domingo, 27 de enero de 2013

Pérez-Reverte: El IVA de las lumis

"Ya es raro que, a la caza y captura como se anda aquí del menor pretexto para dar otra vuelta de tuerca e intensificar el expolio, todavía no se le haya ocurrido a nadie cobrarles IVA a las lumis".

Arturo Pérez-Reverte, escritor y periodista



Hay cosas muy serias pero que no queda otro remedio que tomárselas con humor. Eso de reír por no llorar. Como los recurrentes casos de corrupción política que asolan España, la España de los seis millones de parados y políticos con multimillonarias cuentas bancarias en Suiza, así que hemos de bromear sobre el tema para evitar que se nos caliente la sangre.

Con ese ánimo deseo que hoy tratemos un asunto muy trascendente, el motivo por el cual las prostitutas no pagan IVA como deberían hacer en el caso de que la prostitución estuviese regulada. Bien saben ustedes que esta decisión no depende de ellas sino de nuestros legisladores quienes, curiosamente, a pesar de enfrentarse con ardor entre ellos en trifulcas insignificantes resulta que cuando se trata de grandes cuestiones de Estado en las que realmente se ve la pasta (modelo energético, sistema territorial, fiscalidad, etc) siguen todos a una, cual ovejitas, la misma dirección. Tanto el PP como el PSOE, las dos únicas formaciones con capacidad de formar gobierno actualmente en España, se han mostrado contrarias a regular este antiquísimo oficio y yo me pregunto (espero que ustedes también) ¿por qué? Sí, se justifican recurriendo a la dignidad de la mujer, a los derechos humanos y a la defensa de la igualdad. Todos fines muy elevados, ya sé que la bondad de sus señorías no conoce límites. Y yo respondo, como diría el insigne Marrano, "sí, claro".

Probablemente el aspecto más importante de una regulación de la prostitución sería la ENORME CANTIDAD de dinero, ahora negro, que podría fiscalizarse y ayudar a sanear las arcas públicas. Sin embargo, no se hace. ¿Será por cariño de los políticos hacia sus madres? ¿Puede existir alguna explicación de por qué a nuestros gobernantes les interese que un sector económico tan lucrativo no pague impuestos legalmente? ¿Tendrá algo que ver con que las comisiones, sobornos y sobrecitos (quien dice sobres también dice maletines) se paguen siempre en "B"? 



Vamos a ver, la misma casta que se financia ilegalmente con el dinero que debería ir a los cursos de formación para desempleados, que se gasta en coca y cuca las indemnizaciones de los parados, que paga a sus dirigentes sobresueldos en negro de dudoso origen por parte de quienes quieren asegurarse el favor político... ¿semejantes MAN-GAN-TES pretenden hacernos creer que van a renunciar a unos ingresos tan suculentos por escrúpulos? Ay, no, dinero de prostitución, no lo queremos. Joder, pues en cambio bien que se lo gastan en ellas, que ya les han pillado en más de una ocasión en buena compañía. Además... ¿Me dicen ustedes que prefieren subir los impuestos, amnistiar a los defraudadores o crear nuevas tasas entre otras geniales ideas confiscatorias (que no ya recaudatorias) en vez de cobrar "el IVA de las lumis"? ¿No se les habrá ocurrido? ¿Es eso todo más moral que regular la prostitución? Rescatamos bancos y cajas con dinero del contribuyente, permitimos que desahucien a cientos de familias y que millones malvivan con pensiones miserables, recortamos en sanidad, congelamos el sueldo a los funcionarios, subimos la luz (incluso con retroactividad, lo que es un verdadero despropósito)... pero no, a las señoras putas no las cobramos ni un céntimo. Aquí hay gato encerrado, hmmm... No me cuadra que prefieran tomar medidas tan impopulares antes que cobrar impuestos a unas mujeres, inmigrantes (en muchos casos sin papeles), en buena parte sin cualificación y sobre todo sin medios ni conocimientos como para evadir la acción de Hacienda, y que tienen unos ingresos bastante superiores a la media. Díganme si resulta o no sospechoso. Pero bueno, leamos antes las reflexiones en clave de humor del irrverente Reverte como introducción para ir entrando en materia (el tiempo no pasa sobre sus artículos, éste tiene casi 20 años):



28 de agosto de 1994

En Suiza, además de vacas, relojes y bancos, hay putas. Hablo en sentido literal, o sea: señoras que viven del comercio carnal en plan hola guapo, son siete mil y la cama aparte. Allí el ejercicio de tan incómodo oficio goza de autorización oficial. Es decir, que yo me llamo Ingrid, por ejemplo, o Mari Pepa, y puedo vivir de mis encantos siempre y cuando tenga la nacionalidad o un permiso de trabajo y pague mis impuestos. Los suizos son muy rigurosos y muy calvinistas, como de piñón fijo; pero en cuanto suena un duro rodando por el suelo se olvidan en el acto de la moral y se ponen dale que te pego a la calculadora. Allí paga impuestos hasta la vaca que ríe.

Soy muy paleto y nunca me he ido de putas en Suiza, pero imagino que con tanta higiene y tanta leche pasteurizada, tiene que parecerse a ligar con un astronauta del proyecto Apolo, todo aséptico y con música ambiental. El intercambio carnal con una lumi suiza, por ejemplo, en plan estricta gobernanta y con aquello del orden y el método, debe de ser como para grabarlo en vídeo. A ver, tiempo número uno. ¿Preparado, caballero? Procedamos. Uno, dos, uno, dos. Bien. A ver, dese la vuelta. Uno, dos, uno, dos. Listo. ¿Cómo que por qué? ¿No está usted viendo el cronómetro?

Convendrán conmigo en que, comparado con una colega española, no hay color. Aquí, como lo del puterío es ilegal y no hay control ninguno, todo es mucho mas humano, más natural e improvisado, en plan hola chato qué tal. Aquí levantas una lumi, por ejemplo, y a lo mejor hasta te da el beso del sueño y te roba la cartera, o llega el chulo y te muele a palos, o resulta que el macró es policía y te saca la pistola y tiene más emoción el asunto. O enganchas un sida que te partes de risa, oyes, no como esos suizo, tan asépticos y tan aburridos, que el último que tuvo un poco de salero en el cuerpo se llamaba Guillermo Tell.

El caso es que el departamento helvético de Hacienda ha decidido que, a partir del año que viene, las lumis que trabajen en Suiza pagarán al Estado su correspondiente IVA. La única excepción que tolera allí el fisco es la referente a cuidados prodigados bajo receta médica, pero a pesar de los esfuerzos de sus representantes ante la administración, las furcias suizas no han conseguido que clasifiquen como terapia social su meritoria labor. Haría falta que los clientes fuesen antes al médico de cabecera; y entonces, claro. Imagínense el diálogo:

-Doctor, noto algo como así. Usted ya me entiende.
-Perfectamente, ¿es usted casado?
-Hace cuarenta años.
-Comprendo. Mire, va usted a irse de putas cada ocho horas. Aquí tiene la receta, pillín.

Así que nada, que no. Que las furcias suizas pagarán el IVA como todo hijo de vecino suizo, y santas pascuas; y la que no esté conforme tiene derecho a recurrir ante el tribunal federal. Lo malo es que, tal y como está en España el panorama, con todo organismo oficial loco por echarle mano a un duro, sólo faltaba que cundiera el ejemplo. Es decir, que a nuestro Ministerio de Hacienda le diera por exprimir también esa teta -no sé si captan ustedes el sutil juego de palabras-, Porque ya es raro que, a la caza y captura como se anda aquí del menor pretexto para dar otra vuelta de tuerca e intensificar el expolio, todavía no se le haya ocurrido a nadie cobrarles IVA a las lumis. Cuya actividad, según está el patio, debe de ser la única a la que el Fisco aún no ha hincado el diente.

Así que más vale que los suizos no den ideas, porque ¿se imaginan el panorama? Un ministro muy serio saliendo en el telediario para explicar a base de mucho mire usted y de mucho eufemismo -trabajadoras de la calle, productoras del sexo- y mucho marear la perdiz, que el esfuerzo de solidaridad corresponde a todos los españoles y que si las putas son españolas o hispanohablantes, a pagar tocan. Tras lo cual, las lumis palmarían su correspondiente IVA con todo cristo metiendo el cazo para trincar. Parece que lo estoy viendo: el recaudador jefe que se fuga a Suiza, precisamente, con la pasta recaudada; las chicas en la calle preguntándote si el francés lo quieres con o sin factura, y las autonomías que reclaman su parte mientras el Gobierno no les hace ni puto caso, ocupado como está en gobernar con mano firme el timón de la nave. Y mientras, en el puente aéreo, el director general de Pules de la Generalitat viajando a Madrid para llevarse, por el morro, su quince por ciento.

Calenturitas me dan, sólo de pensarlo.
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Ahora sí, con una sonrisa ya les puedo plantear mi hipótesis. En la primera parte de esta entrada apenas me he limitado a dejarles abiertas algunas preguntas que considero muy razonables y es que lo raro no es que la prostitución esté regulada, sino que NO lo esté. Considero que cualquier persona debe extrañarse por la anormal situación tributaria de este sector. Resulta que a nuestros políticos no les tiembla el pulso (joder, el "marianés" se me está pegando) a la hora de encarecer los libros de los escolares o de reducir el poder adquisitivo de nuestros mayores con una subida de pensiones inferior al IPC. Ahá. Su mano es firme como el acero para recaudar impuestos de todo asalariado, autónomo o empresario... pero cuando se trata de las putas, la conciencia y el pundonor les vuelven de repente. No, no, no, dinero sucio, no. ¿No, de verdad? Un político rechazando dinero es más raro que un niño negándose a un caramelo o un yonki a un chute. ¿O es que lo que quieren es PRECISAMENTE que ese dinero siga siendo negro, que no aflore?

Antes de nada he de aclarar, por pura prudencia (y para evitar acciones legales en mi contra) que todo lo que voy a afirmar a partir de ahora no son más que conjeturas, que no puedo demostrar nada de lo que voy a decir acto seguido. Sin embargo sí que dispongo de indicios suficientes que me permiten maliciarme la existencia de una motivación profunda e indeclarable para no regular la prostitución. Es decir, que esto es efectivamente una "película" que me estoy montando yo solito pero basada en HECHOS REALES. Estos hechos constatados son, por ejemplo, la existencia -generalizada y sistemática- de extorsiones policiales a las meretrices. O la ausencia de condena alguna a aquellos jefes policiales cuya implicación en semejantes tramas ha quedado demostrada y que me hace suponer que no actuaban de manera independiente sino bajo las órdenes, o al menos con el conocimiento, de altas instancias políticas. Y ahora, gracias a un periódico tan solvente como El Mundo, la presunta existencia de financiación ilegal en todos y cada uno de los principales partidos españoles (incluidos, qué duda cabe, los catalanes).

Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas con Zapatero, respaldó firmemente las tesis abolicionistas. Del mismo modo, la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) apuesta por medidas prohibicionistas que -de acuerdo a las ONG pro-derechos- incrementarían la vulnerabilidad y desprotección que sufren las meretrices. ¿Por qué creen que la administración pública, en todos sus niveles, ha demostrado ser la mayor enemiga de las prostitutas?



Entonces, el sentido de la alegalidad de prostitución sería el de disponer de una fuente de financiación para las administraciones públicas de la que no quedara constancia en ningún registro o libro contable. ¿Ven ustedes la jugada? Mientras nuestras autoridades dicen combatir la trata y proteger a las pobres mujeres pueden por una parte llevarse crudo el dinero de los contribuyentes por los cauces legales, como se ve con las subvenciones a las ONGs afines, y por otra el de las putas fuera del circuito regular con la ventaja de que resulta imposible seguir el rastro de estos fondos precisamente porque todo el dinero que se mueve es en efectivo. La naturaleza de la prostitución, como actividad tabú, socialmente mal vista y muchas veces perseguida permite que encubran su delito. ¿Qué empresario va a arriesgarse a que cierren su negocio denunciando a la policía o, peor aún, le metan en la cárcel por proxenetismo? ¿Qué mujer va a encararles sabiendo que cuando quieran la pueden deportar y que pueden hacerla lo que quieran porque nadie saldrá en su defensa? Frente a la dictadura de un sector público desbocado y abusivo, no nos queda otra que tragar y tratar de capear el temporal mejor que podamos. Pero eso, esto, no es un Estado de Derecho. Por eso deseamos una regulación que NOS PROTEJA de la tiranía consustancial al poder público.

