La semana pasada Marien y yo habíamos estado discutiendo acerca de la posición que tenían los partidos en general y el PP en particular sobre la prostitución. Supongo que quien haya ido leyendo este blog se habrá ido percatando de mi afinidad con tal partido, aunque yo siempre digo que milito en el PP, no que sea del PP. Yo soy un hombre de principios, no un hombre de partido: únicamente permaneceré en y apoyaré a un partido en tanto en cuanto éste defienda lo que dice defender. El PP es el mayor partido de España por número de afiliados y es evidente que dentro del mismo encontraremos las posiciones más dispares prácticamente en cualquier tema. Existen unos puntos de unión mínimos (igualdad entre los españoles, garantía de la libertad individual, liberalismo económico y político...) fuera de los cuales no existe consenso alguno. Esto no es malo en sí mismo, si el Partido define una línea muy rígida se corre el riesgo de fracturas internas (caso del PCE, por ejemplo) o de "lobotomizar" a la militancia, volviendola totalmente acrítica (lo que sucede en el PSOE). Aunque en este último caso es precisamente lo que se busca...
Una solución posible es la presentada por UPyD, a mi juicio (y con perdón de Mikel Buesa, a quien admiro profundamente), la formación más democrática que existe en todo el espectro político español: recientemente han previsto incorporar una "claúsula de discrepancia", que permite la disidencia pública al partido. Otra es sencillamente evitar "mojarse", por ejemplo este mismo partido no dijo una sóla palabra sobre el aborto o la eutanasia en su programa electoral del 2008. El PP no ha definido ninguna postura frente al fenómeno de la prostitución, sin embargo sí lo han hecho algunos de sus dirigentes más importantes. Es de éstas declaraciones de lo que les quiero hablar hoy, queridos.
Del Manzano pedía en su día una disposición legislativa de carácter nacional para regular la prostitución. Coincido con él, esta es una GRAVE carencia que no pudo ser solventada por la Comisión mixta Congreso-Senado del 2007 (a Dios gracias, porque el PSOE legislando tiene más peligro que un mono ebrio con una escopeta): en la actualidad están proliferando las ordenanzas municipales que no son sino "parches" para ir tirando. Seamos serios, la prostitución se ha convertido en un asunto cada vez más importante y al que es necesario dar una respuesta política. No podemos mirar para otro lado.
El alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, ha pedido al Gobierno que regule por ley la prostitución, según señaló ayer tras la reunión del Gobierno municipal.
En los últimos días se ha reproducido, una vez más, la polémica sobre la presencia de prostitutas en la Casa de Campo. El Ayuntamiento quiere que las mujeres se aparten de la zona del Parque de Atracciónes y del Zoo.
Alvarez del Manzano explicó ayer que el Ayuntamiento no quiere ningún tipo de represalias ni acción policial contra estas personas.
«Somos defensores de las mujeres, por encima de cualquier otra circunstancia y, especialmente, de las menos favorecidas, que se ven engañadas por las mafias, y por eso es por lo que queremos que haya un cierto orden en este tema», según dijo el alcalde.
Según fuentes del Gobierno municipal, hace algunas semanas las prostitutas que están en la Casa de Campo han roto un pacto no escrito por el cual no debían ponerse en la entrada del Parque de Atracciones o el Zoo.
La responsable de la Policía Municipal, María Tardón, amenazó con aplicar el Código Penal a las prostitutas por «exhibicionismo obsceno ante menores». Estas declaraciones provocaron las protestas de colectivos sociales y partidos políticos.
Ayer, Alvarez del Manzano explicó que no quería decir que haya que regular la prostitución en el Código Penal. «Digo simplemente que hay que regularla».
Respecto a las afirmaciones del fiscal jefe de Madrid («las prostitutas no se exhíben, sino que ejercen con el uniforme de su profesión»), el alcalde dijo que estas declaraciones eran chocantes. «Me quedo con sus conclusiones y coincido con él en que hay que regular la actividad».
