Dolores de Pablo-Blanco, Concejala del Ayuntamiento de Sevilla
"Las ideas abolicionistas llevadas a la práctica conviven con políticas prohibicionistas que penalizan y reprimen a las mujeres que se niegan a ser reinsertadas"
"El acoso y hostigamiento a las prostitutas que captan su clientela en la calle se disfraza de campañas de sensibilización o de disuasión hacia los clientes"
Colectivo Hetaira, Asociación madrileña en defensa de las prostitutas
"Las prostitutas queremos clientes y penalizar a los clientes no sirve de nada porque saben que no estamos en situación de trata y no nos sentimos vejadas".
Montserrat Neira "Marien", prostituta
Desde los poderes públicos se vienen orquestando furibundas campañas publicitarias que trasladan una visión muy negativa de la prostitución, asimilándola a la esclavitud y a la violencia contra las mujeres. Estas iniciativas son celebradas por las abolicionistas y duramente criticadas por las feministas pro-derechos: mientras las primeras señalan que es necesario mostrar a la sociedad las miserias y abusos que esconde la prostitución a través de campañas "orientadas a sensibilizar a la ciudadanía contra la explotación sexual", las segundas aseguran que se comete un grave error al equiparar la prostitución voluntaria con la forzada. Asociaciones tan conocidas como Hetaira ya han advertido de la "grave irresponsabilidad" en la que incurren las administraciones al dibujar una imagen de este fenómeno "que no se corresponde con la realidad" y del perjuicio que causan a las trabajadoras sexuales al contribuir a su estigmatización. Es más, llegan al atrevimiento de asegurar que no son más que una tapadera para encubrir el hostigamiento que sufren las meretrices por parte de las autoridades públicas.
Aunque en anteriores ocasiones he comentado alguna de estas campañas, hoy voy a recopilar las más significativas de los últimos años con el fin de que podamos hacernos una mejor idea de conjunto. Nos agraden o disgusten hemos de reconocer que tienen (o pretenden tener) un importante impacto en la percepción social de la prostitución.
Entre los Ayuntamientos que más se han significado contra la prostitución destaca indudablemente el de Sevilla, desde cuya Concejalía del Área de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación se han lanzado los mensajes más rotundos y efectistas. Vean su última creación, que han difundido ampliamente usando todos los medios a su disposición:
A pesar de que no se refiere expresamente a la prostitución, una iniciativa contra la trata de este mismo año es la que bajo el lema ‘No todas las personas viajan por placer’ declara su intención de concienciar ante el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, al que califica como "uno de los negocios ilícitos más lucrativos y una nueva versión de la esclavitud en el siglo XXI". Nos muestra a dos mujeres sentadas, una abrochada con un cinturón de seguridad y otra con cadenas y un candado. Concuerdo totalmente con el mensaje, muchas personas son deportadas y se las obliga a viajar literalmente encadenadas (esposadas). Eh, espera... un momento... ¿Qué viene en la parte inferior del cartel? ¿Que lo subvenciona el gobierno de Expaña y la Unión Europeda? ¿Las mismas MAFIAS que detienen, encierran y trasladan a las personas a la fuerza? ¿Los secuestradores denuncian el secuestro? ¿Pero qué clase de broma de mal gusto es ésta? ¿Cuánta hipocresía, cinismo y falta de vergüenza encierra este cartel?
