miércoles, 3 de febrero de 2016

Vídeos de las charlas en Barna

"En el fondo, las políticas antitrata se han elaborado fundamentalmente para recortar la capacidad de las mujeres en tanto que proyectos propios como migrantes y para ir en contra del trabajo sexual en general"
Cristina Garaizábal, activista pro derechos y psicóloga

"Nosotras, al principio, la imagen del feminismo la veíamos policial... como controladora del cuerpo y dijimos: si esto es el feminismo, yo no quiero a estas feministas"
Georgina Orellano, trabajadora sexual y sindicalista

"El trabajo sexual es el trabajo que nos da más dinero a las mujeres seamos de la clase social que seamos, es donde realmente tenemos más poder ahora mismo en el sistema patriarcal"
Montserrat Neira, trabajadora sexual y politóloga

"¿Por qué hablan por nosotras (las feministas institucionalizadas)? ¿De dónde cobran? ¡Del Estado que es patriarcal y machista!"
Paula Ezkerra, trabajadora sexual y concejala


Pienso que uno de los mayores hándicaps de quien escribe en internet, y más de manera anónima, es su falta de credibilidad. Es verdad, ¿por qué nadie tendría que creer lo que cuento en el blog? Especialmente si se trata de un tema tan escabroso como la prostitución y encima digo que soy cliente. Y me parece perfecto, no quiero lectores crédulos (en ningún sentido, como suelo decir que la duda vaya en todas las direcciones).

Por ese motivo me esfuerzo en respaldar mis palabras con las de otras personas, a las que se les supone un conocimiento del tema bien sea por su proximidad al mundo de la prostitución o por considerarse “expertas” en la materia. Sé a la perfección que vivimos en un mundo donde lo importante no es QUÉ se diga, sino más bien QUIÉN lo diga. No es algo que me guste pero así es como están las cosas.

Los colectivos que organizaron estas charlas se han distinguido por impulsar el asociacionismo entre prostitutas y articular sus protestas. Gracias a Hetaira, Génera y APROSEX se han ido conociendo los problemas reales que afrontan estas mujeres y qué reivindican. Los documentos audiovisuales que reproduzco a continuación resultan verdaderamente reveladores y deberían ser vistos por cualquier persona interesada en conocer el fenómeno de la prostitución.



Es por ello que considero que jornadas como ésta resultan tan valiosas, llevo AÑOS contando lo que van a escuchar ustedes a continuación sólo que siempre de manera anónima (a mí nadie me va a llamar para que imparta una charla) y desde la condición de un despreciable putero, sin filiación política ni contactos de ninguna clase. Un don nadie, vamos. Bueno, pues ahora les traigo a MUJERES, DE IZQUIERDAS (“anticapitalistas”, es decir, no de izquierdas sino lo siguiente) y FEMINISTAS. Gente de bien, personas de prestigio, ya no es que lo diga un pobre diablo como yo.

Así es, son las diferentes mesas de aquellas charlas que anuncié en Diciembre. Debido a la falta de organización y previsión tan habituales en el colectivo pro derechos, fueron grabadas de manera muy rudimentaria y los vídeos se escuchan mal, se mueven mucho e incluso al último le falta la parte final (presumiblemente porque se agotó la batería). Además, varias de las ponencias se impartieron en inglés y no están traducidas (aunque los asistentes gozaron de un servicio de traducción simultánea). Pero bueno, como se dice "esto es lo que hay". Y ya es mucho.



Ni abolicionismo ni regulación neoliberal: construyendo un modelo no capitalista de regulación del trabajo sexual

Las jornadas se abrieron señalando el falso debate existente que únicamente nos presenta dos opciones posibles: el modelo abolicionista, que criminaliza el trabajo sexual, y la regulación que acepta la prostitución pero ignora los derechos laborales de las prostitutas, centrándose en el control administrativo de la actividad. El objetivo de la ponencia fue plantear un "modelo alternativo" a estos dos enfoques, ya que desde nuestra perspectiva NINGUNO NOS SATISFACE. 

La mesa la presentó Anna Saliente y estuvo compuesta por Petra Östergren (académica sueca que ha analizado el modelo abolicionista sobre el terreno y conoce sus efectos reales), Thierry Schaffauser (activista contra la criminalización del trabajo sexual, valorado particularmente "porque ha trabajado desde el ámbito del anticapitalismo") y Montse Neira (trabajadora sexual y politóloga). Analizaron cómo se podía construir una propuesta desde el ámbito de los DD.HH., que priorizase antes de cualquier otro asunto (control de la inmigración, aspecto fiscal o regulaciones administrativas) "los derechos de las trabajadoras sexuales". 

