Natalia, prostituta
"Me hecho adicta a ser puta en un bar de carretera".
MademoiselleBleue, (ex)prostituta
Las últimas entradas en las que estoy poniendo testimonios de mujeres que muestran cómo viven la prostitución con naturalidad, y hasta placer (obviamente reconociendo que hay experiencias diversas, pues como todo tiene sus más y sus menos), me hicieron echar un vistazo a otras entradas del estilo que publiqué ya que durante estos años muchas crearon sus blogs y compartieron experiencias similares.
Para mi sorpresa, la mayoría de estos blogs no existen pues han sido eliminados. Afortunadamente copié íntegramente los textos y sus reflexiones perduran en este espacio, que se ha acabado convirtiendo en la mayor reserva de textos escritos por prostitutas. Y me dije, voy a revisar en borradores (a pesar de todas las entradas que he publicado, tengo en estos momentos 550 pendientes de publicar porque materialmente no tengo tiempo para tratar todos aquellos temas que querría) a ver si se han caído enlaces... Y vaya que sí, muchos artículos y textos a los que hacía referencia se han caído. Bueno, hice lo que pude, consolémonos con los que pude salvar ya que debo ser el único loco que recopila tanta información.
Pero hay uno que permanece y que me encantó releer, por ello quiero compartirlo con ustedes. Data del año 2013, ¡la de cosas que tengo guardadas y que darán vida a este blog aunque dejen de salir noticias sobre la prostitución! Se trata de un mensaje de una mujer que comienza como nueva en este mundo debido a dificultades económicas, con mucho miedo al principio (como es natural, con la propaganda que se da...) pero que no tarda en desinhibirse y encuentra en él LIBERTAD. Lo publicó en GuiaGeisha, el foro de Paula, de donde por lo visto fue baneada (aparece en su status). Me ahorraré comentarios, pero es una observación que hay que tener en cuenta.
Indudablemente el factor económico es un factor clave a la hora de comenzar y MANTENERSE en prostitución, pues como explica la autora del texto una vez se han solucionado las necesidades más urgentes una se acostumbra a un nivel de vida acomodado que no podría mantener con otra ocupación.
"Hace siete meses mi vida y la de mi familia dio un vuelco... Mi sueldo (que me tenía bastante contenta hasta ese momento, yo me conformaba con poco) daba para pagar las deudas y era el único ingreso que teníamos. Había que seguir viviendo... y además de muchas horas extras, yo me planteé enseguida "esto". Mi idea era ser independiente para compaginarlo con mi otro trabajo, tuve algunas propuestas "interesantes" pero finalmente no me atreví, me aterraba que me atacaran, que me violaran, que me contagiasen una enfermedad horrible. Pero un día tras otro me fijé en uno de esos locales con lucecitas. Sí, con lucecitas rojas. Y me dije a mí misma, "si no me gusta, podré salir enseguida..." Lo sé, las lucecitas me deberían haber dado más miedo, pero no fue así. Sentí algo así como una corazonada. Y entré. Y me gustó. Lo sentí seguro y cálido. Había unos hombres grandes que lejos de darme miedo me hacían sentir protegida. Mi propuesta les encantó. Y así empezó todo... Ahora mi vida ya está bien, de hecho, está perfecta. Ya no hay deudas, mis padres trabajan de nuevo y podría incluso independizarme. Todo está bien, ya no tengo excusas para volver a ese lugar... Mi "trabajo normal" me encanta; pero ahora mi sueldo me parece muy escaso mientras que antes, antes de que mi vida cambiara, me sentía rica con el mismo dinero... Todas las semanas desde hace un tiempo me digo a mí misma que les voy a decir que lo dejo. Pero el viernes me entra un subidón de adrenalina terrible, y vuelvo de nuevo, y otra vez... Además, no es un sitio de "escorts", no.. es un sitio limpio y apañao, me siento segura y cómoda allí, pero muy lejos del lujo, por decirlo así. Mi propósito del 2013 es dejarlo, centrarme en "mi trabajo normal", pero solo de pensar en el viernes vuelvo a sentir esa sensación de excitación... Y el caso es que hay muchos clientes majetes medio amigos a los que adoro pero también algún cliente capullo, de esos que te tratan con indiferencia y piensas "no le ha gustado", y que sin embargo repiten una y otra vez a saber por qué, siempre con la misma cara de amargaos... Por no decir que en mi segundo día de puta me crucé con un psicópata y casi vivo una experiencia desgarradora para no olvidar, pero afortunadamente, el estar allí me salvó. En fin, que ni yo misma me entiendo, siento que tengo una especie de doble personalidad; en realidad soy una chica muy diferente, pero cuando llego allí no sé que me pasa... me siento libre, libero algo de mi interior que no existe el resto de los días de la semana y solo quiero sexo, más y más sexo. He llegado a pensar que ni siquiera con mis "novios más queridos" he sido así! jajaja... Yo misma me río pero así es como me siento! Ni siquiera me importa que sean feos, gordos o viejos. Todos me gustan, todos me valen. Todos me hacen sentir "así", y a su vez todos tienen algo "diferente". En realidad yo quiero dejarlo, volver a ser la de antes, algún día conocer a alguien, formar una familia...sólo deseo ser alguien con una vida corriente y feliz. Pero de alguna manera patológica, me hecho adicta a ser puta en un bar de carretera. Se me ha cruzado muchas veces incluso la idea de hacerme independiente, hacer una página etc etc. ¡Pero en el fondo de mí, yo no quiero, yo quiero ser la de antes! ¿Qué puedo hacer? ¿Creéis que tendría que ir a un especialista? ¿Os ha pasado algo así?¿Cómo habéis logrado salir? Gracias".
