miércoles, 27 de abril de 2016

Detrás de la prostitución

Como es habitual, quiero que se contraste la información que doy. Así pues tras una entrada en la que un periodista nos habla de una prostituta que vive su actividad sin problemas, con alegría y sintiéndose a gusto tengo que darle voz a otro que nos relata lo contrario. Leo a ambos y veo que ambos tienen razón... porque parten de fuentes diferentes. Uno habla con una chica de carne y hueso en una terraza, y piensa una cosa. Otro lee el capítulo de un libro de una señora que dice haber ejercido la prostitución, y piensa otra. Las cosas están claras, ¿nos acercamos a este mundo desde la calle o desde las novelas? Según tomemos una decisión u otra tomaremos caminos diferentes.

Tanja, la autora de la carta que reproduce el confidencial, dice que todo lo que hay detrás de la prostitución son mentiras, desprecio y hastío. Que aunque los clientes veamos otras cosas es porque, evidentemente, fingen y nosotros no nos damos o no queremos darnos cuenta. Yo lo que me he encontrado es con mujeres que me cuentan exactamente lo opuesto, que creían que lo que iban a encontrarse era con clientes desconsiderados y ausencia absoluta de placer, luego la realidad ha venido a desmentir esas presunciones. Y no es que me lo cuenten, es que lo veo. No son gemidos peliculeros, sino chicas mojadas, que le piden a uno cosas (por ejemplo que las de lengua, o que ellas son las que buscan tu boca para besarte) y que reconocen que "no son de piedra" y que entre los mejores polvos de su vida algunos los han echado con clientes. Lo sé. Se va a pensar que me pueden contar lo que quiero oír y esa es una posibilidad. Pero es que te lo cuentan todo, lo bueno y lo malo, también te hablan de tíos que se corren lavándoles la polla, o de los viejos, o de la policía... normalmente cuando la chica lleva un tiempo se hace una "cartera de clientes", un grupo fijo de chicos con los que está a gusto y que la visitan periódicamente.

La versión que tenemos aquí es la que hemos oído repetida mil veces a las autoridades políticas e instituciones abolicionistas. Resulta totalmente surrealista para quienes conocemos este mundo desde dentro, de hecho soy de la opinión de que únicamente alguien que ignore por completo esta realidad puede darle una mínima credibilidad. No es ya lo que dice sino cómo lo dice, son expresiones que evidencian que esta mujer como tantas otras "supervivientes" (Somaly Mam, Rachel Moran...) es un completo fraude. En realidad, nosotros (las chicas y los clientes) detectamos quién pertenece a nuestro mundo y quién no, de ahí que gente ajena como periodistas, policías o feministas no puedan entrar. No se lo permitimos, no dejamos entrar al "enemigo" en casa. Estoy convencido de que esta mujer no ha ejercido en la vida la prostitución y que no resistiría un debate cara a cara con cualquier prostituta en activo. ¿Por qué algunos periodistas desconfían tanto de las putas de carne y hueso pero no ponen en cuestión relatos que no ofrecen la menor garantía de veracidad?

¡Miremos bajo la superficie! Se nos dice que no nos fiemos de las apariencias pues existe una terrible realidad oculta. Y nos la muestra personas como la autora de la siguiente carta o quienes realizan las exposiciones, carteles e imágenes que van a ver a continuación. Bien, veamos qué nos muestran...



Aunque no es legal, miles de españoles siguen recurriendo a los servicios de las profesionales. Seguramente se lo pensarían dos veces si escuchasen estas palabras.
22.04.2016 – HÉCTOR G. BARNÉS

Uno no puede meterse en la mente de otras personas, por mucho que lo pretenda. Decir “sé cómo te sientes” a una prostituta suele ser un acto banal y vanidoso, en el que simplemente recurrimos a alguna experiencia negativa en nuestra propia experiencia laboral para intentar encontrar alguna relación. Por eso resultan tan interesantes los testimonios en primera persona que nos ayudan a comprender qué ocurre dentro de la mente de las mujeres que ofrecen sus servicios sexuales.

