Albert Rivera, presidente del partido político Ciudadanos
"Cuando se habla de la prostitución se habla de una actividad donde la inmensa mayoría -hay estudios en la materia- son gente obligada a prostituirse (...) y hay un pequeño porcentaje que lo hace voluntariamente. Entonces, claro, regular toda esa actividad pensando en ese pequeño porcentaje me parece un despropósito porque es vejatorio para la mujer. Entonces lo que tiene que hacer el Estado es ayudar a las mujeres para que salgan de la prostitución".
Francisco Maruhenda, director del periódico La Razón
Tenía pensado escribir una entrada sobre todo el revuelo que armó el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, proponiendo "legalizar" la prostitución cuando resulta que me mandan los vídeos de unos populares programas de TV que transmitieron la semana pasada. Como es un asunto que todavía dará mucho de que hablar, prefiero dejarlo para más tarde y centrarme en los debates de Telecirco y la Secta que resultan particularmente interesantes ya que reflejan los mitos y creencias más arraigados en torno a este mundo. Las posturas que mantienen los tertulianos son las que hallaremos siempre que acudamos a los medios, así que pueden servirnos para preparar respuestas y así hacer un mejor papel cuando tengamos que defender nuestras tesis en los medios. Quiero que, a diferencia de lo que viene sucediendo hasta ahora, logremos COMERNOS a estos mendrugos en los platós. Se puede hacer, pero tenemos que trabajar.
Soy completamente consciente de que, de partida, llevamos las de perder. Hay mucha gente que no nos va a dar el menor crédito, siempre resultan más aceptables las tesis antiprostitución aunque sólo sea porque es lo que se ha repetido cuarenta mil veces. Pero es que además no estamos preparados para el debate estilo "Noria" en el que se trata de gritar lo más alto posible, hacerse el ofendido/a y gesticular grotescamente. Sin embargo es posible superar estos hándicaps, en primer lugar toda esa colección de prejuicios, estereotipos e ideas infundadas no sólo es que sean falsas y no resistan la menor comprobación empírica, sino que se pueden refutar mediante sencillos ejercicios de lógica. No podemos ir diciendo que ellos mienten y nosotros tenemos razón, que las prostitutas voluntarias son mayoría o que las medidas abolicionistas las perjudican. No, porque aunque sea cierto HAY QUE PARTIR SIEMPRE DE LA REALIDAD. Y si bien la realidad de la prostitución es esa, la de los medios de comunicación es muy distinta y también aquella a la que los espectadores están habituados. No podemos ir dando una patada a la puerta porque A LA GENTE NO LE GUSTA DESCUBRIR QUE LA HAN ESTADO ENGAÑANDO. Tenemos que sonreír (dientes, dientes) y preguntar a nuestros interlocutores para que caigan en contradicciones y se pongan en evidencia ellos mismos. Y ésta es la segunda parte, la de las formas, hemos de estar entrenados para mantener en todo momento la compostura y tomarnos las cosas con humor, haciendo parecer ridículas sus afirmaciones, apliquemos el estilo "Pablo Iglesias".
Otro asunto fundamental es el de llevar bien preparadas algunas ideas clave, que sean tan sencillas que hasta la persona con la menor preparación (que es el perfil medio de quienes ven las cadenas de Mierdaset) pueda asimilarlas. Quienes conocemos el mundo de la prostitución a veces hablamos muy "desde dentro" y no conseguimos conectar con la gente, tenemos que hacer un ejercicio de "desemputecimiento" y pensar como lo hacíamos antes de adentrarnos en esta realidad. Por ejemplo, si nos preguntan si nos gustaría que nuestra hija putease y respondemos que sí, hemos caído. La inmensa mayoría de la audiencia va a pensar o que mentimos o que estamos mal de la cabeza, por mucho que nosotros lo creamos así. ¿Qué habría que hacer? Explicar tranquilamente las consecuencias que tendría el ejercer la prostitución en un ámbito criminalizado o legalizado, que más allá de las preferencias personales de cada persona todos tenemos derecho a vivir la vida como queramos (ya no hablamos de prostitución, sino de respeto y de libertad... les llevamos a nuestro terreno) y que si una persona -sea hija de mía o del vecino- opta por esta elección, repetimos que tan legítima como cualquiera, lo ideal sería que lo hiciese en las mejores condiciones posibles. Que como están ahora las cosas, es poco probable que nadie pudiese desear que su hija se prostituyera tanto por la condena social (evitemos usar la palabra estigma, es muy compleja) como por la legal existente. Que la consecuencia de la legislación contra el proxenetismo posibilita que cualquier familiar de las prostitutas pueda ser imputado por un grave delito que conlleva pérdida de libertad y evidentemente a nadie le gusta acabar preso. Pero que si la policía no te detuviese, los vecinos no te dejasen de hablar y tu hija fuese feliz... ¿por qué no? Es decir, que por lo que trabajamos es para que quien quiera dedicarse a esta actividad pueda hacerlo enfrentando los menores problemas posibles.
En este sentido es en el que quiero destripar un nuevo debate sobre prostitución. Voy a intentar crear un ARGUMENTARIO que pueda emplear cualquier activista que acuda a los platós. Siempre hemos dicho que lo que hace falta es contar la realidad de la prostitución, cómo son las cosas de verdad... ¿pero eso qué efecto tiene? El público va a confrontar dos versiones, cierto, pero tenderá a creer aquella más afín a sus prejuicios. Por lo tanto creo que esa es una estrategia errónea. Tenemos que partir del discurso oficial porque ése es el que tienen en sus cabezas la inmensa mayoría de los espectadores. Hace falta que quienes nos vean empiecen a cuestionar por sí mismos por qué si las chicas están forzadas no acuden a la policía o ni tan siquiera colaboran con ella cuando las "liberan" en las redadas, por qué la constante presencia policial no acaba con la prostitución o por qué a pesar de hablar continuamente de mafias son incapaces de poner una prueba de su existencia sobre la mesa en esos reportajes con cámara oculta en los que graban a las chicas como si fuesen monos de feria.
