viernes, 13 de junio de 2014

Reseña de "Trabajando en la prostitución: doce relatos de vida"

Ya que he decidido volver vamos a hacerlo en condiciones, con fuerza. Este fin de semana voy a dejarles con un artículo de nivel, académico, publicado en el último número de AIBR, Revista de Antropología Iberoamericana. Resulta que el autor es... ni más ni menos que un servidor. No voy a ocultar el orgullo que es conseguir que saquen algo escrito por mí en una revista seria, aunque sea de un ámbito bastante restringido y la lean cuatro gatos.

Es una recensión (un comentario crítico) del último libro de los profesores José Luis Solana Ruiz y José López Riopedre, titulado  "Trabajando en la prostitución: doce relatos de vida". La versión finalmente publicada, acortada y retocada por el propio Solana, la pueden leer aquí. Cuando él me encargó el trabajo creí que sería para su publicación, Gazeta de Antropología, sin embargo un colega suyo ya escribió una recensión el año pasado y para no resultar reiterativo enviaron mi escrito a AIBR. Supuestamente la edición del texto original ha tenido que ver con la extensión (una reseña es más breve que una recensión, efectivamente el límite de palabras de AIBR resulta más limitado que el que me ofrecía Gazeta) y no con el contenido, y ciertamente en lo esencial se mantienen mis ideas y planteamientos, pero sin embargo algunos aspectos que considero importantes (como el aspecto fiscal de la prostitución, ya que ayer mismo fue abordado en los medios de comunicación más importantes del país) fueron suprimidos.

Ahí la tienen, fue escrita en el mes de Febrero y publicada (en su versión reducida, enlazada más arriba) en Abril. Creo que además resume perfectamente los postulados que he mantenido en este blog desde que lo abrí casi ya hace cinco años.



Recensión de Trabajando en la prostitución: doce relatos de vida.


Resumen: dado que la prostitución es una actividad oculta y desconocida para buena parte de la sociedad, los profesores D. José Luis Solana Ruiz y D. José López Riopedre pretenden que el lector acceda a la percepción y vivencias que estas mujeres tienen de su oficio a través de doce relatos de vida de prostitutas que han conocido. De acuerdo a sus indagaciones, muchas de las creencias más comúnmente aceptadas sobre el trabajo sexual serían refutadas cuando se cotejan con la realidad.

Abstract: as prostitution is an hidden and unknown activity for a large part of society, professors D. José Luis Solana Ruiz and D. José López Riopedre want the reader to access to the perception and experiences that these women have about her work through twelve life stories of prostitutes that they have met. Accordingly to their inquiries, many of the most widely accepted beliefs about sex work would be debunked when compared with reality.

¿Cuántas de esas personas han hablado con las prostitutas o sus clientes? Si conocieran de verdad el tema tendrían una opinión muy diferente”.
Margarita Carreras, mujer que ejerce la prostitución


La prostitución es uno de esos temas que siempre están de actualidad y, a tenor de los acalorados debates que suscita, que más interesan en nuestra sociedad. Pero también parece ser un fenómeno tremendamente desconocido, o al menos sobre el que existe una enorme polémica. Políticos, académicos, periodistas, trabajadores sociales e incluso muchos ciudadanos de a pie no dudan en realizar tasativas afirmaciones sobre el mundo de la prostitución que no sólo no resultan coincidentes sino que entran en abierta contradicción.

Son muchas las preguntas que nos hacemos sobre esta realidad, tan oculta y por tanto tan ignorada: ¿Qué circunstancias llevan a ejercer la prostitución? ¿Prostituirse es una elección que se toma voluntariamente, una consecuencia de la falta de oportunidades o el destino forzoso de miles de esclavas sexuales obligadas por redes mafiosas de criminales? ¿En qué condiciones desarrollan su actividad? ¿Y por qué no la abandonan? ¿Pueden elegir los servicios que desean prestar y su clientela? ¿Cómo es su relación con sus clientes? ¿Cuáles son sus problemas y preocupaciones? ¿Es cierto que ganan mucho dinero, que llegan a pasárselo bien y que consideran que hacen un trabajo tan digno y respetable como cualquier otro del sector privado como dicen unos? ¿O por el contrario viven una penalidad tras otra, los únicos que se enriquecen son los proxenetas y su mayor deseo es escapar de este infierno que aborrecen como nos cuentan otros?