Calificó de «interesantísimo» el Congreso Internacional sobre Prostitución que se inicia la próxima semana en Madrid, al cual el alcalde fue invitado a última hora de ayer.
Alvarez del Manzano había dicho por la mañana, antes de ser invitado: «A lo mejor la Comunidad entiende, lo cual no estaría mal, que la prostitución es un tema de su competencia».
Por otra parte, la consejera de Servicios Sociales, Pilar Martínez, calificó ayer de «anecdótica» la polémica en torno a las prostitutas de la Casa de Campo, donde, según dijo, «el Ayuntamiento trata de solucionar un problema de convivencia».
No obstante, señaló que «ordenar y regular esta actividad y la existencia de burdeles son un incentivo para el tráfico de mujeres, según informes internacionales».
«¿De verdad creen que se puede mejorar la situación laboral de una mujer que se prostituye mañana, tarde y noche y regular algo que es fruto de su explotación, no una opción libre?», se preguntó, para añadir después que «la prioridad es la defensa de los derechos humanos». La consejera también comentó que la solución no puede ser contradictoria, en relación con que si se regula por ley esta actividad y se abren burdeles, luego los ciudadanos deben aceptarlos, aunque estén al lado de su casa.
Pilar Martínez resaltó que «a quienes hay que combatir es a la mafias y a los proxenetas, porque las prostitutas son las víctimas de su explotación sexual». Manifestó, además, que «la mujer que se desnuda en la Casa de Campo no lo hace para los menores» y calificó de «brillantes» las declaraciones del fiscal jefe de Madrid, Fernández Bermejo, quien advirtió de que no acusará a las prostitutas porque visten «con el uniforme propio de sus profesión».
Para la consejera «éste es un tema en el que es muy fácil resbalar y por ello hay que abrir un debate».
La postura más generalizada dentro del Partido, o al menos así me ha parecido, es la que mantiene nuestro actual alcalde: REGLAMENTAR la prostitución a puerta cerrada y perseguir la que se realiza en exteriores. Esto es algo que considero un TREMENDO ERROR; primero porque en el medio abierto las trabajadoras sexuales gozan de mayor libertad y autonomía (así pues no podría alegarse la "lucha contra el proxenetismo"), segundo porque es falso que el llamado "control sanitario" beneficie a las prostitutas. Varias de las asociaciones que trabajan con ellas advierten del efecto potencialmente perverso que tendría, ya que entonces muchos clientes podrían descuidar las necesarias medidas de protección. Es un hecho, y como cliente lo reconozco, que nosotros pedimos frecuentemente mantener relaciones sin protección (otra cosa es que nos lo concedan, claro). Si realmente se quieren mejorar las condiciones higiénicas deberían promoverse campañas entre los clientes y ofrecer análisis GRATUITOS tanto a ellas como a nosotros en unidades móviles. Hoy por hoy todas las medidas se enfocan hacia la trabajadora sexual, a nosotros no nos regalan un triste condón.
Finalmente, en tercer lugar, esta medida sería sumamente desacertada porque precisamente es la prostitución en medio abierto la que más peso tiene a la hora de normalizar socialmente esta actividad. Soy de la opinión de que la visibilidad precede a la inclusión.
Si queremos ser aceptados no podemos seguir escondiéndonos.
MADRID.- El presidente del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, abogó por legalizar el ejercicio de la prostitución y por impedir que pueda ejercerse en la calle, fuera de locales que reúnan las debidas garantías legales y sanitarias.
El jefe del Ejecutivo regional visitó ayer EL MUNDO y contestó a las múltiples preguntas de los internautas a través de elmundo.es. La entrada de Ruiz-Gallardón en la página web de este periódico levantó gran expectación, ya que recibió, en una hora, 1.800 preguntas de madrileños y otros visitantes. El chat recibió 20.000 consultas de los lectores, 16.000 de ellas, durante el transcurso de la entrevista, una de las más visitadas de las celebradas por elmundo.es.