Fíjense. Si en tantos negocios "legales" (concesiones de obra pública, licencias de apertura de negocios, recalificación del suelo...) se ha obligado a los empresarios a pagar mordidas, piensen ustedes si el planteamiento que estoy haciendo aquí resulta tan descabellado. Según el Código Penal actual, no podrían existir en España ni puticlubs ni casas de citas ya que se obtiene un lucro de la prostitución ajena (son de 2 a 4 años de prisión). Pero las carreteras y los periódicos están llenos de ellos. ¿Incapacidad de la policía, como sugiere uno de mis lectores? Hmmm... Hablen, hablen con las chicas y los dueños de los locales a ver qué les cuentan sobre los agentes del orden. Sé que resulta difícil de aceptar el hecho, cada vez más patente, de que mientras existe una élite dirigente de la sociedad que puede hacer lo que quiera mientras el resto de la ciudadanía hemos de comer toda la mierda que nos echen. Pero está a la vista. No son cosas dictadas por mi imaginación sino hechos que la realidad va corroborando. Es de público conocimiento que la burbuja del ladrillo ayudó a muchos ayuntamientos a financiarse de manera irregular (comisiones a promotores y constructoras, vamos), pero ahora... ¿De qué cobran? ¿Qué les queda? Qué curioso que los casos de corrupción policial vinculados con la prostitución (Majèstic, Carioca, Bloque, Riviera y Saratoga...) hayan salido precisamente tras la crisis y siempre reflejen rivalidades entre cuerpos policiales (Mossos frente a Policía Nacional, o nacionales ante munipas por ejemplo).

En todos estos casos el común denominador era la existencia de cobros y pagos en "b", fuera del circuito regular. ¿Qué se consigue con ello? Joder, cualquiera sabe que el dinero negro no está bajo el control de la Agencia Tributaria ni sometido a ningún órgano fiscalizador que lo pueda detectar como la Intervención General de la Administración del Estado o el Tribunal de Cuentas. Sencillamente, a efectos legales, "no existe". ¿Quién sabe lo que ganan las putas? ¿Cómo pueden demostrar que realmente es suyo? Si un policía les exige un pago, ¿cómo van a reclamar? Entiendan que la prostitución constituye la fuente de financiación ilícita ideal para los partidos pues representa un flujo de dinero constante, que no se puede rastrear y que -como supuestamente no lo han ingresado- pueden gastar con total discrecionalidad (sobornos, sobresueldos, sobres y maletines...).

Las prostitutas son detenidas y tratadas como auténticos delincuentes en muchos países (la imagen es de Florida, EEUU). Llama la atención que se empleen los escasos y costosos recursos públicos en perseguir a una persona que realiza un trabajo autónomo, en vez de regularlo y establecer un marco legal con derechos y obligaciones como sería lógico. A pesar de esta durísima represión, el trabajo sexual nunca ha podido ser erradicado de ninguna sociedad. Y yo me pregunto, ¿realmente las autoridades quieren acabar con la prostitución (lo cual, con auténtica voluntad, sí que podría lograrse) o su intención real sería mantener a las prostitutas en una situación de indefensión para poder abusar continuamente de ellas?



¿Qué tal? ¿Cómo se les queda el cuerpo? Sin duda algunos de ustedes me tacharán de conspiranoico, ojalá me equivocase. En tal caso, asunto cerrado: no habría ningún problema con las millonarias sumas que mueve la prostitución, los casos de extorsiones serían aislados y no guardarían relación alguna con las instituciones (cuerpos policiales, administraciones públicas y partidos políticos), y el hecho de que los mandos policiales encausados por estas tramas salgan libres invariablemente e incluso se les restituya en su puesto sería una casualidad y otro motivo más para indignarnos con una justicia que no se halla politizada y es independiente del resto de poderes. Perfecto.

Supongamos que no es así y, por improbable que les parezca, tengo razón. Que resulta que los políticos saben perfectamente qué representa la prostitución para ellos y están compinchados para permitir y amparar la corrupción. Lo cierto es que se explicarían muchas cosas, como digo: que a pesar de que la inmensa mayoría de la sociedad quiera ver la prostitución regulada ellos no quieran ni oír hablar del tema, que encubran y protejan a los corruptos, que apoyen con semejante entusiasmo a las abolicionistas institucionales e incluso promuevan esa ideología desde el gobierno...

¡Buf! Sería ESCALOFRIANTE. Por una parte revelaría la inmensa hipocresía de una clase política que estaría empleando unas justificaciones en apariencia loables para llenarse los bolsillos, sería como si -por poner otro supuesto- el yerno del Rey emplease una ONG para ayudar a niños enfermos con el fin de evadir impuestos. Sé que esas cosas en España NO PASAN, por eso repito que todo esto no es más que un ejercicio de imaginación. Estoy plenamente convencido de que el dinero que se gasta nuestro gobierno en combatir la trata y las mafias organizadas que explotan a mujeres está bien gastado hasta el último céntimo, tal y como el que aporta para luchar contra el cambio climático o promover la igualdad de género en Zimbawe. Tenemos una clase dirigente que no se reúne con empresarios en las gasolineras, ni cobra comisiones a los empresarios, ni abona sobresueldos mensualmente y en dinero negro.

Por eso no entiendo que permitan que el dinero que genera la prostitución se les escape de las manos, ¿es que no ven que al estar en negro es una pasta que Hacienda no puede fiscalizar? ¿No entienden que algún desconsiderado podría aprovecharse de esta circunstancia para enriquecerse cobrando altísimas extorsiones en este sector mientras no paga ni un euro en impuestos? ¿No se les hace evidente que unos ingresos obtenidos de esta manera, fuera de todo control, son un hervidero de corrupción ya que podrían servir para realizar todo tipo de sobornos y pagos irregulares? No, debe ser que nuestras autoridades son tan puras y limpias que algo así NO PUEDE haberles pasado siquiera por la imaginación. Cachis.

A pesar de las pomposas declaraciones de nuestras autoridades, las prostitutas han mostrado su desacuerdo  con las medidas que los poderes públicos vienen implementando. Los supuestos planes contra la explotación sexual, por la dignificación de la mujer o para sacarlas de la prostitución acaban resultando en una represión cada vez más encarnizada. Sigo con mis preguntas ¿es que los políticos no se enteran o lo hacen mal a posta?



Los llamados pro-derechos o regulacionistas no acaban de entender las razones reales que tiene la administración para mantener en un limbo legal la prostitución. De continuo tratan de demostrar que la imagen que tenemos de ella, promovida desde los gobiernos, es falsa. Parecen asombrados de la disparidad entre la versión oficial y lo que realmente han encontrado. ¿Es que nuestras autoridades son bobas? ¿Cómo no pueden ver lo que tienen delante de las narices? Tampoco es tan difícil acercarse e investigar en el mundo de la prostitución. Yo les digo que no son ignorantes, sino mentirosos. Hay diferencia, a un ignorante le puedes corregir, enseñar, sacar de su estado de desconocimiento. Al mentiroso no. Es más, tratará de destruirte para conservar su mentira y la situación de privilegio derivada de ella.

Una prostitución no legalizada no significa que no se cobren impuestos, sino que no se cobran legalmente. En otras ocasiones he hablado de los pagos que han de realizar las chicas, de una cantidad fija en caso de tratar directamente con la policía o de un porcentaje (generalmente la mitad de lo que cobran) si cuentan con "chula". Ese dinero que se recauda de ellas, al que por razones más que obvias no puedo realizar seguimiento alguno, es un ingreso adicional para nuestras autoridades que cuenta con la tremenda ventaja de no figurar en documento contable alguno. ¿Quién sabe para qué servirá? ¿Chalets, mariscadas, viajes? Hemos de ser conscientes de que nuestras reivindicaciones tocan intereses consolidados de gente muy poderosa, de que no es casual que nos ninguneen y excluyan de manera sistemática y, sobre todo, de que no todo el mundo expresa sus intereses a las claras.

Si defender la prostitución ya nos trae problemas, imaginad lo que supone denunciar la corrupción institucional. Es que no sólo estamos diciendo que lo que hacemos nosotros no sea malo, sino que aquellos que van de buenos no lo son. Estaríamos subvirtiendo por completo el orden de cosas existente. Pero, amigos míos, creo que no nos queda otra opción.

martes, 22 de enero de 2013

Música: puta

"Vivimos en una sociedad demasiado hipócrita, llena de envidias, malos rollos, y la gente enseguida te hace mala cara, como si tuvieras una enfermedad contagiosa o algo así, no entiendo. No entiendo tantas cosas... Y lo peor de todo es que enseguida te ponen 'el cartel'."

Mireia Exclusive, sobre el estigma de puta



Para concluir la reciente serie de entradas con testimonios de varias meretrices he seleccionado esta canción que refleja, como pocas otras, el desprecio y estigma que padecen las trabajadoras sexuales lo cual explica que por lo general traten de ocultar su identidad. Aunque Natalia, Anna o Mireia mantienen bitácoras en las que dan a conocer sus experiencias e ideas, resulta significativo que ninguna de ellas revele su rostro. De este hecho se aprovechan nuestros detractores, frecuentemente se nos reta a que nos demos a conocer "si tan orgullosos estamos de lo que hacemos y sabemos que no es nada malo". No es tan sencillo, una cosa es lo que nosotros creamos y otra muy distinta lo que la sociedad piense. ¿Puede un disidente cubano expresar abiertamente su disconformidad con el régimen? Hombre, poder puede, tendrá sus cinco minutos de "gloria" -si llegan- pero acto seguido la represalia no se hará esperar. A nosotros, las prostitutas y sus aliados, nos sucede algo similar (sin llegar al mismo punto de dramatismo, de acuerdo): el contexto social, y en muchos países también el legal (ahí sí sucede lo mismo en Cuba pero también en otros países conocidos por "exportar" prostitutas como Rumanía o Brasil), nos condena a un forzoso silencio. Si no fuese gracias a las nuevas tecnologías, en especial Internet, no tendríamos posibilidad alguna de romper los prejuicios y mitos sobre la prostitución.

Mucha gente, a día de hoy, equipara a las putas con lo peor. ¿Pero qué significa "ser puta" para nosotros, para quienes realmente sabemos qué es? Pues señores y señoras, el cartel de la imagen lo dice claramente: ES SER MUJER (PERSONA) LIBRE Y DUEÑA DE MI (SU) CUERPO. Quienes nos juzgan, discriminan y desprecian suele ser gente amargada, esclavizada por el "qué dirán" y que para mantener la compostura y las formas acaba viviendo una existencia vacía y gris que detesta. ¿Saben qué les digo? "Ladran, Sancho..."



Cuando alguien se entera de que eres puta o las frecuentas es corriente que se produzca la reacción que apunta Mireia: una mezcla de asco con desprecio. Moralmente debes ser un degenerado, físicamente probablemente estés comido por un sinfín de enfermedades y socialmente te ven como un apestado, un paria, alguien que no vale nada (lo cual justifica toda una serie de tratos abusivos en nuestra contra). Cuando alguien te grita puta (o putero), ¿qué es realmente lo que te está diciendo? Pues lo que indica esta canción: que eres una mierda a quien nadie estima y a quien se puede humillar gratuitamente. Ese rechazo se multiplica todavía más cuando se trata de putas callejeras (se considera lo más arrastrado), inmigrantes (España sigue siendo un país bastante racista) o transexuales (rompen con la sexualidad normativa), no tenéis más que ver los foros de policías o de asociaciones de vecinos en zonas de prostitución. Lo he dicho mil veces, lo peor de la prostitución no sucede dentro de la habitación con el cliente sino FUERA. Los insultos por parte de ciertos vecinos y viandantes, los excesos y arbitrariedades policiales, la necesidad de llevar una doble vida ocultando tu ocupación a tus allegados... Eso y no otra cosa es lo que supone un mayor desgaste, por tanto nosotros tratamos de combatirlo y los abolicionistas de afianzarlo.