Un buen ejemplo de ello es el libro 'Prostitution Narratives: Stories of Survival in the Sex Trade' (Spinifex Press), que recoge unos cuantos testimonios en primera persona. Uno de ellos, y seguramente el más popular debido a su rápida viralización, es la carta abierta de Tanja Rahm a sus antiguos clientes. La danesa, que actualmente tiene 35 años, trabajó durante tres años como prostituta poco después de cumplir 20. Actualmente es terapeuta y sexóloga.

Puede ser que no represente la experiencia de todas las prostitutas, pero merece la pena leer al completo la carta. Sobre todo si, como ocurre con tantos españoles, se es uno de esos clientes que consideran que al contratar los servicios de una prostituta le están haciendo un favor: 

Los sectores contrarios a la prostitución muchas veces han tratado de hacernos ver la "realidad" que hay tras ella, como cuando ataron a una farola durante tres días en el centro de Córdoba a un maniquí. Eso es, nada como sustituir a las personas por muñecos para mostrarnos cómo son las cosas de verdad.



"Querido cliente,
Si piensas que alguna vez me he sentido atraída por ti, estás terriblemente equivocado. Nunca he deseado ir a trabajar, ni siquiera una vez. Lo único en mi mente era hacer dinero, y rápido.
Que no se confunda con el dinero fácil; nunca fue fácil. Rápido, sí. Porque rápidamente aprendí los muchos trucos para conseguir que te corras pronto para poder sacarte de mí, o de debajo de mí, o de detrás de mí.
Y no, nunca me excitaste durante el acto. Era una gran actriz. Durante años he tenido la oportunidad de practicar gratis. De hecho, entra en la categoría de multitarea. Porque mientras tú te tumbabas ahí, mi cabeza estaba siempre en otra parte. En algún sitio donde no tuviese que enfrentarme contigo acabando con mi respeto hacia mí misma, ni pasar 10 segundos pensando en lo que ocurría, o mirándote a los ojos.
Si pensabas que me estabas haciendo un favor por pagarme por 30 minutos o una hora, te equivocas. Preferiría que hubieses salido y entrado tan rápido como pudieses. Cuando pensabas que eras mi príncipe azul, preguntándome qué hacía una chica como yo en un sitio como ese, perdías tu halo cuando pasabas a pedirme que me tumbase y centrabas todos tus esfuerzos en sentir mi cuerpo todo lo que pudieses con tus manos. De hecho, hubiese preferido si te hubieses tumbado de espaldas y me hubieses dejado hacer mi trabajo.
Cuando pensabas que podías estimular tu masculinidad llevándole al clímax, debes saber que lo fingía. Podría haber ganado una medalla de oro por fingir. Fingía tanto, que la recepcionista casi se caía de la silla riéndose. ¿Qué esperabas? Eras el número tres, o el cinco, o el ocho de ese día.

Las imágenes realistas empleadas por estos sectores abolicionistas permiten que nos hagamos una idea fidedigna de esta realidad. Aquí observamos varias mujeres y niñas metidas en botes, entre las mermeladas y los pepinillos, tal y como las compramos los perversos puteros.



