Antonio Salas: esclavas del vudú

Me han pedido que hable de lo del senador de la Gomera que ha tenido que dimitir tras tener una trifulca en un club, pero voy a dejar pasar unos días para que se calmen las aguas y poder contar con más elementos de juicio. Hoy he estado viendo la tertulia de "El gato al agua" en Intereconomía (ya veis, ir de putas no es el peor de mis vicios) y ha sido bochornoso, todos enseñándose como hienas con él incluso llegando a criticar que cómo podía "colaborar con la explotación sexual" cuando su partido era un firme defensor de los derechos de las mujeres. Es el acabose, todos se suman al carro de lo políticamente correcto. El único que estuvo más o menos sensato (digo más o menos, porque nunca he acabado de entender cómo puede ser tan amigo de una impresentable como la Valenciano) fue Luis Herrero diciendo que como no conocía a este individuo pues le parecía muy aventurado opinar sobre el asunto.

No sé cómo no lo veis claro. ¿No os extraña que fuese este hombre quien se presentase en la comisaría para denunciar y resultase detenido? ¿Os parece normal que lo haga en estado de embriaguez y que se ponga a insultar y a arrear a un uniformado? ¿Todo un senador, que no es precisamente alguien que ande buscándose problemas? ¿Un señor como ése, cincuentón o sesentón ya, gordo y fláccido, va a ponerse a buscar camorra no ya con un policía sino en una comisaría? ¿Y que no se puedan recuperar las imágenes estando eso LLENO de cámaras? Vamos, que no me creo NADA DE NADA. Le he mandado un mensaje a través de su blog para conocer su versión, dudo que me responda porque tiene un lío encima del demonio pero haré todo lo que esté en mi mano por averiguar qué pasó realmente.

Por ahora prefiero ir cerrando temas, tenía pendiente continuar con "Esclavas del vudú", que es la continuación del documental "El año que trafiqué con mujeres". El tema central es la historia de una chica nigeriana, "Sussy", quien sería la muestra viviente de la existencia de la trata.

Para empezar me parece que el tiempo le ha debido cundir muy bien a A.Salas, yo llevo 7 para 8 años en este mundillo y todavía considero que me faltan muchas cosas por conocer. Claro, que también hay diferencia si lo que se pretende es sacar hoy un reportaje sobre skinheads, mañana otro sobre la trata de mujeres y pasado uno acerca de los islamistas radicales o si lo que se relata es la vivencia diaria de un mundo que uno no considera ajeno sino propio (los prejuicios del periodista son patentes a lo largo del reportaje, ya dije en la otra entrada que a pesar de lo mucho que alardea de "infiltrarse" se le vé que no se encuentra cómodo en este mundillo). Dice el conocido refrán que quien mucho abarca poco aprieta y es lo que aprecio en este hombre, que por ir de sabelotodo a veces mete la pata hasta el fondo cometiendo errores de principiante. Fallos que quizá la maruja que ve la TV desde su cocina no detecta, pero para eso estoy yo aquí, para destriparles esto un poco... jeje.

La trata de mujeres con el fin de prostituirlas es uno de los temas que más llama la atención de los medios de comunicación, por lo que reportajes como el de Salas encuentran muy buena acogida. Según la Pisano los signos de violencia y sometimiento serían muy evidentes (algo así como en la imagen), sin embargo yo no he encontrado el menor indicio de este tipo de abuso ni en una sola ocasión.



En esta vida hay que ir con humildad, y más si hablamos de un tema tan delicado y tan complejo como es la prostitución. Mis amistades y la gente de mi entorno me consideran una autoridad en la materia, las mismas chicas me dicen que sé mucho (incluso más de lo conveniente) y hasta los puteros más veteranos se quitan el sombrero ante mi dominio del mundo puteril. Pero soy consciente de mis limitaciones. La prostitución, como cualquier realidad, tiene múltiples facetas y uno no puede conocer todas. Pensando en una lectora habitual de este blog, podría decir que sucede como con los médicos: uno puede especializarse en el aparato digestivo, en el respiratorio, en el cardiovascular... claro que tendrá unos conocimientos generales mínimos, pero en lo que es realmente competente es en su especialidad. Pues de prostitución callejera yo controlo un rato largo, sin embargo no tengo ni idea de las "peluquerías" chinas. O mismamente dentro de la prostitución callejera hay subdivisiones, referidas a ciertas características personales (como edad, nacionalidad, extracción social, valores culturales y educación...) que llevan a que esta experiencia sea vivida de muy diferentes maneras.