En esta ocasión les dejo con varios vídeos, el segundo de ellos contiene la canción completa mientras el primero la ameniza con una representación un tanto, ehem, vulgar (mejor véanla, a mí me arrancó una sonrisa). Los dos últimos son de canciones similares que he añadido a esta entrada tanto por su ritmo como por su temática.


XTASSY REGGAE - PUTA

Puta, maricona,
¿dónde estás metía, coño?

¡Puta!
...

Llego a la casa,
nunca estas ahí.
Yo no se pa que me casé contigo 
sabiendo que eres una puta, 
vendiendo la chocha en todas las esquinas que puedes 
vas a vender la chocha a la 42. 

Puta (x2)
42
Puta (x2)
42
Puta (x4)
42

Puta, maricona,
¿dónde estás metía, coño?
No te puedo dejar un minuto,
siempre estás en la esquina, ¡puta! 
Me traigas dinero pa pagar la renta 
Cochina (x4)

Tienes la crica esa infectada ya de tantos microbios.
Fuckin'. Puta esta, cojones, 
no la puedo dejar sola un minuto 
porque siempre me va pa la esquina. 

¿A quién le dice puta so pendejo? 
Soy una puta, ¿y qué carajo pasó? 
Mira, tu huevón, el de la cripta.

¡Dale!
Tante cabrón.
Dale, dale.
...

Y si me (la) paso en la 42 dando crica, ¿qué pasó, tante cabrón?

Puta (x2)
Oh, oh (gemidos)
...

(Gemidos profundos)
¡Dale!
Tante cabrón.
Dale, dale.
...

¡Mala chocha!

lunes, 21 de enero de 2013

Mireia Exclusive: instinto animal (hambre de sexo)

"Un oficio le convierte a uno en lo que es (...) Cuando uno hace un oficio, el oficio se apodera de uno".

Travis Bickle (Robert De Niro) en Taxi Driver



Añado esta breve entrada a la serie de testimonios de trabajadoras sexuales que, con sus propias palabras, desmienten la visión oficial existente sobre la prostitución. Con este tipo de esfuerzos no pretendo que me CREAN, sino que DUDEN lo suficiente como para que comiencen a investigar por su propia cuenta y riesgo. Que vean que la realidad de la prostitución no se corresponde para nada con la imagen que se suele tener cuando se desconoce este fenómeno, y es que para que acabemos siendo aceptados (lo que llamamos la "normalización social") hace falta que nos conozcan. Y eso no va a ser posible hasta que esta sociedad se desprenda del miedo y los prejuicios que tiene.

Cuando era un novato en esto, en mis primeros contactos con el puterío allá en torno a los años 2003-2004, de lo que más me chocó fue encontrarme con chicas que disfrutasen con esto. He de reconocer que yo era una persona un tanto cerrada, dogmática, estrecha de miras. Una puta, por definición, para mí no podía disfrutar del sexo. Es que era imposible, el sexo por amor con una novia era BUENO y el de pago con una chica de la cual no sabías ni su nombre auténtico era MALO. No, PEOR. No, lo siguiente. Una porquería, algo frío y mecánico, para el cliente debía ser una experiencia totalmente vacía mientras que la pobre prostituta estaría sufriendo una auténtica agonía. Veía la prostitución como una "violación pagada", empleando la terminología abolicionista.

Claro, que cuando una chica me invita a su casa diciéndome "te he traído aquí para violarte", otra se está una hora conmigo habiéndole pagado media y me quita la goma porque "quiere sentirme" o me cuentan que les encanta este trabajo aduciendo que "por lo menos picho todos los días" o "acá me cogen mis buenos hombres", además de quedarme perplejo he de revisar profundamente mis planteamientos anteriores. Lo primero que me venía a la mente es "pero qué puta es esta puta"... ¡no sólo folla por dinero sino que además le gusta! Mira que hay que ser... porque hasta cierto punto encontraba disculpable el que la mujer lo hiciese por necesidad económica o falta de alternativas laborales (encontrarse en situación administrativa irregular), ¡pero por placer! ¡Había que ser PUERCA! Lo sé, es un planteamiento muy machista. Como lo es la sociedad en la que he crecido y estoy viviendo, por eso soy totalmente consciente de cómo mucha gente sigue viendo a una prostituta que declara estar a gusto con lo que hace.

Al igual que los hombres, las mujeres también tienen deseos y necesidades sexuales y es previsible que su demanda de servicios sexuales de pago vaya en aumento. Si toda una Escort como Mireia reconoce que necesita acabar masturbándose a pesar de todo el sexo que tiene, ¿no creen ustedes que muchas mujeres estarán dispuestas a rascarse el bolsillo para que un chulazo las alegre la noche?



Ante este tipo de declaraciones las abolicionistas actúan como los políticos cuando les pillan con el carrito del helado en un caso de corrupción. Primero lo ocultan, tratan por todos modos que no se sepa. Luego lo niegan en redondo, eso nunca ha ocurrido (o no saben nada, pero nada de nada). Y para acabar lo minimizan, la corrupción es una excepción y no la regla (¿se han fijado que siempre el modus operandi es igual?: sean los eres fraudulentos, lo del Palma Arena, el caso Campeón, lo del manga Urdanga con el instituto Noos, la Gürtel y el Bárcenas, el caso Pallerols, lo del Palau de la música, las cuentas suizas de los Pujol... y el largo etcétera de trinques y choriceos que se producen día sí, día también).

Cuando una prostituta les lleva lo contraria, lo primero que hacen es silenciarla. Aseguran que lo de la "puta feliz" es un mito, no las dan voz. La ausencia de prostitutas en sus charlas, simposios y conferencias no es un fracaso como nosotros lo concebimos sino todo un éxito porque así no existen versiones disonantes que pongan en tela de juicio el discurso dominante. Su exclusión es deliberada y premeditada. Si, por lo que sea, una de estas chicas logra romper el silencio mediático tratan de restar toda validez a sus palabras. O es que están locas (las patologizan) como le dijeron a Montse, o no son prostitutas sino proxenetas (así trataron a Nereida en su reunión con Anita "la fantástica" Botella), o han llegado a degenerar tanto y a asumir la violencia y el maltrato de tal modo que sus declaraciones no hacen sino reafirmar que lo que necesitan es ayuda, por su puesto aún contra su voluntad (considerada "irrelevante" por las abolicionistas). Mirad hasta qué punto llega el fanatismo y la ceguera de esta gente que Enrique Javier Díez, "Kike" (conocido abolicionista, al menos entre los iniciados), me aseguró con total vehemencia que detrás de Hetaira estaba la patronal de empresarios ANELA. Que financiaban generosamente a esta ONG, llegando a regalarles una flamante furgoneta que contrastaba con los trastos que llevaban las asociaciones abolicionistas. Joder, pues es precisamente al contrario, las hetairas no es que se coman los mocos pero tampoco nadan en la abundancia mientras las otras sí que han hecho caja gracias a las subvenciones públicas (las que dicen combatir a los proxenetas, hipócritamente llenándose los bolsillos trabajando para ellos). O, antes de que Marien diera la cara públicamente (cuando su blog era el único en la red de una prostituta), que ella no existía sino que el blog lo escribía otra persona haciéndose pasar por una puta. ¿Cómo podía saber estas cosas que luego se demostraron totalmente falsas? De ninguna manera, pero que fuesen mentira no supone ningún problema para el auténtico progre. De lo que se trataba era de desprestigiar a una ONG y a una prostituta que les llevaban la contraria, y como ya no las podían acallar pasaron a darlas mala prensa para que sus afirmaciones pareciesen interesadas y carentes del menor crédito. Para terminar, cuando las prostitutas ya han podido expresarse y demostrar que ni están tarumbas, ni tienen a nadie detrás dirigiendo sus palabras y que se prostituyen voluntariamente y en plenitud de sus facultades, pasan a desestimarlas. "Bueno, vale, PUEDE que alguna haya así porque quiera... pero han de ser hechos aislados y nada representativos". ¿Y en base a qué se permiten tales declaraciones? ¿Lo saben o, como antes, LES CONVIENE tapar una realidad muy incómoda? No, no, no. Si ustedes van analizando caso por caso y hablando con las meretrices verán que la regla es que defiendan su trabajo y declaren estar a gusto en él. Lo mismo sucede con la corrupción en España, lo temible es que está quedando claro que no se trata de casos puntuales e insignificantes, sino que la corrupción es institucional y forma parte de la estructura de nuestro sistema político tal y como actualmente se halla configurado. Que la mangancia atraviesa transversalmente a toda la casta política y ya sean de derechas, izquierdas, centro o nacionalistas se valen de su puesto para obtener jugosos sobresueldos. Ése sí que es un verdadero "instinto animal" totalmente obsceno, el "hambre (o glotonería, diría más bien) de dinero AJENO" que tienen nuestros gobernantes. Las putas al menos hacen un servicio a la comunidad, ¿pero de qué nos sirven los inútiles de los políticos?


Así nos cuenta Mireia su experiencia con la prostitución, no la ha llevado a aborrecer el sexo sino a convertirse en una adicta a él. ¿Encuentran alguna similitud con lo que nos han relatado Natalia o Anna?




¿Os habéis sentido alguna vez como un animal? Sensaciones irrefrenables de: Comer, dormir, y de "amar", o simplemente sensación de tener sexo sin cesar, hambre de sexo. Muchas veces me siento como una loba, una loba en celo, con hambre, sueño y con ganas de sexo, sexo a todas horas... Una muy buena amiga Escort me dijo un día: "Cuando no tengo sexo, lo echo de menos". Pensé que bromeaba, pero con el tiempo me dí cuenta que era cierto, y es que, en este trabajo te acostumbras a tener sexo, sexo con desconocidos, pero no deja de ser sexo, y cuando no tienes sexo, por X o por Y, es como que lo echas de menos. Hay muchos tipos de sexo, sí, quizás no para los hombres pero sí para las mujeres, y aquí no voy a hablar del que no sea de la vida de una Escort, y puramente como Escort.

En esos días que me siento loba, que me siento con ganas de tener sexo 24 horas, siempre coincide con algún día libre de ésos que tenemos las Escorts, y que no trabajamos, y esos días necesito masturbarme constantemente, sí, en la ducha, en el sofá, en la cama, o simplemente comiendo en algún lugar, ¿qué cómo?, el sexo está en el cerebro, es una parte de él, y basta con pensar en situaciones calientes para sentirse húmeda, y provocarte un orgasmo, pero no para gritar en público y montar un espectáculo, claro.

Hace unos años conocí una chica en unos lavabos de una discoteca y me dijo que "ella se provocaba orgasmos, que siempre llegaba al clímax, porque se concentraba en hacerlo". Pensé que se estaba quedando conmigo, pero puedo decir, que, con los años, y más desde que trabajo como Escort, he experimentado sensaciones en el sexo que no había tenido antes.

miércoles, 16 de enero de 2013

Anna Alba, contra los tópicos

"Ésto (la prostitución) no es vida para ninguna mujer".

Afirmación en un reportaje abolicionista

"No todas las prostitutas sufren y se lo pasan mal por hacer esto (prostituirse) (...) (La prostitución) A mí ME GUSTA. Me da placer, morbo, me hace sentir bonita y deseada".