Donde sí que se lució la ONG responsable de este cartelito fue con su proyecto "Vicky", otra ideica de las que no se le ocurren ni al que asó la manteca. Para denunciar la violencia, vejaciones y humillaciones a las que son sometidas las prostitutas no tuvieron mejor ocurrencia que amarrar un maniquí vestido de puta a una farola. No hacen más que mostrar sus prejuicios y el desprecio que les merecen las meretrices. Eso de vestida de puta resulta ofensivo ya por sí sólo, no es más que un estereotipo que poco tiene que ver con la realidad (muchas chicas, especialmente las que trabajan de día, visten completamente normal... ¿y diríamos que tantas mujeres que se ponen provocativas para salir por la noche van como putas? ¿De dónde vienen los de esta ONG? ¿De forocoches?). Pero, con mucho, lo más preocupante es que hayan tratado de equiparar un maniquí a una persona, vuelvo a preguntarme ¿de qué van? ¿Son más tontos que cagar de pié o es que se pasan de listos? Resulta insultante tanto que hagan pasar a Vicky por una prostituta real como que pretendan hacernos creer cualquier cosa con ese vídeo. No muestra nada, no tiene el menor interés. Bueno, sí que lo tiene, es una muestra fehaciente de su incapacidad para contactar con cualquier prostituta que pueda ofrecer una imagen real del trabajo sexual así como de lo burdo de sus "performances". Miren el vídeo y lloren. Pero no por Vicky sino por lo que nos ha costado, que todas estas chorradas se llevan una morterada de dinero público:
Y prosigo con otra exposición, promovida por el felizmente extinto Ministerio de Igual-dá. Llevaba el nombre de "Esclavas del siglo XXI" y la componían veintiún maniquís que representaban a otras tantas víctimas de la trata. Además había un container industrial en el que se nos dice que traen a las mujeres traficadas, como si fuesen juguetes chinos. Ale, ya de perdidos al río, si se meten bulos que sean tan gordos como sea posible. Pues esta giliflautez progre la tuvimos que soportar en varias ciudades españolas, entre ellas Sevilla y Madrid que siempre se apuntan a estas historias. ¿Qué más voy a decir? A los testimonios de prostitutas reales que nosotros ofrecemos, los abolicionistas tan sólo pueden oponer un puñado de espantajos... eso sí, bien subvencionados, con toda la atención mediática y la plena disposición del espacio público. Es una lucha de David contra Goliath, de la sociedad civil frente al poder público, de oprimidos frente a opresores. Me encanta.
Otra de las macabras representaciones sobre la prostitución fue "The Journey", una muestra de lo que sería la trastienda de la prostitución. Acerca de este delirante esperpento ya escribí en su día.
Desde el gobierno central se han promovido (léase organizado, financiado y publicitado) campañas institucionales contra la prostitución. El esfuerzo que realizan para acallar e invisibilizar a las prostitutas sólo es comparable al deseo que ponen en sustituirlas por maniquís y otras caricaturas suyas.
Las campañas anti-prostitución no provienen únicamente de ayuntamientos y gobiernos, a nivel comunitario también se han hecho varias. Una con la que he disfrutado particularmente, ya que trata que el cliente se ponga en el lugar de la prostituta, es la que les traigo a continuación y lo que en realidad refleja es la aversión que sienten las feminazis hacia el sexo y su tremenda falta de empatía. La conocida Paula VIP, presidenta de APROSEX (la mayor asociación de prostitutas de España), reconoce que para ejercer esta actividad son necesarios dos requisitos: que te guste el sexo y practicarlo con mucha gente. Quizás ellas no puedan, pero otras personas sí. ¿O toda la gente valdría para ser cirujano, policía o ganadero? Pues no, habrá quienes estén encantados con unos trabajos pero no puedan soportar otros. Yo mismo tengo un trabajo que mucha gente considera pesado y desagradecido, para el que no vale todo el mundo... y mientras algunos compañeros lo adoran y dicen haber nacido para él, he conocido a docenas de personas que no pueden aguantarlo ni por un día. Venga, vamos a disfrutar de la demagogia abolicionista:
La figura del cliente ha resultado ser un filón, se han cebado con nosotros señalándonos como los malos de la película. La mayoría de estas campañas se dirigen (o eso dicen) a quien estaría sosteniendo la situación de explotación y violencia que sufrirían la inmensa mayoría de estas mujeres: el cliente, vulgo putero. Según declaran las feministas nosotros somos los responsables últimos de que exista la prostitución al financiarla económicamente, por consiguiente si se desea acabar con la prostitución (lo cual es indiscutible) habría que estrangular la demanda. A tal fin obedecerían tanto estas campañas como las ordenanzas municipales sancionadoras que se han multiplicado recientemente.
Claro que yo, para variar, discrepo de la versión oficial. Considero que el objetivo real difiere del fin declarado, como suele ser habitual en nuestros políticos. ¿Realmente pretenden convencernos de que lo que estamos haciendo no es correcto? ¿El reproche institucional será capaz de desalentar la demanda? No lo creo, de hecho en mi caso particular la ha animado. Lo que vienen a decir es que todo aquel que sigue demandando servicios sexuales, o yendo de putas hablando en plata, es un cerdo explotador al que hay que darle hasta en el DNI.