Creo que la propuesta que ha hecho Rivera está meridianamente clara: al contrario de lo que le acusan sus críticos, no es partidario de legalizar a las mafias ni de lucrarse de la prostitución cerrando los ojos a los posibles dramas humanos que ocurran. Él habla de una regulación amplia, que aborde los distintos aspectos de este fenómeno. Que se luche contra las mafias, sí, pero que como no todo son mafias que también se atienda a ese reducido grupúsculo de prostitutas voluntarias que de vez en cuando aparecen en los medios. Y además, como guinda del pastel, eso nos favorecería a todos porque podríamos financiar los servicios sociales que brinda el sector público. No dice que sea para ganar dinero en exclusiva, sino por una cuestión de derechos y de lucha contra el crimen, y de paso como argumentos a mayores el tema del dinero. No estoy de acuerdo con él, evidentemente mucho menos con sus críticos, básicamente porque partimos de análisis diferentes de la realidad. Yo soy partidario de CONOCER EL MUNDO DE LA PROSTITUCIÓN. Nada más (ni menos). Os aseguro que es un trabajo de cuidado, requiere un inmenso esfuerzo. Y entonces, Y SÓLO ENTONCES, proponer actuaciones al respecto. En cambio, políticos y tertulianos hacen el ejercicio opuesto, no le dedican ni una hora a conocer de verdad, en la calle, a las chicas. Y se la pasan en cambio hablando de ellas y aportando "soluciones" que, de llegar a ponerse en práctica, tendrían un efecto devastador en la vida de las personas. ¿Entendéis por qué no me gusta la política, por qué es algo que yo no podría hacer? Para ser político hay que ser un sociópata frío y carente de toda empatía, tienes que poder perjudicar a gente que no conoces. Y yo no soy capaz, no tengo esa "habilidad".
Se ha calificado su medida de electoralista, sin embargo lo cierto es que es una propuesta para las generales (¡para las que faltan siete meses!) y Rivera tampoco es que hiciese campaña por la legalización/regulación sino que sencillamente se pronunció al respecto en un programa de radio. Pero a los de Ciudadanos, como son la única alternativa a la casta (Podemos es más de lo mismo) les tienen muchas ganas. Y de hecho, no veo que haya sido un movimiento electoralmente rentable pues ha sufrido muchísimos más ataques que elogios. Creo que Albert Rivera es uno de los escasos políticos con principios, honrado y que de verdad desea hacer algo por la gente. Por eso mismo no le dejarán nunca gobernar, y tampoco le ayuda en nada la inocencia e ingenuidad que muestra a cada momento. Si tuviese algo que criticarle, me parece que le falta malicia y madurez.
Como vemos se forman dos "bandos". En sí, el análisis de la realidad es INDISCUTIBLE pues ambos sectores parten de que la inmensa mayoría son "esclavas sexuales". La cifra más baja es la de Daniel Montero, del 85%, y la superior de Miguel Ángel con el 99`99% (cuando trata el caso de Alemania). Si así fuesen las cosas, realmente no me resultarían ilógicas las políticas abolicionistas. Vamos, conque fuese un 50%. Si la mitad de las prostitutas ejerciesen en contra de su voluntad, yo sería abolicionista. Aún voy más allá. Si resultase que un porcentaje pequeño, pero significativo, digamos ese aproximadamente 10% que se dice que hay de prostitución voluntaria fuese en realidad lo que hay de prostitución forzada yo jamás volvería a "ir de putas". Miren lo que digo, es dar la vuelta a las cifras que nos presentan. Pero es que en base a mi experiencia y a la de toda la gente que he conocido en relación al fenómeno de la prostitución, podría decir que apenas un 0`01% se podrían considerar obligadas. Como todas las personas vinculadas al mundo de la prostitución, jamás he conocido el primer caso, todo lo más a chicas a quienes las dijeron que iban a trabajar en un sitio y acabaron en un burdel. Al principio fueron engañadas, sin embargo luego ejercieron esta actividad por su cuenta y además durante muchos años. Parece difícil conciliar estas estimaciones tan dispares. Pero lo cierto es que es el punto de partida para cualquier propuesta, pues nadie me negará que si la prostitución forzada fuese (como es) la excepción y la norma entonces indudablemente habría que abordar de otra manera el tema de la prostitución.
Muchas trabajadoras sexuales reivindican que su dignidad no es incompatible con la actividad que realizan. No se venden ellas, ni sus cuerpos, ni ese concepto tan difuso como es la "dignidad"... prestan un servicio, realizan un trabajo. Por consiguiente exigen derechos y respeto al igual que cualquier otro trabajador.
Si hay una palabra que se ha repetido como ninguna otra, es la de "mafias". Unas mafias que, en principio, no nos muestran en ninguna parte pero que sin embargo se ven (o imaginan) cuando aseguran que tras las chicas que "venden su cuerpo por 20 euros" llega un "señor de la mafia" y la quita los 20 euros. No vemos al señor ni cómo la quita el dinero pero lo SABEMOS.
