Carlos Maslatón, abogado y miembro fundador de la UCeDé
Entre los políticos, dos de las más escasas cualidades son la honradez y la claridad. D. Carlos Maslatón posee ambas, así que en esta entrevista que le ha hecho el compañero Aldo Andonegui (Zorg en el blog) para la web "Entre fachas y rojos" sobre su postura ante la prostitución se expresa sin pelos en la lengua. No encontrarán ustedes las habituales evasivas o frases políticamente correctas a las que estamos acostumbrados, sino fieras críticas realizadas con afilado ingenio y un valor verdaderamente extraordinario. Merece la pena conocer este discurso alternativo que se opone al oficial:
He de empezar agradeciéndole a Carlos que se prestase a la entrevista, pues aunque sé que lo hizo de muy buena gana y para él es una cuestión de principios desmentir los engaños también soy perfectamente consciente de que conoce los problemas e implicaciones que conlleva llevarle la contraria al régimen de manera tan abierta. Estos agradecimientos por supuesto también se extienden a Aldo, el entrevistador, quien ha mostrado una valentía no menos meritoria. Mi más sincera enhorabuena a ambos.
Bien, cuando hablamos sobre prostitución el aspecto más chocante para quien conoce este mundo es el tremendo contraste entre lo que ve en su día a día y el cuento que escucha en los medios. Todas las chicas dicen lo mismo, ¡pero si eso no tiene nada que ver con la realidad! Esa es la situación que denuncia Carlos, que nos vendan una "imagen falsa" de que todas las prostitutas son víctimas de trata (que han sido "secuestradas, robadas, drogadas") cuando en realidad ejercen la prostitución VOLUNTARIAMENTE Y EN PLENITUD DE SUS FACULTADES. En este blog ya he denunciado la falacia de la trata, pero yo no creo que sea ningún tipo de error ni confusión sino una estrategia perfectamente planificada para evitar que se regule (o legalice, donde se halla criminalizada) la prostitución. Estoy seguro de que habrá casos de personas bienintencionadas que crean esta mentira, y otras que la apoyen debido a su cerrazón ideológica. Lo que me resulta verdaderamente preocupante son los "intereses detrás" de semejante estafa.
La caricatura de la prostituta que pintan los anti-trata no puede ser más obscena e irreal. Mujeres completamente sometidas, privadas de su libertad, incapaces de valerse por sí mismas... quien conozca personalmente a alguna prostituta, como Carlos, pueden dar fe de que la situación es diametralmente opuesta. Las prostitutas son las personas más independientes y autónomas que uno pueda echarse a la cara.
En España, el máximo responsable policial en materia de prostitución presta un respaldo abierto y continuado a las teorías de la trata. No hablamos de señoronas desocupadas que se hacen pajas mentales en sus casas, sino de alguien que tiene muchísima autoridad, poder y presencia mediática. A pesar de que los activistas en favor de los derechos de las prostitutas han venido denunciando la vergonzosa manipulación en la creación de las víctimas de trata parece como si nada de lo que dijesen tuviese efecto: una vez tras otra se destapan montajes policiales y... ¿para qué? ¡Para nada! El patrón es siempre el mismo, los medios anuncian de manera rimbombante la desarticulación de mafia de trata y los abolicionistas señalan la noticia como la prueba palmaria de sus tesis. Se investiga y resulta que no había nada de lo que se decía, pero eso sale sólo en algún medio crítico (El Mundo, Libertad Digital, Expansión) y los demás callan como muertos. Por supuesto no existe la menor rectificación, al poco vuelve a salir otra noticia similar que produce la alegría de unos (ellos) y la indignación de otros (nosotros). Ahí es donde hay que investigar, ¿por qué ese empeño en engañarnos? ¿Qué hay detrás? ¿Justificación de subvenciones para un puñado de vividores del trabajo ajeno? ¿Promoción de la policía exhibiendo éxitos inmerecidos? ¿O una preciosísima fuente de financiación ilegal para nuestras autoridades, porque no deja rastro -facturas, transferencias bancarias- y no está sujeta a ningún tipo de control?