En este blog vengo diciendo que lo que realmente pretende la administración es:
1- Incitar al odio contra un sector de la población, que seríamos no sólo los clientes de prostitutas sino por extensión todo hombre. Según las feminazis, todo varón por el hecho de serlo ya es un "cliente potencial". Un abusador, un violador, un criminal en potencia. Somos el enemigo, aquel a quien deben destruir porque en otro caso las destruiría a ellas. De ahí a aplicarnos leyes de excepción no queda mucho.
2- Legitimar las medidas coactivas que tienen planeadas. El caso de Sevilla ha sido paradigmático, con anterioridad a la aprobación de la ordenanza sancionadora comenzó una serie de campañas muy agresivas para crear la imagen de que nos lo merecíamos, que si iban a por nosotros es porque existían razones de peso. Como visiblemente no le hacemos daño a nadie, han de justificarse creando la imagen de que somos seres execrables, a quienes se ha de perseguir.
3- Encubrir las irregularidades, y en algunos casos abiertos delitos, en los que incurren las autoridades públicas. Los clientes no sólo mantenemos relaciones sexuales con las chicas (no son muñecas, como "Vicky"), sino también sociales. Nos cuentan cosas, nosotros también tenemos ojos en la cara y vemos, y suelen encontrar en nosotros apoyo y amistad. Somos frecuentemente testigos de los abusos que perpetran hacia ellas, y al criminalizarnos y estigmatizarnos lo que también consiguen es acallarnos. La motivación más importante de perseguir al cliente es la de defender la administración, en el momento que consigan que seamos vistos como delincuentes nada de lo que hagamos o digamos tendrá validez alguna.
Cualquier persona con dos dedos de frente ha de plantearse por qué nuestros gobernantes dedican tantos esfuerzos a deslegitimarnos, por qué existe esa presión no por reeducarnos sino para que parezcamos delincuentes y ese empeño en que el mundo de la prostitución siga siendo sórdido, oscuro, indeseable. ¿Qué ganan con ello? ¿Por qué jamás hacen campañas contra la corrupción política, la prevaricación de los jueces o los abusos policiales? ¿Por qué en cambio emplean las subvencionadísimas televisiones públicas para promocionar el nacionalismo, la sanidad pública o los logros del gobierno de turno? No dan puntada sin hilo, todo ese montaje de la trata y clientes energúmenos es un discurso orientado a crear dos bandos: el de los malvados que perpetúan la explotación y a quienes hay que combatir, y el de los justicieros que vienen a restablecer el bien en el mundo. ¿Qué han hecho históricamente los totalitarios de todo cuño? ¿Qué hicieron los nazis, los comunistas y hacen hoy en día los nacionalistas? Construyen una explicación extremadamente simplificada y maniquea de la realidad, que no es cierta pero obedece a sus fines. Por eso no es suficiente que digamos que mienten, que ni las prostitutas son unas víctimas, ni nosotros somos unos ogros, ni ellos unos angelitos. Hace falta que expliquemos el POR QUÉ lo hacen.
Esas mujeres a las que se pretende "rescatar" se muestran contrarias a este tipo de campañas e incluso llegan a manifestarse en contra de las ordenanzas que aprueban esos organismos públicos que dicen actuar en su beneficio. Las campañas orquestadas por nuestros gobernantes chocan con la tozudez de las prostitutas, empeñadas en llevarles la contraria. Muchas de ellas han denunciado, como un servidor, los abusos de las autoridades y el discurso hipócrita de nuestros dirigentes políticos.
¿Y qué sacan ellos con todo esto, por qué se meten en semejante berenjenal? ¿Cómo es posible que, en general, la gente pase de buscarse problemas y en cambio la casta política vaya creándolos donde no los hay? Amigo, porque hay pasta de por medio. Digo que la trata es una construcción artificial de la clase política, al igual que el estado de las autonomías, porque les permite sacar tajada. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tienen así una excusa para justificar su existencia, pedir ingentes recursos para combatir un delito que no existe y, sobre todo, sus funcionarios pueden obtener un jugosísimo sobresueldo gracias a las extorsiones a chicas y empresarios. Los políticos también encuentran una mina de oro en la prostitución pues les permite manejar mayores partidas presupuestarias (y conceder por lo tanto más favores y prebendas), también justificar sus sueldos en particular los de aquellos cargos más vinculados con este fenómeno (áreas de igualdad, seguridad ciudadana, etc) e incluso financiarse ilegalmente como denunció en su día Pilar Monreal. Y es que los de abajo no suelen actuar sin la orden, complicidad o al menos el conocimiento de los de arriba. Por último las feministas, muchas con el carnet del partido en la boca, pueden también darse la vida padre: mientras dicen tener un fin elevado por el que trabajar, la realidad es que no dan palo al agua. Estas señoronas viven del cuento, literalmente. El discurso antiprostitución es su medio de vida, a costa del contribuyente por supuesto. No deja de ser paradójico que todas estas campañas abolicionistas las financiemos en buena medida los clientes, ¡yo no quiero ser cómplice de la administración! ¡no deseo contribuir al sostenimiento de la mafia gubernamental! ¡pero me veo obligado, sometido, forzado! ¡SOCORRO!