No digo que no haya mafias. Nuestros críticos se burlan diciendo que tratamos de dar una visión dulcificada, idealizada, amable de la prostitución. Y no, ciertamente no es mi caso. Ni en mis peores pesadillas podría haber imaginado lo que me he encontrado, pues es totalmente cierto como asevera Miguel Ángel (quien de todos los tertulianos es quien, a mi parecer, conoce mejor esta realidad): "en España están bajo la bota de las mafias todas, y lo están hace siglos".
Pero claro, ahora llegan las preguntas. ¿Cómo es posible que esas mafias lleven asentadas desde hace siglos, si el fenómeno de la prostitución ejercida por inmigrantes (que es la asociada con las mafias) es relativamente reciente -a partir de los años 90- y antes las españolas eran la mayoría? ¿Quizá porque las mafias están en este país y no vienen de fuera? ¿No es increíble que los proxenetas sean tan temerarios como para jugarse el tipo por 20 euros en zonas extremadamente vigiladas por la policía (un hecho innegable es que, donde hay prostitución SIEMPRE hay una importantísima y constante presencia policial)? Quien comete un delito normalmente desea evitar a la policía y obtener en el menor plazo posible una gran botín que compense el riesgo (por ejemplo, robando una joyería). Pues no, resulta que los chulos se ponen a esclavizar durante años a mujeres -que podrían escaparse o pedir ayuda en cualquier momento- en zonas densamente transitadas, con videovigilancia y constante presencia policial. Una de dos: o son los delincuentes más hábiles del mundo, capaces de burlar a la policía en su propia cara... o aquí hay algo que no cuadra. ¿Están acusando a nuestras autoridades de incompetencia?
¿Cómo es posible que no se detecte a sus proxenetas si es cierto que todas los tienen? Es que resulta que siempre graban a las chicas, pero nunca a sus chulos. Vamos, que nos ofrecen las mismas pruebas para creer en ellos que en los Reyes Magos. Y sin embargo sería tan sencillo... con vigilar a la prostituta se encontraría al proxeneta, ¿no es así? ¿Y quiénes se sabe que sí que vigilan a las chicas? ¿No podrían usar, estos reporteros tan dicharacheros, sus cámaras ocultas para mostrarnos a esos proxenetas, a las mafias? Dice poco de los periodistas que nos estén hablando de la existencia de un fenómeno que todavía no han podido documentar. Nunca les vemos pero hemos de creer que existen. Si no han podido mostrárnoslos es porque o bien no pueden, o bien lo han visto y no quieren... ¿Son incompetentes o tienen algo que ocultar?
Para mucha gente una regularización de la prostitución conllevaría más obligaciones, controles y cargas a las prostitutas que otra cosa. No es ése el modelo que deseamos, queremos una normativa que mejore la situación actual pues siendo conscientes de que no es buena sabemos bien que todo es susceptible de empeorar.
En cuanto a las chicas, se nos dice que sufren a los chulos como las almorranas: en silencio. Ellas están ahí a diario y no piden ayuda, y mira que como han documentado hablan muy bien el castellano. Es más, están absolutamente rodeadas de policía y ONGs que se ofrecen a rescatarlas. Y nada. Y los prostíbulos, que como sitios en los que se cometen estos gravísimos delitos, en vez de buscar pasar desapercibidos se hallan en calles adyacentes a las comisarías e incluso alguno pared con pared con ellas. Todo es, cuanto menos, extraño y debería hacernos reflexionar. Ciertamente es muy chocante que las engañadas sean las chicas, que están ahí todos los días, y quien tenga razón sea un grupo de tertulianos que jamás han hablado con ellas, ni conoce el mundo de la prostitución más allá de lo que dicen los medios.
Parece claro que la versión oficial chirría, no se sostiene. ¿Por qué las chicas no piden ayuda? ¿Por qué no vemos a los chulos? ¿Por qué no se acaba con ellos, si se sabe que existen y quiénes son? ¿Cómo es posible que logren delinquir de manera continuada en las mismas narices de la policía? Según lo que nos cuentan, los proxenetas estarían ganando la partida al Estado. No parece haber visos de que pueda acabarse con las mafias, ni con regulación ni sin ella... y ciertamente es un problema que seguirá perdurando si no se aborda de manera diferente.
Lo que resulta fundamental para acabar con las mafias, y es algo que no creo que nadie pueda negarme, es saberlo todo de ellas. Se ha escrito muchísimo sobre la prostitución, muchísimo sobre las prostitutas y cada vez más sobre los clientes. Pero sobre las mafias, muy poquito. Y la mayor parte, vaguedades. De hecho, a pesar de toda la documentación que he revisado no he hallado absolutamente a nadie que haya publicado más información sobre este particular que un servidor. Y es verdad, ciertamente la mayoría de las prostitutas se hallan sujetas a las mafias. Pero... no como se piensa. No obligadas a prostituirse. Todavía nadie ha podido documentar UN SÓLO CASO de prostitución forzada en España, aunque comparto la opinión con varios profesionales con quienes trabajo de que sí que habría un número indeterminado de "esclavas sexuales" a disposición de estas mafias a las que únicamente podría acceder un reducido núcleo de personas y que se hallarían extremadamente ocultas y vigiladas. ¿Pero como prostitución, visible y a disposición del público general? Jamás.
Las campañas publicitarias que buscan normalizar la prostitución, dando la imagen de que quienes la ejercen son personas totalmente corrientes que han tomado una decisión voluntaria, son claves a la hora de lograr que vayamos siendo paulatinamente aceptados en la sociedad.
