"No conozco a ninguna mujer que ejerza la prostitución de manera voluntaria"
Maria Teresa López Sirgado, Presidenta de AMUNOD
La señora López disfruta de un acceso privilegiado a los medios de comunicación, que sin embargo no parecen muy interesados en conocer la perspectiva de quienes la llevamos la contraria. Los abolicionistas son (como los) progres, necesitan que frente a ellos no exista ninguna alternativa ya sea silenciándola, ignorándola, humillándola... La presidenta de AMUNOD nos traslada una terrible visión de la prostitución asentada en prejuicios que encajan muy bien en el esquema mental totalitario, pero que como estoy demostrando en este blog (con la inestimable colaboración de mis lectores-comentaristas) no tienen nada que ver con la realidad. Las pocas ONGs que realmente ayudan a las prostitutas están compuestas, al menos parcialmente, por mujeres que ya han ejercido la prostitución. En cambio aquellas nacidas de progres subvencionadas apenas logran tener algún contacto con estas personas, tendrán un fuerte apoyo institucional pero en la calle NO SON NADA. La primera de las entrevistas que les ofrezco es la última de todas, de este año. Se la realizaron en la COPE y se comprueba su total incapacidad para entender que la prostitución puede ser un intercambio en el que todas las partes salgan beneficiadas, que los hombres que estamos con ellas no lo vemos como un último recurso sino a veces como la mejor de todas las opciones posibles, o incluso que la relación no se quede en lo meramente comercial/sexual. - ¿Cómo está el mundo de la prostitución en Alicante? Aquí no es un problema emergente. En la ciudad calculamos que hay unas 60 mujeres que ejercen la prostitución. No son muchas, pero es cierto que son visibles y es un problema incómodo para los vecinos. No obstante, viendo como están en otras ciudades, en el caso de Alicante la situación no es alarmante. - Para devolverles una vida normal, ¿qué es lo más necesario? Un trabajo. Es muy difícil, y con los tiempos que corren más. Sin trabajo, sin recursos, no se puede hablar de reinserción, pero el problema es que, en la mayoría de los casos, estas mujeres no tienen preparación alguna, ni formación ni hábitos. Tienen muchos problemas detrás y cuando vienen a la asociación es porque no pueden más. Tienen unas cargas tremendas que las obliga a estar ahí. No están en la calle por gusto y su situación hace imposible sacarlas de ella inmediatamente. - ¿Qué papel tienen los clientes en la existencia de la prostitución? Es algo incomprensible en el siglo XXI. La prostitución es una vuelta atrás. Los hombres que acuden a ellas es porque se dan poco valor porque hoy en día, con la libertad sexual que existe, no es necesario acudir a la prostitución. Eso es de tener poca autoestima porque supone el usar el cuerpo de una mujer que, sino fuera por dinero, ella no se acostaría con ese hombre. Si son conscientes de ello, a eso se le llama violación. Deberían plantearse qué es lo que están haciendo. El hombre que es hombre es el que por sus propios méritos conquista a una mujer, pero no a cambio de dinero. - ¿Cuál es la posición de las administraciones? Pienso que habría que articular leyes más firmes y tener criterios más fuertes porque aquí no van todos en el mismo sentido. Lo que no es admisible es que la prostitución sea vista como una profesión porque a los 30 años una prostituta ya es vieja, entonces que van a hacer ¿a jubilarlas? ¿Les van a dar una seguridad social y a retirarlas mientras que los demás tenemos que trabajar hasta los 67 años? Esto no es ni medio normal. - ¿Cuál es el perfil de las prostitutas de hoy en día? La mayoría son extranjeras. Españolas hay pocas y éstas son más fáciles de sacar de este mundo porque no tienen dificultades como la falta de papeles o el idioma. En el caso de las extranjeras, el estado es de total indefensión. - ¿Algún día se terminara con la prostitución? No lo veremos nosotras. En estos tiempos que tanto se habla de salvar a los animales o tradiciones y demás, también hay que salvar a las mujeres, pero vamos para atrás como el cangrejo porque ir de putas se ve ahora como normal. Esto es algo retrógrado que no tiene nada que ver con los derechos de la mujer. Hay que tener claro que la prostitución es violencia de género y no se puede considerar un oficio. Además, se da el caso de que ahora también hemos dignificado a los proxenetas convirtiéndolos en empresarios.