¿De verdad pensabas que era capaz de excitarme mental o físicamente haciendo el amor con hombres que no elegía? Nunca. Mis genitales ardían. Del lubricante y los condones. Estaba cansada. Tan cansada que a menudo tenía que tener cuidado de no cerrar mis ojos por miedo a quedarme dormida mientras mis gemidos seguían con el piloto automático.
Si pensabas que pagabas por lealtad o charlar un rato, debes volver a pensar en ello. No me interesaban tus excusas. Me daba igual que tu mujer tuviese dolores pélvicos, o que tú no pudieses salir adelante sin sexo. O cuando ofrecías cualquier otra patética excusa para comprar sexo.
Cuando pensabas que te entendía y que sentía simpatía hacia ti, era todo mentira. No sentía nada hacia ti excepto desprecio, y al mismo tiempo destruías algo dentro de mí. Plantabas las semillas de la duda. Duda de si todos los hombres eran tan cínicos e infieles como tú.
Cuando alababas mi apariencia, mi cuerpo o mis habilidades sexuales, era como si hubieses vomitado encima de mí. No veías a la persona bajo la máscara. Solo veías lo que confirmaba tu ilusión de una mujer sucia con un deseo sexual imparable.
De hecho, nunca decías lo que pensabas que yo quería oír. En su lugar, decías lo que necesitabas oír. Lo decías porque era necesario para preservar la ilusión, y evitaba que tuvieses que pensar cómo había terminado donde estaba a los 20 años. Básicamente, te daba igual. Porque solo tenías un objetivo, y era mostrar tu poder pagándome para utilizar mi cuerpo como te apeteciese.

A veces nos dirigimos a charcutería para comprar la "carne fresca", mirad que muslitos tan ricos y apetecibles. Las cartas de ex prostitutas con su lenguaje recargado e ideas tan (¿asombrosamente?) coincidentes con las de mujeres que no han visto una puta en la vida resultan tan verosímiles como esta imagen.



Cuando una gota de sangre aparecía en el condón, no era porque me hubiese bajado el período. Era porque mi cuerpo era una máquina que no podía ser interrumpida por el ciclo menstrual, así que metía una esponja en mi vagina cuando menstruaba. Para ser capaz de continuar entre las sábanas.
Y no, no me iba a casa después de que hubieses terminado. Seguía trabajando, diciéndole al siguiente cliente la misma historia que habías oído. Estabas tan consumido por tu propia lujuria que un poco de sangre menstrual no te paraba.
Cuando venías con objetos, lencería, disfraces o juguetes y querías juego de roles erótico, mi máquina interior tomaba el control. Me dabais asco tú y tus a veces enfermizas fantasías. Lo mismo vale para esas veces que sonreías y decías que parecía que tenía 17 años. No ayudaba que tuvieses 50, 60, 70 o más.
Cuando regularmente violabas mis límites besándome o metiendo los dedos dentro de mí, o quitándote el condón, sabías perfectamente que iba contra las reglas. Estabas poniendo a prueba mi habilidad para decir que no. Y lo disfrutabas.
A veces no me quejaba lo suficiente, o simplemente lo ignoraba. Y lo utilizabas de manera perversa para mostrar cuánto poder tenías y cómo podías traspasar mis límites.
Cuando finalmente te regañaba, y dejaba claro que no te iba a volver a tener como cliente si no respetabas las reglas, me insultabas a mí y mi papel como prostituta. Eras condescendiente, amenazador y maleducado.

Reconozcámoslo. Lo primero que uno se encuentra cuando atraviesa la puerta de un puticlub es a mujeres visiblemente demacradas, con una soga alrededor del cuello y un código de barras en la frente. Está claro que estas mujeres no pueden sentir ningún tipo de placer con sus clientes, como relata la autora de esta carta. Básicamente porque invariablemente son mujeres de papel o plástico, no de carne.



Cuando compras sexo, eso dice mucho sobre ti, de tu humanidad y tu sexualidad. Para mí, es un signo de tu debilidad, incluso cuando lo confundes con una especie de enfermiza clase de poder y estatus.
Crees que tienes derecho. Quiero decir que las prostitutas están ahí de todas formas, ¿no? Pero solo son prostitutas porque hombres como tú se interponen en el camino para una relación saludable y respetuosa entre hombres y mujeres.
Las prostitutas solo existen porque hombres como tú sienten que tienen el derecho de satisfacer sus necesidades sexuales usando los orificios del cuerpo de otras personas.
Las prostitutas existen porque tú y la gente como tú sienten que su sexualidad requiere acceso al sexo siempre que les apetece.
Las prostitutas existen porque eres un misógino, y porque te preocupan más tus propias necesidades sexuales que en las relaciones en las que tu sexualidad podría florecer de verdad.
Cuando compras sexo, revelas que no has encontrado el corazón de tu sexualidad. Me das pena, de verdad. Eres tan mediocre que piensas que el sexo consiste en eyacular en la vagina de una extraña.