La cuestión estrella es qué actuación deberían tener los poderes públicos al respecto, si entendemos que regularizar la prostitución serviría para luchar contra las mafias o por el contrario las legalizaría y fomentaría. Unos creen que una regulación que separe "la paja del grano" -por así decirlo- podría acabar con las mafias y con el proxenetismo, mientras que otros entienden que todo tipo de regulación beneficiaría a estas mafias. El pensamiento que subyace en los primeros es que sí sería posible una prostitución sin mafias, pero para los detractores de la regulación tal posibilidad resulta inimaginable: unas redes mafiosas que llevan operando toda la vida de Dios no desaparecen de la noche a la mañana, y de hecho si alguien se decidiese a combatirlas... ¿no creen que se resistirían con uñas y dientes a su desaparición?
Ambos tienen razón. En teoría, las prostitutas necesitan tanto a las mafias como los perros a las pulgas o los ciudadanos a los políticos. Pero en la práctica es tan absurdo pensar que podemos librarnos de las mafias como que podemos erradicar a las pulgas o a los políticos. La legalización en sí misma no dice nada porque hay muchas formas de legalizar. Hay prostitutas como Carla Corso que son contrarias a cualquier legalización bajo la innegable lógica de que, como quienes legislan son los políticos, pues siempre lo harán de acuerdo a sus intereses. La evidencia empírica de que en Italia (de donde es ella) nunca se haya siquiera escuchado a estas mujeres a la hora de legislar parece darle la razón. Es por esa razón que yo ya no voto. Pero existen otras como Terri Jean Bedford que pese a todos los problemas y dificultades que entraña luchar frente a un sistema hostil decidieron presentar batalla en el terreno legal... y ganaron. Sí, porque -con todas sus deficiencias- el sistema tiene que dar una APARIENCIA de democracia y empleando la lógica y el discurso de los derechos humanos es posible ir modificando progresivamente las leyes. Y es por eso que he sumado mis esfuerzos a los de otros activistas. Ciertamente la situación práctica, real, en Canadá de donde es ella no ha variado mucho porque la praxis de las autoridades públicas no va a cambiar de un momento a otro sino que sigue una inercia pero al menos logra que se conozca su situación y confronta al discurso oficial.
Una regulación como la que propone Rivera no va a acabar por tanto con las mafias de un plumazo. Ni lo ha dicho él ni nadie lo puede asegurar. Pero sí puede comenzar a incordiarlas... porque vamos a ver, es muy fácil criticar sin proponer soluciones. Según absolutamente todos los tertulianos, las mafias camparían a sus anchas. Algunos incluso dicen que es ésta situación de alegalidad y clandestinidad la que las fomenta. Pues bien, si es un hecho cierto y comprobado que la situación actual es un caldo para las mafias... ¿no estará bien tratar de hacer algo para modificar esta situación? Porque la otra opción, el inmovilismo, parece no sólo aceptar la existencia de estas organizaciones criminales sino además dar el visto bueno a su existencia... hay mafias, cierto, ¿pero queremos que sigan existiendo, o que se hallen tan descontroladas como ahora?
Otra muestra de la campaña emprendida por el grupo "Turn off the blue light", que surgió como respuesta a la iniciativa abolicionista "Turn off the red light". Las prostitutas, y puede comprobarlo cualquiera que se acerque a ellas, no suelen ser tristes y melancólicas sino personas alegres y muy agradables.
Quienes leéis mi blog sabéis que me defino como una persona pragmática, posibilista, realista. Poco dada a los experimentos e innovaciones en estas cosas, crítico con la "ingeniería social", aunque hoy tenga mala prensa autodefinirse como tal podría decirse que soy un REFORMISTA. Creo en cambiar las cosas pero partiendo de lo que hay y siendo en todo momento muy consciente de los intereses creados y los equilibrios de poder. Y es cierto que con las mafias no se puede acabar, ¿cómo vencer de un plumazo a unas instituciones que han venido arraigando en la sociedad durante siglos? No, yo he defendido aquí que lo que hay que hacer es que estas mafias, dado que ya existen y están actuando con total impunidad (comparto el análisis de los tertulianos) al menos estén sometidas a una regulación, a unas leyes, a unas obligaciones. Porque ahora soy yo quien les llamo ilusos y les acuso de vivir en la fantasía a quienes critican a Rivera. ¿Qué creéis, que por cerrar los ojos esas mafias dejan de existir? Las mafias tradicionalmente se han centrado en controlar tres aspectos de la prostitución: el sanitario, el fiscal y el del orden público. ¿Creéis que porque no exista un documento legal las mafias van a dejar de someter a las chicas a controles sanitarios obligatorios? ¿O que van a dejar de beneficiarse económicamente de su actividad? ¿O que no las van a imponer unos lugares, horarios y condiciones de ejercicio? Hasta el observador menos experimentado puede detectar que las chicas que ejercen en las calles se sitúan siempre en sus mismos sitios. Bueno, pues digo yo que ya que las mafias tienen de facto ese poder para asignarle su sitio de trabajo lo que habrá que hacer es reconocer de iure esa situación porque lo contrario sí que es hipocresía, es permitir que estas mafias actúen fuera de la legalidad como vienen haciendo. Eso proporcionaría un mínimo de seguridad jurídica y protección legal a quienes más lo necesitan. Es lo que se conoce como las políticas de reducción de daño (en inglés original, "harm reduction"): no vayamos a un todo o nada, sino que intentemos mejorar la situación actual en la medida de lo posible. Sí, yo quiero legalizar a las mafias... porque como mínimo al menos se conocerían sus actuaciones, serían públicas, se sabría a qué están obligadas las chicas o con qué parte de sus ganancias se quedan. No creo en una receta mágica. Pero sí en que la transparencia sería algo muy beneficioso para todos, incluso para las mafias porque en vez de enfrentarse a un traumático proceso de reconversión podrían transitar progresivamente a una situación de legalidad. Comparo la lucha contra las mafias a la reducción del déficit público: aunque deseable, es un problema que no podemos solventar de golpe por las durísimas implicaciones políticas que conllevaría. Hay que hacer un plan a largo plazo e ir poquito a poquito, aceptando los compromisos adquiridos e intereses creados.
