Mamen Briz, periodista y componente del consejo
de dirección y redacción de la revista Trabajadora de CC.OO.
de dirección y redacción de la revista Trabajadora de CC.OO.
Una de las maneras más corrientes de aproximarse al mundo de la prostitución es siguiendo un camino indirecto, a través de quienes dicen conocerla a través de la actividad profesional que desarrollan (abogacía, psicología, periodismo, etc). Siempre me habéis escuchado decir que hay que ser muy cauto con semejantes enfoques, porque pueden pecar de parcialidad y aunque no se tenga mala intención uno puede estar predispuesto a ver lo que quiere ver. Por ejemplo, un fiscal o un policía tratarán de hallar indicios delictivos, un psiquiatra problemas o alteraciones mentales y un trabajador social se centrará en aquellos aspectos de vulnerabilidad o exclusión social que justifiquen su intervención. En sí esto no tiene nada de malo: todos sufrimos en cierta medida una "de-formación profesional" y como habréis comprobado yo tampoco me libro de ella, centrándome en los aspectos políticos de la prostitución tales como la repercusión fiscal de su situación legal o las consecuencias que tienen las actuaciones de la administración en los derechos individuales y libertades fundamentales de estas personas. Sencillamente deseo advertir de que cualquiera de estas perspectivas es interesante, qué duda cabe, pero no resulta por sí sola suficiente para explicar el mundo de la prostitución. En cambio sumada a otras, complementando una visión más rica y genérica, adquiere todo su valor.
Además creo que los testimonios de estas personas pueden resultarnos de gran utilidad, pues el desconocimiento de la prostitución viene parejo al miedo a ella y no hay mucha gente dispuesta a sentarse cara a cara con una puta o un putero. Podemos "utilizarles" para que nos abran las puertas socialmente, e institucional y académicamente ya ni hablemos. Muchas veces donde más se habla de la prostitución (medios de comunicación, universidades, administraciones públicas...) las trabajadoras sexuales y personas de su entorno no tienen la menor posibilidad ni de poner los pies. No tenéis más que ver la cantidad de jornadas, seminarios y coloquios donde se dan cita una extensa serie de "expertos" y en los que, en cambio, nunca se puede ver una sola prostituta. Ahí necesitamos llegar, y o nos labramos una red de contactos que nos permitan meter la cabeza en estos mundillos o no llegaremos a nada.
Los objetivos declarados de HETAIRA son "acabar con la hipocresía social que estigmatiza a los trabajadores del sexo y conseguir que tengan derechos laborales". Esta asociación se ha dedicado a combatir los prejuicios y mitos que provocan que el trabajo sexual siga siendo estigmatizado socialmente. En la imagen, el cuadro (pinchar para ver a tamaño completo) elaborado por Anne Johnsen muestra que los problemas de la prostitución no se hallan en ella misma sino en las falsas creencias asumidas por una sociedad intolerante (y yo añado, reforzadas por una clase política totalmente irresponsable).
Entre quienes más han hecho por dar a conocer la prostitución en España, sobre todo llegando a aquellas personas con suficiente relevancia y capacidad como para hacer algo al respecto (quienes "parten el bacalao", vaya) , se encuentra el colectivo HETAIRA. Hay cosas que no me gustan de esta asociación, asuntos que considero muy mejorables sobre sus actuaciones prácticas, pero en lo que concierne a su discurso no tengo la menor objeción: me parece perfecto. Auténticamente feminista, izquierdista (de esa izquierda social y honrada que, lamentablemente, parece también existir únicamente en los discursos) y ajustado a la realidad. Sin gente como Cristina, Concha, Silvia o Mamen indudablemente la prostitución tendría una imagen todavía peor de la que tiene.