Por una parte de criticaron duramente las políticas públicas abolicionistas puesto que en su aplicación práctica resultaban lesivas a los derechos de las prostitutas. Se denunció la instrumentalización del discurso y las leyes antitrata para perseguir la inmigración, particularmente de personas que ejercían el trabajo sexual y que la criminalización de la prostitución reforzaba el poder de la policía que así tenía vía libre para abusar de este colectivo. Por otra, se desmarcaron totalmente de propuestas como la de Ciudadanos a la que calificaron de "completamente neoliberal" (a pesar de que es intervencionista a más no poder) y señalaron que la vía que habría que seguir es la de la decriminalización: esto es, trasladar la legislación del código penal al derecho laboral (supongo que despenalizando el proxenetismo y la trata no coactivos, como tantas veces ha manifestado el Colectivo Hetaira) acercándonos así al modelo neozelandés, tenido entre los activistas pro derechos como el más exitoso y respetuoso con los derechos de los trabajadores sexuales.



Alianzas feministas en el trabajo sexual, el rol de movimiento feminista en el empoderamiento y en la auto-organización

La siguiente conferencia trató sobre las alianzas entre feministas y el papel del movimiento feminista a la hora de abordar el trabajo sexual. Ciertamente el tema de la prostitución ha dividido a las feministas, y ambos grupos han tratado de reconciliarse reiteradamente sin ningún éxito ya que tanto uno como otro se hallan fuertemente ideologizados. Supuestamente esta alianza vendría dada por los valores que lo impulsan de defensa de las mujeres, sin embargo resulta que las respuestas que ofrecen estos grupos no pueden ser más diferentes y me sorprende cómo hablan de sus colegas... como si se acabasen dando cuenta de que todo entendimiento es imposible. Aseguran que esas otras feministas, "las abolicionistas, las institucionales" son incapaces de entender a las prostitutas, las perjudican estigmatizándolas e incluso favoreciendo las actuaciones represivas de las autoridades.

Para abrir boca, Génera proyectó un vídeo en el que se representa la extorsión típica de la policía, quitándole el dinero a la chica y amenazándola con mandarla al calabozo si no folla gratis. Como ella se niega la detiene y presenta su actuación como un éxito policial al desarticular "una red de trata". Los presentes recibieron la conclusión del vídeo con carcajadas pero maldita la gracia que tiene porque, aunque se trata de una simplificación de la realidad no carente de errores (los agentes nunca actúan en solitario, por ejemplo), es la primera vez que veo a una ONG reconociendo abiertamente la existencia de estos abusos y la forma en la que se cometen (empleando la legislación en contra de las chicas). En su turno, Georgina Orellano se extenderá sobre este particular.

La mesa, moderada por Clarisa Velocci y con la presencia de Maria Palomares, Georgina Orellano, Paula Ezkerra y Ava Caradonna, declaró en un primer momento tener la voluntad de tender puentes entre feministas y que un principio básico era que quienes hablasen sobre trabajo sexual debían ser las prostitutas y no otras personas por ellas. ¿Y qué sucede cuando quienes hablan son las putas? Pues invariablemente que cuentan lo que les pasa. No te hablan de dejar el trabajo sexual sino de mejorar las condiciones laborales, de las redadas ("allanamientos", en Argentina) y de la profunda desconfianza que sienten tanto hacia las feministas como hacia la policía.

Me resultó particularmente interesante la intervención de Georgina Orellano, merecedora de un aplauso muy entusiasta. Contó cómo las legislaciones que decían combatir la trata de personas en realidad venían criminalizando a las prostitutas, empujándolas a una mayor clandestinidad y vulnerando sus derechos. Que la prostitución acababa prohibiéndose de manera encubierta, al criminalizar parcialmente cada una de sus modalidades (prohibiendo el ejercicio en la vía pública, en los burdeles y también anunciarse). Relató cómo son las redadas, en las que las dejan sin nada (amigas mías me han contado que las dejan incluso sin sus objetos de aseo personal, arramblan con todo) mientras luego las ponen con psicólogas que las amenazan, presentan a muchas chicas como "proxenetas" y después los medios dan una imagen totalmente surrealista de lo que realmente sucedió.

Además, relata su fallido intento de construir una alianza con este otro sector del feminismo. Las reacciones que encontró fueron desde que negaron que ella y sus compañeras fuesen putas a que las acusasen de defender a los proxenetas y ser financiadas por las redes de trata. Como bien dice, "ahí se acabó la solidaridad" (frase muy celebrada entre los asistentes). En cambio, esa solidaridad y esa alianza sí podría buscarse con las chicas de las calle, quienes "ni siquiera saben lo que es el feminismo". Nuevamente muestra que la prostitución real dista mucho de los grandilocuentes discursos y sesudos análisis que escuchamos en las charlas feministas. Ella, como casi todas las chicas que conozco, estaba interesada en llevar dinero a casa y que la policía no la fastidie. Cuando le preguntas a una chica cómo le va, casi siempre te va a hablar de si hay trabajo o no y de sus problemas con la policía.