Fallarás se pregunta la razón que podría tener el Estado para no luchar contra las mafias y creo que es una excelente reflexión. Según ella es muy fácil encontrar prostitutas forzadas pero no se hace, a pesar de tener medios legales y materiales para ello. Eso es lo que quiero saber yo, quienes como Miguel Ángel no dejan de clamar que se combata a las mafias me tendrían que explicar qué problema hay para hacerlo. ¿No es tan sencillo? Por favor, deseo que me contéis cómo se va a acabar con un problema que según vosotros mismos no deja de crecer. ¿No es eso lo que se está haciendo ahora mismo, combatir a las mafias? ¿Entonces por qué no funciona?
Vamos a suponer que ustedes estuviesen sometidos a mafias, ¿Les gustaría que hubiese regulación o no? En un vacío legal, esas mafias podrían hacer lo que quisiesen que es lo que actualmente ocurre. Hoy por hoy, no existen instrumentos legales para poner freno a estas organizaciones delictivas... de hecho toda nuestra normativa está orientada a fortalecer a las "mafias": desde los artículos del código penal a las directivas de la guardia civil pasando por las ordenanzas municipales. Así que el tema legal no puede carecer de importancia, desde luego. Si se quisiese combatirlas, probablemente la única forma sería a través de una despenalización del proxenetismo y la trata a cambio de introducir una forma efectiva de perseguir la extorsión, la prostitución forzada y la esclavitud sexual. Pero no creo que suceda, como he dicho creo que habría que empezar por ajustar el derecho a la realidad social. Vamos a hacer que la Ley sancione lo que ya sucede, no porque nos guste sino porque la alternativa es que siga pasando pero no se reconozca. Luego tratemos de llevar a la práctica una regularización muy limitada, con la que pueda concordar el mayor número de personas. Se ha criticado mucho la propuesta de Ciudadanos incluso desde los "pro-derechos", pero siendo razonables preguntémonos si se avanzaría mejor hacia una normalización con su modelo o con el del PPOE. Y ya, finalmente, cuando la gente haya perdido el miedo a la prostitución pues avancemos hacia el modelo neozelandés que es del que nunca se habla y equipara a la industria del sexo con cualquier otra. He dicho de otro modo lo de antes, que hay que ir paso a paso, no podemos conseguir todo de golpe. Los comunistas, que tanto abundan en el debate de la prostitución, llaman a esto el "programa de mínimos". Frente a nosotros tenemos a un grupo muy fuerte pero compuesto por sectores muy heterogéneos, que rechaza dar el menor paso hacia una "legalización" (y creo a veces que hasta dicen bien, porque la prostitución se halla en una especie de criminalización encubierta). Dejemos a un lado las ideologías, el sectarismo, la "pureza política" y tratemos de conformar un frente lo suficientemente amplio como para avanzar en el primer paso. Esa es la que desde hace tiempo viene siendo mi propuesta de acción, y ya veis el caso que se me hace.
La prostitución es una actividad que tiene muy mala prensa, pero cuyas condiciones de trabajo suelen ser precisamente opuestas a las que se describen en los medios. Las chicas establecen cómo desean trabajar, deciden qué prácticas realizar y con quién... Precisamente la aplicación de las medidas abolicionistas perjudica esta autonomía, pues obviamente tiene más poder la chica que tiene más clientes. Si reducimos el número de puteros lo que provocamos es que las prostitutas tengan menos para elegir.
Quienes se oponen tajantemente a la prostitución lo hacen, además de por todo el rollo de las mafias, por un aspecto que podríamos denominar filosófico-teórico. Por su significado, por el mensaje que tendría, por ideología... pero nunca van a reconocer que es "moral". Ésa es una palabra que les repele, aunque de hecho sea así. De una manera u otra, prácticamente todos los tertulianos del sector anti-prostitución se pronuncian en tal sentido. Aroca habla de una "masculinidad errónea" (ergo somos unos "desviados", como se consideraba oficialmente a los homosexuales), Beaumont de "degradación" y además defiende que el Estado, como supuesto depositario de las creencias generales, "moralmente no lo puede legalizar" (haciendo de nuevo pasar sus convicciones particulares por las comunes). Fallarás hace igual al considerar la prostitución como "violencia sobre la mujer" (en cualquier circunstancia, lo que a mí me parece violencia es no reconocer el derecho que tenga a alguien a decidir por sí mismo/a) y dando por sentado que porque una Ley diga algo ha de ser cierto (¡la de barbaridades y aberraciones que se han perpetrado al amparo de la "legalidad"!). O Beni, cuando establece dogmáticamente que "la prostitución no es un trabajo como los demás" y que "nadie la considera como un trabajo". Bueno, vemos que no es así, que hay gente que sí lo piensa. Pero como buena inquisidora quien no piensa como ella, sencillamente no existe (a nivel discursivo, si fuese hace 500 años sería incluso físicamente).