Desde las instituciones se alienta un mensaje coincidente con el de Tanja. Se conceptualiza la prostitución como una actividad indeseable tanto por parte de la mujer como de un "verdadero macho".



Y si no hay ninguna a mano, no tienes que ir más lejos que a la esquina de tu calle, donde puedes pagar a una mujer desconocida para ser capaz de vaciarte en una goma mientras estás dentro de ella.
Qué hombre frustrado y lastimosos debes ser. Un hombre incapaz de crear relaciones profundas e íntimas, en las cuales la conexión sea más íntima que tu eyaculación.
Un hombre que expresa sus sentimientos a través de sus clímax, que no tiene la habilidad de verbalizarlos, sino que prefiere canalizarlos a través de sus genitales para librarse de ellos. Qué masculinidad débil. Un hombre verdaderamente masculino nunca se degradaría pagando por sexo.
En lo que concierne a tu humanidad, creo en la gente de bien, incluido tú. Sé que dentro tienes una conciencia. Que te has preguntado en silencio si lo que hacías era ética y moralmente justificable. También sé que defiendes tus acciones y probablemente piensas que me has tratado bien, que fuiste amable, nunca malvado y que no violaste mis límites.
Pero ¿sabes qué? Se llama evadir tu responsabilidad. No estás enfrentándote a la realidad. Te engañas pensando que la gente a la que compras no han sido compradas. No han sido forzadas a prostituirse.

De acuerdo a esta ex prostituta muchas mujeres son compradas y forzadas a prostituirse, tal que así. Es algo que no vemos y de lo que no ofrecen más pruebas que testimonios y recreaciones constantemente desmentidos por las vivencias de las personas que sí que estamos involucradas en el sector. Pero hemos de creerlo porque si no seríamos cómplices de "los malos".



Quizá pienses que me hiciste un favor y me diste un respiro hablándome del tiempo, o me diste un pequeño masaje antes de penetrarme. No me hiciste ningún favor. Todo lo que hiciste fue confirmar que no merecía más. Que era una máquina cuya función primaria era dejar a los otros aprovecharse de mi sexualidad.
Tengo muchas experiencias en la prostitución. Me han permitido que te escriba esta carta. Pero es una carta que preferiría no haber escrito. Ojalá hubiese podido evitar estas experiencias.
Tú, por supuesto, te consideras como uno de los clientes buenos. Pero no hay clientes buenos. Solo aquellos que confirman la visión negativa de las mujeres sobre sí mismas.
Sinceramente,
Tanja Rahm"



Enlace a otra revelación, nos cuentan la "verdad invisible":
Los verdaderos anuncios de prostitución son así

Para seguir leyendo en este blog:
· The Journey, viaje al centro de la retorcida mente abolicionista

15 comentarios:

Astur-leonés dijo...

Por si quieres conocer mi opinión al respecto:

Creo que no te falta razón en lo que dices de que el supuesto testimonio de esa mujer Tanja Rahm suena más a discurso ideológico (feminista-abolicionista) que a un testimonio auténtico de una mujer que hubiera tenido una experiencia prolongada en la prostitución.
Pero igual que te doy la razón en esto, pienso que tú infieres y concluyes cosas aventuradas a partir de ese testimonio. Lo que quiero decir es que puede perfectamente haber mujeres que hayan tenido vivencias negativas ejerciendo la prostitución; o tras haberla ejercido y haber reflexionado dicha actividad, como las que se recogen en dicho "testimonio" o "discurso ideológico a modo de modelo" (llámalo como prefieras).