Con el fin de responder a cuestiones como éstas nace "Trabajando en prostitución: doce relatos de vida", fruto de la colaboración de dos de los más prestigiosos académicos que han estudiado el fenómeno social de la prostitución: D. José Luis Solana Ruiz y D. José López Riopedre. Su trayectoria profesional incluye no sólo la publicación de numerosos artículos, estudios y libros sobre esta temática, sino lo que me resulta aún más relevante y considero requisito fundamental para poder hablar con autoridad de una materia tan desconocida: haber entrado en contacto de manera directa con esta realidad, relacionándose personalmente con sus principales protagonistas (prostitutas, dueñas de pisos, empresarios y encargados de negocios de alterne y prostitución, clientes de servicios sexuales, responsables de ONGs...)

Esa es la clave de este libro, el rasgo que le aporta su mayor valor: los autores se han informado no desde artículos de prensa, informes de organizaciones internacionales o reflexiones teóricas sino que abandonaron la comodidad de sus despachos (a ver si copian otros "investigadores"), se arremangaron, le echaron valor y se zambulleron de lleno en el puterío. Les doy la bienvenida y mi más sincera enhorabuena, ya que la gran carencia de buena parte de las aproximaciones que se realizan hacia el mundo de la prostitución prescinden de la voz de las prostitutas. Entiendo que abordar un tema "tabú" no resulta sencillo ni cómodo y que existen unos enormes prejuicios, estereotipos y mitos hacia este mundo de los que nace un miedo natural (que confiesan haber tenido tanto las protagonistas de los relatos, como los autores del libro e incluso un servidor). Pero digámoslo claramente: para hablar de putas antes hay que haber hablado con putas. Ignorar una realidad no da licencia para inventársela.

Es por ello que el núcleo de este trabajo está compuesto -como enuncia el título- por doce relatos de vida, procedentes de otras tantas prostitutas-informantes, de los que se sirven los autores para someter a verificación crítica lo que denominan los "planteamientos abolicionistas de la prostitución". ¿A qué se refieren? Pues a aquellas tesis que conciben la prostitución como "una continua situación de explotación, expolio, violencia y auténtica explotación sexual". Seguro que el lector ha escuchado en algún momento eso de que ésta es una actividad degradante en sí misma, que atenta en toda circunstancia contra los DDHH y que, por tanto, no es "legalizable". Quienes sostienen esta visión se denominan abolicionistas y con razón, pues gracias a ellos se abolen los derechos legales, el respeto social y hasta la voz de las prostitutas. De hecho, parece como si sus relatos sobre la prostitución no fueran tanto la descripción de una realidad como la expresión de un deseo: al menos yo entiendo que los abolicionistas, presos de un macabro "whisful thinking", lo que verdaderamente hacen es reflejar cómo desearían que acabase siendo el mundo de la prostitución. Como las políticas que promueven se sigan aplicando no me cabe la menor duda de que la prostitución acabará siendo el infierno que dibujan (lo que se llama una "profecía autocumplida").

