lunes, 1 de junio de 2015

Comunicado desde Hungría

Mañana se celebra el 40º aniversario del día de los trabajadores sexuales, como bien sabéis mis lectores porque suelo escribir todos los años una entrada al respecto. Para los nuevos, que sepáis que el 2 de Junio de 1975 en Lyon (Francia) un nutrido grupo de prostitutas ocuparon la Iglesia de St. Nizier para protestar por la situación de violencia y hostigamiento policial que sufrían. En esos momentos la administración gala perseguía el rufianismo, es decir, vivir de las ganancias de quien se prostituyese. Esto, que puede parecer una buena idea a primera vista al concebirse como una medida que proteja a estas personas y evite que nadie se aproveche de ellas, resultó ser tremendamente contraproducente ya que las situó en una situación de aislamiento y vulnerabilidad de la que algunos desaprensivos sacaron partido.

Resulta que los maridos, novios, compañeros, etc de las chicas fueron catalogados inmediatamente de "rufianes" (también conocidos como "proxenetas", "chulos" o "padrotes") así que las prostitutas se vieron obligadas bien a prescindir de ellos, bien a llegar a "acuerdos" (mordidas) con las autoridades para que les dejasen en paz. Pero no quedó ahí la cosa. Una interpretación estricta de la Ley permitía perseguir a toda aquella persona que obtuviese algún beneficio de la prostitución aunque no perjudicase en nada a las prostitutas. Así se persiguió a los hosteleros que las alquilaban las habitaciones donde trabajaban y vivían, a los comerciantes donde hacían sus compras e incluso a otras prostitutas que trabajaban con ellas. Se proclamaba actuar en beneficio de estas personas, pero la policía estaba constantemente encima de ellas y no las dejaba en paz. La única forma real de poder ejercer la prostitución era hacerlo en solitario y que fuese el cliente quien dispusiese el lugar de encuentro (su vehículo o domicilio particular). Evidentemente ir con un desconocido a no sabes dónde y sin que nadie esté al tanto es una situación peligrosa, y sucedió lo previsible: varias trabajadoras sexuales aparecieron muertas. La policía no hizo el menor esfuerzo por resolver estos crímenes (las malas lenguas incluso aseguran que fueron ellos quienes las asesinaron, por deberles dinero de las extorsiones o por ser confidentes que ya no resultaban de utilidad), es más, las autoridades procedieron a reprimirlas con más dureza, multándolas y deteniéndolas.

Cuando la prostitución en sí no está penalizada pero en cambio sí lo está su entorno (clientes, proxenetas...) o las actividades relacionadas (anunciarse, alquilarlas habitaciones...), se crea una especie de prohibicionismo encubierto que otorga un tremendo poder y discrecionalidad a las autoridades, en particular a las fuerzas que controlan el orden público. Actualmente las asociaciones de prostitutas y sus aliados proponemos un marco regulatorio similar al de Nueva Zelanda, que conllevaría una despenalización plena al tratar al negocio del sexo como cualquier otra actividad económica sin someterla a restricciones especiales.



Ante un deterioro semejante de la situación, y con la perspectiva de que siguiese empeorando, estas mujeres decidieron ocupar la mencionada iglesia (las autoridades religiosas locales dieron su consentimiento, sabían lo que pasaba y las apoyaron) con el objetivo de dar a conocer su problemática a los medios, a la sociedad y a los legisladores. Toda Francia e estremeció, un grupo de prostitutas se había organizado y protestaba contando una versión de los hechos muy distinta de la oficial. Pues así permanecieron ocho días hasta que, con nocturnidad y alevosía, los cuerpos de seguridad ingresaron a la fuerza en el templo y las desalojaron a porrazos hiriendo de gravedad a muchas de ellas. Posteriormente, otras trabajadoras sexuales de Europa establecieron el día 2 de Junio en conmemoración a estas compañeras que decidieron enfrentarse a las autoridades políticas y policiales, cansadas ya de ser marginadas y discriminadas.

Esta actitud de heroísmo marcó todo un precedente del que estamos muy orgullosos, pero también comprobamos con gran tristeza que las cosas no han cambiado nada cuatro décadas después. Los mismos que explotan y tratan a estas mujeres con violencia son los que imponen la "verdad oficial" en los medios, las prostitutas siguen sin ver reconocidos sus derechos más elementales y la sociedad sigue ignorando la realidad de la prostitución (y, por tanto, la desprecia). Y esto es algo que tiene consecuencias, como el asesinato de la joven compañera Nancy en Hungría.

Estupendo cartel que expone los principales motivos por los que debemos combatir la violencia que se ejerce, generalmente desde las instituciones públicas, hacia las prostitutas. La otra gran efeméride del trabajo sexual es la del 17 de Diciembre, también he tratado sobre ella en varias ocasiones. 



