Adela Úcar, periodista "vivencial"
Creo que el principal problema que tengo a la hora de llegar a la gente es la dificultad para explicar cómo es una realidad que desconocen aquellas personas que no la ha vivido. Trato de esforzarme todo lo posible: suelo enlazar entrevistas, artículos o charlas en las que hablan personas que sí están en contacto con este fenómeno; inserto vídeos para que veáis y escuchéis directamente a esta gente; e incluso selecciono y subrayo frases textuales que reflejan lo mejor posible las vivencias, opiniones y reflexiones existentes al respecto.
Pero reconozcámoslo: es muy complicado conocer una materia, sea la que sea, sólo leyendo sobre ella. Para saber conducir tienes que ponerte al volante, o para cocinar encender los fuegos, o tratar con clientes para vender. Pues para saber de prostitución hay que estar con las prostitutas y la gente que compone su entorno, no hay otra. Ni este blog ni ninguna página web son sustitutivos de la realidad, como decían los de Expediente X: "La verdad está ahí fuera". Parece como que esté tirando piedras sobre mi propio tejado, debo ser el primer blogger que dice que no le crean. Miren, yo lo que quiero es que se conozca la prostitución tal como es, con sus luces y sus sombras, en sus diversas modalidades y en toda su amplitud (yo el primero: aquí estoy compartiendo lo que he llegado a conocer, no trato de sentar cátedra). Y ya que eso es un trabajo ímprobo, con este humilde blog pretendo facilitarles semejante tarea acercándoles una realidad en la que sí que me he adentrado. Y lo que les digo es que den un paso al frente, que se mojen, que superen sus miedos y verifiquen en la realidad aquellas asunciones que tienen sobre la prostitución. Si lo hacen y encuentran que lo que yo les digo no es cierto, ¡perfecto! Discutámoslo aquí, muéstrenme que estoy equivocado. Pero no critiquen sin saber. Tan sólo les digo que en los casi 8 años que lleva abierto el blog me han llamado muchas cosas: feo, pederasta, asqueroso, sidoso... pero jamás, ni una sola vez, mentiroso. Nada de lo que he contado aquí ha faltado jamás a la verdad, que yo sepa. Y eso es para mí motivo de orgullo.
¿Qué es lo que vemos en la prostitución? Según Adela, un reflejo de nuestros prejuicios. Efectivamente, estamos muy condicionados por la educación que hemos recibido, el ambiente en el que hemos crecido, la gente con la que nos relacionamos, los medios a través de los que informamos, etc. No obstante, nos dice que podemos ir comprendiendo de manera más objetiva una realidad si hacemos el esfuerzo de entender a sus protagonistas. A eso les invito en este blog.
A lo largo de estos años he cambiado, porque he APRENDIDO. Cuando desconocía o no veía algo (como por ejemplo lo de la trata, ya que he hablado de ese tema en la última entrada) lo que hacía era BUSCAR a quienes sí decían saber del asunto y conocer casos. No me importó reconocer que había gente que sabía más que yo, ya he contado que en mis inicios ignoraba prácticamente todo y asumía muchísimas creencias que hoy combato. Es más, si pudiese hablar en estos momentos con mi "yo" pasado probablemente hallaría tantos problemas para hacerme entender como con cualquiera de ustedes. Así que les comprendo. Entiendo que existen unos ENORMES mitos, prejuicios, estereotipos e ideas preconcebidas sobre la prostitución y que no van a cambiar de un día para otro.
