hay victoria, hetairas.



Observamos continuamente cómo la ilegalización de la prostitución coloca a las personas que la ejercen en una situación de desamparo social y, como también ocurre con las llamadas drogas blandas, la prohibición, lejos de arreglar nada, lo único que consigue es empeorar la situación de quienes ejercen la prostitución, que lo hacen en malas condiciones de seguridad, higiene y en una situación similar a la de un mercado negro. Además, la situación actual estigmatiza a las personas que ejercen la prostitución de un modo injusto, innecesario e incluso podría decirse que hipócrita.

Asimismo, es obvio que el Estado destina multitud de recursos económicos y humanos de una manera inútil e ineficiente, puesto que si se dejara de perseguir esta actividad esos recursos podrían destinarse a perseguir a verdaderos delincuentes, como son por ejemplo las organizaciones delictivas o mafiosas que obligan a personas a prostituirse bajo coacción o violencia o que incluso las drogan para poder someterlas con mayor facilidad. Estas organizaciones sí han ser perseguidas implacablemente y debe caer sobre ellas todo el peso de la ley. Por supuesto, cuando hablamos de legalizar la prostitución nos referimos en todo momento a quienes deseen ejercerla de manera voluntaria.

Las objeciones de la izquierda a la legalización de la prostitución se basan en que las personas que la ejercen en realidad no quieren ejercerla y lo hacen movidas a ello por su situación económica. A ello cabe decir, en primer lugar, que los partidos políticos no deberían arrogarse la interpretación de la voluntad de nadie; por otro lado, esa objeción no es en absoluto consistente ya que puede ser aplicada literalmente a todo el mundo que se vea obligado a trabajar para vivir y no tiene sentido prohibir toda actividad laboral o económica por ese motivo. Por otro lado, las objeciones del movimiento feminista a la prostitución se basan principalmente en la afirmación de que ésta denigra a las mujeres. Esta argumentación no es honesta desde el momento en que el mismo movimiento no plantea objeciones a la prostitución masculina. Además incurre en el mismo error que la derecha más conservadora al pretender usar el Estado para imponer una determinada visión ética de la sociedad. Finalmente, desde sectores conservadores se criminaliza la prostitución en base a motivos morales. Desde la lógica liberal, ninguna corriente política, moral o religiosa tiene derecho a exigir que el Estado ilegalice un acuerdo entre dos personas que se realiza de manera libre y consciente, sin violar derechos de terceros.

Varias prostitutas, en una de las anteriores manifestaciones de Hetaira, pidiendo el cese del hostigamiento que sufren por parte de las autoridades (pancarta derecha) y el establecimiento de un lugar donde se las permita ejercer su actividad (izquierda). Las demandas de las prostitutas, que invariablemente se dirigen a la administración exigiendo una menor arbitrariedad en sus actuaciones y el respeto a su actividad laboral permitiendo que puedan desarrollarla con los menores impedimentos posibles, se circunscriben dentro de lo que históricamente ha sido el proyecto político del liberalismo.



El Coordinador General del Partido de la Libertad Individual en la Comunidad de Madrid, Iván Sánchez, ha declarado que “legalizando la actividad de la prostitución, quienes desearan ejercerla podrían hacerlo en mejores condiciones que en la actualidad y quedaría mucho mejor definido quién la ejerce de un modo voluntario y quién lo hace bajo coacción de alguna organización delictiva, con lo que sería mucho más fácil y efectiva la persecución de las mafias criminales que someten, esclavizan y torturan”. “También entendemos que no existen motivos lícitos o ilícitos para mantener relaciones sexuales más allá de la mera libertad y voluntariedad y que la prostitución es únicamente una actividad comercial o empresarial más”, ha añadido.

En definitiva, en el Partido de la Libertad Individual de Madrid consideramos que los/las prostitutos/as deberían tener libertad para poder ofrecer sus servicios, bien como empresarios/as autónomos/as, bien a través de empresas que quieran contratar a estas personas.



Ver también:
· Comunicado del P-Lib sobre los anuncios de contactos

3 comentarios:

svpam dijo...

Creo que me sentiría mejor cobrando o pagando por follar (depende de lo que necesite en ese momento) que teniendo que vender malditas papeletitas de lotería para recaudar fondos para el viaje fin de carrera.

asturiano dijo...

svpam escribió:

"Creo que me sentiría mejor cobrando o pagando por follar (depende de lo que necesite en ese momento) que teniendo que vender malditas papeletitas de lotería para recaudar fondos para el viaje fin de carrera."

-Creo que te equivocas en esta apreciación en el sentido de que si hubieras tenido de manera reiterada la experiencia de cobrar o pagar a otra persona por follar con ella, no te sentirías del todo bien contigo misma (a no ser que seas una persona totalmente insensible -que creo que no lo eres); seguramente se te presentarían dilemas morales que no podrías resolver fácilmente permaneciendo como oferente o como consumidora de sexo de pago.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

MISÓGENO DE MIERDA!!!