Vale, me hago cargo de que una insinuación semejante puede extrañar un poco. Pero miren, les pongo como ejemplo la noticia salida hoy mismo en el País, donde se habla de una trama de mandos policiales que extorsionaba puticlubs. No hablo de gente de abajo, sino de los JEFES. La corrupción incrustada en el propio corazón del sistema. Nos hemos dejado la piel para que finalmente se reconozca esta evidencia, que nadie quería ver, y ahora yo les digo: si extorsionaba a marcoburdeles de casi 200 chicas, a empresarios españoles que tenían abogados y todos los papeles en regla... ¿qué no harán a las chicas extranjeras de la calle? Joder, es que me parece de sentido común. Bueno, pues el cuento de la trata ¿para qué sirve? Pues para que a quien acusasen de proxenetismo fuese al dueño de los clubs, cuando él lo que hizo fue denunciar porque ya estaba asfixiado y no podía pagar tanta extorsión. Es decir, vas a denunciar y acabas en la cárcel. Típico en este país. Además me juego el cuello a que los policías se van de rositas, como le sucedió a Ginés Jiménez y su banda de chorizos. El mensaje es claro: no denuncies que no va a servir de nada y además te vamos a empapelar.
El discurso anti-trata es impulsado desde las instituciones públicas. Es curioso que pongan tanto empeño en una cuestión sobre la que no existen ni evidencias empíricas (de hecho lo llaman "invisible") ni demanda social. ¿Políticos gastando dinero (recursos policiales y lo que dejan de percibir, al menos oficialmente, de impuestos) en algo que no les hace ganar votos ni sirve para satisfacer a ninguna clientela política? Será que son personas de gran corazón, muy comprometidas y altruistas. Fijo que es eso. Nuestros políticos :-)
Otro de los principales mitos existentes es el del tipo de relación que se establece entre las chicas y sus clientes. Se dice que hay abuso, dominio, subordinación... y nuevamente lo que hay que preguntarse es cuál es el sentido de un engaño tan manifiesto. No es suficiente con que digamos que no es así, que apreciamos mucho a las chicas y la interacción con estas mujeres es equilibrada, sana y libre. No. Como en el caso anterior de la trata, donde los propios extorsionadores dicen combatir la extorsión, aquí nos están diciendo cómo es SU relación con las chicas. Yo no digo que no haya abusos y violencia en la prostitución. Lo que cuestiono es QUIÉN la practica. Efectivamente las prostitutas son unas VÍCTIMAS, pero de los policías, los políticos y las feministas que son quienes las joden la vida. Esa es la diferencia, los clientes FOLLAMOS con ellas y estos "salvaputas" las JODEN.
El hecho de que los clientes seamos generalmente sus mejores aliados es lo que ha propiciado que también seamos objeto de los más duros ataques. Tampoco aquí es un desvarío de cuatro locas alborotadas, sino que desde las más altas instancias políticas se promueve nuestra criminalización. Carlos dice que la relación entre prostituta y cliente debería ser conocida antes de condenarla, pero... ¿qué falta les hace? En política primero se toma una decisión y luego se justifica. Si los hechos te llevan la contraria DA LO MISMO, sigues adelante que eso de reconocer un error es una muestra de debilidad, ya vendrá el de atrás a arreglarlo (o a empeorarlo aún más, como suele ser la norma). El problema de las chicas y sus aliados es que conocen tan bien el mundo de la prostitución como ignoran el de la política. La mentira es un elemento básico de la acción política, si se quiere acabar con la prostitución no se va a decir a las claras sino que siempre hay que ampararse en fines presuntamente muy elevados y bienintencionados. Que si proteger a los niños, evitar las enfermedades venéreas (otro topicazo, que Carlos desmiente de manera brillante), luchar contra la trata... Si no hay ningún problema no pasa nada, ya se encargan los políticos de fabricarlo que ése es su trabajo.
El reverso de la "víctima" es su verdugo, el "prostituidor", cuya relación con la "prostituida" vendría a ser una "violación pagada". Más o menos la imagen que tienen en la cabeza sería como ésta en la que el conocido actor porno Nacho Allende alias "Torbe" se abalanza sobre la actriz Lora Row, una especie de bestia embrutecida que tiene un sexo violento y primario sobre una mujer que no deja de gritar y llorar. Si no me creen, vean las pelis abolicionistas o los cortos de Mabel Lozano e Isabel de Ocampo.