Y me dirán ustedes, "ya está aquí el iluminado". Claro, nos puede contar lo que sea porque es una persona anónima tras un teclado. Quizá es un pavo con mucho tiempo libre y una imaginación desbordante. Bien, valoren todas las posibilidades. Pero no se queden en lo que piensan en un principio, porque como viene siendo mi sello habitual en el blog dejo que hablen otras personas con las cuales no tengo la menor relación. Veamos qué sucede si esto se lo cuenta otra persona:
Lo cierto es que no soy muy fan de estos programas de "periodismo vivencial". Me parecen más bien JUEGOS DE NIÑAT@S RIC@S y casi se podría decir que los considero un insulto para la inteligencia. De hecho, participé en un reportaje que protagonizó esta señorita y no puedo decir que salí defraudado porque me esperaba exactamente el producto final: un churro. Trajeron a Adela en una furgoneta, apenas nos presentamos y ya se pusieron a grabar, la mujer se veía que no creía en nada de lo que decía sino que todo era postureo, cuando la descoloqué con mis respuestas -ya que en lugar del enfrentamiento busqué el consenso y la hice llegar a conclusiones que ella no esperaba usando la lógica y el sentido común- se quedó sin palabras (obviamente no sale en el vídeo, pero espero que algún día ella misma cuente la anécdota), y volvía a repetir frases que se veía que tenía memorizadas con el evidente objetivo de provocar una respuesta fuera de lugar del entrevistado. En media hora concluyó todo, otra vez a la furgoneta y a su mundo. ¿Qué coño se va a averiguar así? Yo me chupé noches enteras en Montera y aledaños, prácticamente formaba parte del paisaje. Y después vi la trastienda que jamás ningún periodista ha mostrado: dónde viven las chicas, los lugares por los que salen, supe aquello que te cuentan no cuando les preguntas sino cuando se encuentran a gusto contigo y te quieren contar las cosas. De eso le hablé a Adela, pero ni parecía entenderme ni tampoco era una historia que encajase en el guión del programa.
Sin embargo, en ese fugaz encuentro me dí cuenta de que tonta no era. Que a pesar de hacer y decir lo que los jefes la habían dicho que hiciese y dijese, ella no comulgaba con ruedas de molino. Y aquí está la prueba. ¡Menuda crítica más devastadora hace! Tanto a sus prejuicios como a la manipulación de los medios. Escuchad cómo habla de las barreras a la libre información: los límites de tiempo, de espacio, de opinión, la "chicharra" o preferencia del morbo sobre un conocimiento objetivo y desapasionado... Vaya, era algo que ya suponía pero agradezco semejante confesión de parte.
Es habitual que se considere que los clientes de prostitución poco o nada podemos conocer de este fenómeno pues la relación que mantendríamos con las chicas serían muy limitada, puramente mercantil, y tan mediatizada por el dinero que en ningún caso las prostitutas confiarían en nosotros sino que nos dirían solamente lo que queremos oír. Lo que sucede es que ese primer contacto abre las puertas a una relación que puede ir mucho más allá de lo económico. Hay chicas que conozco desde hace años y que, sin exagerar un pelo, puedo llamar mis amigas.
Estoy con ella, creo que la Adela de hoy es "diferente y mejor que la de antes"... como Cliente X es también una versión cada vez más avanzada y perfeccionada de la anterior (bueno, de joven tenía mejor tipo a decir verdad). Y como ella, sus compañeras Samantha Villar y Meritxell Martorell se acercaron a la prostitución y se sorprendieron: Samantha hasta el punto de escribir un libro y asegurar que, de no ser por el "qué dirán", se habría prostituido. Eso es lo que me da fuerzas y me alienta a seguir. Ver que es difícil, pero POSIBLE. La propia Adela se percató del fondo del problema: "quién eres influye en la forma que tienes de entender el mundo". Exacto. Por eso en general los periolistos no se comen un colín y las chicas les dan malas contestaciones, NO VIVEN EN EL MISMO MUNDO. Porque en este planeta existen muchos mundos, como afortunadamente ha conseguido entender Adela. Es fácil decir que una se solidariza con otras personas, pero no tiene nada que ver con convivir con esa gente y afrontar su día a día. Hay que enfrentarse al mundo real y, sobre todo, a esa comodidad que proporcionan los prejuicios. Porque es cierto, hace falta mucha humildad para pararse y reconocer que quizá uno estaba equivocado. Y es que las ideas que tenía esta mujer sobre la gente del vertedero, de los sadomasoquistas o de las putas pues eran las propias de una pija que vivía en su burbuja. Que conste que lo digo sin acritud, pero a las claras y estoy convencido de que si Adela me leyese me daría la razón. De hecho, me gustaría poder felicitarla porque semejante crecimiento y superación personal habla muy bien de ella.