Siendo los argumentos más sencillos de rebatir, resulta que nadie las lleva la contraria. ¿Por qué? Pues porque han conseguido un estado de "superioridad moral". Parece que quienes se preocupen por las mujeres sean los anti-prostitución cuando en realidad son a quienes menos les importan y están perfectamente dispuestos a pasar sobre ellas y a causarles todos los perjuicios posibles. ¿De verdad la prostitución es una agresión a la mujer? Hombre, pues yo creo que la agresión será no escucharlas y decidir por ellas qué es lo que las conviene. Lo que me asombra es que incluso cuando ven que ellas mismas manifiestan que lo hacen voluntariamente, tienen una justificación para combatir su voluntariedad aduciendo que aunque haya cosas que se hagan voluntariamente resultan perniciosas. Bien, vale, pero dígame si la prioridad es defender la situación real de las personas y sus derechos o ese imaginario de la mujer que usted tiene en la cabeza. Rechazo de plano que exista "la mujer" como concepto, que todas y cada una de las mujeres necesariamente y por el mero hecho de serlo piensen lo mismo, compartan idénticas vivencias y sus necesidades sean iguales. Eso no es así. Pero es el discurso del feminismo oficial que se ha implantado. ¿En base a qué pueden afirmar que la prostitución es contraria a la idea de igualdad? A mi entender lo que vulnera toda igualdad es que a las prostitutas no se las reconozcan los mismos derechos que a cualquier otro trabajador... y encima lo de la igualdad nos lo dice el mismo tío que en otro programa (Espejo Público, de Antena 3, ya hablaré sobre él en otra entrada) nos dice que no considera a las prostitutas tan dignas como él. No, lo que nos dicen es que consideran que las putas son escoria. Lo que está mal no son ni las putas ni la prostitución. Son ellos. Ellos son quienes utilizan toda suerte de términos despectivos para menospreciar a esta profesión y a quienes la ejercen, tratándola como la venta del cuerpo o de la "dignidad". No, ni las putas pierden su cuerpo ni su dignidad. Lo que están haciendo es emplear unas palabras tan altisonantes como vacías para disfrazar lo que en realidad piensan.
Todavía es peor cuando refuerzan sus planteamientos como la consecuencia lógica del progreso. De acuerdo a su discurso, en una sociedad "culta y avanzada" (es decir, en la que se piense como ellos que son los "iluminados") no puede haber prostitución. Ostras, pues yo creo que en una sociedad culta y avanzada no puedes imponer tus creencias a nadie. No estamos aquí diciendo que la prostitución sea buena para todo el mundo, me parece perfecto que a título individual cualquiera la rechace. Decimos que la prostitución debe ser una posibilidad tan legítima como cualquier otra y que no se le debe hacer más difícil la vida a quien toma este camino, que ya de por sí es complicado y acarrea muchos inconvenientes (por gente con ellos, precisamente). De todas maneras esta discusión moralista me agota y me parece totalmente irrelevante porque se aleja por completo de los problemas reales, mientras se ponen a invocar esos conceptos tan elevados hay chicas pasando frío y esperando a ver si pueden hacerse un par de clientes para pagarse la cena y la pensión. Cuando nos saquen estas discusiones bizantinas es mejor hablarles de asuntos prácticos, de que nosotros hablamos de cosas reales que mejoren la vida diaria de las personas mientras ellos se pierden en teorías que a las prostitutas jamás les han interesado. No me hable usted de la sociedad del futuro, sino de cómo podemos conseguir mejorar la limpieza de tal polígono o que la chica que no ha hecho ni siquiera para pagarse una habitación pueda contar con un sitio donde dormir y un plato caliente en vez de tener que rebajar sus tarifas o aceptar atenderse con alguien que podría rechazar si tuviese cubiertas sus necesidades más básicas. Hay ciertas actuaciones, lo he dicho siempre, a las que los antiprostitución no se podrían oponer si tuviesen un mínimo de buena voluntad. Pero no, ellos no tienen ni una mala palabra ni una buena acción.
Todavía es peor cuando refuerzan sus planteamientos como la consecuencia lógica del progreso. De acuerdo a su discurso, en una sociedad "culta y avanzada" (es decir, en la que se piense como ellos que son los "iluminados") no puede haber prostitución. Ostras, pues yo creo que en una sociedad culta y avanzada no puedes imponer tus creencias a nadie. No estamos aquí diciendo que la prostitución sea buena para todo el mundo, me parece perfecto que a título individual cualquiera la rechace. Decimos que la prostitución debe ser una posibilidad tan legítima como cualquier otra y que no se le debe hacer más difícil la vida a quien toma este camino, que ya de por sí es complicado y acarrea muchos inconvenientes (por gente con ellos, precisamente). De todas maneras esta discusión moralista me agota y me parece totalmente irrelevante porque se aleja por completo de los problemas reales, mientras se ponen a invocar esos conceptos tan elevados hay chicas pasando frío y esperando a ver si pueden hacerse un par de clientes para pagarse la cena y la pensión. Cuando nos saquen estas discusiones bizantinas es mejor hablarles de asuntos prácticos, de que nosotros hablamos de cosas reales que mejoren la vida diaria de las personas mientras ellos se pierden en teorías que a las prostitutas jamás les han interesado. No me hable usted de la sociedad del futuro, sino de cómo podemos conseguir mejorar la limpieza de tal polígono o que la chica que no ha hecho ni siquiera para pagarse una habitación pueda contar con un sitio donde dormir y un plato caliente en vez de tener que rebajar sus tarifas o aceptar atenderse con alguien que podría rechazar si tuviese cubiertas sus necesidades más básicas. Hay ciertas actuaciones, lo he dicho siempre, a las que los antiprostitución no se podrían oponer si tuviesen un mínimo de buena voluntad. Pero no, ellos no tienen ni una mala palabra ni una buena acción.
La vida cotidiana de muchas de estas mujeres es tan corriente (y monótona) como la del resto de mortales. Tienen que pagar sus facturas, que dar de comer a sus familias -y mascotas, los animalillos les suelen apasionar- y ocuparse de todos los problemas diarios que cualquier persona afronta. "No somos tan diferentes al resto de la gente, no nos discriminéis" es la conclusión de esta soberbia serie de carteles.