En la siguiente entrevista la portavoz de HETAIRA y sindicalista de Comisiones Obreras (luego me dicen que si soy un empresaurio antisindicalistos, que no, si alguien lo hace bien me da absolutamente igual quién sea o de dónde venga) contesta una serie de preguntas muy interesantes que debería tener en cuenta todo activista que pretenda realizar una defensa pública del trabajo sexual. Precisamente por eso he escogido este texto, ya que os tengo preparada una sopresita... jejeje.
La (re)contra - 11/10/12
¿Cuántas personas se dedican a la prostitución en España?
No lo sabemos. Cualquier cifra al respecto que puedas ver en los medios es inventada, y este es uno de los problemas a los que nos enfrentamos desde Hetaira. No existe voluntad política para conocer con rigor cuántos clubes hay, además de que existen personas que trabajan de forma particular, autónoma. Si los políticos tuvieran la voluntad de hacer un censo de clubes y de cuántas personas trabajan en ellos, se podría alcanzar una cifra aproximada, pero a día de hoy no existe esa voluntad. Sencillamente no se sabe.
Así que también será imposible saber el porcentaje de víctimas de trata de seres humanos.
Aquí también se inventan las cifras que les da la gana. Hay un bulo que corrió como la pólvora, que hablaba de más de un 90%, incluso varios políticos lo dijeron. La Organización Internacional del Trabajo lleva tiempo estudiando el problema de la trata de personas en la Unión Europea, y sus cifras sobre prostitución es que una de cada siete personas trabajadoras del sexo podría, ojo, en condicional, ser víctima de trata. El problema es que todo esto es muy difícil de contrastar, pero bajo nuestro punto de vista y según nuestra experiencia, es un porcentaje creíble.
¿Cuáles son las causas más comunes que llevan a una mujer a trabajar como prostituta?
El dinero.
La principal motivación para prostituirse es ganar dinero. ¡Qué malo, qué sucio, qué indecente! Oigan, ¿por qué trabaja todo el mundo? ¿Por qué asumen ustedes que quien desempeña esta actividad tiene alguna deuda, problema o adicción sin la cual no habría comenzado a prostituirse? Si es muy sencillo, trabajan en lo que quieren para poder gastarse la pasta en lo que les de la gana. Dejen ya de joder (en el mal sentido) y déjennos joder (en el bueno) en paz.
Bueno, sí, el dinero. Pero supongo que muchas veces es para pagar deudas por drogas, o juego…
Lo que tienes que analizar es por qué haces esta pregunta al hablar de prostitución cuando jamás te la plantearías para otros trabajos. Existen muchas mujeres que han ganado dinero con la prostitución y han ahorrado, han llevado una vida digamos ordenada y han conseguido regalar pisos a sus hijos, retirarse cómodamente. Otras muchas también han ganado dinero pero se lo han gastado en el bingo, o en lo que les ha dado la gana. Eso forma parte de la vida privada de las personas.
¿Cómo es el perfil medio de una trabajadora, o trabajador, del sexo?
No existe un perfil medio, hay personas de todo tipo. Quizá la característica común es que te guste el sexo y practicarlo con desconocidos, porque si no, mejor trabajar en otra cosa.
¿Y de los clientes?
Tampoco. El sexo no entiende de ideologías, estados civiles o edades. Últimamente, según ciertos estudios, cada vez hay más clientes jóvenes, lo que extraña a mucha gente, pues vivimos en una época en la que la juventud goza de bastante libertad en este aspecto. Tal vez la presión que existe en nuestra sociedad, en relación a que hay que tener muchas experiencias y ser una máquina en la cama, hace que muchos jóvenes quieran adquirir esa experiencia a través del sexo de pago, para luego no quedar mal con sus futuras relaciones. También hay muchos hombres casados que quieren tener encuentros fuera del matrimonio sin preocupaciones y de forma discreta, en fin, hay de todo. Totalmente heterogéneo.
¿Existen diferencias de clase en el mundo de la prostitución? Me refiero a si son diferentes los problemas para una persona que trabaja el alto standing y otra que trabaja en la Casa de Campo.