Anna Alba, escort en Barcelona



Os recomiendo confrontar los planteamientos abolicionistas con los de las prostitutas, es un ejercicio no sólo instructivo sino además sumamente divertido. No es que sean distintos, es que resultan diametralmente opuestos. Entonces el problema radica en que si alguien trata de conocer el fenómeno de la prostitución atendiendo únicamente a lo que dice uno de los dos grandes sectores enfrentados (a favor o en contra de su reconocimiento, aunque luego existan muchos matices y disten de ser grupos homogéneos) la visión que va a tener resultará parcial, sesgada, limitada. Por supuesto que creo tener la razón, pero sin embargo invito a mis lectores a conocer las tesis que me llevan la contraria e incluso las doy cabida y comento en este blog pues pretendo no tanto defender una determinada postura frente a la prostitución como dar a conocer esta realidad de la manera más fidedigna posible

Sobre la prostitución existen muchos prejuicios y tópicos, que todos dicen combatir. Por ejemplo, los abolicionistas y prohibicionistas (o anti-prostitución) denuncian que eso de la puta feliz es un mito, que historias a lo "pretty woman" sólo existen en las películas y en realidad estas mujeres tienen una existencia plagada de sufrimiento, dolor y humillaciones. Al contrario, los regulacionistas y, hasta cierto punto, también los reglamentaristas (pro-prostitución) afirman lo opuesto. Señalan que por lo general las prostitutas han normalizado su labor y no encuentran particularmente problemática la actividad de acostarse con multitud de hombres (no así otros problemas asociados, como el estigma social o la presión policial en especial cuando se trata de prostitución callejera). Aseguran que éste no es un mundo tan oscuro y sórdido como se pinta. E incluso cuando se da voz a las prostitutas, éstas se muestran muy a gusto con la actividad que desempeñan hasta el punto de llegar a disfrutar de ella. Como apunté, unas y otras dicen absolutamente lo contrario. Así que considero que no hay más remedio que ver de primera mano lo que hay, por eso les traigo una serie de textos escritos por prostitutas a las que seguirán varias entrevistas a representantes del abolicionismo (profesionales que abordan la prostitución desde disciplinas como la sociología, el derecho o la filosofía).

Reportaje realizado por estudiantes (con escasa experiencia, conocimientos y medios) sobre la prostitución. Al tratar de conocer esta realidad directamente, por medio de testimonios de las propias chicas, consiguen echar por tierra varios de los tópicos existentes como la existencia de chulos o la falta de preparación de las meretrices. De hecho éstas denuncian la discriminación que padecen por parte de la sociedad y manifiestan tener capacidad sobrada para dedicarse a otras actividades. No resulta políticamente correcto decirlo, pero en muchas ocasiones quienes se prostituyen toman esta decisión por considerarla la mejor (o menos mala) de todas las posibles.



Para refutar las ideas preconcebidas sobre la prostitución he escogido en esta ocasión dos textos de la escort Anna Alba. El primero nació de su indignación cuando un grupo de estudiantes contactaron con ella para realizar un reportaje cuyos planteamientos de partida ya se hallaban claramente determinados. Miren, no es malo realizar una investigación con unas hipótesis que se van revelando erróneas. De hecho en eso consisten por lo general los trabajos de investigación, en verificar o refutar hipótesis. El problema viene cuando lo que también está preconcebido son las conclusiones finales y el estudio se orienta por completo a defender esas tesis establecidas de antemano. Pues no, entonces ustedes se están haciendo trampas al solitario y en vez de combatir esos "tópicos" que falsean la realidad los están fortaleciendo. No pasa nada, muchos "reportajes" consisten precisamente en eso, pero son más propios de la telebasura que de un estudio al que se le supone un cierto valor académico.

Lo que viene a decirnos es que al ejercer la prostitución obtiene una satisfacción múltiple: económica (dinero), física (placer, morbo), de autoestima (sentirse bonita y deseada) e incluso de realización personal (sensación de haber hecho un gran bien). Además compara lo que hace con otras ocupaciones y no puede menos que sentirse una privilegiada. Lo siento, chicas, las prostitutas no dicen lo que desearíais. No obstante siempre podéis inventaros las cosas, como hacen los abolicionistas. Que la realidad no os estropee un buen reportaje sensacionalista.

En "enganchada" confiesa su adicción a la prostitución (el proceso de "emputecimiento" que tantas veces he mencionado), entendiéndola ya no sólo como una actividad con la que llevar dinero a casa sufridamente (es decir, cualquier trabajo) sino como un ESTILO DE VIDA deseable y gratificante. Menudo palo, llaman a una puta para que les llore y les dice que la encanta la vida que lleva. Pobres chavalas, es que me las imagina: Coño, ¿y cómo ponemos eso en el reportaje? No jodas, nos lo desmonta por completo. ¿Qué hacemos entonces? Pasamos de lo que nos dicen estas degeneradas, claramente trastornadas psicológicamente, y en vez de mezclarnos con chusma apestosa acudimos al enmoquetado despacho de un "experto" que nos diga lo que queremos oír. Matamos dos pájaros de un tiro, no nos ensuciamos las manos bajando a la calle mezclándonos con un mundo que nos repele y obtenemos una excelente calificación (que de mayores será subvención) reproduciendo acríticamente el mensaje oficial. Joder, para qué van a complicarse la vida si -como me dijo la Tárrega en su día- "las putas no me importan un pimiento".




Hace unos días recibí una llamada de unas estudiantes, me pedían que las ayudara a realizar un reportaje grabado sobre la prostitución en tiempos de crisis. Por motivos personales nunca participo en este tipo de cosas, pero en esta ocasión, antes de decir nada, dejé que las chicas se explicaran. Me dijeron algo así:

"Queremos hacer un trabajo alejado de los tópicos y la frivolización con la que se trata este tema en los medios de comunicación. Queremos explicar lo duro que es tomar esta decisión, lo que se sufre, que no es todo tan bonito".

Una vez terminada esta explicación les dije que si querían yo les podía explicar mi experiencia, pero que no me podrían grabar. Como no era lo que buscaban les indiqué a quién podían dirigirse y antes de colgar les dije: "Pero una cosa, creo que deberíais cambiar un poco el ángulo de vuestro reportaje, por que no todas las prostitutas sufren y se lo pasan mal por hacer esto". La respuesta de la chica confieso que me dejó noqueada: "Gracias por tu opinión".

He estado pensando si debía escribir sobre esto o no, pero creo que es de justicia hablar alto y claro sobre otro "tópico" que corre sobre el mundo de la prostitución. En efecto, sería una cínica si dijera que todas las prostitutas son vocacionales o que les encanta lo que hacen, pero de ahí a decir que es un trabajo "duro"... queridas, duro es romperse el lomo limpiando escaleras para ganar 800 euros a final de mes y no tener ni para ponerle chope al bocadillo de tus hijos, eso sí que es duro.

Modelo de reportaje que sería del gusto de las mencionadas estudiantes. En él se mezcla la prostitución con la marginación y la miseria para dar una imagen de la mayor truculencia posible. Sí, la chica ha llevado una vida muy "hijueputa" pero... ¿por crecer huérfana? ¿por drogarse? ¿por mezclarse con ladronzuelos? No, la culpa ha de ser de la prostitución, ¿no es cierto? La propia estructura del vídeo predispone al espectador contra la prostitución, al incluir a un loco en la introducción (se busca vincular esta actividad con los "gamines" o "deshechables", lo más bajo y repudiado de la sociedad) y una música acusadora. Los testimonios que ofrece se hallan muy fragmentados para que sólo se escuche lo que reafirma la visión de los autores, de todos modos al dar voz a las prostitutas se observan dos hechos muy relevantes. Primero, que las chicas han de emigrar aunque sea dentro del país porque no pueden hacer estas "locuras" donde las conocen (rechazo social a la prostitución) y segundo, la denuncia de los abusos y agresiones que sufre otra de las protagonistas cuando los tombos (policías) se la llevan. Una regulación de la prostitución podría ayudar a paliar aspectos inconvenientes como éstos, asociados normalmente a esta actividad pero no inherentes a ella.



Duro es que te obliguen a acostarte con quien no quieres, pero eso no es prostitución, eso es trata, esclavitud, y hay que perseguirlo como uno de los más detestables delitos. Pero por qué me llamas a mi para que hable de lo que sufro por ser prostituta? Sería inmoral que yo dijese algo así.

Mi tarifa es de 400 euros una hora y, sin ánimo de alardear, me va bastante bien. Gracias a esto tengo dinero para hacer lo que quiero. Si quiero comprarme un abrigo me lo compro, si quiero salir a cenar con amigos invito yo, si quiero viajar sólo tengo que mirar en la agenda las fechas que me van bien. De acuerdo, no se trata sólo de cuantos 0 tiene tu nómina corriente. Pero es que además a mi ME GUSTA. Me da placer, morbo, me hace sentir bonita y deseada, le da a mi vida un toque de misterio... Y además, no le hago daño a nadie, al contrario, a veces tengo la sensación de haber hecho un gran bien.

Seré cien por cien sincera. No todas las citas son buenas, a veces no he estado a gusto. Pero lo mismo, lo mismito, me pasa con mi trabajo en la oficina. Hay días que me he sentido más puta en el trabajo que follando con un desconocido a cambio de dinero. Cual es la diferencia entre vender tu cerebro o tu vagina? Por qué es peor una cosa que la otra? En mi opinión la diferencia es puramente moral. Y la moralidad es algo subjetivo, cultural.

Así que sí, esta es mi opinión. Pero dejadme deciros que es una opinión basada en la experiencia. No niego que para muchas mujeres ser prostituta sea duro, degradante, hasta asqueroso. Pero lo mismo deben pensar muchos otros hombres y mujeres sobre su trabajo, o sobre la falta de este.

Lo que si que no puede ser es que una escort, una prostituta de lujo, diga que su trabajo es duro. Señores, señoritas, en los tiempos que corren somos unas privilegiadas.

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Ya hace más de un año que ando por estos mundos de perdición y, desde hace unos días, me ronda por la cabeza algo que me decían dos queridas amigas cuando todavía pensaba en dar el gran salto: "Ya verás, al final engancha". Entonces yo pensaba para mis adentros... "¡Serán exageradas!". Mi idea en aquel entonces era hacer pequeñas incursiones en el escorteo, picotear. Hoy no me siento satisfecha si no me doy un gran festín.

El tiempo les ha dado la razón, y ahora a veces pienso que es más fácil entrar que salir. Que no cunda el pánico, no estoy pensando en dejarlo ni estoy preocupada por mi 'adicción', pero creo que es curioso. Puede que eso sólo nos pase a las que lo hacemos por pura vocación, pero una vez has mordido la manzana... Hmmm! Que rico que sabe el pecado! 

Testimonios como éstos resultan inasimilables para los abolicionistas, empeñados en sostener una visión tan sórdida como irreal de la prostitución. El problema de quien miente es que necesita seguir haciéndolo, como al rectificar se vendría abajo su mundo prosigue huyendo hacia adelante. Así que si la prostitución es degradante, se colige que ninguna mujer deseará venderse por dinero (da igual lo que digan las prostis). Como ellas no quieren, forzosamente tendrán que existir mafias de proxenetas que las obligan (aunque no las veamos por ninguna parte e incluso las chicas manifiesten ejercer libremente). Finalmente se concluye que los clientes acabamos colaborando con estas organizaciones criminales, por lo cual hemos de ser penalizados a pesar de no haber perjudicado a nadie. Si las abolicionistas admitiesen la evidencia de que las prostitutas están ahí porque quieren, porque las gusta el sexo y el dinero, se desplomarían sus dos derivadas: la persecución de los proxenetas y los clientes, las supuestas bestias negras que sometemos a las prostitutas.



Supongo que es por la adrenalina que te aporta, por el poder que te otorga y... por el dinero. Yo, personalmente, me siento muy liberada. Como X, en ocasiones puedo llegar a ser demasiado tímida, como Anna Alba lo que quiero lo cojo. Eso es algo que poca gente puede hacer aparte de Peter Parker, Bruce Wayne o Clark Kent, jeje.

Dicho esto creo que lo único que me inquieta es no saber darme cuenta de cuando ha llegado el momento de decir "a otra cosa mariposa". Pero de momento, creo que esta mariposilla volará por aquí todavía mucho tiempo.

sábado, 12 de enero de 2013

Natalia Cervantes: prostitución por placer

"Me gusta el sexo con desconocidos y me gusta ser promiscua".

"Si me preguntaran que por qué me acuesto con desconocidos contestaría que por puro placer, si me preguntan por qué me prostituyo diría que por dinero".

Natalia Cervantes, escort en Guadalajara (México)

"El sexo me produce apatía, a mí nada me provoca, nada me pone. Esto es un sinvivir. No sé como le llaman la vida alegre, vida fácil porque ni es alegre ni es fácil".