No se entiende cómo la administración puede prestar tanta atención a un problema sin demanda social. Es más, mientras que cada vez que cualquier medio de comunicación hace una encuesta los españoles manifestamos estar abrumadoramente a favor de regular la prostitución; cuando el tema es sometido a voto parlamentario la propuesta se rechaza casi por unanimidad. ¿Qué sucede, es que nuestros políticos como viven en una burbuja no se enteran de nada y se crean unas películas de la hostia? Así lo cree mucha gente. Pero yo no opino así, sino que lo que han demostrado una vez tras otra es que cuando se gastan el dinero en lo que no toca no es por equivocación, por un error de cálculo, porque deseen darle de todo a los ciudadanos. Ni mucho menos, siempre es por sus intereses personales como el cobro de comisiones, hacerle favores a amigos o directamente llevárselo crudo desviando el dinero (MercaSevilla) o creando falsos contratos (Urdangarín). Detrás de estos montajes que victimizan a las prostitutas y condenan a sus clientes lo que hay es un buen pastel de rica miel...da. No luchamos únicamente para dar a conocer la verdad o para ser aceptados socialmente, eso lo vemos nosotros desde nuestro punto de vista. También, y sobre todo, estamos embarcados en una cruzada para combatir la corrupción de los poderes públicos. Muchos activistas pro derechos todavía no han querido darse cuenta de este ineludible hecho. Somos enemigos de la administración porque nuestras demandas colisionan frontalmente con sus intereses: ¿que no nos subvencionan? ¿que no nos escuchan? ¿que legislan en contra nuestra? LÓGICO, el delincuente no va a querer que le pillen. Y si puede crear una cortina de humo o falso culpable para librarse, lo va a hacer. De eso van estas campañas, de dirigir la condena social contra quienes pueden ponerles en evidencia.
He aquí la selección que he hecho de carteles contra la prostitución creados a instancias de diversas administraciones públicas españolas. No los comento individualmente porque el mensaje es muy similar, prácticamente idéntico en todos ellos. Comenzamos por Sevilla, ciudad que se lleva la palma tanto en el número como en la intensidad de estas campañas (e igualmente gobierne el PSOE como el PP, porque ya os he dicho que es un asunto transversal de protección de las instituciones):
Pasamos a Madrid, donde el éxito de sus carteles fue tal que varios de ellos fueron reproducidos también por otros ayuntamientos como los de Valencia y Palma de Mallorca.
Almería...
Alicante... éste no lo encargó el ayuntamiento sino la diputación provincial.
Extremadura, de la Junta. Aquí la administración mete mano a todos los niveles.
Xunta de Galicia...
Salamanca, ciudad universitaria y putera donde las haya.
León, que debe ostentar el récord al cartel más caro de la historia (por una valla publicitaria, ¡UNA!, se pagó un millón de euros... ¿no se quedarían algunos pegados por alguna parte? ¿en la mano de algún concejal, quizás?).
Y Burgos. Me quedan otras ciudades por mencionar pero bueno, creo que la muestra ya es suficientemente representativa e ilustrativa.
Las representaciones siempre giran en torno a dos imágenes, la de la mujer explotada/mercantilizada/cosificada/esclavizada y la del varón (porque no existirían ni prostitutos masculinos ni clientas femeninas) falto de escrúpulos que se aprovecha de su situación. He repetido hasta la saciedad que las cosas no son así, pero nadie puede convencerles mejor que sus propios ojos. Así que de verdad, les insto a que conozcan de primera mano tanto a prostitutas como a sus clientes para que comprueben lo falso de esta concepción de la prostitución. Esas mujeres indefensas, totalmente privadas de toda posibilidad de decidir, y esos clientes depravados que las tratan a patadas sólo existen en la mente enferma de las abolicionistas y nuestros dirigentes políticos. De hecho creo que debe ser una proyección de sus deseos, nos muestran cómo sería la prostitución si de ellos dependiese y cómo se portarían como clientes. No me cabe la menor duda de que encajarían en ese arquetipo de cliente egoísta, desconsiderado, capaz de todo para satisfacerse. ¿No es acaso su manera de actuar?
