Un amigo en su blog publica una serie de historietas llamada "bedesemeniadas" (por su temática BDSM). En la última de ella se caracterizaba a un putero como a un tipo prepotente, chulesco e irrespetuoso con estas mujeres. Ya sé que no es lo que él cree y que la intención de la viñeta era otra, pero eso me va a servir como excusa para hablar de otro de los aspectos relacionados con la prostitución.
Existe la extendida creencia de que los "puteros" tratamos a las prostitutas con desprecio, mientras que ellas aceptan satisfacer sumisamente todo tipo de perversiones dado que pagamos (pinchar en la imagen para verla a tamaño completo). Como tantos otros estereotipos es falso, ellas tienen clientes de sobra para elegir qué hacer y con quién. El cliente que vaya tratando mal a las chicas se encontrará con una adecuada respuesta por su parte.
¿Cómo hay que obrar cuando requieres los servicios de una prostituta? Como con todo en la vida, con sentido común. En un principio se puede decir que con respeto, simpatía, amabilidad... pero aun así tendrás que ir viendo cómo reacciona la otra persona pues te puedes encontrar con cosas inesperadas (también hay chicas bordes).
Cada cliente lo hace a su manera, algunos van expresando directamente qué desean: por ejemplo sexo oral sin, anal, que les orinen… no es mi estilo, yo nunca le digo a la chica qué quiero que “me haga” en la habitación. Es mejor que las cosas vayan surgiendo, ir descubriendo qué la gusta y qué límites se pone. Por lo menos a mí me va bien así, otros puteros de largo recorrido mantienen la opinión contraria, que es mejor dejar las cosas claras. Dicen que de este modo ella no te engaña (mentira, puede decir una cosa antes y hacer otra después) y en cambio así se han perdido grandes polvos.
Por poner un ejemplo, recuerdo que en cierta ocasión entré con una chica que un amigo mío rechazó porque él quería besos y que se la chupase sin goma… (me lo explicó él después, en ese momento lo desconocía). Cuando vi que no se atendían abordé a la chica y nos pusimos a hablar normal: sobre cómo la iba en este sitio, qué tal se encontraba en España, cómo había llegado aquí... cosas para romper el hielo y comenzar a conocerse un poco. Estuvimos un buen rato y no me presionó para entrar con ella, sencillamente estábamos muy a gusto, entonces fue cuando mi amigo me dijo que si nos íbamos y le contesté que subía con la chica. Pues ella me hizo todo eso que había negado a mi amigo, ¿por qué? Pues coño, lo he dicho cuarenta mil veces, porque aunque trabajen en esto no son autómatas, y si la haces sentirse bien y estar a gusto va a ser mucho más atenta contigo. Es como con la vida familiar, o académica, o laboral. Tú pórtate con la gente, sé un buen tipo y te apreciarán. Sé un déspota y, mientras te tengan miedo, funcionará la cosa (así hacen los chulos) pero desearán perderte de vista lo antes posible. Maquiavelo decía que es mejor ser temido que ser amado, porque al que temes no le traicionas. Hasta cierto punto eso es cierto (si hay posibilidad de derrotarle sí te vuelves contra él), pero tampoco le aprecias y yo prefiero arriesgarme a ser traicionado que perder el cariño de mis niñas.
Los "servicios especiales" (lo de mear o dar culo) sí hay que expresarlos abiertamente y con anterioridad, pero como a mí no me van esos rollos no lo he pedido nunca. En cambio sí hay chicas que me han pedido ya en la habitación que las dé por el culo o las folle sin goma, y eso lo hacen en la locura del momento: por ejemplo directamente se ponen a besarme sin haberlo acordado o se meten mi verga sin ponerme la capucha. Así, por las buenas. Son cosas que surgen, que no se hablan antes. Esa es otra razón para no negociar nada, que te den sorpresas. Y joder, cómo me gustan...
El trato también depende de la tipología de prostitución en la que te halles. No es lo mismo ver el paseíllo de chicas en un piso o chalet donde te limitas a saludar la chica y oír su nombre, que sentarse a tomar una copa en un club teniendo tiempo para charlar con ella o ir a la calle y poder sentarte con ellas, verlas durante varios días, ir a tomar un café… La regla general es que en cuanto más larga sea la relación que entables mejor va a ir todo, pero como toda regla tiene sus excepciones: el puterío no es una ciencia exacta. Puede darse el caso de que tengas amistad con una chica, que la conozcas de hace mucho tiempo y te trate bien pero resulta que tenga un día malo o abuse de tu confianza. En ese caso lo mejor es aceptar que unas veces se gana y otras se pierde, estar una temporadita sin verla para que entienda que así no se funciona y regresar con ella cuando la veas de buen humor. O puede ser que congenies tremendamente con una chica que acabas de conocer, que ella te encuentre simpático e interesante (como cuando está recién llegada y la hablas un poquito en su idioma) por lo que decida tomarse el rato contigo como de placer en vez de trabajo.
Como veis una relación de prostitución tampoco difiere tanto de una convencional, el pago más bien lo veo como una excusa para romper las rígidas barreras sociales que establecen que el sexo tenga que ser un tabú. A Spirit (el autor del blog que cito al principio de esta entrada) le prometí un video sobre el trato con prostitutas. Resulta muy cómico al jugar con toda esta serie de tópicos sobre la prostitución, entiendo que hay que verlo con sentido del humor a pesar de que la imagen que ofrezca tanto de los trabajadores sexuales como de sus clientes sea muy desafortunada (en otro video, "Morrie's Discount Ho's", se pasan veinte pueblos más con los estereotipos). Aquí lo tienen:
La imagen de canalla que tiene el cliente es divertida, así como las reacciones de los trabajadores sexuales cuando les ofrecen dinero. Esta clase de representaciones no me molestan, es más, las encuentro útiles para mostrar lo absurdo que son los prejuicios acerca de la prostitución.