Solana y López consideran que se hace necesario someter a verificación tales planteamientos debido a que, amparándose en este discurso, nuestras autoridades han impulsado una serie de políticas que pudieran no ser las más adecuadas ni beneficiosas para las prostitutas. Resulta ciertamente llamativo que mientras nuestros responsables políticos declaran hacer todo lo posible por ayudar a estas "víctimas" -asumiendo tanto la terminología como las actitudes abolicionistas-, las meretrices hayan salido a la calle en las principales ciudades españolas protestando contra las actuaciones públicas que se han venido implementando y que se hallan respaldadas por políticos que han declarado su adhesión a la doctrina abolicionista (por ejemplo Xavier Trias o Ana Botella). Es curioso que aquellas prostitutas que van dando la cara en público contradigan de manera sistemática este discurso y denuncien que aquellas medidas desarrolladas por las administraciones las perjudican y precarizan sus condiciones laborales. Incluso la persona menos inquisitiva tendría que extrañarse ante este profundo desencuentro entre las "víctimas" y sus autoproclamados "salvadores". ¿Semejante desfase entre lo que hacen y lo que dicen nuestros políticos se debería a un error o al más descarado cinismo?

Así que, ni cortos ni perezosos, los autores del presente volumen se pusieron a cotejar las asunciones abolicionistas con las experiencias de vida de sus informantes y otros estudios sobre la prostitución puesto que están convencidos, al igual que quien escribe estas líneas, de que las prostitutas son un elemento imprescindible para conocer esta realidad. ¿Quién puede resultar más indicado para dar a conocer un fenómeno que las propias personas involucradas? Sin embargo, este sencillo razonamiento no parece ser compartido por el llamado "sector abolicionista" cuyos esfuerzos están dirigidos a silenciar y desautorizar a las prostitutas bajo las más delirantes justificaciones (que van desde la atribución de patologías mentales severas a acusarlas de ser las portavoces de los proxenetas). 

Este acercamiento a las prostitutas es tan valioso, para empezar, por la pura y simple obtención de información. El trabajo de campo realizado ha permitido obtener un abundante material empírico de calidad. Por una parte era necesario poder generalizar los resultados, y esto sólo podía conseguirse con una muestra numérica amplia. Entre ambos investigadores obtuvieron 82 relatos de vida, en los que de manera constante hallaron elementos biográficos muy similares que no encajaban en los esquemas abolicionistas sobre la prostitución. Los 12 que aparecen en el libro son tan sólo una selección de los anteriores (que pueden consultar en su totalidad sin ningún problema, si tienen interés). Y por otra parte, siendo conscientes de las limitaciones de técnicas de investigación rígidas y estructuradas -tan empleadas como inútiles para conocer a fondo una realidad social compleja- los autores comenzaron por cultivar, de manera paciente y continuada, sus relaciones personales con las informantes con el objeto de ganarse su confianza. Gracias a este esfuerzo lograron una información valiosísima, y la no menos preciosa amistad de algunas de las chicas. Al abrirles las puertas de su mundo se difuminó esa barrera que existe entre investigador e investigado, lo que les permitió obtener confesiones y testimonios que jamás compartirían con un extraño.

El enfoque basado en conocer una realidad "desde dentro" resulta muy sensato (a la par que gratificante, al menos para mí), pues a nadie se le escapa que no todas las cosas se cuentan a todo el mundo. De hecho, ahí está la clave: en lo que te cuentan. Suelo decir que no se sabe sobre prostitución preguntando sino escuchando. Que lo que hay que conseguir son las condiciones para que las chicas se animen a contarte sus cosas, lo que llaman "situaciones de entrevista propicias".

Pero esta aproximación, además de resultarles útil para conseguir una perspectiva más cercana y directa de la prostitución, también encierra un fuerte componente reivindicativo. Los profesores Solana y López deciden tomar partido y se involucran activamente en la defensa de los derechos de las prostitutas. Denuncian que "las prostitutas, debido a la estigmatización y al rechazo social que han padecido y padecen, se encuentran entre los colectivos sociales que más han sido silenciados, que más han sufrido negación, depreciación y exclusión de su voz"... y en concreto señalan al movimiento abolicionista como principal causante de esta situación pues "ha prestado oídos sordos a las prostitutas" y le acusan de extender "yerros y tergiversaciones infamantes" sobre la prostitución que han provocado la "visión parcial y sesgada, cargada de estereotipos y prejuicios y que genera miedo y alarma social" imperante en estos momentos (al menos entre nuestras administraciones públicas). Así que darles voz a las trabajadoras sexuales va más allá de ser una forma de obtener datos, es todo un acto político cuasi revolucionario que sitúa a Solana y López como decididos aliados de estas mujeres. 