Lo importante, a mi modo de ver, estaría en reconocer que puede haber experiencias en la prostitución en los dos sentidos opuestos: en el sentido de 'la prostituta feliz', que es el que tú siempre sueles considerar para tu defensa de dicha actividad, y el contrario, que estaría más bien representado por "testimonios" o discursos como el de esa supuesta Tanja, entre bastantes otros que se pueden encontrar.
Además entre ambos "polos ideológicos" -el de 'la prostituta feliz' y ese otre deTanja Rahm', podría darse toda una gradación de diferentes vivencias o experiencias dentro de la prostitución por parte tanto de quienes la ejercen (mujeres, personas transexuales...) y de quienes la consumen. Y por esto mismo sería igualmente interesante elaborar algún estudio estadístico al respecto, tanto con personas ejerciendo como con 'ex-prostitutas'.

Saludos.

Baboso dijo...

Esta mujer se queja de la lluvia y del sol: que si el cliente va a lo suyo, que si quiere hacerla gozar...

Señor, señor...

Cliente X dijo...

por supuesto que puede haberlas, pero uno lo que se encuentra por lo general es a mujeres cuya opinion de la prostitucion cambia a mejor tras haber estado en este mundo
hasta tu, q no eres el primero de la clase, te das cuenta de que huele a fraude a kilómetros

bueeeeno, vamos mejorando!

Astur-leonés dijo...

¿Podrías rebatir los principales argumentos expuestos en este artículo?

http://logosjournal.com/2014/watson/

Gracias.

Guest dijo...

@astur leones

Ese enlace es un artículo bastante largo, y no está claro que merezca el esfuerzo de leerlo.

Antes de leerlo y como comprobación, he tomado un par de parrafos al azar para ver la calidad de los argumentos. He tomado los dos primeros que se refieren a "sexual harassment". Según el autor, las leyes de acoso sexual dejan de tener sentido ya que no puedes denunciar acoso por ser el sexo pagado.

Eso no solo es una estupidez. Es absolutamente REACCIONARIO. Por la misma lógica se podría defender que se permitiera el acoso laboral a un empleado por parte del empleador porque, a fin de cuentas, le paga un salario.

En resumen: el artículo no merece la pena. O lo que es aun peor: un artículo defendiendo planteamientos completamente reaccionarios en nombre del feminismo.

Cliente X dijo...

exponme, con tus propias palabras (no corta y pega) el argumento que más te interese de los allí expuestos y con sumo gusto te respondo
como habrás comprobado ahora casi no tengo tiempo para dedicarle al blog

Anónimo dijo...

Hola cliente x

Por lo que he visto en el blog se que te gusta informarte y me preguntaba si has oído hablar o leído algo sobre lydia cacho y marcela loaiza...

( son ambas víctimas de trata y han escrito libros )

Me gustaría saber tu opinión sobre eso y también la verdad de si hay tanta trata como dicen...

Pues me ha llamado la atención lo que comentaba astur-leonés sobre lo de los polos ideológicos

Salu2

Cliente X dijo...

Indudablemente. Ya sabéis los lectores que yo hablo desde el rigor y la independencia y, cuando alguien tiene razón, lo reconozco. Es cierto el dato de que la inmensa mayoría de las prostitutas, seguramente por encima del 95%, son víctimas de trata.

Lo que habría que matizar es en qué consiste la trata pues tendemos a asociar trata con prostitución coactiva cuando no tienen nada que ver. La trata, como explicaré en una entrada que tengo a medio hacer desde el mes de Septiembre, sencillamente consiste en la asistencia a la migración. Nadie se consideraría víctima de algo semejante, de ahí que las propias abolicionistas y autoridades aseguren que "no se consideran víctimas". Y es que nadie, excepto los juristas más retorcidos, podrían considerar que la trata (asistencia a la migración para trabajar en la economía informal) fuese un delito.

Pero, en puridad, lo que nos dicen es correcto. No lo explican bien pero eso de que hay tantísima trata no es falso.