Ruiz-Gallardón abogó claramente por «acabar con el cinismo de no reconocer la prostitución como una profesión» y propuso «legalizarla e impedir que pueda ejercerse fuera de locales donde exista control sanitario en beneficio de las prostitutas».
Esta medida, según expuso el presidente, que contestó a dos preguntas relacionadas con el tema, supondría «hacer desaparecer la figura más perversa de la prostitución: el proxeneta».
La actividad debería someterse «al mismo régimen fiscal que tienen otro tipo de servicios», según Ruiz-Gallardón.
La propuesta del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, se produjo por una pregunta sobre el aumento de la prostitución en el kilómetro 20 de la antigua N-V. Pero son muchas zonas de la Comunidad las que sufren este problema, cuyo principal exponente es la Casa de Campo.
Ruiz-Gallardón afirmó que legalizará la prostitución «aprobando una ley que regule los derechos de la prostituta frente a los clientes y, sobre todo, frente a quienes las explotan».
Prostitución. La presidenta del PP de Madrid cree que habría que legalizar la venta de sexo, sin embargo su secretaria de Acción Social opta por prohibirla. Las desavenencias podrían acabarse en el seminario que ha propuesto Ana Botella
¿Qué piensa el PP sobre la prostitución? Depende de a quién se pregunte. En el de Madrid la presidenta no se pone de acuerdo ni siquiera con la secretaria de Acción Social. Es decir, Esperanza Aguirre y Ana Botella no se entienden cuando hablan del mercado del sexo y de cómo tratar esta situación. Y es que la concejala de Servicios al Ciudadano tiene tan claro que habría que prohibir la prostitución, como la presidenta regional que habría que legalizarla. ¿El mismo PP?
«El tratamiento de la prostitución es un tema tan delicado que no hay unanimidad de criterio en ningún partido político, ni en la sociedad española, ni en ninguna de las ciudades o países de nuestro entorno», justifica Ana Botella. Pero, ¿ni entre la presidenta del PP en Madrid y la que Aguirre designa como encargada de marcar la política social del partido, Ana Botella?
El desencuentro ha llegado a tal punto, que la secretaria de Acción Social ha propuesto a Esperanza Aguirre abrir el debate dentro del PP para poder llegar a una postura común. «Ya he hablado con la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, de la posibilidad de convocar algún tipo de reunión o seminario para abrir el debate dentro del partido», anuncia la concejala del Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón y defensora de eliminar la prostitución de la calle.
Quizá en ese seminario se imponga la postura que siempre ha mantenido la actual presidenta del PP en Madrid. En el año 95, Aguirre ya dejaba claro que, si por ella fuera, se hubiera creado en Madrid una suerte de barrio rojo. Para Botella, esto es un escándalo: «Yo en absoluto soy partidaria». Además, en la entrevista que concedió la máxima dirigente regional a M2 el pasado 20 de diciembre, la presidenta dejaba claro que había que «legalizar la prostitución para dar más seguridad a estas personas».
Ana Botella, sin embargo, insiste en que «legalizar la prostitución es legalizar algo que va contra la dignidad del ser humano y que creo que es una forma de esclavitud». ¿Esquizofrenia? «No, lo que pasa es que cuando una mujer ejerce la prostitución de manera no libre, sino presionada por una serie de circunstancias», puntualiza, «yo nunca la legalizaría. Sinceramente creo que al legalizar esto, se está haciendo que permanezca una situación de violencia contra la mujer. ¿Por qué es menos violencia que una mujer se vea afectada en algo tan íntimo como es su sexualidad mediante dinero? Eso no es una relación de igualdad. Una relación en la que mediante dinero se accede a la sexualidad de la mujer, es una relación donde se está ejerciendo una situación de superioridad, una situación de violencia».
Otra visión
Definitivamente, Aguirre no lo ve por el mismo lado: «Lo que hay que hacer es regular esta cuestión para dar una mayor seguridad higiénica y sanitaria a las personas -porque no son sólo mujeres, hay muchísima prostitución masculina- que la ejercen y para regularizar su situación y que paguen impuestos. Hay quien considera que es lamentable, que el sexo debe hacerse sólo por amor; bien para quien sostenga esa tesis, pero la realidad es la realidad».