Las experiencias, vivencias y testimonios de las prostitutas se recogen en el libro mediante "autobiografías simuladas", relatos de vida de las chicas no escritos por sus protagonistas sino por los autores del libro como resultado de conversaciones y entrevistas con estas mujeres. Es decir, los autores han recogido las historias de vida de una serie de prostitutas y las han dado la forma de autobiografías, "como si" las hubiesen escrito ellas (por supuesto "primando siempre la fidelidad de lo narrado, sin comprometer, alterar o desvirturar los acontecimientos o situaciones narradas por las prostitutas"). El "guión" lo han escrito ellas, pero la caligrafía -el "pasado a limpio"- no es de su autoría. De esta manera el lector va a hallar una descripción lo más fidedigna posible del trabajo sexual y actividades anejas en un formato que hace la lectura más amena y comprensible, ya que se pretende que un trabajo de investigación social como el que sustenta esta obra -y que resulta un tanto áspero para el público no especializado- pueda llegar al más común de los lectores. Por tanto, éste es un libro que trata de compaginar la nunca fácil tarea de ofrecer información fidedigna y relevante, sustentada en bases empíricas sólidas obtenidas empleando métodos y técnicas de investigación social, con la divulgación fuera del restringido ámbito académico.

Asimismo destaca, como soporte de esta información primaria, la consulta de una amplísima bibliografía que incluye varios de los trabajos antropológicos, sociológicos y etnográficos más brillantes como los de Regina de Paula Medeiros, Sara Carmona o Isabel Holgado. Obviamente y como necesario contrapunto también se hallan obras de claro sesgo abolicionista. Desde luego los autores no pueden ser acusados de no haberse documentado.
Todos estos esfuerzos tienen sentido desde el momento que confiesan el objetivo último de su obra: "ofrecer una visión justa, precisa y verídica del trabajo sexual y las actividades prostibularias en la España actual". Cualquier persona ajena al mundo de la prostitución hallará este libro tremendamente revelador e interesante, pues los relatos que contiene ofrecen una imagen real de cómo es, hoy por hoy, la prostitución en este país. Y quienes lo conocemos nos sentiremos muy reconfortados al ver como, por fin, alguien cuenta las verdades del barquero. Realmente ha llegado un punto en el que tanta mentira y desinformación resultaban asfixiantes y "Trabajando en la prostitución" viene a ser un soplo de aire fresco muy necesario. Al menos yo ya estaba cansado de que quienes más hablasen de prostitución fuesen generalmente quienes tenían menos idea del tema (por decirlo suavemente).

Particular interés tiene el capítulo dedicado a la crítica de la dogmática abolicionista, como corolario final. La importancia de desmontar este enfoque proviene de la amplia relevancia tanto mediática como institucional que ha alcanzado, como ya he comentado. El libro obedece a la necesidad que los autores han detectado de hacer llegar una in-formación crítica a una ciudadanía muy expuesta a unos medios que suelen abordar este tema desde el morbo, sin seriedad ni ningún rigor. Es habitual que los reportajes y noticias de TV (que muy a nuestro pesar constituyen la "fuente de información" de la mayor parte de la población) frivolicen sobre el mundo de la prostitución, interesándose en explotar los elementos más impactantes -frecuentemente sacados de contexto (fotos de la boquería), no contrastados (operaciones policiales contra "mafias") o directamente inventados (caso de las cifras aportadas sobre el número de prostitutas, clientes o porcentaje de "víctimas de trata")- contribuyendo así a la "desinformación, manipulación y el engaño" de la sociedad.