El problema común, que es el que intentamos combatir desde Hetaira y el que nos hizo fundar una asociación como esta, es el estigma. Ese lo tienen todas, trabajen donde trabajen. Los hombres no, ya sabemos cómo es el machismo con los asuntos del sexo, pero una mujer no puede decir con normalidad que se dedica a dar servicios sexuales. Y no digamos ya si encima disfruta: ‘soy prostituta y me encanta’. Esto tiene un estigma social muy arraigado, y es contra lo que queremos luchar. El otro gran problema es el de los derechos laborales, que también lo sufren todas. Y todos.
¿Cómo es vuestra relación con los poderes políticos?
Los políticos solo tienen un discurso muy bonito pero muy vacío. Da igual su ideología, en este tema todos están de acuerdo. Por ejemplo, a Ana Botella le fascinan las políticas socialistas de los países nórdicos con respecto a la prostitución. En cuanto a nuestra relación con ellos, pues no tenemos ninguna, porque no nos han recibido jamás. Tienen un discurso paternalista, generalmente prohibicionista, pero totalmente vacío. Para multar a los clientes y a las trabajadoras están todos de acuerdo. Por cierto, que según nuestros datos, se multa tres veces más a las trabajadoras que a los clientes.
A pesar de que Hetaira sí ha logrado acceder a altas instancias políticas (por ejemplo se han entrevistado con Dña.Ana Botella y Dña.Cristina Cifuentes, han sido invitadas a las comisiones parlamentarias que abordaron el tema y entre sus amistades se encuentran políticas de prestigio como Dña.Inés Sabanés), lo cierto es que normalmente las medidas que se toman respecto a la prostitución no tienen en cuenta ni a las prostitutas ni a las asociaciones que trabajan con ellas. Un claro ejemplo fue la ordenanza municipal de Murcia, cuya concejala de Seguridad (Dña. Nuria Fuentes, en la imagen) apostó por una perspectiva policial y represiva frente al "problema" de la prostitución.
El ahora desaparecido Ministerio de Igualdad, ¿tampoco escuchó vuestras reivindicaciones?
Como ya te he dicho, ningún político ha hablado con nosotras nunca. El discurso de Bibiana Aído, su retórica feminista, era impecable, de hecho la ha llevado hasta la ONU. Pero durante su mandato no se investigó en absoluto las denuncias de trata de personas, y las víctimas eran tratadas como delincuentes. Se las encerraba en los centros de internamiento para personas extranjeras, que son verdaderas cárceles, y luego se las deportaba a sus países de origen.
¿Cómo ayudáis a una persona que está siendo víctima de trata?
Es un tema muy delicado. Para empezar hay que conocer la diferencia entre tráfico de personas y trata de personas. El traficante simplemente te introduce ilegalmente en un país y te consigue papeles falsos. La trata significa que, mediante la extorsión, el chantaje, la violencia o la amenaza, estás obligando a una persona a ser esclava. No solo se da en el mundo de la prostitución, pero en nuestra experiencia, hay que ser muy discreto y tener mucho cuidado, porque lo primero es la seguridad, la integridad de la persona amenazada. Es muy fácil que la víctima, al final, sea tratada como una delincuente.
¿A qué te refieres?
No es fácil denunciar a la policía un delito de trata de personas. Tienes que tener indicios muy claros para que lleven a cabo una investigación. Para ellos es mucho más fácil tratar el asunto como un delito de inmigración, por lo que muchas veces la víctima se convierte en delincuente. Por eso, la mayoría de las veces en lugar de acudir a la policía avisamos a ONGs, como Proyecto Esperanza, que son especialistas en tratar casos de este tipo.
¿Cuál es el objetivo final de vuestra asociación y de otras como la vuestra?
Acabar con la hipocresía social que estigmatiza a los trabajadores del sexo y conseguir que tengan derechos laborales.