Astur-leonés dijo...


Está bien la consideración que haces con respecto a que el 'tráfico de mujeres con fines de explotación sexual' o 'trata', algunos lo asimilan sin más a toda situación de "asistencia a la migración" para trabajar en la economía informal. Pero una vez reconocido esto, creo que también se le debería decir a Maverick Hunter, que por 'trata' en sentido estricto, se puede entender lo siguiente:

El tráfico o la trata de mujeres (de personas) con fines de explotación sexual puede ser todo traslado de una persona de un territorio a otro (o dentro de un mismo territorio), realizado por terceras personas (individuos, grupos, o incluso organizaciones) con el objeto obtener un lucro del ejercicio de la prostitución de esa persona, cuando dicha prostitución (relaciones sexuales o actos sexuales pagados; determinadas relaciones de alterne) esa persona la realiza contra su voluntad, obligada por terceras personas.
Esta 'obligación' que tiene la persona de prostituirse puede ser la consecuencia de una "supuesta deuda económica" que tal persona tiene contraida quienes la explotan, o exclusivamente del engaño. En cualquier caso, siempre se coarta la libertad sexual de la persona que es objeto de explotación, por lo que a tales personas ha de considerárseles víctimas de un delito como mínimo.

Es decir: el tráfico o 'trata' de mujeres implica necesariamente situaciones de prostitución forzada. Para conseguir la prostitución forzada de una persona, los 'traficantes' (y sus cómplices) pueden coartar la voluntad de la persona (maltrato psicológico; chantaje y amenazas) y su libertad de varias maneras (libertad de movimiento y circulación, libertad sexual, obligándola a tener relaciones sexuales no deseadas; integridad física, golpeándola, violándola...).

UN EJEMPLO RECIENTE que ha salido en los medios de comunicación:

Si se demuestra que son verdad, algunos de los testimonios recogidos en el caso 'Torbe', en dicho caso, se habrían podido producir situaciones de 'prostitución forzada' en territorio español de algunas mujeres de Europa del Este.
En este caso, parece que el traficante principal -el jefe de la trama- sería un ciudadano de Ucrania. Está por determinar la participación y responsabilidad del empresario actor 'porno' Torbe en dichas situaciones.
En dicho caso habría habido como digo, situaciones de 'prostitución (o relaciones sexuales filmadas) realizada por unas mujeres jóvenes contra su voluntad', coacciones con violencia asociada, así como restricciones a la libertad de movimiento de dichas mujeres, ejercidas por miembros de dicha trama-negocio ilícito.

Y tales situaciones de 'prostitución forzada' habrían significado -claro está- sufrimiento para esas mujeres.

Saludos.

Astur-leonés dijo...


Para los que somos ignorantes del Derecho:

http://www.mundojuridico.info/delito-por-coacciones-leves/

Cliente X dijo...


No. Ni mucho menos. Ya casi ni miro el blog, ando muy liado con mis curros precarios (es bastante deprimente estar trabajando todo el día sin saber si ni siquiera te llegarán a pagar... para que luego digan de las putas) pero tengo pendiente subir videos en los que se reconoce que no hace falta que exista prostitución forzada. Prostitución forzada y trata no tienen nada que ver, repito por enésima vez.

La prostitución libre, voluntaria y autónoma se convierte en trata automáticamente cuando existe el cruce de cualquier MUNICIPIO. Ya está. Así de simple. Las chicas que salen en el caso Torbe son modelos ucranianas que de ninguna manera han sido forzadas y cobraban auténticas fortunas por hacer las películas.

Cuando existe esas serie de situaciones que enumeras, es la denominada como TRATA ABUSIVA. Y existirá, según todos los cálculos, en torno a uno de cada diez mil casos.

Anónimo dijo...

no quiero entrar en debates, pero soy escort y algunos decís unas cosas que parecen de los mundos de yuppi... la vidad es dura, para todo el mundo, ser escort es una profesion que cuanto mas la oculten más nos perjudica. He tenido clientes desde politicos hasta fontaneros, todos iguales respetablemente hablando.
me anuncio en algodiscreto madrid por si me quereis buscar: angy

Astur-leonés dijo...