Mas, como vengo continuamente repitiendo, estas campañas no tratan de reflejar la realidad (de hecho todas han sido encargadas a empresas profesionales de marketing y publicidad) sino de modificarla, creando una visión irreal de las cosas ajustada a sus intereses. Es el típico modo despótico de realizar ingeniería social característico de todo izquierdista, ya sea del PSOE o del PP. La realidad les importa una higa, lo que quieren es convencernos de su visión de las cosas a toda costa... es como cuando se celebra una manifestación y los convocantes dan una cifra, el ayuntamiento otra y el gobierno central nos viene con un número diferente. ¿Pero bueno, cómo puede ser que las diferencias sean tan abultadas, con un número de manifestantes dos, tres y hasta diez veces mayor (o menor, claro)? Esta clarísimo, lo que pretenden es adecuar la realidad a sus intereses: ¿me conviene?, potencio un fenómeno; ¿me perjudica?, lo minimizo.
El abolicionismo se basa en la mentira o en la ignorancia, los intentos de manipulación que emplean tanto en las imágenes que les muestro como en las cifras que barajan (300 mil esclavas sexuales en España, 95% de prostitutas obligadas...) son tan torpes que los considero contraproducentes. "Gracias" a ellos algunas prostitutas, clientes y determinados profesionales que han entrado en contacto con el mundo de la prostitución (abogados, trabajadores sociales, profesores universitarios...) hemos reaccionado.
El intervencionismo de nuestras autoridades se justifica cuando catalogamos la prostitución como violencia de género. En principio, no habría motivo alguno para entrometerse en las relaciones voluntarias entre individuos adultos así que necesitan una excusa: ésta es que estas personas no dan su consentimiento. Que en realidad se hallan extorsionadas, coaccionadas y amenazadas por las mafias internacionales que las explotan contra su voluntad. Consideran irrelevante el bajísimo número de denuncias y en el hecho de que, al ser preguntadas, todas las prostitutas afirmen hacerlo porque quieren. Da igual, hay que SALVARLAS POR LA FUERZA. O callan porque tienen chulo o se hallan tan alienadas, traumatizadas y psicológicamente afectadas por el abuso constante que les han supuesto las vejaciones a las que han sido sometidas que no hay que hacerlas caso. Digamos que tanto las feministas como las autoridades públicas vienen a actuar como "déspotas ilustrados", obligados por su conciencia y benévolos sentimientos a ayudar a estas pobres mujeres caídas, totalmente desvalidas y sin siquiera capacidad para decidir sobre sus propias vidas. Lo de déspotas me lo creo, por la manera en que actúan. En cambio de ilustrados... les veo más bien poquito, la verdad sea dicha.
Si realmente les interesase combatir la "trata" (que ya digo que es imposible, porque es un delito que cuando existe es perpetrado por nuestros poderes públicos en forma de deportaciones), ¿no sería mucho más sensato buscar el apoyo de los clientes para localizar y ayudar a las posibles víctimas? ¿Por qué no se solicita la colaboración ciudadana como en el caso de la "violencia de género" (otro temita manipulado hasta la saciedad)? Cuando uno lo piensa mínimamente, es que el de la prostitución es un mundo en el que no cabría el delito. Bastaría un único cliente "concienciado" para retirar a toda una de estas redes que esclavizan a cientos de mujeres. ¿En serio les parece posible que puedan actuar impunemente unas mafias que necesitan primero engañar o secuestrar mujeres a cientos de miles, luego adoctrinarlas o tenerlas tan sumamente amenazadas para que no denuncien y que además ninguno de los muchísimos clientes que tendrían al día (las abolicionistas dicen que de 10 a 20, jajaja) viese ni dijese nada? Me parece inaudito que nadie pueda dar la menor credibilidad a un discurso tan absurdo. Si ha triunfado hasta ahora es porque ha conseguido su objetivo de achantarnos y mantenernos en silencio.
Pero ya le hemos perdido el miedo.
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