Prostituta según Médicos del Mundo, ONG abolicionista

"Los testimonios de nuestras informantes invalidan las declaraciones abolicionistas (...) y ponen de relieve el carácter burdo y abusivo de esta imagen truculenta".

Jose Luis Solana y José López Riopedre, estudiosos de la prostitución



Prosigo contrastando los dogmas abolicionistas con los testimonios de las prostitutas, que como vengo diciendo son el mejor antídoto contra ellos. Creo que a estas alturas del blog la falsedad de las tesis que defienden los abolicionistas de la prostitución ha quedado más que demostrada, ¿entonces por qué sigo ensañándome? Es sencillo, mientras persistan en sus mentiras yo no dejaré de ponerles en evidencia. Ya es una cuestión de aguante, de comprobar quién es más terco.

Siempre que saco un relato de cualquier trabajador/a del sexo advierto que no necesariamente es representativo y hay que tomarlo con cautela. Para conocer la prostitución no basta con haber escuchado a una prostituta, aunque sin duda es un avance respecto a quien no ha entrado en contacto con ninguna. Hay que tratar con muchas, procedentes de distintos entornos sociales, que trabajen en los sitios más diversos y a lo largo de un periodo de tiempo considerable. Entonces sí, alguien que de manera reiterada haya estado en contacto con prostitutas y su entorno es capaz de hacerse una visión de conjunto rica y veraz. Si ustedes van encontrando en los relatos y experiencias de las prostitutas que reflejo en mi blog algún aspecto que se repite constantemente, entonces sí que podríamos generalizar.

Por mucho que se empeñen en negarlo los abolicionistas, existen prostitutas que consideran muy sencilla su forma de ganarse de la vida. Y es que ven dinero rápido, en abundancia y sin gran esfuerzo. Todo lo contrario nos pasa a buena parte de los currantes quienes, como un servidor, no nos prostituimos pero estamos "puteaos" a base de bien.



Cuando uno hace realmente este esfuerzo por encontrar algún punto en común en un colectivo tan amplio y hetereogéneo como el de las prostitutas, lo que se encuentra en primer lugar es que -en general- no se hallan a disgusto con la actividad que desempeñan. No quiero decir que no haya chicas deseando dejar "esta vida", mentiría si lo hiciese, las hay pero son minoría y normalmente es porque no trabajan (por su avanzada edad, por frigidez, por tener un carácter difícil...). También es frecuente que lo que detesten no sea la prostitución en sí sino lo que lleva asociado como el rechazo social o estigma y la doble vida que conlleva. Por último están los casos de aquellas mujeres que no pueden acostumbrarse a esta vida, que realmente no les gusta tener sexo con desconocidos y creen que lo que hacen no es correcto. O cambian, como han relatado Angélica Villón o Montserrat Neira, o ellas mismas abandonan rápidamente este mundo. He conocido a bastantes prostitutas que, aunque ejerciendo este oficio, no han llegado a ser "putas" (son mujeres que lo ven como una salida a un bache en la vida y que no suelen trabajar más que puntualmente).

Natalia Cervantes, la autora del texto que hoy reproduzco, acuñó un término que suelo emplear para referirme a este proceso: "emputecimiento". ¿Qué significa? Algo tan sencillo como encontrarse a gusto con lo que hace, con el estilo de vida que lleva (lo cual, os aseguro, no pueden afirmar muchísimas personas). Como ella, infinidad de meretrices me han transmitido disfrutar de su trabajo ("haber nacido para putas", dicen) y no sólo no tener problemas por acostarse con multitud de hombres -aunque añaden que hay de todo, y ninguna se libra de una mala experiencia- sino encontrar en ello un estímulo. Dicho en un lenguaje más vulgar: QUE LES GUSTA LA PINGA. Vaya, tampoco creo estar descubriendo el Mediterráneo con esto. Pero en este blog entran con asiduidad lectores que niegan una evidencia del tamaño de una catedral. Por otra parte, la pregunta que me suelen formular es: ¿si tanto les gusta, entonces por qué no lo hacen gratis? Obviamente porque no tienen únicamente esa necesidad, también han de comer, vestirse, tener un techo... y eso no es gratis. ¿Cuántos de nosotros no desearíamos, cuando nos levantamos por las mañanas, tener un trabajo con el que disfrutemos en vez de uno que sea un suplicio? Joder, si me pagasen por leer o escribir yo sería la persona más feliz del mundo. Pero resulta que mis aficiones no se hallan valoradas socialmente, por eso he de practicarlas únicamente como un hobby. En cambio señoritas como Natalia pueden ganar dinero pasándoselo piruleta. Olé por su coño.




FRAGMENTO - PARA LEER TODO EL TEXTO, PINCHAR EN EL ENLACE

Me gusta el sexo con desconocidos, con gente con la que no tengo ninguna afinidad ni nada en común. Con personas de todo tipo. Atractivas y no, adineradas y no, inteligentes y no. Viejos, jóvenes, malvados y bondadosos.

Me gusta que el sexo sea como meter la mano a una bolsa de caramelos sin saber qué te vas a encontrar. También me gusta ser promiscua porque siempre me dio curiosidad saber como son en la cama las personas: ¿Como es en la cama un hombre de tal complexión, como un músico, como un empresario, como un asesino? Ja, bueno, creo que nunca he estado con alguien o al menos no que me lo haya confesado ¿Estoy mal por elegir a mis amantes sin ninguna base moral? Tal vez, pero dejemonos de puritanismos. Las personas obramos mayormente bajo nuestras pasiones, impulsos y temores; o al menos así lo hacemos las personas interesantes.

¿Hacer dinero disfrutando? Ese sueño que muchos tenemos lo han realizado mujeres como Natalia Cervantes, Anna Alba, Paula VIP o tantas otras meretrices cuyos testimonios reproduzco en este blog.



Si me preguntaran que por qué me acuesto con desconocidos contestaría que por puro placer, si me preguntan por qué me prostituyo diría que por dinero. Verán, sé que eso de encontrar placer en brazos de totales extraños es un gusto raro (más raro aun llevarlo a cabo) y se me ocurrió que era una excelente idea cobrar por algo que muchos hombres desean: Que una mujer se les entregue sin preguntas ni tapujos. 

Creo que es un buen negocio para mis clientes, les vendo mi cuerpo pero también mi placer. Y vaya que observar el placer ajeno tiene mucho morbo, no crean que estoy tonta.

Gente cercana a mí me critica que gane dinero en esa forma porque me dicen que no exploto ni desarrollo ningún talento. Vamos, que no gano el dinero bajo ningún mérito. Que me voy por lo fácil

NO LES DISCUTO. En serio que no, es verdad, pero, es que a mí no me importa. No tengo pudor en ganar dinero sin desarrollar ninguna aptitud. Al contrario, me hace sentir orgullosa conmigo misma.

miércoles, 9 de enero de 2013

Los liberales y la prostitución XI: Ibiza Melián

"Ciertos tipos de conducta pueden ser inmorales, pecaminosos o éticamente indeseables, pero el Estado debe prohibirlos sólo si conllevan un daño hecho a los otros. La prostitución, por ejemplo, podría ser considerada en general como moralmente indeseable, pero esto no sería razón suficiente para prohibirla legalmente (...) No es la función de la ley intervenir en la vida privada de los ciudadanos".

Max Charlesworth, filósofo católico y liberal

"La única finalidad por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de la comunidad civilizada contra su voluntad es evitar que perjudique a los demás. Su propio bien, físico o moral, no es razón suficiente (...) Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano".

John Stuart Mill, filósofo liberal y feminista



Cuando se habla de legalizar la prostitución (por enésima vez repito que el término correcto sería regular, ya que la prostitución no es delito), los principios y valores morales tienen una importancia de primer orden. En particular para los abolicionistas los argumentos suelen ser lo de menos, ya que únicamente tratan de sostener una postura predefinida e inamovible. Suelo decir que si alguien está convencido sin pruebas de algo que jamás ha visto (trata de blancas, clientes abusivos, prostitutas afectadas por toda clase de enfermedades venéreas...) no va a ser posible convencerle con ellas de lo contrario.

Por ello en varias entradas he tratado sobre los valores que me mueven a defender la prostitución por entenderla como un derecho inalineable, una libertad fundamental que los poderes públicos no deberían coartar pero que de hecho hacen mostrando su carácter despótico y contrario a los intereses de la ciudadanía. Ya tenía un poco descuidados los aspectos teóricos sobre la prostitución, hoy vamos a subsanar esa carencia: ¿que hay mujeres como Bea Gimeno que afirman que la prostitución no puede ser regulada porque legitimaría el sometimiento de las mujeres? ¿hombres como Asturiano que la consideran perniciosa para el desarrollo personal y que por tanto tampoco debería favorecerse regulándola? Pues como Doña Espe, no voy a renunciar a la Batalla de las Ideas. Sí, soy un hombre apegado a la realidad y si creo que la prostitución debería regularse de acuerdo a los intereses de las prostitutas (no de la administración pública, como ha sucedido en tantas ocasiones) es por motivos fundamentalmente prácticos (mejorar sus condiciones de trabajo, sanear las cuentas públicas y someter a nuestras autoridades a un mayor control). Pero ello no significa que no muestre que hay muchos hombres y mujeres que quieren una regularización donde la prostitución no es ilegal y un legalización donde sí lo es por sus creencias morales, por "ideología" si así quieren llamarlo. Cierto, soy liberal y estoy orgulloso de ello.

En el siguiente video Doña Ibiza Leián, integrante del Proyecto Liberal Español, explica de manera clara y sucinta los razonamientos de partida (en base a convicciones, sin conocer a priori este fenómeno en profundidad) que mantiene acerca de la "legalización" de la prostitución.





Desde el principio del blog, de hecho viene en el encabezado, dije que las diferentes concepciones sobre la prostitución colisionan frontalmente debido a lo que hay detrás de ellas. Por una parte están aquellos colectivistas o, como les llama Ibiza, "comunitaristas" que consideran que hay un valor o bien superior que hay que salvaguardar. La libertades individuales han de sacrificarse en aras del beneficio del conjunto de la sociedad, que por supuesto ellos establecen. Por otra, nos hallamos los liberales quienes no negamos la intervención de un sector público pero que la circunscribimos a aquellos casos en los que exista perjuicio manifiesto (por ejemplo, caso del incumplimiento del contrato por una de las partes). Ciertos socialiberales son asimismo partidarios de emplear los recursos comunes (léase impuestos) para asegurar la vertiente positiva de la libertad tal y como la entendía Isaiah Berlín, la capacidad real de hacer las cosas. Por eso deberían destinarse fondos públicos a "dar salidas" a las prostitutas que quieran dejarlo para que se inserten laboralmente en otros empleos. Es una solución de compromiso que tiene tanto ventajas como inconvenientes, personalmente no me acaba de convencer porque comienza entendiendo que la prostitución es algo indeseable (no se dan esas ayudas a un médico o a una abogada, y tampoco se ofrecen incentivos para "entrar" en la prostitución sino únicamente para abandonarla), los recursos siguen siendo asignados discrecional e ineficientemente por burócratas alejados de la realidad y además, como tantos planteamientos teóricos, tratan de resolver problemas inexistentes. Vamos a ver, ¿para qué quieren un pago por desempleo, si nunca hay una puta en paro? Y las que quieran asegurarse una pensión, ¿es que no lo pueden hacer de manera privada? La cotización obligatoria a la seguridad social me parece como una especie de extorsión mafiosa estilo Chicago años 20, tienes que pagar quieras o no... para tu "protección". Y si no pagas prepárate que te crujen.

Bueno, más allá de mis disertaciones políticas que sé que la mayoría no compartís, lo que pretendo con una entrada como ésta es evidenciar que no sólo defendemos la regulación-legalización de la prostitución los puteros asquerosos, las prostitutas desequilibradas de recibir tanto maltrato y los desaprensivos empresarios-proxenetas (es decir, todos los que conocemos este fenómeno de primera mano). Que existe un pequeño pero pujante sector liberal en la sociedad española ("de bien") que está de nuestra parte, que nos apoya -al menos con sus palabras- y que políticamente debería representarnos.