Lo que hace falta no es enseñar la realidad a los abolicionistas, no podemos convencerles de nada si no tienen interés. La solución es DESENMASCARARLES, como acaba haciendo Carlos. No desean lo mejor para las chicas, sino que las detestan. Su persecución de la trata es en realidad una manera de atacar la prostitución bajo una apariencia de estar haciendo el bien, pero esa hipocresía se vuelve contra ellos haciéndoles aún más detestables. Yo creo que incluso alguien ajeno al mundo de la prostitución debe irse dando cuenta de que hay algo que falla, que huele mal, que hay gato encerrado. Resulta que los activistas anti-trata luchan denodadamente porque la legislación establezca la "irrelevancia" del consentimiento de las "víctimas", nunca mencionan el tema tan presente en la entrevista de los excesos perpetrados por las autoridades y hacen actividades "contra la trata" que de lo estúpidas que son parecen una burla. Eso por no hablar de su ceguera selectiva, si se acuerdan hace poco una comunista aseguraba que la prostitución estaba "prácticamente erradicada" en Cuba. Que no, que no se puede ser tan tonto. Lo que pasa es que tienen un morro que se lo pisan.
De hecho no creo los abolicionistas sean peligrosos. Más bien los veo como tontos útiles, como peones en manos del verdadero engendro mafioso que no es otro que... el propio gobierno. No es casual que estos grupos estén espléndidamente financiados e incluso, en algunos casos, hayan sido creados por el propio poder público. Son su respaldo ideológico, siempre hay que tirar del hilo e ir a por quien maneja el cotarro. Yo no quiero matar peones, yo quiero comerme al Rey.
Cuando abordan el asunto de las extorsiones policiales tocan hueso. Ahí está una de las razones profundas de no declarar legal esta actividad, pues como reconoce Carlos es esta situación legislativa la que ampara los abusos policiales al situar a las prostitutas y su entorno en una situación de vulnerabilidad extrema. ¿A que "parece que se hiciera intencionadamente"? A esa conclusión también llegó aquí un servidor.
Las prostitutas siempre tienen encima a la policía, ¡qué bien cuidadas deben estar! Piénsenlo un poquito, ¿qué delincuente podría desear coaccionar a una chica sabiendo que tendría día sí, día también, a la policía encima suyo? No conozco otro negocio que reciba tantas "visitas" policiales (inspecciones y redadas) como los de prostitución. ¿No será que los chulos son otros? ¿Por qué no se acercan a las chicas, consiguen su confianza y dejan que les cuenten sus problemas? Se sorprenderían de lo que difieren de lo que han escuchado hasta ahora.
Lo bueno de esta entrevista es que además de dar respuestas, hace pensar. Si los principales beneficiarios de que las prostitutas se encuentren sin derechos y su mundo se considere cuasidelincuencial son los policías corruptos que las extorsionan... no hace falta ser precisamente Sherlock Holmes para relacionar ese hecho con la posición que tienen los cuerpos y fuerzas de seguridad, paniaguados que viven de la teta del Estado y colectivistas de todo signo en este tema. "¿Y si los que dicen luchar contra la pros son quienes realmente contribuyen con la trata de mujeres?", nos dice Carlos. Pues si fuese así, tendríamos que tener pensada una estrategia a seguir. ¿Sabemos qué hacer? ¿Cómo conseguimos desmontar las mentiras que llevan años construyendo, si tienen todos los medios a su favor? Esto es política, querido Carlos, no va de tener razón o dejar de tenerla sino de hacer llegar tu mensaje, convencer y lograr cambiar las cosas.
Creo que dar a conocer la situación auténtica de la prostitución es un primer paso fundamental que compartimos tanto los liberales (que lo que pretendemos es poner freno a los atropellos del sector público) como los proderechos (cuya intención es mejorar las condiciones de vida de las trabajadoras sexuales). Ahí tenemos un punto en común muy fuerte sobre el que podemos trabajar. Hemos de desarrollar esta colaboración y forjar estrategias comunes que nos permitan avanzar hacia la consecución de nuestros objetivos. Nuestros enemigos saben muy bien lo que tienen que hacer y se han puesto manos a la obra, ¿no es hora de que les plantemos cara con coraje como hace D. Carlos Maslatón?