Como nos cuenta, DESPUÉS de conocer sobre el terreno una realidad se puso a pensar y a preguntarse sobre la concordancia de sus ideas con lo que estaba viendo. ¡Qué maravilla! Es la combinación perfecta. Hay que experimentar, pero también reflexionar. Y Adela, que es ya toda una mujer hecha y derecha, a estas alturas de la película va y dice lo mismo que yo me dije: "has estado perdiendo el tiempo". ¡Coño, pero si la crítica más dura se la hace ella misma! Así es, de eso debería haber tratado el programa "En la caja": no de reforzar los prejuicios existentes sino de cuestionarlos con objetividad, "tal y como son con independencia de la propia manera de sentir y de pensar". ¿Se puede conseguir tal grado de independencia? Pues por lo visto no entre la clase periodística actual, pero Adela ha comenzado a intentarlo y se ha abierto un nuevo mundo ante ella. ¿A qué prejuicios me refiero? Pues vean el programa. Lo he dejado para el final porque pensé que era mejor que supiesen PRIMERO qué es lo que ella opina AHORA.
No voy a comentar a fondo el programa porque lo cierto es que no merece la pena, es el pestiño habitual de "qué degradante es la prostitución, qué submundo más horrible y qué pobrecitas son las putas"; pero cuando le dicen algo que NO ENTIENDE -como le sucede con la del polígono (que a mi juicio es la que más sabía y más claras tenía las cosas)- la tacha casi de tontita, de una persona manejable que no sabe por qué dice lo que dice. Pues sí, ella sabe que pagando impuestos LEGALMENTE ganaría más dinero. ¿Sorprendida? No, Adela, me consta que sabes lo que se cuece. Querías conocer las cosas, ¿no es cierto? Pues por suerte o desgracia, topaste conmigo y te dí una lección de realidad. Y no se trata de que me creas o dejes de creerme, sino de que (porque ahí me cortaron la frase, hay que ver estos periolistos...) tú misma investigues. Y es curioso que quienes respalden ese regulación sean las propias chicas, pero no pijas de alto standing sino las callejeras. Mujeres curtidas al Sol y al viento. Seguramente ella te hablase de lo mismo que yo te hablé y que, ¡oh, sorpresa!, salió en los medios al día siguiente de nuestro encuentro. Ya sabemos que trabajabas atada de pies y manos, sujeta a grandes limitaciones, pero lo mismo que hablaste en la charla de cómo se cayeron tus prejuicios frente a otros temas hubiese agradecido algunas palabras sobre lo de la prostitución. Porque estoy convencidísimo de que esa mujer dio razones de peso, pero tan incómodas que decidisteis no sacarlas. Que no pasa nada, desde el primer momento dijisteis cómo iban a ser las cosas, que ibas a hacer lo que os saliese de las narices básicamente. Pero vaya, no habría estado de más advertirle a los espectadores ¿no? Algo así como "Advertencia: sólo sacamos aquella parte de la historia que queremos, la información que proporcionamos está severamente sesgada. Aconsejamos un consumo responsable". A ver, si se hace con el tabaco y el alcohol... y la desinformación me parece muchísimo más peligrosa.
No sé si soy yo o también os da a vosotros la impresión de que detrás de sus juicios de valor y esa indignación impostada Adela en realidad no hacía más que interpretar un papel. Ya lo pensaba yo entonces y tras ver su charla en TEDx, lo creo aún más. Aunque también puede ser que sencillamente fuese presa de esos prejuicios que la cegaban y que se evidencian a lo largo de todo el programa, pero particularmente -a mi entender- cuando habla con la "chica obligada" y conmigo.
Representación típica de la prostitución. Una mujer (o bueno, parte de ella) mostrando cachas que se dirige a un vehículo. Si nos quedamos en esto, probablemente tengamos una imagen negativa del fenómeno, más si venimos de un entorno donde la sexualidad explícita es mal vista. Lo que pretendo es que ahondemos y sepamos las historias que hay detrás de esas imágenes que pueden impactar mucho pero que no explican nada.