Llegamos al tema económico, que es sobre el que se han centrado más los opositores de Rivera. Unos, como Aroca, recurren directamente a la demagogia más burda al equiparar la prostitución con el narcotráfico y el tráfico de armas. Otros, como López Garrido, repiten el mantra de la explotación de personas para no entrar a discutir las implicaciones y se rasgan las vestiduras calificando al líder de Ciudadanos de amoral, de materialista, de ser un auténtico ogro sin sentimientos que sólo quiere "sacarles la pasta a las putas" (Fallarás). En cambio, como ellos son dignísimos, no puede permitirse ni pensar en tocar ese sucio dinero. Ya, ya... Vamos a repasar cómo son las cosas porque aquí hay algo que huele a chamusquina.
De acuerdo a la versión oficial, a pesar de tener todo ese dinero delante los políticos dicen que no, que es dinero sucio, que no quieren meterle mano. ¡Los políticos! Los que crean tramas de financiación ilegales. Los que recalifican terreros. Los que desvían dinero de obras públicas, cursos de formación y ERES. Los que amnistían a defraudadores. Los que se meten en bancos, organismos internacionales y empresas energéticas para seguir viviendo a nuestra costa sin dar palo al agua. Los que tienen pensiones vitalicias y nunca están en el paro. ¿Son esos los que de repente se han vuelto dignos y resultan ser unos corruptos de los pies a la cabeza en todo menos en el tema de la prostitución? No seamos ingenuos. Además, se les ve muchísimo el plumero cuando resulta que la prostitución mueve mucho dinero cuando se tratan temas como los clubes o los anuncios de prostitución, pero cuando se habla de lo que ganan las chicas es muy poquito.
¿Qué pasa, que ahora no hay nadie aprovechándose de ellas? Ah, claro, las mafias. ¿Qué será mejor, que ese dinero vaya para la sociedad o para las mafias? Que no exista una regulación formal no significa que haya una regulación informal, de facto, lo que una amiga llamaba "el derecho de la calle". Ah, que sería proxenetismo de Estado. Pues si es malo que el gobierno se quede con el dinero de las putas, ¿por qué es bueno que se quede con el de los panaderos? ¿O es que quizá desea esta falta de regulación por algún motivo no aclarado? ¿Ahora mismo no se recauda ni un euro por la prostitución? Formalmente, no. Así que tampoco tiene que dar ninguna explicación. Si se recaudase dinero legalmente los poderes públicos se tendrían que comprometer a exigirles única y exclusivamente la cantidad que correspondiese, y sobre todo tendrían que explicar en qué lo emplean, como ya sucedió por cierto en etapas previas en la historia de España.
¿Cuál es la alternativa, que el dinero se lo queden los chulos? Es curioso que los mayores opositores a esta regulación sean quienes, en teoría, deberían ser sus principales partidarios como policías y políticos. Pues claro que no quieren que se regulen, porque son quienes más se benefician de la situación actual. Si una chica ahora cobra veinte, diez van para "las mafias". Si la prostitución estuviese regulada y gravada con el IVA, la chica apenas tendría que pedir doce... ¿quién perdería? Pues "las mafias", que en vez de quedarse con diez se llevarían únicamente dos. Y además de ganar mucho menos, es un dinero por el cual tendrían que responder al figurar en sus presupuestos. LO QUE MENOS LES INTERESA A LAS MAFIAS ES QUE LA PROSTITUCIÓN SE HALLE REGULADA FORMALMENTE, PORQUE ASÍ PUEDEN SEGUIR CONTROLÁNDOLA DE MANERA INFORMAL.
Los partidarios de la abolición de la prostitución la equiparan a la violencia. Pero si entendemos que lo malo es la violencia, y que precisamente proviene de ellos... ¿habría que pedir la abolición de los abolicionistas?
Sin embargo, para las prostitutas ni los asuntos morales ni los económicos son los más importantes. Ellas hablan de una regulación como la posibilidad de obtener unos derechos de los que ahora carecen. Miguel Ángel asegura que no las falta nada... pues a quienes digan ésto, les tenemos que responder con sorna que entonces tampoco coticen el resto de trabajadores. ¿Que no quieren pagar impuestos, como cuenta la Fallarás? ¡Anda, así que ahora sí que las creemos y no cuando nos dicen lo que ganan! Pues no sabía que pagar impuestos y cotizar fuese algo voluntario, desde mañana mismo empiezo a eludir mis obligaciones fiscales... Ya que nos dan la opción, ¿verdad? Verdaderamente es raro, raro, raro, raro que nuestros dirigentes, que buscan gravar cualquier actividad económica, hagan "la vista gorda" en este sector. ¿Y a qué dan derecho esas cotizaciones? Pues a pensiones, a bajas, a vacaciones... A toda esa serie de "derechos sociales" que se consideran como una conquista al "neoliberalismo depredador". Si todos trabajásemos como las putas, en negro y sin contrato, no habría nada de esto. Para mí perfecto, que estemos todos en la economía sumergida es el modelo del que personalmente soy partidario... pero me parece que políticamente eso es algo que no vende, ¿cierto?