No se sabe si Aguirre es más pragmática y prefiere que la venta de sexo se regule (con impuestos incluidos) o si dos mujeres tan influyentes en este aspecto en la Comunidad de Madrid no son capaces de llegar a puntos comunes.
Pero las desavenencias no se centran únicamente en sus posturas sobre legalización o abolición. La presidenta de la Comunidad no entiende cómo se intenta penalizar al cliente mientras su secretaria de Acción Social, en su papel de concejala de Servicios al Ciudadano, pone en marcha un Plan contra la Explotación Sexual en el que se incluye una campaña de publicidad donde el lema es Existe porque tú lo pagas.
«Me parece extraño que cada vez se abra más paso la idea de que hay que acabar con la prostitución penalizando al cliente. Hay gente que prefiere comprar el sexo. A mí me podrá parecer moralmente rechazable, pero es un hecho», advierte Aguirre mientras Botella se defiende: «La campaña no es para culpabilizar al cliente, sino para concienciarlo y que piense lo que hay detrás de la prostitución. Simplemente que el cliente se ponga a pensar, porque a lo mejor cuando lo oye varias veces acaba pensando que esa mujer está sufriendo».
Y Alberto Ruiz-Gallardón, ¿qué opina? La concejala de Servicios al Ciudadano insiste en que «todo el equipo municipal está de acuerdo con este plan y con la política de lucha contra la explotación sexual». El alcalde de Madrid lo único que ha manifestado es que no quiere «la prostitución en la calle, sí en los burdeles» [Ver M2 del 1 de agosto de 2003].
Sin embargo, antes de ser alcalde, durante su mandato como presidente de la Comunidad de Madrid, se atrevió a demandar una legislación nacional que regulara la situación de las prostitutas. En este aspecto parece que coincide más con Esperanza Aguirre, sin que sirva de precedente, que con su concejala de Servicios al Ciudadano.«La Comunidad, desde la Consejería de Servicios Sociales, está dispuesta a participar en el diseño de lo que debería ser una legislación más moderna y progresista, de auténtico reconocimiento de una realidad, como la prostitución, que exige una normativa en defensa de los derechos de las prostitutas», explicó durante el Consejo de Gobierno del 23 de septiembre de 1999, cuando ocupaba el sillón principal en la Puerta del Sol.
Es más, el entonces presidente regional pedía que no se mirara hacia otro lado y le daba algunos consejos al alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano: «Lo más torpe es practicar políticas de avestruz. La Administración no puede tener actitudes cínicas, como las que se han aplicado durante los últimos 70 años en España, que lo que hacen es dejar fuera de los controles sanitarios y de seguridad unas situaciones que existen, han existido y van a seguir existiendo».
Esperanza Aguirre prefiere no meter en camisas de once varas al Gobierno de la nación, y de paso a su partido, y no insta a nadie a legislar. Eso sí, cuando se le pregunta si va a actuar sobre la prostitución desde su potestad, la presidenta regional lo tiene claro: «La prostitución en España está permitida. Está penalizado el proxenetismo y esa competencia corresponde a las Cortes Generales».
Ni siquiera en esta forma de actuar coincide Aguirre con Ana Botella. La concejala adelanta que su partido va a presentar una propuesta en el Congreso de los Diputados que obligará a todos a enfrentar este debate. Además, Botella tiene claro que hacer una norma nacional no será efectivo en ninguno de los dos sentidos. «Si no se legisla de una manera amplia entre distintos países que están en contacto, la normativa valdrá para poco. Porque si de repente se hace una legislación abolicionista, las prostitutas se trasladarán al país de al lado y viceversa».