Los autores no contraponen una imagen bonita e idealizada de la prostitución frente al sórdido cuadro pintado por los abolicionistas, sino "una visión más rica y compleja" ante la concepción uniforme y monolítica que solemos escuchar. Nos abren los ojos a una diversidad de casos que "ponen de relieve el carácter burdo y abusivo de la imagen truculenta de la prostitución" puesto que, a pesar de que sus historias de vida disten de ser homogéneas y las circunstancias personales de las informantes difieran, sí que hallamos una serie de concordancias en sus experiencias y vivencias en torno a la prostitución. Cada relato de vida es ciertamente peculiar y diferente, pero encontramos en ellos hechos reiterativos que contrastan fuertemente con los planteamientos abolicionistas. Los juicios y apreciaciones de las chicas "refutan la apreciación que desde el abolicionismo se hace de estas relaciones como una experiencia atroz y traumática que destroza psicológicamente a las mujeres de por vida" y se muestra "que las realidades que el abolicionismo cuenta no son tales, sino sólo circunstancias posibles que, además, no son nada corrientes". De todas formas no se pretende que ningún abolicionista cambie de idea leyendo el libro, los hechos pueden ser tozudos pero ellos lo son más. Para el abolicionista no hay problema, si no le cuadran las cosas lo que está mal no es su ideología sino la realidad. 

Y no se limitan a rebatir la falsedad de los enunciados abolicionistas, sino que alzan el dedo acusador -J'accuse!- señalando a sus partidarios de ser los "causantes de buena parte de las agresiones, violaciones y maltratos" que sufren las prostitutas debido a "la situación de clandestinidad, estigmatización y desprotección legal en la que se ven obligadas a trabajar, causada por las abolicionistas con su radical oposición a cualquier regulación de la prostitución". ¿Es posible que detrás de los discursos buenistas de esta gente exista una voluntad de perjudicar a quienes dicen ayudar? ¿El abolicionismo sería un ejercicio mayúsculo de hipocresía cuyo mayor logro consistiría en "el mantenimiento de condiciones de vida y trabajo lesivas para las mujeres en situaciones de prostitución"? Bueno... les acusan de "falsear la realidad"... y siempre que uno miento lo hace por un motivo. ¿Pero en qué podría afectarles que se supiese la verdad? ¿Por qué ese empeño en privar a las trabajadoras sexuales de los derechos y protecciones laborales que conllevaría el reconocimiento de la prostitución como un trabajo? Y sobre todo, ¿para qué impedir que el dinero que mueve esta actividad se halle fiscalizado por la Hacienda Pública? ¿Acaso no se dan cuenta de que algún desaprensivo podría aprovecharse de la vulnerabilidad legal y desprotección jurídica de este sector para hacer caja? ¿No son conscientes de que al mantener a todo un sector económico en la alegalidad criminalizada favorecen los abusos y amparan la corrupción? ¿Han pensado en algún momento en la cantidad de sobres de dinero negro que se llenan (como en la trama de los clubes Saratoga y Riviera, ahora tan de actualidad) o a dónde van esos pagos por el uso privativo del espacio público (caso Coslada, también ampliamente conocido) que podrían servir para sanear las cuentas públicas? ¿Cómo es posible que, con lo avispados que son los políticos a la hora de meter la cuchara en cualquier actividad económica, permitan esta fuga descontrolada de dinero? Parece que lo hagan a propósito.

En definitiva, lo que se pretende con este trabajo es que el lector pierda el miedo y se acerque a este mundo para comprobar lo que se cuenta sobre el por sí mismo. Creo que hablo por los autores si les digo que no quiero que nos den la razón "porque sí" (ni que las quiten por el mismo motivo, aunque sospecho que esto será más frecuente). Este libro no pretende ser un sustitutivo de la realidad -que es la impresión que he tenido al leer otras publicaciones- sino un estímulo para que el lector comience a cuestionarse los "tópicos y falsedades que circulan en los mass media sobre el trabajo sexual". 

Aparte de lo valioso que tienen sus indagaciones, no puedo menos que dar mi enhorabuena personal a Solana y a López por haber reunido el suficiente valor como para dar un paso al frente diciendo lo que nadie dice, aún a sabiendas de las consecuencias tan negativas que puede tener para sus carreras profesionales. Se han atrevido a decir que el emperador va desnudo, lo cual les honra... pero sin duda lo pagarán.