La prostitución es un tema muy controvertido, no sólo debido a su condición de tabú (lo que conlleva su ocultación a la luz pública) sino porque además refleja de manera meridiana valores y principios contrapuestos. Es por ello que los diversos enfoques existentes sobre la misma son absolutamente irreconciliables. Soy un cliente y amigo de prostitutas que, preocupado ante el debate social generado, ha decidido romper su silencio y aportar su novedoso punto de vista.
viernes, 7 de enero de 2011
Cómo (no) tratar con prostitutas (con video de humor)
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5 comentarios:
Buenas;me pitaban los oídos y he venido a ver si no quedaba si no batirse...
No nos batiremos por que el amigo cliente x es joven e incosnciente, y hay buen rollo y tal, pero un tirón de orejas al amigo sí que le doy, que se queja de que si manipula el psoe, los colectivos pro abolición y tal y luego va y la lectura que hace de mi, por otra parte genial tira, es que se trata a las prostitutas de forma degradante...mal, muy mal, que quien se lea la tira entera verá que quien sale mal parado es el tipo, y que la supuesta gracia es el contraste entre lo que él cree que debe ser una relación y lo que practica, haciéndo una crítica conceptual y metafísica a la pérdida de valores de ésta sociedad (ésto último no era la intención, que es un chiste sin más, pero queda bien el decirlo).
En lo que sí le doy la razón es en lo bien enlazado que está con el tema central del post, que es la forma de tratar a las prostitutas y la imagen colectiva que se tiene de ellas.
Por una parte, siempre me acuerdo de las palabras del actor Colin Farrell, que presumía orgulloso de haberse ido con putas a las "que nunca dejé de tratar con respeto".
Y es que esa es la clave en todo. Nadie trabaja, en lo que sea, por gusto, y todos merecemos un respeto; desde la cajera del Mc Donalds que ha de soportar la bordería de padres e hijos hasta la prostituta que, no por ejercer un oficio socialmente peor visto, es por ello un ser a degradadar.
Desde éste y otros blogs afines (incluido el mío) se aboga por ello. No obstante, sabido es, tampoco hay que mitificar. Es evidente que ni todos los clientes son unos bordes ni todas las putas tienen un corazón de oro. Pero sí es evidente que a todos, hagamos lo que hagamos, nos gusta que nos traten con educación, respeto y afinidad y empatía, y que muchas veces ganamos con ello no sólo nuestra valía como seres humanos si no que, además, si transmitimos afabilidad y buen rollo, por una simple cuestión de karma, recibiremos afabilidad y buen rollo.
Yo, cuando era cajero en el Mac donalds, hace unos mil años o así, en mi tiena juventud, llenaba más las patatas de las madres amables y echaba más hielo para aguar la coca cola en las bordes.
Un abrazo.
No, qué va, si ya desde el principio digo que la tira va de otra cosa. Pero tenía pendiente sacar este tema y me has dado la oportunidad.
La idea clave que he ido transmitiendo en este blog es que, a pesar de que exista un componente comercial innegable en la prostitución, no es el único factor que determina la relación. El que uno sea "amable" o "borde" va a provocar un trato distinto tanto por parte de un empleado de un Mc Donalds como por la de una prostituta.
Esto resulta obvio, pero parece como si algunas personas no quisiesen verlo. En especial las abolicionistas.
Uf! Ahora estoy un poco espesito y no se si en el futuro podré aportar algo mas productivo.. aquellos que no hayan visto la charla que dio Paula Vip sobre los clientes lo puede buscar en google.
Ya se que el cliente no censura, pero no voy a poner los enlaces..
quien los vea, igual se forma una idea totalmente distinta a la que se tiene en mente...
Me parece bastante interesante que abordes la relación cliente-prostituta una vez más. Pienso que lo que expones aquí daría pie a que entabláramos una larga discusión sobre el tema (ignoro si productiva o no).
Por ejemplo:
"Cada cliente lo hace a su manera, [...] no es mi estilo, yo nunca le digo a la chica qué quiero que “me haga” en la habitación. Es mejor que las cosas vayan surgiendo, ir descubriendo qué la gusta y qué límites se pone."
-Has de saber que éste fue también mi estilo cuando en el pasado tuve sexo en contextos de prostitución (en la tipología pisos), y te diré que la inmensa mayoría de las ocasiones, ello no impidió que yo me sintiera como que lo que estaba haciendo con aquellas personas era establecer unas relaciones que no eran del todo igualitarias y a las que yo no tenía "derecho"; una práctica querida y demandada por los hombres clientes (por mí en esas ocasiones concretas) y una situaciones las cuales --parafraseando a André Gorz-- no tenían (verdadera) razón de ser.
A tí, Rogelio, ya me gustaría poner su ponencia pero quería seguir colgando en orden las de las jornadas de Hetaira... y como me escribieron para decirme que no me autorizaban eso está en stand by. Las he escrito excusándome y pidiéndolas poder continuar con estas entradas, si siguen sin responderme entenderé su silencio como una aceptación... y si no qué más da, no han hecho nada por mí.
Y sobre lo que dice asturiano pues entiendo que contigo sean sosas, por lo que puedas sentirte mal. Pero si una tía se retuerce como una lagartija sobre mi polla, gime y se corre la verdad es que me siento bastante bien.
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