Trato de explicarle que sí que es posible conocer la vida de las chicas si uno lo intenta, pues son personas como cualquiera de nosotros. Hay chicas con las que nunca me he atendido pero sin embargo he pasado mucho tiempo, muchas veces la prostitución consiste en pasar largos tiempos muertos entre clientes y las chicas pueden agradecer tener con quién pasar el rato. Como os he dicho, mi experiencia proviene mayoritariamente de prostitución de calle pero lo mismo que he hecho yo lo han experimentado otras personas por si queréis contrastar experiencias y ampliar información: por ejemplo la antropóloga Regina de Paula Medeiros también en medio abierto, el antropólogo José Luis Solana en clubes o el sociólogo José López Riopedre en pisos. Que las chicas no muerden y son mucho más accesibles de lo que parece en principio. Bueno, salvo para las abolicionistas que parece que las tengan miedo. Y yo además puedo incluir la experiencia de estar con chicas en entornos distintos del de trabajo, que si eres majo te llevan a sus casas y puedes conocer a su familia. De hecho creo que me acaba de venir la idea para la próxima entrada...
Por último hablemos de la chica obligada. He conocido casos como el suyo pero hace falta explicarlos, es cierto que hay mujeres que muy frecuentemente son captadas por otras que ya están trabajando en prostitución (y que según la definición de trata son "captadoras", es decir, TRATANTES. Buena parte de las personas detenidas en operativos policiales son prostitutas que han traído a otras... pero bueno, esa ya es otra historia de la que seguiré hablando otro día). Entonces se le ofrece a esa mujer la oportunidad de venir a prostituirse y, como no tiene los medios para hacerlo, se le paga el pasaje dejando claro desde el minuto uno que ha de reintegrar ese dinero (conducta que no tiene nada de malo, pero que en nuestro país es delito). Llega aquí y el dueño del club, al que ya se le habrá volado alguna chica sin pagar (porque también he conocido algún caso de tías listas que se vienen y luego se van a trabajar a otro sitio para no pagar el viaje), la retiene el pasaporte y se queda con lo que gana HASTA QUE PAGUE ESA DEUDA. Que en ese caso es de 1.800 bolos, que se saca perfectamente en DOS SEMANAS. No es que se quede con todo lo que gane en tres meses como entiende Adela. No, es que se queda con lo del viaje y luego lo que se saque la chica es para ella hasta los tres meses que es cuando tiene que volver a Paraguay porque viajó como turista y supuestamente en España no está trabajando. El trato viene a ser: pagas el viaje (obvio, tú eres la que viajas y la que quieres trabajar aquí) y el resto son ganancias tuyas. El beneficio del dueño del club es tener ocupada la habitación de la chica durante esos tres meses, que ella tiene que pagar a mayores del viaje (de ahí se sacan los abolicionistas lo de que la deuda "siempre aumenta"). Normalmente con el primer servicio del día se paga "la casa" (habitación y manutención) y el resto ya le queda para la chica. A la chica ni la raptaron, ni la pegaron, ni la engañaron... la dijeron nada más que hiciese su trabajo, que tuvo que realizar tan obligada como el que carga sacos, friega escaleras o pone copas todo el día. Quizá suene duro como lo estoy diciendo, pero la vida es así y no se regala el dinero. Que Adela entreviste a millones de trabajadores precarios a ver si nos gustan nuestros trabajos.
Si tan malo es el lucro, el aprovecharse de la necesidad ajena y tener que trabajar para pagar una deuda no sé qué hacemos que no prohibimos la banca. Y las hipotecas no son a dos semanas, son a veinte años. Vete tú a llorarle al banco con que no te gusta tu trabajo y menos que te quiten la mitad del sueldo todos los meses, eso me parece mucho más delictivo que lo que le hicieron a esta mujer aunque no voy a quitarle dramatismo al asunto, está claro que esa chica jamás se había prostituido y probablemente no conociese a más varón que su marido, por ello le haya sido tan complicado comenzar. Para mí el principal error es de quien decidió traer a una chica con su perfil, cuando hay miles que están deseando venir para hacer exactamente lo mismo que ya están haciendo en sus países. No es la primera que conozco en semejante situación, sólo que hacen dos cosas: o pasar el mal trago, pagar la deuda y buscarse otro trabajo; o escaparse. Si es que lo dije, la que no vale pues no se queda en esto, es como cualquier trabajo que requiere de unas aptitudes. Pero vamos, que desde ya recomiendo que aquella persona que no soporte la promiscuidad, que tenga una visión conservadora de la sexualidad (por moral religiosa o feminista) o que sencillamente no disfrute del sexo, que se mantenga alejada de la prostitución. Se va a ahorrar malos tragos ella misma y también se los evitará a los demás.