Como apunte final quisiera añadir una breve reflexión. Lo grave de una mentira oficial no es tanto la primera parte, que sea un engaño, pues puede ser rebatido, lo preocupante es su respaldo institucional que le da apariencia de verídico y que dificulta sobremanera toda discrepancia. En efecto, los poderes públicos han impulsado toda suerte de campañas para "sensibilizarnos" sobre la prostitución como The Journey, Mujeres de vida alegre, los posavasos del extinto ministerio de igual-dá o las de diversos ayuntamientos enfocando al cliente, todas ellas regadas con el dinero del contribuyente. Y me parece bien, fíjense lo que les digo. Ahora el ciudadano responsable y crítico lo que debe hacer es preguntarse, ¿es así el mundo de la prostitución o lo están caricaturizando burdamente? El mensaje implícito en tales campañas es que la prostitución es un mundo tan tétrico y abominable que es mejor que lo evitemos (así pensé durante muchos años). Por fortuna no es un fenómeno lejano y al que físicamente no podamos acceder. Como se muestra en el libro, querer es poder. Les invito a que lo lean, claro que sí. Pero también a que se empapen de la literatura abolicionista que los autores tanto critican y luego les animo a que salgan a la calle y apliquen su mismo método de ganarse la confianza de las chicas, escuchándolas y entablando relaciones profundas y duraderas. Y entonces fórmense su propio juicio y pregúntense cómo es posible que exista semejante disparidad entre lo que nos cuentan unos y otros sobre la prostitución. Al fin y al cabo, ¿a quién le puede perjudicar que se investigue y se conozca la verdad?

2 comentarios:

el de siempre dijo...


Hola. He leído la reseña y me parece bien lo que expones. Dicho esto, también me gustaría decirte lo siguiente:

Este trabajo de dos antropólogos, Solana Ruiz y López Riopedre, como tú mismo dejas ver con la reseña que haces del libro, de lo que se trata es de una mirada (antropológica)profunda a un aspecto fundamental del fenómeno de la prostitución: 'las prostitutas', es decir las mujeres que se dedican a la actividad de cobrar dinero a hombres por darles a estos un rato de sexo, de sexo-afecto, de "afecto", o simplemente de compañía (alterne).
No ha sido el objeto de interés de estos dos antropólogos por tanto la totalidad de las realidades prostitucionales, sino que lo que ha constituido su objeto de interés ha sido como las realidades de la prostitución desde el punto de vista de mujeres diversas que ejercen la actividad. Es decir, no se han tenido en cuenta otros aspectos de este fenómeno complejo como son: las vivencias con la prostitución y experiencias previas de vida de los hombres que son clientes, la valoración moral que hacen hombres -también diversos- que son clientes de su rol social y de sus comportamientos como tales, o la valoración moral que hacen ellos sobre las mujeres a a las que pagan.
Tampoco se han tenido en cuenta en dicha investigación las "fuerzas estructurales" de índole socio-cultural o "socio-política" que favorecen que dicho fenómeno persista en el presente (comienzos del s. XXI) en numerosas sociedades del mundo, cuya demanda en tanto que "servicio" u objeto de consumo sea predominantemente masculina, o qué papel ha jugado en el aumento de la demanda masculina en algunos grupos de edad el cambio social que se ha producido en relación a las mujeres en numerosas sociedades (me refiero aquí los importantes cambios que se han producido en en las formas de relación de hombres y mujeres en las últimas décadas (para el caso de España).

Cliente X dijo...

Ibán, el libro se llama así "TRABAJANDO EN PROSTITUCIÓN". Se centran en quienes trabajan, en quienes prestan los servicios sexuales. No en la demanda. Es cierto que el aspecto del cliente se ha tratado menos, quizá lo aborden en otra investigación.

Pero yo si he hablado del asunto en el blog, ¿o no?