En mis numerosas y entretenidas charlas con trabajadoras sexuales he constatado que lejos de ver su actividad como algo indeseado llegaban a disfrutar en sus encuentros sexuales con completos desconocidos. A ver, hay de todo, hay mujeres que lo llevan bien y otras fatal (en cuyo caso, se marchan por su propio pié) y obviamente tipos que adoran y otros que detestan (lo cual es totalmente lógico). Pero el balance final, como nos cuenta, es francamente bueno.
¡Pero esperad, que todavía hay más! Posteriormente cuenta las motivaciones que tuvo para dejarlo: el temor a ser descubierta (y es que efectivamente muchas quieren dejarlo, pero no porque particularmente las desagrade sino por condicionantes como el estigma social asociado a esta actividad). También habla de sus clientes, diferenciando de aquellos clientes "amigos" y de los que prefiere no volver a ver. Sobre todo lo que muestra es que ha cambiado su punto de vista sobre este fenómeno tras haberlo conocido directamente, que es lo que nos sucede a tantos:
"Buenas a todos y mil gracias por las respuestas! Finalmente lo he dejado (al menos por ahora). El causante es mi trabajo "normal" (en el que andaba algo descentrada) y bueno, como bien decís siempre por aquí, verme obligada a mentir tanto y el temor a ser descubierta... Me sorprenden personas tan valientes como Paula, y es que si no hubiera sido por ella, nunca se me habría ocurrido esta solución. Según la escuche yo misma pensé "esta señora es inteligente, se expresa de maravilla, no tiene pinta de yonki y ha podido salir de su situación económica haciendo este trabajo, por qué yo no?" Soy consciente de que nunca seré la misma. He vivido cosas que me han cambiado para bien y para mal. Las personas de mi entorno también lo han notado; ahora soy diferente, tal vez más abierta, tal vez incluso me siento más viva. No sé si seré capaz de llevar relaciones como las de antes, yo siempre he sido liberal pero fiel hasta la muerte, ¡tendré que irme acostumbrando a mi vida rutinaria de persona "corriente"! No sé si algún día lo retomaré. Sé que echaré de menos a algunos de mis amigos-clientes (de los cuales ni me he despedido) y a otros no los echaré de menos para nada, incluso me alivia no volver a verlos (los menos). Si algún día soy abuela se lo contaré a mis nietos... jajaja En cualquier caso siempre defenderé la legalización de la prostitución. No sé, es un servicio importante; hay personas que si no fuera de esta manera nunca tendrían sexo, y eso es tremendamente injusto y triste. Los puteros no son sólo hombres adictos al sexo perdidamente infieles (y que conste que no voy a ser yo precisamente la que juzgue a las personas), pero quiero decir que hay puteros muy feos, o muy viejos, solterones o viudos... que el primer día dices entre ti, oh dios mío, me moriré si lo hago... pero después descubres en ellos, en su esencia algo que te encanta. No sé, os pareceré una loca (que también puede ser, una loca adicta al sexo), pero yo creo que todas las personas son mágicas. Todas tienen algo especial, algo que les caracteriza y les hace únicos. El sexo, el calor humano, el sentir a una mujer... nadie puede morirse sin haberlo experimentado y a veces solo las putas podemos dárselo!! (De los psicópatas me abstengo de decir nada, son personas corrompidas y podridas que han perdido la humanidad). Las putas solo dan placer y felicidad, risas y momentos para recordar (al menos siempre lo intentamos). Pero la sociedad no quiere reconocer eso, la sociedad nos hace daño, nos persigue, nos juzga. Se necesitan leyes primero para PROTEGERLAS de los psicópatas, segundo para legalizar su situación y poder pagar sus impuestos... Por eso chicos mil gracias por vuestros comentarios y mil gracias por todo. Aunque ya no trabaje de puta (desde hace una semana) yo siempre tendré un corazón de puta. Qué los Reyes os colmen de FELICIDAD, DE AMOR, PLACER y SALUD PARA DISFRUTAR DE TODO!!! Enjoy... ;9"
En estos textos se menciona a los clientes, esa figura en torno a la prostitución que cada vez levanta mayor interés. Y lo que nos cuenta es que hay muchos "majetes, medio amigos" con los que tener sexo no le representa el menor problema. Yo escribo desde esta perspectiva, ya que he mantenido muy buena relación con muchas de ellas. ¿Y con las que no, es que acaso no he tenido malas experiencias? Pues claro, pero al igual que hacen ellas me junto con quienes me agrada estar. En la prostitución, como en la vida, "hay de tó".
Testimonios como el suyo resultan altamente coincidentes con tantos y tantos que he podido conocer en primera persona, por eso otorgo veracidad a sus palabras y las comparto con ustedes. Esto es lo que piensa una mujer de carácter liberal tanto ANTES como DESPUÉS de ejercer la prostitución. Al principio, le da miedo dar el paso. Y cuando lo hace, no se arrepiente pero sabe que tiene que andar con cuidado para ocultar su situación a su entorno más cercano, motivación adicional para que muchas emigren (no sólo es por motivos económicos, se podría decir también que "sin estigma, habría menos trata"). Lo que al final las queda es ese "corazón de putas" y una visión cercana, amable y positiva de la prostitución debido a que la han CONOCIDO. Precisamente lo opuesto a lo que les pasa a las abolicionistas. Pero esa es otra historia... que abordaré en breve.