Desde este humilde blog quiero darles las gracias y desearles todo lo mejor. Los liberales somos como los colchoneros: sufridores pero muy leales y agradecidos.

viernes, 4 de enero de 2013

Beatriz Gimeno, feminista "anti-prostitución"

"La prostitución es una institución que afianza la desigualdad entre hombres y mujeres (…) El discurso regulacionista me parece muy pernicioso. No juzga ni valora lo que significa la prostitución en sí, como institución".

"Estoy porque el Estado como Estado sea claramente antiprostitución y que tenga políticas de igualdad-antiprostitución. El Estado es el que da legitimidad o no a una institución de desigualdad (…) No estoy por ninguna regulación porque una regulación legitima la prostitución y no quiero olvidar nunca que la prostitución es una institución que debe desaparecer, que ninguna ley debe legislarla".

Beatriz Gimeno, escritora feminista



"Estoy ya cansada de que personas que no han vivido la realidad de la prostitución desde dentro tengan la irresponsabilidad de divulgar ideas y tesis que traen como consecuencias más daños que beneficios".

Marien, prostituta y escritora, sobre Beatriz Gimeno



Lo prometido es deuda. Tenía pendiente dedicarle una entrada a esta señora y eso es de lo que hoy hablaremos. ¿Quién es Beatriz Gimeno? Pues una feminista, abolicionista de la prostitución, bastante heterodoxa. Comparte con las abolicionistas oficiales los planteamientos de partida (su valoración moral) de la prostitución: que supone una clara desigualdad sexual, que es una actividad que debe desalentarse desde el poder público debido a los valores que promueve (“institución sexista que serviría de refugio a la masculinidad más tradicional”) y que no podemos avanzar hacia una sociedad más igualitaria si aceptamos acríticamente su práctica en nuestra sociedad. En cambio se distancia de ellas en ciertos puntos clave, como en aceptar la libertad de quien quiera a prostituirse (sin que ello conlleve ningún reconocimiento de derechos laborales ni cualquier tipo de legislación que permita garantizar la protección jurídica de estas personas, claro) y en buscar que el discurso abolicionista no solamente sea predominante en las instituciones políticas sino también en la sociedad. Pero, sobre todo, lo que PARECE distinguirla de sus compañeras es su declarada voluntad de abrir el debate DENTRO DEL FEMINISMO. Así estaría dispuesta a escuchar a las regulacionistas (a quienes denomina "pro-prostitución", término que las feministas consideran insultante) e incluso, afirma, a las propias prostitutas (los clientes y los empresarios no parecen tener cabida en el debate) con el fin de crear un amplio frente de feministas y renovar el obsoleto discurso abolicionista.

Y es que para las feministas la prostitución se ha convertido en un tema que genera ampollas. Partidarias de una regulación y contrarias a ella llevan décadas discutiendo sin que haya visos no ya de unificar una posición al respecto, sino simplemente de llegar a acuerdos puntuales y limitados. Es más, parece que el debate entre ambos grupos se halle cada vez más polarizado pues ya optan directamente por evitar toda discusión, invitando a sus charlas únicamente a aquellas personas afines que ofrezcan la visión y versión propia. La exclusión de cualquiera que mantenga una postura divergente es absoluta, y si por lo que sea llegan a tenerse frente a frente hacen todo lo posible para quedar por encima de su interlocutora. Se grita, se interrumpe, se emplean malas maneras y sobre todo se repiten incansablemente los mismos dogmas que impiden toda posibilidad de entendimiento. Veamos qué nos dice:



Frente a semejante panorama, es bienvenido cualquier intento de acercamiento… siempre que sea sincero. Y lamentablemente creo que éste no lo es. ¿Por qué? Sencillamente porque ha tenido oportunidades para practicar lo que predica y no lo ha hecho. Que yo sepa, únicamente sigue acudiendo a charlas abolicionistas donde siempre se la da la razón. También sé con certeza que conoce las páginas y blogs de varias profesionales y no ha hablado con ellas. Y por último, si realmente quisiese conocer mejor el mundo de la prostitución trataría de acercarse a otros actores como clientes, empresarios o empleados de locales de prostitución.

No es creíble que critique el dogmatismo de sus compañeras cuando actúa exactamente igual: en su blog censura los planteamientos discrepantes, al igual que TODAS las abolicionistas, por muy educada y respetuosamente que se planteen. Este silenciamiento es el paso previo y necesario para la siguiente estrategia abolicionista, la deformación de la realidad. Sus engaños y mentiras únicamente pueden ser aceptados entre una audiencia desinformada, ignorante e incapaz (por ausencia de posibilidades o prejuicios ideológicos) de contrastar la información que le llega. En el vídeo adjunto a esta entrada pueden observar varios ejemplos de estas falacias: 

- Asegura que la regulación holandesa ha sido un fracaso debido a que un porcentaje mínimo de las prostitutas se ha dado de alta, permaneciendo el grueso de ellas fuera de la regulación. Bien, esto es cierto a medias. Efectivamente muy pocas trabajadoras sexuales han entrado al circuito legal, pero es que las extranjeras no podían hacerlo. La ley posibilitaba la prostitución legal de las prostitutas comunitarias, condenando al resto bien a abandonar el país, bien a la ilegalidad (lo que permitió que se cometiesen todavía más abusos contra ellas). El problema fue que esta ley se centraba en combatir la “trata” y no en defender los derechos de las personas que ejercían la prostitución, como denunció la criminóloga Dina Siegel. Luego claro, tiene razón en que para muchas no es un trabajo agradable pero sobre todo debido al estigma o rechazo social. Creemos que una regulación podría ayudar a promover la aceptación de este colectivo, al igual que lo ha hecho el reconocimiento de derechos a los homosexuales. Y desde luego que ellas, como cualquiera, no quieren pagar impuestos. Pero ahora me entero yo de que eso es voluntario, ¿de verdad no pagan ningún impuesto? ¿Es posible que con lo que nos exprimen al resto de contribuyentes a las prostitutas no las exijan ninguna obligación fiscal? A mí se me hace raro que nuestras autoridades sean tan condescendientes con ellas, no sé a ustedes.

- Otro de sus embustes más repetidos es que las prostitutas no desean una regulación de su actividad. De nuevo esto tiene una base real pero no es exactamente así. Podríamos decir que lo que no quieren es CUALQUIER regulación, o más en concreto una que sea contraria a sus intereses, que las perjudique. Eso lo dejó muy claro la prostituta italiana Carla Corso, que explicó que no quería regulación alguna porque era la administración quien promulgaba estas regulaciones y nunca había hecho una que las favoreciese. Así que mejor quedarse como estaban (virgencita, virgencita...). Pero la solución no está entre lo malo (la alegalidad) y lo peor (una legislación prohibicionista, por ejemplo), sino en conseguir que de una vez por todas se regule en beneficio de las prostitutas y no de los poderes públicos. Bueno, eso es lo que dicen los regulacionistas, pro-derechos o pro-prostitución. Yo en un primer momento no deseo que la Ley sea normativa estableciendo aquello que resultaría deseable (la abolición de la prostitución para unos, el reconocimiento de derechos para otros) sino meramente descriptiva: que refleje la realidad existente tal cual es para que no exista el actual desfase entre lo que a nuestras autoridades legalmente les está permitido hacer y lo que luego llevan a cabo. Para mí lo que cualquier legislación tendría que buscar antes de nada es que la actuación de la administración se ajustase a derecho, ése es el punto de partida en el que todos podríamos coincidir. ¿Por qué no empezamos por ahí?

- Una característica propia en las manipulaciones de los “anti-prostitución” es el continuo uso de la demagogia y del doble rasero, argumentos como los que emplean constituyen un verdadero insulto a la inteligencia de cualquiera (que no haya pasado por la LOGSE, claro). Voy a tomar como ejemplo el argumento de fuerza, central, de su discurso neoabolicionista. Lo de que cuando se regula la prostitución se normaliza, se ofrece como posibilidad y moralmente se legitima. Muy bien, señora Gimeno, como usted se define como “anticapitalista” y ha declarado ser contraria al trabajo asalariado porque supone el enriquecimiento del patrón a costa del obrero apliquemos la misma lógica que emplea usted. Regular el trabajo asalariado significa afianzar la subordinación del trabajador al capitalista, que perjudicamos a los trabajadores pues éstos no quieren pagar impuestos y, por encima de todo, estamos legitimando las desigualdades estructurales creadas por este sistema económico que usted y otros liberticidas como usted tanto detestan pero que les ha permitido vivir del momio. ¿No es así? Oiga, su pensamiento me parece impecable. Se lo digo en serio. Dado que ninguna regulación favorece a los trabajadores, quitémoslas todas. Desregulación completa. Venga, o follamos todos a tiramos la puta al río. ¿Qué hacemos, prima el “programa de máximos” de carácter ideológico según el cual todo tiene que subordinarse a nuestra visión de la sociedad (que la prostitución no se acepte moralmente, que el sistema económico no sea de libre mercado sino de planificación centralizada) o llegamos a un “acuerdo de mínimos” centrándonos en los problemas reales y más inmediatos de este colectivo? ¿Es positivo que exista un derecho laboral, una seguridad social, unas prestaciones de desempleo, etc para los trabajadores o todo eso lo que hace es sustentar al capitalismo? No es una pregunta retórica, hay comunistas convencidos que creen que las medidas socialdemócratas han resultado contraproducentes. No la pido nada más que tenga coherencia y un poquito de empatía hacia estas mujeres, que piense que ellas salen todos los días a ganarse el pan y a lo que hacen lo llaman trabajo. Y lo van a seguir haciendo le parezca a usted bien, mal o regular. ¿Mesentiende?

- Con respecto a la trata nos dice que la policía no puede entrar en los clubs, que no existen los mecanismos legales necesarios. Aquí ya no hay disculpa alguna, Gimeno miente descaradamente. La guardia civil está autorizada a entrar en cualquier local donde sospeche que se ejerce la prostitución aunque no tenga indicios de que se está cometiendo delito alguno de acuerdo a la famosa e infame (ahora diré por qué) Directiva 3/2000 (del 23 de Marzo del 2000 y actualizada el 17 de junio del 2004) sobre actuación contra la delincuencia relacionada con la trata de mujeres y la prostitución de menores, por la que "se ordenaba la inspección frecuente de los establecimientos donde se ejerce la prostitución, con el objetivo de fondo de prevenir la prostitución de menores y de procurar la desarticulación de posibles redes de trata de mujeres". En estas inspecciones el personal femenino de los Equipos Mujer Menor (EMUMEs) de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial (UOPJs) "se entrevista separadamente con las meretrices y conversa con ellas sobre su situación, informándolas de sus derechos y poniendo en su conocimiento la posibilidad de actuar en contra de sus explotadores". Además han servido para la obtención de datos que han permitido la elaboración por parte de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la GC una serie de informes criminológicos, de uso interno pero disponibles en internet, sobre la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.

Nuestro actual gobierno socialista (sí, gobierna el PP pero son socialistas) ha decidido seguir en la línea del anterior ejecutivo prorrogando el Plan Integral de lucha contra la trata con fines de explotación sexual, que como saben ustedes fue una de las iniciativas estrellas de Bibiana Aído en el 2008. De acuerdo al gobierno, durante el pasado Plan se llevaron a cabo 2.375 Inspecciones administrativas de lugares de prostitución en las cuales fueron detectadas 14.370 personas en situación de riesgo (putas, vamos). Como comparación, en el primer Plan (gobernando el de la ceja) apenas se realizaron 885 inspecciones y se identificaron 6.157 víctimas potenciales (forma de referirse a las lumis). Ah, y se financiaron 36 proyectos a ONGs. Esa cifra ha crecido hasta los 46. Entre ellos la “Estrategia Integral para la prevención, atención y erradicación de todas las formas de Violencia de Género” para Colombia con un coste de 620.000 €, el “Fight against trafficking in South Asia” (400.000 €), o el “Convenio de Fortalecimiento de Capacidades de las Instancias Gubernamentales y de la Sociedad civil para la protección integral de la niñez y la adolescencia con especial incidencia en trata y tráfico de niñas, niños y adolescentes en Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua” (1.151.806 €). Nombres tan rimbombantes como escasamente clarificadores, que me llevan a dudar de su utilidad real (qué digo dudar, si está claro que se lo siguen llevando crudo). Es curioso que para las mamandurrias de la casta no haya crisis ni recortes.