Angy,

esto que dices es muy cierto:

"la vida es dura, para todo el mundo, ser escort es una profesion que cuanto mas la oculten más nos perjudica."


pero la pregunta es: ¿tal cosa justifica el que algunas mujeres (o personas transgénero, o algunos hombres) se tengan que ganar la vida porque no les quede otra -debido a la falta de empleos para ellas (y que además sean empleos con condiciones de trabajo aceptables), explotando las miserias sexuales y sexo-afectivas de una parte de los hombres (mayores o menores proporciones de hombres que son clientes, según el país del que estemos hablando?

Lo que a mí me fastidia especialmente es que a los hombres de sociedades como la española primero se nos sobreestimule con "productos" como pueden ser: la publicidad televisiva, las men's magazines o la pornografía, para que luego haya otras "instituciones" como son la prostitución o los servicios de 'scorts') que se dediquen a explotar las miserias y egoismos sexuales que aquellos "productos" previamente habrían contribuido a generar.


Un debate sereno en la sociedad española en el que se discuta tal cuestión debería haber tenido lugar en nuestra sociedad desde hace mucho tiempo.
Creo que sólo a aquellas posturas más individualistas, bien de hombres claramente machistas o androcéntricos, bien de personas que viven directamente de los ingresos que obtienen trabajando en la 'industria del sexo', o 'explotando laboralmente' a otras/os que trabajan en dicha industria, pueden desear que una discusión colectiva como esa no tenga lugar en nuestra sociedad.

Cliente X dijo...

Astur, culpas a la industria alimentaria por ofrecernos multiples y deseables productos para saciar el hambre? O les estamos agradecidos precisamente x eso mismo?

Astur-leonés dijo...


Efectivamente la industria alimentaria española se ha desarrollado y diversificado de una manera espectacular en los últimos tiempos. Ahora es realmente increible e impactante la enorme gama de productos para comer de lo más diverso que se pueden encontrar en supermercados y pequeños comercios. Hay absolutamente de todo lo que uno pueda imaginar y en muy distintos rangos de precios.
Sí que me he preguntado muchas veces si tal desarrollo y diversificación de esta industria no tendrá que ver más bien con los nuevos estilos de vida QUE SE IMPONEN a las personas que trabajan y consumen en nuestra sociedad. Unos estilos de vida que implican la obtención de placeres rápidos y fácilmente consumibles como parte de todo un conjunto de prácticas que se proponen a los españolitos/as para aliviar nuestras frustraciones y soledades cotidianas. Algo parecido al pan y al circo de los antiguos romanos.
Aparte de la promoción del consumo de golosinas y de alimentos de los más variopinto, hay muchos ejemplos de esta cultura consumista y hedonista que se ha implantado en nuestra sociedad:

El fútbol retransmitido por televisión casi a diario, la nueva cocina y gastronomía española como 'producto cultural' de moda; la enorme cantidad de productos cinematográficos (muchos de ellos patrocinados por "nuestra" televisión pública); la moda muy masiva de tener un perro; el consumo -muy popularizado- de videojuegos, el consumo, muy numeroso entre los hombres, de pornografía en internet; el consumo de juegos de rol; la práctica cada vez mayor de deportes individuales de lo más diverso: triatlón; mountain bikes; deportes de aventura; natación, rallyes, etc.; el consumo de productos culturales propios de la sociedad y cultura japonesa (manga, ánime,...), el consumo de ofertas "para mantenerse" en forma de los muchos gimnasios que hay distribuidos por todo el país; el consumo especializado de toda una gama de diferentes tipos de bebidas enfocadas a la conservación de la salud: nuevos salones de té; cafeterías especializadas en 2bio-zumos ecológicos", etc., etc.

Saludos.