A este hecho es al que hace referencia el siguiente comunicado de la Asociación de Trabajadoras Sexuales Húngaras (lo he dejado en inglés original, aunque el subrayado es mío) denunciando la responsabilidad no sólo del asesino, sino también de los políticos que han creado un marco legal que condena a las prostitutas a la soledad, al estigma y a la discriminación. Se afirma que el odio hacia estas mujeres, que son excluidas no sólo por putas sino también por motivos migratorios y étnicos, es visible en las políticas públicas que implementan nuestros gobernantes.

Asimismo se condena el tratamiento mediático de la noticia, ¿por qué no hablan de la situación legal de la prostitución, de la persecución que sufren estas mujeres y de las gravosos multas que la administración las impone? Esta asociación opina, y comparto su criterio completamente, que Nancy fue víctima un marco regulatorio que la situó en la desprotección que aprovechó su asesino (cuya responsabilidad individual queda fuera de toda duda). Es más, incluso el propio Tribunal Supremo canadiense reconoció al año pasado que este tipo de disposiciones legales contra el proxenetismo (sin distinguir que hubiese o no consentimiento, como es el caso de España en la actualidad) no beneficiaban sino que perjudicaban a las prostitutas. Así que, honrando la lucha de las heroínas del 2 de Junio y la memoria de Nancy, me sumo a la petición de esta asociación por una actitud social respetuosa y una legislación no represiva. Lo malo de la prostitución no es la actividad en sí misma, sino cómo nos tratan otros por hacer lo que hacemos.



By MARIA on May 14th, 2015

The Association of Hungarian Sex Workers (SZEXE): Controversial regulation, police brutality, hatred of society and forced isolation bring sex workers into difficult situations. Instead of persecuting them, their exploiters should be traced. An answer to the media reaction to the recent murder of a 19 year old Hungarian sex worker. 

The Association of Hungarian Sex Workers (SZEXE) on behalf of the Hungarian sex workers community condemns the victim-blaming articles and reports published in the media that followed the death of Nancy, a Hungarian sex worker who was murdered in a flat in Akácfa street in Budapest, Hungary. This kind of materials in the media focused on assumed client of Nancy instead of examining state regulation that coerces sex workers into isolation, exile and personal stigmatization, police violence, as well as discrimination and hatred of Hungarian society against sex workers. 

Como señala esta asociación, la actuación de las autoridades suele agravar los problemas que ya tienen de por sí las prostitutas. En el cartel fotografiado arriba se va aún más allá y se exige que se detenga "el sistemático asesinato" de las prostitutas, quienes deberían protegerse no sólo de violadores y asesinos sino también (y parece que en primer lugar) de la policía.



Violence and exclusion of sex workers are usually driven by misogyny, homophobia, transphobia, and hatred against Roma. The fight against those is the common task that has to be done together by the other social movements, broad strata of the society, the media and decision-makers. That is why the Association asks the media to give equal representation to the affected sex workers and use respectful language when referring to sex workers, among them Nancy. 

Nancy was working in an apartment, in the isolated conditions that are similar to those of other fellow sex workers, isolated, in almost complete absence of police protection and social services. 

There are approximately 15,000 sex workers in Hungary. All of them have various reasons to do sex work: A lot of them are single mothers who otherwise would not be able to provide the right conditions for their children. A lot of them choose sex work as they usually face discrimination based on their skin color, gender identity, sexual orientation etc. A lot of people do sex work due to flexible nature of this kind of work and high income. However, in spite of diverse backgrounds they are all the victims to police violence, the inertia of decision-makers, the penalties deriving from legal anomalies and social stereotypes. 


¿No resulta evidente que una chica que trabaje en una actividad ilícita (o, cuando menos, no reconocida laboralmente y que ha de ocultar a su entorno familiar), que lo haga sola y sin apoyo de nadie (por eso de que el rufianismo/proxenetismo sea delito) y que encima lleve encima grandes cantidades de efectivo resulta una VÍCTIMA IDEAL para quienquiera abusar de ella, más si llevan placa y cuentan con respaldo legal? La legislación de casi todos los países es horriblemente hostil hacia las prostitutas, pero no porque pretenda perjudicarlas sino porque su objetivo es beneficiar a sus explotadores, a los chulos, a quienes hacen caja a su costa como se aprecia en esta foto donde un par de estos delincuentes detienen a una meretriz e intervienen sus pertenencias.



The safety of sex workers operating in apartments is mostly threatened by the controversial regulation, according to which the only way for a self-employed entrepreneur sex worker to work legally is to work alone in the property owned by them. If there are more than one sex workers working together - which in turn would increase their security - they may face 3 years of imprisonment for promoting prostitution. Also, sex workers cannot list the costs of the real estate rentals among its deductible expenses unlike other entrepreneurs. This controversial situation has created such semi-illegal solutions in which sex workers have to work in hiding, being left alone because of the lack of assistance from the police or social services, or being exploited on different levels and being forced to tolerate ongoing intimidation, vulnerability and high risks on everyday basis. 