Trata, buscando un discurso propio desde el movimiento pro-derechos de las trabajadoras del sexo

Finalmente la última de las mesas trató uno de los temas más olvidados desde el movimiento pro derechos y que yo considero fundamental, el de conocer y cuestionar los conceptos vinculados a la prostitución. Durante mucho tiempo los activistas a favor del trabajo sexual compramos ciegamente la terminología abolicionista y con ello hicimos el juego, sin duda inconscientemente, al enemigo.

La charla fue moderada por Paula Arce y participaron en ella Marjan Wijers, Fuensanta Gual, Cristina Garaizabal y Paula Vip. Confiesan que se hizo necesario estudiar estos conceptos como reacción, pues desde el feminismo (oficial) se les acusa de "hacerles el juego a los tratantes, a los proxenetas". Y es que, por desgracia, siempre vamos a la zaga de los abolicionistas quienes han sido infinitamente más hábiles que nosotros a la hora de articular un discurso convincente.

Todavía, después de lo que contó Orellano, parecen convencidas de que todo se trata de un error, que ha habido una confusión que es la que provoca que se implementen políticas públicas inadecuadas que originan una serie de "daños colaterales" y vulneraciones de derechos debido a una "perspectiva errónea". No, lo que les falta a las abolicionistas de escrúpulos les sobra de malicia. Aquí no hay confusión de ninguna clase, sino que el argumentario abolicionista ha sido construido EXPRESAMENTE con la finalidad de silenciar a las trabajadoras del sexo, evitar que sean sujetos de derecho y fomentar los abusos en su contra mientras en apariencia simula actuar en su beneficio. Que se diga que se pretende protegerlas y luego se las sancione no es algo "contradictorio y carente de sentido", sino un plan cuidadosamente pergeñado y lleno de cinismo. No es que no sepan de qué va la cosa y empleen "conceptos que son difusos y que no se ha sabido diferenciar" sino que de manera totalmente consciente y premeditada han querido crear confusión. El discurso abolicionista no es absurdo, sino brillantemente maquiavélico y únicamente puede ser asumido bien por personas que ignoren por completo la realidad del trabajo sexual, bien por auténticos cabrones desalmados.

En particular considero muy valiosas las aportaciones de Cristina Garaizábal, quien manifiesta sin ambages los efectos de las políticas antitrata y reflexiona sobre los distintos términos empleados por los abolicionistas para construir un imaginario colectivo en contra de la prostitución. Así explica que el concepto explotación sexual resulta tan indeterminado que incluso una persona que alquile un piso a otra que se encuentre en una situación de vulnerabilidad económica podría entrar dentro del código penal (como reiteradamente le expliqué a Paula en su día, pero claro, yo soy un "listillo" y un "alarmista" y hace falta que se lo diga a la cara Garaizábal). La legislación española en materia de prostitución se circunscribe al Código Penal (proxenetismo, trata y seguridad ciudadana) y, en algunos casos, a ordenanzas municipales de dudosa constitucionalidad. Como se manifestó en la primera charla, es fundamental despenalizar todas aquellas actividades en torno a la prostitución que no conlleven uso de fuerza, engaño o fraude y que por consiguiente no perjudiquen a nadie pues, tal y como está redactada la legislación actual, tan perseguido está el lucro de la prostitución cuando hay consentimiento como cuando no lo hay, o la misma pena recibe quien asiste a una persona para ejercer la prostitución sin emplear coacción de ninguna clase que cuando lo hace. Esto es un verdadero despropósito que es imperativo corregir si queremos que la Ley proteja los derechos de las personas en vez de vulnerarlos.

2 comentarios:

Astur-leonés dijo...

"Como se manifestó en la primera charla, es fundamental despenalizar todas aquellas actividades en torno a la prostitución que no conlleven uso de fuerza, engaño o fraude y que por consiguiente no perjudiquen a nadie pues, tal y como está redactada la legislación actual, tan perseguido está el lucro de la prostitución cuando hay consentimiento como cuando no lo hay, o la misma pena recibe quien asiste a una persona para ejercer la prostitución sin emplear coacción de ninguna clase que cuando lo hace. Esto es un verdadero despropósito que es imperativo corregir si queremos que la Ley proteja los derechos de las personas en vez de vulnerarlos."

Totalmente de acuerdo con esta conclusión.

Cliente X dijo...

Atento porque la frase está sujeta a un condicional...