¿Por qué estoy en desacuerdo con esta directiva? ¿Es que soy acaso un aliado de los proxenetas que desea fomentar la trata y la esclavitud sexual? Claro que no, sino que como reconoce la misma Gimeno (hasta una abolicionista lo dice, imaginad lo que callarán) “la violencia que ejerce el Estado sobre una prostituta es mayor que la que ejerce un cliente”. Y es que cuesta mucho que las abolicionistas admitan la existencia de abusos policiales aún cuando en la misma charla comentan abiertamente lo de que la policía las pega y las viola (última parte). Ese reglamento ha supuesto que las “inspecciones administrativas frecuentes y sistemáticas” realizadas “sin esperar a que haya denuncia ni sospecha de infracciones o delitos” se hayan convertido no en un instrumento de protección a las que llaman victimas, sino de extorsión tanto a ellas como a los empresarios. Es lo mismo que sucede con el artículo 188 del Código Penal, que sirve a los agentes para amenazar a las chicas con llevarse detenidos a sus familiares y compañeros sentimentales. Hoy por hoy, en España, la legislación vigente favorece a las redes organizadas que explotan a las mujeres que se prostituyen. ¿Están ustedes de acuerdo, señoras abolicionistas? Si quieren colaborar conmigo adelante, tienen las puertas abiertas. Pero si desean seguir respaldando a los delincuentes sigan el camino que llevan.

Acabo añadiendo una entrevista a esta escritora, para que conozcan más a fondo sus ideas:




Graciela Atencio - Feminicidio.net - 23/09/2012

Beatriz Gimeno, autora del ensayo La prostitución, advierte en esta entrevista de los riesgos que supone la regulación: “no beneficiaría a las mujeres que la ejercen sino a los empresarios que buscan imponer sus intereses económicos”.



España, Madrid - Su vida gira en torno a la escritura. Beatriz Gimeno, madrileña de 50 años, publica en distintos géneros y registros con frecuencia. No hay un solo día que pase sin escribir, ya sea en su blog sobre política y feminismo, en el personalísimo, en el periódico El Plural, en Pikara Magazine, en su perfil de Facebook y en su libreta, que siempre la acompaña pegada a su mano. Escritora, poeta, articulista, conferencista y bloguera, tiene en su haber 10 libros publicados. Sus dos últimas obras editadas, la recopilación de poesías Al menos flores, al menos cantos (Izana, 2012) y el ensayo La prostitución (Bellaterra, 2012) fueron muy bien recibidas por sus lectoras y lectores. Gimeno combina la escritura con el activismo y no concibe pasar por este mundo sin implicarse políticamente. Militante feminista y de los derechos LGTB desde muy joven, su activismo y compromiso con las causas que abraza le permitieron alcanzar una meta: fue una de las fundadoras de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) en España y desde allí, durante la época que ocupó la presidencia, dirigió y participó de la campaña política y las negociaciones que culminaron en la aprobación de la ley de Matrimonio Igualitario en 2006 y de la Ley de Identidad de Género en el 2007.

Recientemente creó la Red Ecofeminista junto a otras activistas. No se corta ni se autocensura a la hora de criticar y cuestionar las políticas neoliberales en Europa ni a la clase política que gobierna en España. La entrevistamos en un café ubicado en una de las zonas más bellas de la ciudad, el Madrid de los Austrias, en el marco del lanzamiento de la Plataforma E-learning de Feminicidio.net, Beatriz Gimeno coordinará el curso: La prostitución. Aportaciones para un debate abierto. Muestra entusiasmo e interés en que el debate se pueda extender a un amplio sector de la ciudadanía, no solo española, sino global y especialmente latinoamericana. Tiene curiosidad en conocer otros puntos de vista y posicionamientos subjetivos frente al tema.

- Desde tu punto de vista: ¿qué función cumple la prostitución en la era del capitalismo global? 
- Creo que hay dos sistemas, el patriarcado y el capitalismo, ambos obtienen beneficios de la prostitución y ambos están entrelazados. La prostitución es un gran negocio mundial al nivel del tráfico de armas o el de drogas. No somos conscientes de la cantidad de dinero que se mueve en torno a esta actividad. Cuando hablamos de prostitución se toca a muchísimos negocios adyacentes. Por ejemplo, los anuncios en periódicos y en internet, los locales de alterne...incluso no podemos dejar de tener en cuenta el turismo mundial, las cuestiones inmobiliarias en algunos barrios de ciudades ricas que se benefician; como a montones de empresas que a lo mejor no consideramos que se dedican directamente a la prostitución pero que tienen que ver, desde teléfonos eróticos hasta hoteles de paso. Esto solemos dejarlo fuera del debate. Las feministas nos centramos en los derechos de las mujeres, obviamente es lo más importante pero a veces no aplicamos la misma valoración o criterios que aplicaríamos a otros negocios. Es ingenuo pensar que con la prostitución no se está haciendo una enorme campaña, por ejemplo, a favor de la legalización. La industria de la prostitución es un inmenso lobby económico que está utilizando dinero, como hace cualquier lobby, para obtener voluntades políticas.

- ¿Sirve la prostitución como actividad para paliar la crisis? 
- En algunos países es un factor económico importante.

- ¿En España no lo es? 
- En cualquier lugar la prostitución es un negocio del que se obtienen importantes beneficios económicos. ¿En qué sociedad vivimos? En una sociedad neoliberal. ¿Y a quién beneficia la regulación de la prostitución? Fundamentalmente a los empresarios. También es ingenuo pensar que una regulación del sector favorecería a los mujeres que se prostituyen. Todas las regulaciones en el sistema capitalista están hechas para favorecer a los empresarios. Esta no es distinta. ¿Para qué se hacen las regulaciones? ¿A quiénes benefician? En España, la prostitución al estar alegal, de alguna manera, dentro de unos limites, digamos que es posible, todo muy entrecomillado, que sí haya mujeres prostitutas que se beneficien ellas mismas de su actividad. En el momento en que se regule, pasarán a poder ser legalmente explotadas por los empresarios. Eso es lo que ocurriría si se regulara. 

- Tu ensayo sobre la prostitución tiene la originalidad de plantear ir más allá de abolir o regular. Propones que los dos sectores del feminismo enfrentados, tendríamos que ser capaces de formar un frente común para combatir la prostitución. 
- Bueno, más que combatir la prostitución, porque hay feministas que no están de acuerdo con combatir la prostitución voluntaria, yo sí que creo que hay un trecho por recorrer si consiguiéramos debatir sincera y tranquilamente. Que fuera un debate en el que escucháramos los argumentos ajenos y se escucharan los tuyos, en lugar de que sea una cuestión puramente emocional. El tema se ha convertido en un no-debate. 

- También tendríamos que ser capaces de extender este debate a toda la sociedad, ¿no? 
- Considero importante que seamos capaces de encontrar un acuerdo respecto a algunas cuestiones dentro del feminismo. 

- ¿Qué puntos de acuerdo podrían encontrarse? 
- En la trata, en teoría estamos totalmente de acuerdo. Sin embargo, en la focalización de si la prostitución es un trabajo o no, si es voluntaria o no, no hay acuerdo. La trata es el principal problema o quizás sería el más urgente a resolver; las mujeres que están esclavizadas, que no se las deja salir de los burdeles, aquellas a las que se las golpea, se las viola...Todas estamos de acuerdo en que es un delito, que debe estar prohibido y perseguido. Nos podemos preguntar si se está persiguiendo lo suficiente. Es obvio que no. Hay montones de “puticlubs” en las carreteras que todos vemos cuando viajamos por España, donde no entra la policía a averiguar en qué condiciones están las mujeres que se prostituyen. Ahí habría otro punto de acuerdo: no se está haciendo lo suficiente en la lucha contra la trata de mujeres.

- ¿Por qué no nos podemos sentar a dialogar y a debatir abolicionistas y regulacionistas? Me tocó en un par de ocasiones en Madrid ver cómo se insultaban y se gritaban unas a otras. Vaya manera de poner en práctica nuestro discurso feminista entre nosotras. 
- El tema de la prostitución se ha enquistado de una manera terrible, todas las mujeres con las que he hablado sobre este tema, a no ser que sean personas que se dediquen a la prostitución, se lo toman así. Es una cuestión muy emocional, nos toca profundamente. Hemos llegado a un límite en el que es imposible debatir sobre esto. Incluso hay violencia verbal. A mí también me ha pasado y me pasa a veces cuando estoy en un debate o en una mesa junto a otras ponentes...me siento mal.

- ¿Te sientes interpelada? 
- Sí y mis respuestas me hacen subir el tono de voz o me exalto. Le he preguntado a una amiga regulacionista y me dice que le pasa lo mismo, que ella y yo podemos estar conversando pero cuando estamos en un debate la situación cambia. No hay manera de tener un debate tranquilo sobre el asunto. Por eso dedico una parte del libro al debate en sí. Hemos hecho de ello una especie de cuerpo, de anclaje de nuestra entidad feminista.

- También es un acto catártico poder expresar y manifestar emociones públicamente. 
- Sí, pero caemos en las divisiones: una es regulacionista o es abolicionista y ese es su ser feminista digamos. Creo que hay que romper con eso. Al final lo que va a pasar es que quienes impongan sus puntos de vista sean los empresarios, que es lo que sucede en casi todo el mundo debido a que el feminismo no es capaz de tener una postura común sobre el asunto. 

- ¿El Estado español es proxeneta? 
- No hablaría en esos términos. El Estado español, como todos los Estados europeos, es según le venga. La historia demuestra que primero ha sido abolicionista, luego regulacionista, luego otra vez abolicionista. Vemos que todos los Estados europeos hacen ese camino dependiendo de factores como quién gobierne, si hay feministas en el poder o no. E incluso en el fondo los factores que influyan pueden no tener nada que ver con los derechos de las mujeres que se dedican a la prostitución o con el feminismo. 

- ¿Consideras que la Unión Europea está ahora en condiciones de adoptar una política común sobre este tema? 
- No. Leía ahora mismo, antes de la entrevista, que nueve países se niegan a imponer cuotas para la presencia de mujeres en empresas; era una política supuestamente común... pues nueve países se han rebelado. Imagínate lo que pasaría con la prostitución... los empresarios del sexo tienen mucho poder en algunos países. 

- Y tendrán su lobby, supongo. 
- Claro, es que todos hacen lobby incluso aquí, a través de asociaciones. No los conozco ni voy a acusar a nadie pero insisto: sería ingenuo pensar que no se promocionan. Están asociados pero no se muestran mucho como sector. Estoy convencida de que emplean dinero a través de asociaciones pro-regulación y de que tienen estrategias de publicidad para imponer sus intereses. 

- En tu libro dices que lo que importa en la prostitución es la desigualdad del marco, no el consentimiento. Sus causas son la división sexual del trabajo y la construcción de una ideología que naturaliza la diferencia. Dices que es ahí donde debemos incidir. ¿Cómo? ¿Podemos pensar en prácticas liberadoras desde el movimiento feminista?Esto me parece importante para saltar del discurso a la acción. ¿Cómo dejar de tratar a las prostitutas desde el asistencialismo y el victimismo? ¿Cómo respetar la voluntad de quienes se prostituyen libremente cuando sabemos que dinamitan la Igualdad y en el ejercicio de la prostitución es imposible salir de la opresión?
- La tesis de mi libro responde estas preguntas. No tiene importancia si uno se dedica voluntariamente a esto por necesidad. Digo, voluntariamente entre comillas. En teoría, en el capitalismo, para las personas que somos anticapitalistas, todo consentimiento está viciado, nadie consentiría su propia explotación pero convivimos con eso constantemente. La gente es explotada y nosotros no pretendemos acabar con sus trabajos, sino que pretendemos que sus condiciones de vida mejoren, aunque el objetivo final marxista es acabar con la explotación y con el salario. Uno no dice que haya que acabar con el trabajo de los barrenderos o las señoras de la limpieza que son explotados. Pues lo mismo podría decirse de la prostitución. Deberíamos dejar ese debate, que se ha quedado antiguo y que además la gente no lo entiende ni le llega. Insistir en el consentimiento no conduce a ningún lado. Cuando decimos: “no se puede consentir, ninguna mujer quiere ser voluntariamente prostituta”. Y sale una mujer que dice: "Pues yo sí quiero”, te dinamita el discurso ante la opinión pública. Hay que moverse de ahí y ver que el problema de la prostitución no está en el consentimiento, no en si es un trabajo o no -que también daría igual- sino en lo que significa la institución en sí y en las dificultades que plantea para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. En cómo afecta nuestras relaciones con los hombres o las relaciones de los hombres con nosotras. ¿Qué enseña la prostitución a los hombres? ¿En qué lugar coloca a las mujeres? Deberíamos centrar el debate más en la institución que en las condiciones particulares.