The access to police protection and confiding in police are negatively affected by police specifically targeting and punishing them: 26.125 sex workers were fined in 2012, the fines imposed on them were more than 1 billion HUF (32,6 million EUR). It also happened several times that a single person got more than 10 million HUF (more than 32,6 thousand EUR) penalty. The Association of Hungarian Sex Workers is calling on decision makers and law enforcement bodies that instead of spending huge amounts of taxpayers’ money on persecution and prosecution of sex workers they allocate this money on tracing those persons who exploit sex workers, and treat them violently. SZEXE urges the state to give sex workers real legal protection, so that the cases of murders of sex workers similar to the one with Nancy do not happen in the future.




ACTUALIZACIÓN A 2/6/15: TRADUCCIÓN AL CASTELLANO


Por MARIA, 14 de Mayo de 2015

La asociación de trabajadores sexuales húngaros (SZEXE): una regulación controvertida, la brutalidad policial, el odio de la sociedad y el aislamiento forzado abocan a los trabajadores sexuales a situaciones complicadas. En vez de perseguirles, habría que ir a por sus explotadores. Ésta es una respuesta a la reacción de los medios al reciente asesinato de una trabajadora sexual húngara de 19 años.

La asociación de trabajadores sexuales húngaros (SZEXE) en nombre de la comunidad de trabajadores sexuales húngaros condena los artículos que culpabilizan a la víctima y las declaraciones publicadas en los medios tras el fallecimiento de Nancy, una trabajadora sexual húngara que fue asesinada en un apartamento de la calle Akácfa en Budapest, Hungría. Este tipo de materiales en los medios se centran en el presunto cliente de Nancy en lugar de examinar la regulación estatal que fuerza a los trabajadores sexuales a la soledad, al exilio y a la estigmatización personal, a la violencia policial, así como a la discriminación y al odio de la sociedad húngara hacia los trabajadores sexuales.

La violencia y la exclusión de los trabajadores sexuales están normalmente guiados por la misoginia, la homofobia, la transfobia y el odio hacia los gitanos. Combatir estas discriminaciones en la tarea común que debe ser realizada conjuntamente por los movimientos sociales, amplias capas de la sociedad, los medios y los dirigentes políticos. Es por ello que la asociación pide a los medios que den idéntica representación a las trabajadoras sexuales afectadas y empleen un lenguaje respetuoso cuando se refieran a ellas, entre quienes se encuentra Nancy.

Nancy estaba trabajando en un apartamento, en las condiciones de aislamiento que son comunes a otros trabajadores sexuales: aislados, en una casi completa ausencia de protección policial y servicios sociales.

Hay aproximadamente unos 15.000 trabajadores sexuales en Hungría. Todos tienen diferentes motivos para desempeñar esta actividad: muchas son madres solteras que de otro modo no podría proporcionar las condiciones adecuadas a sus hijos. Otros muchos escogen el trabajo sexual ya que normalmente son discriminados por su color de piel, identidad de género, orientación sexual, etc. Mucha gente realiza el trabajo sexual debido a la flexibilidad de este tipo de trabajo y a sus altos ingresos. De todas formas, a pesar de sus distintos antecedentes todos ellos son víctimas de la violencia policial, de la inercia de las políticas públicas, de las sanciones legales y de los estereotipos sociales.

La seguridad de los trabajadores sexuales que atienden en domicilios privados se ve amenazada en su mayor parte por la controvertida regulación, de acuerdo a la cual la única forma para que un trabajador sexual autónomo pueda ejercer legalmente es hacerlo solo en un domicilio de su propiedad. Si hay más de un trabajador sexual ejerciendo de manera conjunta -lo cual mejoraría su seguridad- pueden enfrentarse hasta a tres años de cárcel por promover la prostitución. Además, los trabajadores sexuales no pueden deducir los costes del alquiler de su declaración como otros empresarios. Esta controvertida situación ha creado soluciones semi-ilegales en las que los trabajadores sexuales tienen que trabajar ocultos, abandonados a su suerte por la falta de asistencia de la policía o los servicios sociales, o siendo explotados a diferentes niveles y siendo forzados a tolerar regularmente intimidación, vulnerabilidad y altos riesgos en su día a día.

El acceso a la protección policial y la confianza en la policía se ven negativamente afectados por la actitud policial de acosarles y castigarles: 26.125 trabajadores sexuales fueron multados en el 2012, imponiéndoles multas de más de un billón de HUF (32,6 millones de EUR). También sucedió en varias ocasiones que una sola persona fue sancionada con más de 10 millones de HUF (más de 32,6 mil de EUR). La asociación de trabajadores sexuales de Hungría pide a los políticos y a los cuerpos de seguridad del Estado que, en lugar de gastar enormes cantidades del dinero de los contribuyentes en perseguir y penalizar a los trabajadores sexuales, empleen este dinero en averiguar quiénes son las personas que explotan a los trabajadores sexuales y les tratan de manera violenta. SZEXE insta al Estado a que otorgue a los trabajadores sexuales auténtica protección legal, para que así los casos de asesinatos de trabajadoras sexuales como el de Nancy no vuelvan a suceder en el futuro.

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