Me gustaría que explicase (por supuesto a ella, como a tantas otras abolicionistas, las he invitado mediante correo electrónico a participar en este blog) cómo puede ser que tantas y tantas mujeres no sólo no detecten esos patrones de abuso y dominación sino que lleguen a establecer otros de aprecio y amistad con nosotros, los "prostituidores", incluso llegando a comentarme que nunca los hombres las habían tratado tan bien como cuando han ejercido la prostitución. O cómo resulta que entre prostitutas de larga duración no se hallen esas supuestas secuelas sino que sean de hecho personas sensatas, con la cabeza bien amueblada y precisamente las peores rivales del abolicionismo. Entre las 60 preguntas destacan dos de (presuntas) prostitutas que la dicen que está equivocada, que no es su caso, que viven bien. Da igual, responde que si ahora no sufren ya lo harán en el futuro, como he dicho la realidad no va a obligarles a cambiar su cuento. En el 2008 concedió otra entrevista en "La verdad", donde repite los consabidos dogmas. Las mujeres que ejercen la prostitución no suelen comenzar a hacerlo por gusto, como tampoco las camareras, cajeras de super o limpiadoras. Pero, a diferencia de éstas, sí he encontrado un alto grado de satisfacción en las prostitutas: al ir fidelizando clientes pueden trabajar menos horas y más a gusto, pueden elegir qué días descansar y a diferencia de la inmensa mayoría de trabajos pueden negociar sus condiciones muy ventajosamente (en muchos casos incluso imponiéndolas al cliente). No sé cómo trabajarán todos los clubes, pero me consta que en muchos las chicas pueden estar varios años, que no necesariamente han de cambiar. Y lo de 20 clientes... ¡ojalá!, dirían muchas, si de hecho el problema suele ser la falta de trabajo. Tal y como está la cosa ahora no llegan a este número ni de lejos, el sociólogo Ignasi Pons cifraba la media de servicios diarios en unos 3 (los fines de semana se duplicaría). Esta estimación sí se aproximaría a la realidad. Los abolicionistas, como no les duele la boca al decir mentiras, sueltan unas tremendas barbaridades en torno a la prostitución cuyo objetivo no es tanto darla a conocer como crear una mala imagen de ella. Por ejemplo, en The Journey, aseguraban que las prostitutas tenían una media de 40 servicios diarios. No he conocido una sola prostituta que llegue a echar 40 polvos al día. - ¿Por qué no le convencen los argumentos favorables a la regularización de la prostitución? Hace un tiempo no lo tenía tan claro. Quería escuchar a todo el mundo para formarme una idea más sólida, aunque éticamente lo seguía viendo como una aberración. Ahora, cada vez estoy más convencida de que no hay que normalizar esto, como dicen algunos. Es violencia de género. No se puede hacer oficial, no puede estar dentro de la normalidad de la vida una violencia. Nunca es un beneficio para las mujeres y sus familiares. Es una intromisión voluntaria en el cuerpo de una persona. Considero que es una violación. Esa mujer no lo hace con gusto. El cliente utiliza a un ser humano para canalizar sus pulsiones sexuales. - Los empresarios de locales de alterne asociados en Anela afirman que las prostitutas que trabajan en sus locales lo hacen de forma voluntaria. ¿Le hace esto replantearse su posición, aunque sea sólo en ciertos casos? Nunca es voluntario entrar en la prostitución. Yo lo entiendo así. Cómo lo vas a regularizar, si los clubes cambian de chicas cada quince días y ellas tienen que llegar a veinte servicios diarios para costearse todo lo que necesitan. Y a partir de veintitantos o treinta años ya se las considera viejas. ¿Qué van a llegar hasta los 65 para la jubilación? Todo esto me parece una historia electoralista que no tiene pies ni cabeza. Las penurias económicas y sociales determinan la decisión de una mujer para ejercer la prostitución. No se hace libremente. - ¿Qué conclusiones saca de sus primeros once meses al frente de la institución? Estamos relativamente contentos porque nos están llegando muchachas jóvenes que quieren salir de la prostitución. Cuanto más joven, mejor, porque se puede reparar antes del daño. A ciertas edades, ya resulta muy, muy complicado, sólo se pueden adoptar medidas paliativas. - ¿Y cómo se gestiona la asistencia que ofrece Amunod? Realizamos entrevistas para valorar cada caso particular y sus necesidades. A partir de ahí podemos poner en contacto a las mujeres con todo tipo de instituciones y ayudarles a atender a sus niños, así como a encontrar un trabajo. Las hay que no saben escribir ni leer. Aparte, están las dificultades culturales, puesto que hasta nosotros llegan de muchas nacionalidades. Trabajamos en coordinación con los servicios sociales y nuestra labor incluye la formación laboral y el aspecto psicológico, sobre todo, incidir en la autoestima, la autoayuda. El Banco de Alimentos también nos aporta comida que repartimos cada trimestre. - La asociación está embarcada en algunos proyectos nuevos. ¿Puede concretar su contenido? Uno de nuestros objetivos es obtener una bolsa de empleo en empresas que colaboren con nosotros. Éste es un tema tabú. Si en el currículum pones ex prostituta, nadie te contrata. Si fuera tan normal esta actividad, no ocurría así, ¿verdad? Por eso tenemos que ocultar siempre esos antecedentes. Por otra parte, la CAM nos está subvencionando otro programa, que vamos a poner en marcha muy pronto, para acudir a Torrevieja, Orihuela, Alfaz del Pi y Benidorm a ofrecer nuestra ayuda. Irán un psicólogo y una trabajadora social. También tenemos el borrador de una intervención en el centro de Alicante para intentar reinsertar a las mujeres que se colocan allí para encontrar clientela. No queremos que se cambien de sitio, sino echarles una mano. El requisito imprescindible para prestar nuestro apoyo es que la destinataria se sume a alguno de nuestros programas. - ¿Con cuántas mujeres están ahora mismo en contacto? - En nuestros registros figuran datos de unas 400, pero eso no significa que estemos interviniendo a la vez en la reinserción de todas ellas.