Mientras se ponen de acuerdo, cada una actúa en su pequeño espacio de poder. La concejala de Servicios al Ciudadano sigue «haciendo incómodo a las mafias y a las bandas venir a Madrid, que es lo que nos compete y preocupándome de que a esas mujeres que ejercen la prostitución forzadas se les abra, al menos, otro horizonte». Y Aguirre deberá decidir, dentro de su partido, qué postura se impone, la suya o la de Botella.
En una entrevista con M2 publicada el pasado 20 de diciembre Esperanza Aguirre dejaba clara su posición sobre la prostitución y la línea que ella considera que ha de seguirse: legalización. Respeta a quienes, como miembros del equipo de Ana Botella, defienden la abolición, pero ella dice que «la realidad es la realidad» y rechaza que el sexo se practique sólo por amor.
En los últimos años, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, la concejala de Servicios al Ciudadano, Ana Botella, y los portavoces de la oposición, Trinidad Jiménez e Inés Sabanés, han hecho diversas y a veces divergentes declaraciones sobre cómo abordar el problema de la prostitución en Madrid. He aquí una síntesis:
Ruiz-Gallardón (18-XII-2003)
En una entrevista con EL MUNDO, el alcalde anunciaba una nueva política en relación con la prostitución: «Tenemos que abrir una puerta para que las mujeres salgan de la prostitución, poniendo en marcha una serie de dispositivos que van a ofrecer a las mujeres una alternativa vital, una alternativa de formación, laboral e incluso una alternativa de seguridad cuando están sometidas a explotación. Una vez que hayamos establecido esas medidas sociales, el objetivo último, lo que busco, es que la calle no sea lugar ni para la práctica ni para la contratación de la prostitución».
Ana Botella (29-I-2004)
La concejala de Servicios al Ciudadano anunció durante un seminario un plan de choque contra la prostitución, actividad que no es partidaria de legalizar. «Madrid no será fácil para proxenetas y mafias», dijo, y abogó por aplicar la ley sueca sobre prostitución, que penaliza al cliente con multas e incluso penas de cárcel. «La sociedad debe asumir que la igualdad entre hombres y mujeres no se conseguirá mientras los hombres compren, vendan y exploten a mujeres y menores para prostituirlos».
Ruiz-Gallardón (17-VI-2004)
En la inauguración de unas jornadas sobre el tema, el alcalde pidió un marco estatal, «o al menos un debate a nivel nacional, que no tiene por qué ser inmediatamente, pero que no debería dilatarse mucho en el tiempo», para que la erradicación de la prostitución «no se haga sólo desde el ámbito local».
Esperanza Aguirre (20-XII-2004)
La presidenta de la Comunidad, en una entrevista con EL MUNDO, expuso una posición diferente: se mostró partidaria de legalizar la prostitución. «Me parece extraño que cada vez se abra más paso la idea de que hay que acabar con la prostitución penalizando al cliente. Hay gente que prefiere comprar el sexo. A mí me podrá parecer moralmente rechazable, pero es un hecho. Hay que regular esta cuestión para dar una mayor seguridad higiénica y sanitaria a las personas que ejercen la prostitución y para regularizar su situación y que paguen impuestos». En una nueva entrevista con este periódico el pasado día 21, Aguirre reiteró esta misma postura.
Trinidad Jiménez (2-XI-2002)
En la calle de Montera de precampaña electoral, la portavoz socialista en el Ayuntamiento dijo: «Como mujer, me repugna utilizar el término legalización, pero como candidata a la Alcaldía, hay que hablar de regularización. En 2004, Jiménez criticaba las medidas de Gallardón y decía. «Lo que hay que hacer es luchar contra las mafias, dar apoyo psicológico a las mujeres, y después que decidan libremente si quieren o no ejercer la prostitución».
Inés Sabanés (12-III-2003)
Inés Sabanés, portavoz de IU, hizo una sorprendente propuesta en el Forum Europa. Abogó por defender los derechos de las prostitutas y avanzar en la resolución del problema mediante pactos. «En este pacto pueden entrar también los periódicos para suprimir los anuncios de relax y reducir así la prostitución».