Es curioso que las chicas tengan una opinión totalmente contraria a la de los presentes. La única de las tertulianas que las escucha, y por tanto defiende, es San Sebastián. Se ve que ellas sobre todo lo que quieren es trabajar (claro, son "autónomas"), consideran que un status legal permitía que viniesen más clientes que es lo que quieren porque ahora el trabajo está "muy malo" y es que las putas son un indicador excepcional para conocer la salud de la economía: cuando hay dinero, ellas trabajan. Nadie va de putas si le falta dinero para pagar la hipoteca, la factura de la luz o la cesta de la compra. Vamos de putas con lo que nos sobra. Y además, si la prostitución estuviese regulada y las administraciones públicas actuasen dentro de la legalidad, las cargas fiscales se reducirían enormemente lo que conllevaría que la actividad económica despegase como nunca lo ha hecho antes. Eso es lo que produciría una legalización en el sentido despenalizador que propugnamos.
¿Son válidas las experiencias de Alemania y Holanda para oponerse a la regulación de la prostitución? Pues sí. A ese tipo de regulación, que se ha hecho sin contar con las prostitutas. En Holanda el objetivo fundamental ha sido combatir la trata, con lo que se ha evitado que las extracomunitarias (consideradas todas como víctimas de trata) puedan regularizar su situación y además se ha combatido fuertemente el sector cerrando numerosos escaparates y persiguiendo a las prostitutas y su entorno. Y en Alemania se ha hecho una regulación por y para el Estado, buscando controlar fuertemente todos los aspectos de la prostitución. Se imponen tasas a las prostitutas por ejercer su actividad, se las asignan espacios acotados y la última es que la policía se encarga de supervisar el cumplimiento de la normativa sanitaria. No, definitivamente no estamos de acuerdo con una regulación paternalista (aunque indudablemente fuese un avance sobre la alegalidad descontrolada). Hay que hacer notar que los anti-prostitución proponen un sentido similar de actuación, con regulaciones que "cuiden de estas mujeres y vigilen su labor". Cuidar y vigilar. Es el lenguaje de las mafias.
Finalmente, hay que considerar la posibilidad real de legislar en tal dirección. Para mí es un aspecto primordial, que curiosamente sólo menciona Eduardo Inda. No creo que ningún Estado quiera, voluntariamente, prescindir de los ingresos extraordinarios y extralegales que proporciona la prostitución y menos uno tan profundamente corrupto como el nuestro. No van a permitir que aflore todo ese dinero negro, las prostitutas efectivamente son mujeres explotadas... por los poderes públicos... y deben seguir siéndolo. Y para evitar que cambie esta situación han de salir de continuo los mamporreros del régimen extendiendo sus falacias, algunas en grado superlativo como las de Miguel Ángel y su sorna ante el tema de las facturas. Cuando nos salgan con memeces como ésta, respondamos que quienes no piden factura y no dejan ningún rastro son las mafias. El cliente de las prostitutas pide la misma factura que el cliente de los peluqueros, los taxistas o los kioskeros. Hay que joderse.
Casi nadie cuenta con las prostitutas, pero ellas también tienen voz. En sus carteles puede leerse que reclaman ser tratadas como ciudadanas en vez de como criminales, poner fin a las amenazas (¿de quién?) y el cese del acoso policial que en vez de protección lo que las trae son multas.
En realidad, todos estos pseudodebates están viciados de origen porque, como han observado varias compañeras, no se da cabida a las prostitutas. Es más, ni siquiera son plurales o cuentan con gente que diga algo interesante o que no hayamos escuchado hasta la saciedad. Aparentan discutir pero sólo montan el numerito. Todos se ponen la venda antes de la herida y dan soluciones antes de conocer el problema, mientras yo lo que hago es saber qué pasa y en función de esa información es cuando se pueden tomar decisiones en un determinado sentido. Para mí el problema no es ninguno de los que señalan, no veo así las cosas.
Supuestamente todos están del lado de las prostitutas, pero si hablamos de protección para esas mujeres tenemos que preguntarnos ¿frente a qué? A poco que las escuchemos vemos que ellas no quieren que las rescaten, sino algo tan sencillo como tener más clientes, para trabajar más y ganar dinero. Si las escuchamos, eso es lo que habría que hacer, dejarlas trabajar tranquilas. Y es en ese sentido en el que debería plantearse una regularización de la prostitución.
Creo que si se ha de realizar algún cambio debe ser con consenso, de manera limitada para que pueda ser reversible si se han hecho mal las cosas, y también gradualmente. Podría decirse que es un avance hacia esa normalización de la que hablaban las chicas del vídeo. Pero el paso previo sería la regulación. El previo la despenalización. Y el previo, que sería el primero de todos, sería ajustar las actuaciones de los poderes públicos a la legalidad. Una de las escasas intervenciones que me parecieron brillantes fue en la que apuntaron que "la oposición a que la prostitución se regule ha venido tradicionalmente, históricamente de aquellos sectores a los que les interesaba tener más a las prostitutas cogidas por el cuello". Pero nadie le contestó a Miguel Ángel en qué le incumbía. Ya lo explico yo. En un Estado de Derecho las Leyes también obligan a los poderes públicos, eso es lo que queremos, que además de obligaciones y deberes comiencen a tener algunos derechos, una mínima seguridad jurídica y protección legal.
Desafortunadamente, mi predicción es que las cosas seguirán como están o de cambiar lo harán a peor siguiendo el camino abolicionista y precisamente por el motivo anteriormente expuesto. En política quien se lleva el gato al agua no es quien tiene razón sino el más fuerte, y las prostitutas y sus aliados somos un cero a la izquierda. El abolicionismo no pretende erradicar la prostitución sino mantener a las prostitutas "cogidas por el cuello" mediante medidas punitivas, encubrir las ilegalidades de la administración a la vez que la ensalza como salvadora de los débiles y permitir que una agradecida casta parasitaria viva muy cómodamente a costa de los demás.
Todo esto es lo que habría que decir en los medios. Pero es lo que no encontrarán más que en este perdido blog.
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