viernes, 25 de septiembre de 2009

Los liberales y la prostitución I: Isabel San Sebastián

Ayer aparecía este estupendo artículo de San Sebastián en el Mundo. Pocas veces se ha dicho tanto en tan poco espacio. Realmente ha conseguido algo fantástico, resumir en cuatro párrafos la opinión que compartimos los regulacionistas y los liberales en lo referente a la prostitución. Bravo, Isabel. Ya te admiraba pero ahora lo hago aún más. Las auténticas liberales como tú, Montse Nebrera o Esperanza Aguirre estáis dejando clara nuestra posición frente a las "progres" de alta cuna.

Creo que nada de lo que pueda decir mejorará este insuperable artículo. Ahora falta que el PP -la formación política que debería recoger el pensamiento liberal- haga caso a quienes reclamamos una regularización EN CONDICIONES de la prostitución. Por eso voy a ir poniendo en los próximos días más artículos y videos de liberales convencidos y confesos en los que opinan sobre la prostitución.



ISABEL SAN SEBASTIAN - 24.09.2009, Periódico EL MUNDO


SIEMPRE ha habido prostitutas y siempre ha habido biempensantes empeñados en redimirlas al margen de su voluntad. Mejor dicho, biempensantas, porque lo de rescatar del mal camino a esas pobres descarriadas solía correr a cargo de ociosas damas de alta cuna sin nada mejor que hacer. Hoy su lugar lo ocupan feministas de carné con otra justificación y distinto vocabulario (en lugar de decir pecado hablan de violencia machista), pero con el mismo anhelo de salvar a toda costa a esas almas perdidas. Con más afán moralizador y mucha más autocomplacencia.

Hoy, exactamente igual que ayer, hay prostitutas y prostitutos, que también abundan, de los que nadie se ocupa. ¿Es que ellos no son explotados o es que por ser varones el oficio que practican deja de ser degradante? ¿Acaso no resulta indigno cobrar dinero por dar placer, sea cual sea el sexo de la persona que cobra y/o de la que paga? ¿O es que seguimos presos de los mismos viejos prejuicios por más que los disfracemos?

La prostitución, diga lo que diga el Congreso de los Diputados en un alarde espectacular de hipocresía colectiva, es una realidad social tan innegable como la noche y el día. Una realidad visible en calles, plazas, parques y mercados. Una realidad que no desaparecerá porque sus señorías escondan la cabeza en la arena como los avestruces. Una realidad tanto más siniestra cuanto que se desarrolla en los márgenes de la legalidad; es decir, en un territorio impune. Una realidad que atenta contra las buenas conciencias de algunos y sobre todo de algunas, como siempre ha sucedido, y que preferimos ignorar haciendo como que no existe. Pero existe. Y, mientras no se regule, seguirá ejerciéndose a la sombra de lóbregos rincones, sin protección laboral, sin control sanitario ni fiscal, sin derechos ni garantías y, sobre todo, sin libertad. Porque aquí no hay más violencia, señoras defensoras de la mujer que consideran el aborto una conquista, que la que se deriva del engaño, la imposición, la esclavitud enmarcada en el tráfico de seres humanos indefensos. Abusos que encuentran en la situación actual un caldo de cultivo inmejorable para el lucro de las mafias a las que están amparando con su negativa a reconocer la evidencia.

Por cierto, que hay muchas formas de prostituirse y hacer la calle no es la peor. Resulta más hedionda, a la par que lucrativa, la modalidad escogida por el tránsfuga Agustín Navarro y los 12 concejales socialistas de Benidorm, encabezados por Maite Iraola, madre de Leire Pajín. ¡Eso sí que es venderse, y no lo que hacen las putas en la noche de Las Ramblas!

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