- La prostitución también afecta a la construcción sexual de la realidad, la masculinidad, la feminidad... 
- ¡Claro! ¿Qué aprenden los hombres con la prostitución? Es decir, ¿qué significa la institución para la Igualdad?¿Es posible la Igualdad con la existencia normalizada de prostitución? Yo creo que no y que además esto se puede demostrar.

- Entonces hay que incidir más en el orden del discurso. 
- En el orden simbólico aunque no por eso tienes que dejar de trabajar en la praxis. La única manera de acabar con la prostitución es luchando por la Igualdad de derechos. La prostitución existe hoy quizá más que nunca.

- ¿Por qué crees que sucede esto? 
- El feminismo ha hecho que muchos hombres necesiten de la prostitución. 

- ¿Te refieres a que ha generado un efecto paradójico y reactivo? 
- Sí. Estoy convencida de que el feminismo ha ido socavando el sentido de masculinidad de algunos hombres que ya no pueden gritarle a la mujer como antes ni controlarla, que luego van al trabajo y tienen una jefa...

- A muchos les gustaría domesticar a las mujeres sexualmente ¿no? 
- Todo junto. Les gustaría domesticarlas social y sexualmente siguiendo los cánones de la subjetividad masculina tal como la han aprendido ellos. De ahí que muchos hombres necesiten espacios y relaciones donde puedan ejercer esa masculinidad tradicional. Creo que esa es una de las razones por las que ha crecido tanto la prostitución. Además los clientes dicen esto en las encuestas. Ya nos les gusta la prostitución occidental regulada porque las prostitutas ponen límites o tienen protección, por ejemplo como pasa en Holanda; quieren hacer una cosa y la prostituta dice: "no, esto no" y toca un timbre, aparece un guardaespaldas y los echa. Ellos se quejan: "es que parecen profesionales". Y sí, ellas son profesionales. Entonces muchos hombres occidentales de los países ricos se van a buscar niñas o jovencitas al sudeste asiático o a América Latina.

-Pero entonces la prostitución cumpliría una función fundamental para la masculinidad como violencia sexual.
- No lo sé...no toda prostitución es violencia. Lo llamaría dominio en lugar de violencia. Todo el mundo entiende la violencia física pero con otros tipos de violencia los límites no están tan claros. La prostitución constituye un papel fundamental en la construcción de la subjetividad masculina como una subjetividad que puede someter sexualmente a una mujer cuando lo desee. En la autopercepción de ser hombre, él piensa que se lo merece y que por tanto tiene que haber un contingente de mujeres a su disposición cuando lo desee.

- Esto para las abolicionistas es una forma de violencia de género. 
- Sí, lo sé, lo sé y sí que lo es pero es necesario distinguir. Hay un problema en decir que "siempre es violencia". Entonces: ¿cómo distinguimos la violencia física de otras violencias? Si todo lo que les pasa a las prostitutas está atravesado por la violencia, ese discurso hace muchas veces que las prostitutas que son golpeadas o violadas, que las hay, no puedan ir a la policía o a los juzgados a poner una denuncia. Si tú dices que toda prostitución es violación, no distingues la violencia simbólica de la violencia real, no matizas. Si todo es violencia, entonces nada es violencia. No toda prostitución es violencia física aunque sí simbólica. No todo acto prostitucional concreto tiene por qué ser violento pero la institución en sí ejerce sobre todas las mujeres una violencia simbólica con la que es imposible avanzar hacia la Igualdad, conseguir la Igualdad. La prostitución es una institución que afianza la desigualdad entre hombres y mujeres. 

- Siendo realistas, ¿se puede vivir en una sociedad sin clientes? 
- ¿En una sociedad sin clientes? ¿Siendo realistas? No, en una sociedad como esta no. Tendría que ser una sociedad igualitaria, donde el patriarcado no existiera. Estamos muy lejos de eso.

- Pero en Suecia, la política de abolir la prostitución ha dado buen resultado. 
- Suecia no es ningún paraíso. Es cierto que se trata de una política de Estado allí y algunas feministas en el poder han hecho del abolicionismo de la prostitución algo prioritario. Sin embargo, en Suecia persisten altos índices de violencia de género. Por eso hay que insistir mucho en que las políticas son necesarias, están muy bien, pero mientras no ataques el aspecto simbólico de las construcciones de la subjetividad no vamos a conseguir grandes cambios. Tú puedes imponer políticas y habrá que imponerlas, además las políticas enseñan a la población, son didácticas, todo eso está muy bien, pero hay que conseguir que los hombres no violen a las mujeres porque no lo desean y no porque está prohibido. 

- Si la regulación no ha funcionado: ¿por qué insisten las regulacionistas?¿Por qué no tienen en cuenta los informes, estudios y las críticas que hacen las organizaciones de derechos humanos? 
- Por muchas razones. Una parte del discurso de las personas que opinan de la prostitución es emanado directamente del lobby empresarial. Los empresarios quieren imponer el tipo de regulación que a ellos les conviene. Esa es una parte del discurso que llega a través de los medios de comunicación. Luego hay otra parte sostenido por asociaciones regulacionistas; ellas dicen que no desean la regulación impuesta por los empresarios, recalcan que no ha funcionado y que no es la que ellas quieren. Y luego hay otra parte bastante importante de gente que no sabe lo que supone la regulación. No todo el o la que discute de prostitución es experta, no es nada malo esto pero la regulación sigue teniendo un halo de que favorece los derechos de las mujeres: eso no es cierto en todos los casos. Las regulaciones han perjudicado a la mayoría de las mujeres, especialmente a las más débiles en los países donde se ha regulado. Además pienso que en este contexto quizá no sea posible otra regulación que la que favorezca a los empresarios.

- Entiendo que no ves otro camino que la explotación sexual en el caso de la regulación de la prostitución. 
- No soy la única que piensa así. Algunas mujeres que se dedican a la prostitución sostienen que lo mejor es estar no reguladas. Creo que es lo mejor para ellas, lo podríamos hablar detenidamente, no tiene porque haber un marco regulatorio... Estoy porque el Estado como Estado sea claramente antiprostitución y que tenga políticas de igualdad-antiprostitución. El Estado es el que da legitimidad o no a una institución de desigualdad. Pero dicho esto, que es para mí lo importante, como la prostitución existe, es una realidad y está en las calles y el Estado no puedes dejar a esas mujeres sin nada, sí que creo que ellas deben ser sus propias dueñas, sin empresarios ni proxenetas ni chulos que las sometan.

- ¿Es posible legislar esta posición? 
- Sí que es posible, es una legislación menor. No estoy por ninguna regulación porque una regulación legitima la prostitución y no quiero olvidar nunca que la prostitución es una institución que debe desaparecer, que ninguna ley debe legislarla. No es necesario legislar todo en la vida. Un Estado no tiene que inmiscuirse, en el fondo, más allá de lo que la prostitución políticamente signifique (como feministas sabemos lo que significa); sería un acto sexual consentido entre dos personas adultas y no hay porqué legislar nada. Que luego ella cobre o no cobre no nos tendría que importar. Como feministas sí, en lo que tiene que ver con la institución pero en el ejercicio de su libertad, es la decisión de cada mujer.

- Sí pero las abolicionistas te dirían que tú tienes que garantizar también como Estado que no haya violencia contra esas mujeres y la única manera de hacerlo es aboliendo. 
- Puedes prohibir el proxenetismo, puedes prohibir las empresas, prohibir y cerrar los prostíbulos. Puedes formar a la policía para que sepa que cuando una prostituta va a denunciar una violación o malos tratos es igual que cualquier otra mujer.

- ¿Qué va a pasar en España con la prostitución? ¿Se va a regular? 
- No lo sé, la verdad. Hace poco tiempo hubiera dicho que se iba a regular y que el discurso regulacionista estaba ganando claramente la batalla. Ahora ya no lo veo tan claro y me alegro porque a mí el discurso regulacionista me parece muy pernicioso. No juzga ni valora lo que significa la prostitución en sí, como institución. Las abolicionistas se están modernizando y cambiando su discurso por uno más actual. Antes conectaban con mucha dificultad con gente más joven, creo que esto se ha modificado y que van incorporando cuestiones. Ha habido un reajuste de posiciones, ya no tengo tan claro que el regulacionismo gane la batalla entre otras cosas también, y quizás sea lo más importante, porque las regulaciones han sido un fracaso allí donde se han aplicado. 

- En Australia, Holanda y Alemania por ejemplo. 
-En general la regulación en esos países ha sido desastrosa para las mujeres que se prostituyen. Y desde el feminismo ¿cómo vas a combatir el sexismo regulando la prostitución? Es la institución sexista por excelencia, tú no puedes estar dando cobertura simbólica, social y cultural, dando legitimidad a una institución sexista. No es posible ni pensable en ese marco combatir el sexismo. Es otra de las cuestiones por la que estoy en contra de cualquier regulación. Otra cosa es preguntarnos cómo nos enfrentamos a una institución sexista que va a tardar en desaparecer; cómo mejoramos la vida de las mujeres que están inmersas en la prostitución, que existen y que tienen todo el derecho a buscarse como puedan la vida. Pero, ¿darle legitimidad? Eso es un suicidio para la lucha por la Igualdad. 

- La mayoría de las mujeres que se prostituyen en España son extranjeras, migrantes que vienen de países más pobres ¿Deberíamos cuestionarnos nuestra situación de privilegio desde una ética feminista? ¿Son esas mujeres “las otras”? 
- Sí, sí, claro. En el estigma son las otras.

- Pero en el listado de la ética feminista esta autocrítica no figura. Las feministas blancas, occidentales de países ricos, ¿no deberían impulsar esta causa como una prioridad? 
- ¿Por qué presupones que no hay autocrítica? Para algunas, para muchas feministas europeas esta causa es una prioridad. Pienso mucho en esto, no creas... Me plantea dudas. ¿Hasta dónde llega el racismo y hasta dónde el clasismo? ¿La otra es otra por ser pobre, por ser negra o mestiza o por venir de otra cultura? Todas estas cuestiones están entrelazadas. A veces lo que se llama racismo es puro clasismo. Cuando una es rica da igual que seas negra, no te vas a encontrar ningún problema en ningún sitio. El racismo, el clasismo y la xeonofobia existen en Europa pero los límites son difusos. La otra es otra por todos estos componentes y claro que desde la ética feminista debemos ser solidarias y acompañar a estas mujeres en la lucha por salir de la opresión. Hay un tema ahí que no he tratado en el libro y que me he apuntado porque me interesa mucho.

- ¿Cuál? 
- Las similitudes entre prostitución y servicio doméstico... históricamente y ahora.

- ¿De eso va tu próximo libro? 
- No lo sé. Pudiera serlo. Tengo varios proyectos en mente. Escribir le da sentido a mi activismo. Bueno, en plural, las feministas necesitamos nutrir nuestro discurso para volcarlo en el activismo.



Para seguir leyendo:
El debate sobre la prostitución, en Pikara Magazine (revista feminista).
Reseña de su libro "La prostitución" en Terc3ra Información (web de extrema izquierda).
La eficacia de los abolicionistas.
¿Es posible el debate con los abolicionistas?