Cualquiera que se haya movido en los ambientes de prostitución se habrá percatado de que existen grandes diferencias entre las chicas dependiendo de donde provengan. No me refiero al aspecto físico sino al cultural, a su manera de ser. Si generalizamos (con todas las precauciones que esto conlleva), podemos decir que las que tienen fama de ser más extrovertidas y amigables son las latinas (especialmente brasileñas, paraguayas y colombianas), de las del este de Europa se dice que son bellas pero frías (bueno, en realidad las opiniones están muy divididas porque a unos nos va muy bien con ellas y a otros no tanto), que las orientales son calladas y sumisas (de esto no puedo decir nada) y que las africanas son "como hombres", poco femeninas. ¿Qué quiere decir ésto? Pues que tienen ciertas actitudes un tanto ehmmm... pues toscas, duras incluso puede decirse que agresivas. Le abordan a uno de una manera muy directa, "van a saco", no se hacen desear. Es complicado ganarse su confianza y además por lo general no se llevan con chicas de otras nacionalidades, por lo que es un grupo que todavía me resulta muy desconocido. Veamos qué es lo que se cuenta Salas:

Del tema del vudú no sé nada, de todas maneras no hace falta amenazarlas con nada "para evitar que acudan a la policía". A pesar de lo poco que he tratado con estas chicas, lo que me ha quedado bien claro es la escasísima simpatía que profesan a los agentes de la autoridad. A ningunas otras hostigan tanto como a "las negras", probablemente porque su situación irregular las hace más vulnerables. Bueno, si estamos viendo que son capaces de detener ilegalmente y empapelar a todo un senador español, del partido en el gobierno, sin antecedentes... ¿qué no podrán hacerle a una puta callejera nigeriana?

Sí que alguna chica me ha contado lo del larguísimo viaje que pasó para llegar aquí, o a través de terceros (otras chicas y encargados de habitaciones, que es con quienes más hablan) he tenido noticia de que viven exclusivamente con sus compatriotas (eso sale en el reportaje) y se supone que existe algún tipo de dependencia hacia ellos. ¿Por qué? Bien, una chica que trabaje para ella misma se tomará esto con tranquilidad: unos días hará más y otros menos. Pero si ha de rendir cuentas a alguien va a estar nerviosa porque ha de alcanzar la cantidad fijada (que es lo que las pasa a todas las chicas el día de pago) y estará dispuesta a rebajar el precio o a hacer cosas que en otras circunstancias no haría. Y las africanas son las que hacen mayores descuentos, incluso uno no tiene que pedir rebaja: me lo han llegado a ofrecer por diez euros, ¡diez!

Más difícil de creer resulta lo del contrato por escrito: ese papel no tiene validez alguna, de hecho sólo constata un delito. Además, ¿escrito es español? No tiene sentido, en tal caso lo redactarían en su lengua tribal. Una cosa es que tengan que pagar una deuda millonaria por el coste del viaje, que podría ascender a esos 36 mil euros mencionados (aunque fuentes policiales la cifran entre 15 y 20 mil euros), y otra que sean esclavas en el sentido estricto de la palabra. Yo lo que sé es que las latinas suelen adeudar un billete de avión y algo de dinero de bolsillo (que tienen devuelto en el plazo de dos a cuatro semanas), mientras que las rumanas amortizan el viaje en apenas un día. Como suelo decir, comparen eso con las auténticas deudas de por vida que son las hipotecas... y no vamos metiendo en la cárcel a los banqueros.

En cambio parece razonable que "acepten ponerse en manos de las mafias" (para evitar a esas otras mafias legales, que son los Estados) con tal de "escapar de la miseria y del hambre". De acuerdo al video la chica da su consentimiento, todo lo condicionado que se quiera, pero consentimiento al fin y al cabo. ¿Que la pobreza las condena a la prostitución? Yo más bien lo veo así: la prostitución las saca de la pobreza. ¿Que esta alternativa no le gusta a cierta gente? Bien, pues que ofrezcan otra. Si la deuda que contraen es tan alta debido principalmente a los subterfugios que tienen que realizar para poder entrar a este país, ¿por qué no facilitamos la entrada de inmigrantes? Y de todas maneras comparemos su situación con la de sus compatriotas varones: putear en un polígono quizás no sea un trabajo de ensueño, pero desde luego recoger tomates en un invernadero de Almería de la mañana a la noche no parece mucho mejor.

Y ya para acabar quiero preguntarles qué impresión les ha dado Salas cuando habla, tanto con la chica como con el "proxeneta". ¿Les parece realmente un osado periodista, capaz de adentrarse en los más peligrosos ambientes con tal de desvelar las historias más asombrosas? Porque, al menos yo, no lo veo así. Sus preguntas resultan inusitadamente torpes, su voz es insegura, su comportamiento no "encaja". Las cosas no se hacen así, uno conoce las cosas ESCUCHANDO y no preguntando. ¿Os habéis fijado en que la chica se limita a responderle con monosílabos o a decirle lo que sabe que espera oir? Para que te cuenten las cosas ha de surgir de ellas, no tienes que andar buscando las cosas, ha de salir "natural". Eso parece un interrogatorio, al igual que cuando trata con "Suny" al que casi no le deja ni hablar. Lo que sí tiene, y hay que reconocérselo, es un tremendo acceso a las instituciones y a medios técnicos. Si Dios le diese tan buen pan a quien tiene tan buen diente... en fin, qué le vamos a hacer.